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Huelga feminista
Desde Nafarroa, hacia la huelga feminista
Son muchos los actos que hemos organizado para hacer del 8 de marzo una jornada completa que podamos pasar juntas en la calle. Sin embargo, no creemos que exista una forma unánime de “hacer huelga”.
Desde Nafarroa somos cientos de mujeres* las que, desde hace meses, llevamos preparando la Huelga Feminista del próximo 8 de marzo para sumarnos a lo que será la denuncia ciudadana más importante de los últimos tiempos. Toda una novedad en nuestra sociedad, sin precedentes, y aunque es cierto que contamos con experiencias similares en otros países y de las que nos nutrimos – Irlanda, Argentina, etcétera –, ello no nos exime del esfuerzo que conlleva sacar adelante semejante movilización, darle forma, organizarla y hacerla realidad. Todo un reto que asumimos con la convicción de que la inteligencia colectiva, la unión de fuerzas, la lucha y la sororidad que nos caracteriza al movimiento feminista nos conducirá a hacer del 8 de marzo un día histórico.
Llamamos a una huelga que abarque diferentes ejes: laboral, educativo, de consumo y de cuidados. La precariedad laboral, la brecha salarial y la invisibilización de nuestro trabajo remunerado nos convierte en súbditas de un sistema que nos explota, la comercialización de nuestro cuerpo, la concepción de la mujer* como objeto de consumo y nuestra utilización para burdos fines publicitarios nos hace rehenes del capitalismo, la atribución en exclusiva de la carga de “sostener la vida” de las personas de nuestro alrededor nos esclaviza y el sistema educativo perpetúa las desigualdades de género y contribuye a reproducir el sistema heteropatriarcal.
Hemos de ser las mujeres* las únicas protagonistas de esta jornada, hemos de ser nosotras quiénes dejemos de cuidar, de trabajar, de formarnos y de consumir y de esta forma logremos visibilizar que cuando lo hacemos, la vida se tambalea, el mundo se para y el sistema deja de funcionar. Mientras éste nos oprime sin descanso y nos agrede a diferentes niveles, nosotras lo sostenemos. Ha llegado el momento de decir “basta, nosotras paramos”.
Muchas dudas han surgido en torno al papel que ese día han de desarrollar los hombres* que quieren solidarizarse con nuestra lucha. Si bien es cierto que el término “huelga” como tal no
admite la posibilidad de hacer un llamamiento exclusivamente a las mujeres*, nosotras buscamos desbordar todo lo establecido y pedimos que el 8 de marzo sólo nosotras paremos. Entendemos que los hombres* han de dar un paso atrás y mantenerse en segunda fila, sin restarnos ese protagonismo del que ellos gozan diariamente. Efectivamente, lo que buscamos hacer evidente es cómo nuestra contribución es tan fundamental que las tareas y trabajos que asumen ellos, pese a la sobrevalorización social que reciben, no son en absoluto suficientes. Por otro lado, pueden participar activamente dedicando la jornada a reflexionar en torno a las desigualdades de género que contribuyen a perpetuar, las múltiples violencias que ejercen sobre nosotras y los privilegios de los que se prevalecen para imponerse social, política y económicamente. Además, deben ocuparse de realizar aquellas tareas, principalmente en el ámbito privado, que nosotras ese día no realizaremos, de modo que puedan experimentar en primera persona la sobrecarga que diariamente a las mujeres* se nos exige soportar.
Queremos hacer de la participación de todas y cada una de nosotras a esta Huelga un éxito en sí mismo. Queremos ser suma, no mero resultado. Es fundamental visibilizar cómo cada mujer*, a
través de su trabajo, de sus cuidados, de su contribución al sostenimiento de la vida en general es fundamental e imprescindible para la perpetuación del sistema. Salir de la esfera privada para alcanzar protagonismo en la pública es uno de los retos más importantes que asumimos. Buscamos intensificar la denuncia de cómo la sociedad patriarcal nos relega al ámbito privado mientras reserva el público para los hombres*, lo que les permite hacerse con el reconocimiento multinivel, alcanzar cuotas de poder elevadas, incrementar su capacidad adquisitiva y reproducir todos sus privilegios. Mientras, nosotras somos expulsadas de esta esfera pública y arrinconadas en esos espacios invisibilizados en dónde nos quieren oprimidas y dependientes realizando las tareas básicas de sostén vital.
Son muchos los actos que hemos organizado para hacer del 8 de marzo una jornada completa que podamos pasar juntas, en la calle, en la lucha: cacerolada nocturna, actos políticos, comida, manifestación, etcétera. Sin embargo, no creemos que exista una forma unánime de “hacer huelga”. Somos conscientes de que no todas las mujeres* podrán sumarse físicamente a las reivindicaciones callejeras, pues precisamente uno de nuestros objetivos también es denunciar cómo la sociedad capitalista nos castiga con especial ahínco a las mujeres*, imponiéndonos frenéticos ritmos de vida y obligándonos a asumir tareas simultáneas y eternas jornadas. Por tanto, desde la libertad que para todas nosotras queremos, invitamos a una participación en función de las circunstancias y posibilidades de cada una. De esta forma, colgar un delantal en el balcón de cada casa –símbolo de la huelga- , ponerse un brazalete morado, no consumir a lo largo de todo el día o dejar de asumir las tareas domésticas y de cuidados son formas igualmente importantes, válidas y legítimas de sumar.
La revolución feminista ya está en marcha. Y es imparable. Juntas cambiaremos el mundo.
* Utilizamos la categoría ‘mujer’, ya que es válida para la articulación política de cara a la huelga feminista del 8 de marzo, aunque, por encima del sistema binario de género, nos reconocemos diversas en nuestros cuerpos, trayectorias, vivencias, capacidades e identidades.
Maddi Lasa Garcia, Marta Molinero Torrea, Lur Albizu Etxetxipia, Uxue Álvarez Azcona e Irene Otal Larequi, pertenecientes a la COORDINADORA 8M NAFARROA