28 mar 2021 12:11

Armas de Sanación Masivas

Los lagartos, niños, pájaros, muchachas,
mágicas plantas y árboles crecían a coro
bajo el sol, el monzón y la fiesta de risas
sinuosas como ríos lentos y poderosos,
cuando la avanzada del progreso,
con jeta de tractor, enderezó senderos,
perforó montes sagrados y derribó
selvas, aldeas, úteros, juegos e idiomas.

Mansas y sabias abuelas, brujos oscuros,
jóvenes impetuosos, laboriosas mujeres,
hombres curtidos en labores, todos son
nada ni nadie porque sepultan sus muertos
en campos de metales preciosos, escasos,
o justo donde debe pasar la carretera
que lleva al futuro venturoso. Pero no,
el mañana no apisonará el pasado.

Llueven veneno y fuego, y mil gotas
de plomo, que siegan con economía
y eficacia, cientos de porvenires, sea
de hojas verdes o de venas rojas, sea
de una poetisa que no será, sea
de un violín que no vibrará. Así sea,
pues el astillero, donde sobrevivo
gracias al patrón, fabrica fragatas.

Ramón Haniotis

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