La victoria que espera es esta
suma de incontables derrotas
desde aquel vil momento
en que una anomalía cerebral
ordenó el grito que aún resuena
marcando el inicio de las miserias
—Esto es mío
—Mío
Mío —dice el eco
que navega océanos en cañonera
sobrevuela montañas en bombardero
aplasta praderas con sus botas
La victoria que espera es esta
paciente cuenta atrás imparable
hasta que un día todo sea de nadie
sublime instante en que el pecho
libere un grito que perdure y señale
el fin del frío del hambre y la sed
—Esto es nuestro
—Nuestro
Nuestro —dice el coro
que retumba en la plantación
resuena en la galería de la mina
y entona el gentío en las avenidas
La victoria que espera es esta
diosa Libertad que dejará de ser
mármol o bronce o chata pintura
y traviesa saltará a la calle a jugar
con los alegres mortales y sus hijos
que con risas la invitan a cantar
a ser carne viva y bailar y quizá
perdonar sin olvido ni rencor
sin olvido ni rencor quizá
La victoria llegará
y traerá sus hermanas
solo espera que iniciemos
la fiesta
Ramón Haniotis
(Este texto forma parte del poemario El Instante Ineludible, publicado en Montevideo en el 2022)
Dedicado a los ocho de Chicago: Abbie Hoffman, Jerry Rubin, David Dellinger, Tom Hayden, Rennie Davis, John Froines, Lee Weiner, y Bobby Seale.
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