Hostelería
Barra libre para las terrazas en Iruñea

La deriva de Aldezarra en un parque temático del ocio y el turismo se relaciona con el regalo del espacio público a las terrazas y la escasa reglamentación para medir la saturación

6 oct 2017 16:29

La polémica sobre la turismofobia ha llegado para quedarse. A pesar de que el protagonismo de organizaciones políticas juveniles como Arran y Ernai en las últimas acciones contra el turismo masivo de Barcelona y Donostia ha trasladado la discusión hacia aspectos secundarios, el debate sobre el modelo turístico español y la mercantilización del espacio público ha logrado cristalizar. El conflicto ha atravesado la maraña de acusaciones de xenofobia y de odio al extranjero, y también ha superado algún que otro mensaje/chantaje central de nuestras élites (oponerse al turismo, que crea empleo y riqueza sin matices, es querer que todo vaya a peor). La fractura social y de clase que el turismo masivo y depredador contribuye a ensanchar ha abandonado las zonas de penumbra para instalarse en el conjunto de preocupaciones capaces de enunciarse, también, en Iruñea.

Este año, antes de Sanfermines, por primera vez y tras iniciativas como Convivir en lo Viejo, han aparecido pegatinas con el lema “Gentrification is coming!” en las calles de Aldezarra. Analizar las consecuencias del modelo turístico, dentro y fuera de las fiestas, es difícil, dadas las diferencias de escala e intensidad de la ciudad con respecto a destinos como Donostia o Barcelona.Por lo demás, el problema es el mismo. El Casco Viejo de Iruñea es ese lugar de extracción de rentas inmobiliarias y donde el uso privado del espacio público genera más beneficios. La hostelería y el turismo han ido devorando los usos comercial y residencial tradicionales en sus calles, plazas, pisos y bajeras. Al tiempo que va convirtiéndose en parque temático de ocio y turismo, aumenta la rentabilidad de los inmuebles destinados a usos turísticos y de la hostelería de inversión. 

Los gobiernos de UPN empujaron en esa dirección. La estrategia de “embellecimiento” del centro e, incluso, su parcial peatonalización, respondieron más a esas lógicas que al deseo de construir lugares más habitables. Como afirma Paco Roda, columnista local y “expulsado” del barrio, “los camiones de abastecimiento hostelero son incompatibles con los bancos para los abuelos y las terrazas impiden el paso sillas de ruedas, bicicletas y ambulancias”. Es cierto que ciudades próximas como Donostia y Gasteiz están experimentado el mismo fenómeno pero lo sorprendente es que el llamado “gobierno del cambio” no haya adoptado medidas claras para detener la dinámica.

Parte de la opinión pública tiende a estigmatizar al vecindario de Aldezarra, caracterizándolo como “quejica” y “mimado” por la inversión pública. Iniciativas vecinales como Convivir en lo Viejo, sin embargo, han ido complejizando su discurso y las quejas por las meadas del fin de semana han dado paso a las reflexiones sobre el profundo proceso de turistificación y gentrificación que sufre el barrio. No se trata solo de un problema de ruido y suciedad, sino de cómo se favorece —por acción u omisión— la sustitución de la hostelería local por franquicias, al tiempo que se entrega parte del espacio público al uso hostelero (principalmente terrazas).

Nuevos negocios

En el siglo XXI se han abierto aproximadamente un centenar de nuevos establecimientos de hostelería en Aldezarra (incluidos bares, restaurantes y cafeterías). Es difícil rastrear el origen de la inversión pero parece sensato no incluir a la mayoría bajo el epígrafe de “hostelería local”. Todo ello ha generado cambios en la dinámica de relaciones entre el vecindario, las asociaciones vecinales y la hostelería.Los nuevos espacios, a veces franquicias, son menos sensibles al diálogo con el tejido asociativo, no tienen una conexión clara con el territorio y, presionando al alza sobre los precios (al atraer un público de mayor poder adquisitivo), se han convertido en la punta de lanza de la transformación social del barrio. En una zona cada vez más de ocio para el resto de la ciudad, los bares “de barrio” en los que tomarse una caña a un precio razonable tienden a desaparecer. 

Por su parte, el comercio local sufre una doble dinámica de presión. Por un lado, el laissez faire municipal ha convertido el Casco Viejo en un monocultivo de ocio nocturno y turismo, donde la tienda de ultramarinos está cada vez más arrinconada. En ese contexto de subida de los precios, el comercio minorista que no contaba con local propio se ha visto sometido a la presión sobre sus alquileres. 

Terrazas imparables

¿Cómo medir estos cambios? ¿Cómo evaluar la mercantilización del espacio público? Las terrazas son una variable bastante objetiva. Aunque el consistorio no hace públicas las concesiones de terrazas ni su ubicación (ni con UPN ni con el cambio), se ha hecho pública la información sobre las terrazas en tramitación. Entre enero y junio de 2017, el Área de Seguridad Ciudadana ha tramitado la concesión de 48 nuevas licencias de terraza, la mayoría fuera de Aldezarra.

Se conceden todas las solicitudes, siempre que se cumpla la ordenanza. El reglamento no tiene mayores exigencias que un horario de recogida, la delimitación clara del espacio de terraza, condiciones de limpieza difícilmente verificables y la obligación de dejar 1,80 metros de espacio para la circulación de peatones. Por sí misma, la ordenanza no limita la posibilidad de saturación de un barrio o una calle con terrazas, veladores o barriles y, en lugares semipeatonalizados como el Casco Viejo, se pueden dar situaciones como la de la Plaza Consistorial: se deja, efectivamente, un espacio de dos metros para el paso de peatones, pero se ha convertido una plaza pública en una terraza privada.

No hay políticas públicas claras y actualizadas para delimitar las zonas saturadas, ni fiscalidades redistributivas y disuasorias

Por otro lado, la recaudación en concepto de terrazas ha pasado de 591.201 euros en 2015 a 673.797 en 2016, un aumento del 14%. Si se aplica la tasa más alta recogida en la ordenanza, arroja una estimación de unos 1.270 metros cuadrados nuevos de espacio público entregados al beneficio privado y con un retorno impositivo muy bajo. En todo caso, esta es una estimación muy conservadora, ya que asume que se paga el máximo posible (65€ por metro cuadrado al año) cuando, en realidad colocar una terraza en Pamplona puede llegar a costar sólo 6€ al año por metro cuadrado, e incluso en Aldezarra (salvo Plaza del Castillo, Paseo Sarasate y calle Chapitela) los precios oscilan entre los 11 y los 36 euros por metro cuadrado al año. Estos precios suponen que, en la práctica, no hay límite a la instalación de terrazas más allá de la capacidad de gestión e inversión de los propios establecimientos hosteleros.

¿Hay alternativas?

¿Puede compararse Iruñea con Barcelona o Donostia? Obviamente no, pero se dan todas las condiciones para avanzar en niveles de saturación del espacio público importantes. No hay políticas públicas claras y actualizadas para delimitar las zonas saturadas, como tampoco existen fiscalidades fuertemente redistributivas y disuasorias. Ayuntamientos como el de Donostia, al menos, tasan de manera más ordenada y progresiva el uso privado del espacio público: un metro cuadrado de terraza en la capital guipuzcoana puede oscilar entre los 18 euros en las zonas más baratas y los 492 del Boulevard. A las terrazas sin estructura fija se les cuadruplica la tasa de mayo a octubre. Tampoco allí se ha buscado activamente poner freno a la mercantilización del centro pero, al menos, las instituciones y la ciudadanía reciben algo más de esa riqueza que genera el turismo en suelo público, un bien que es de todas.

11-36€
Poner una terraza en el Casco Viejo cuesta entre 11 y 36 euros por metro cuadrado al año, salvo en Plaza del Castillo y Sarasate, donde cuesta 58. En Donostia, las tarifas oscilan entre 18 y los 492 euros del Boulevard.

14%
Aumento de la recaudación por metro cuadrado de terrazas en Iruñea este año. Supone que, como mínimo (asumiendo la tasa máxima de 65 euros), se han instalado 1.270 m2 más de terrazas en la ciudad.

 


Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Laboral
Laboral El sindicato USO denuncia una plantilla insuficiente en el Hotel Rosewood Villa Magna de Madrid
Personal de varios departamentos del hotel del lujo enclavado en el Paseo de la Castellana se han concentrado este miércoles para denunciar la situación límite que están padeciendo al no poder cubrir los puestos de forma adecuada.
Laboral
Laboral Convenio de la hostelería de Bizkaia: IPC, control horario y fijos discontinuos parciales
Hay cambios en los subsectores: los riders y la restauración moderna pasarán al cobijo del convenio colectivo de la Hostelería de Bizkaia, mientras que los comedores escolares arrancan hoy su mesa de negociación para tener convenio propio.
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”

Últimas

Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.

Recomendadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.