Galicia
Xosé Manuel Beiras: “La izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP”

El histórico líder nacionalista analiza con calma los errores de las coaliciones con la izquierda federal y confía en que el futuro de la transformación social está fuera de las instituciones.
ENTREVISTA BEIRAS - 1
El histórico líder galeguista, Xosé Manuel Beiras, en el salón de su casa. Bea Saiáns

Los cuadros firmados por Aurichu Pereira en las paredes de su casa dan testimonio de la importancia que la pintora compostelana sigue teniendo en su vida. Viudo desde noviembre de 2023, Xosé Manuel Beiras (Santiago de Compostela, 1936) pasó por un bache que tuvo que interrumpir momentáneamente para ocuparse de otras de las pasiones de su vida, la política del nacionalismo gallego. El pasado invierno, el reencuentro del histórico líder galleguista con el partido que propulsó y que luego le dio la espalda, el Bloque Nacionalista Galego, tuvo una importancia fundamental en la ola de entusiasmo que se generó en torno a Ana Pontón para las elecciones del 18 de febrero. Se cerraba un círculo que estuvo marcado por el paso que el mismo Beiras dio en 2012 cuando apostó por el establecimiento de una alianza con la nueva izquierda confederal surgida después de la crisis financiera y en plena ola de austeridad. Hoy, Beiras mira con desesperación y algo de rabia los errores de esa misma izquierda y asume que el futuro de la transformación social está lejos de las instituciones.

¿Cómo viviste desde dentro todo el proceso previo a esa escenificación del reencuentro del nacionalismo gallego para las elecciones a la Xunta?
Sabéis que hubo conversaciones desde finales del verano. Primero entre personas y luego ya entre delegaciones. El Bloque estaba muy lanzado incluso a que Anova fuera con el BNG en una especie de coalición asimétrica, así fue como le llamaron. Pero de repente pararon todo. Estaban interesados en que siguiera habiendo un diálogo por el horizonte que había y para poder seguir ampliando el espacio del nacionalismo, pero decían que tenían problemas con algún sector interior que no quería.

Anova se encontró con que, por una parte, Sumar estaba presionando mucho para fichar a Martiño [Noriega]. Hacían mucho ruido fuera y eso le facilitaba al BNG no mover ficha. A mí no me contaban nada para no darme la lata porque Aurichu [su compañera] falleció el primero de noviembre. Pero un día, cerca de Nochebuena, le pedí a Martiño que me contara cómo estaban las cosas. Nosotros no podíamos montar una candidatura y con Sumar desde luego que no íbamos a concurrir. Entonces, Martiño y yo fuimos a la coordinadora de Anova a proponer dejar claro públicamente que con Sumar no íbamos a hacer nada y sugerirle al Bloque hacer un documento de declaración de voluntad, como de comienzo de un diálogo, y que, con ese documento firmado, nosotros los apoyaríamos esa campaña sin ir en las listas. Y fue lo que pasó.

ENTREVISTA BEIRAS - 2

¿Fuiste parte de todas esas personas que tenían esperanza de cambio?
Para mí fue muy emocionante y muy instructivo. Primero tuvimos el acto Martiño, [Ana] Pontón y yo en Compostela, que fue muy bien, tuvo mucha repercusión. Al día siguiente, me llamó Ana para decirme que quería hablar conmigo a nivel individual y, discretamente, vino a mi casa. En esa conversación, comenzó a decirme que había mucha gente en el Bloque dolida porque Anova había ido con Podemos cuando las mareas. Entonces la paré y le dije que por ahí no siguiese porque, entonces, imagina cómo estaríamos con la política de tierra quemada que hicieron con nosotros Le dije: “¿Y yo? ¿Tengo que salir a apoyar al Bloque después de todo lo que me hicieron?”. Lo entendió y me explicó que tenían una asamblea en noviembre y que no querían ir con una cosa ya prefijada, pero al final todo se quedó simplemente en ese documento de declaración de voluntad.

En parte, también te convenciste de aquello porque tu presencia fue fundamental en los mítines.
Estuve en el de A Coruña, en el de Vigo y en el de Compostela. Para mí, lo más impresionante fue ver a mucha gente joven y no tan joven que se acercaba y que nos daba las gracias por todo lo que estábamos haciendo y por la generosidad que habíamos tenido. No sé si se le escapó, pero Ana me había dicho que tenían encuestas fiables que decían que el 40% del electorado que estaba propenso a abstenerse en las elecciones era del Bloque. Creo que lo de Anova movilizó a mucha de esa gente. Luego también viví el reencuentro con muchos cuadros y mucha gente del BNG. Algunas me venían a dar un abrazo, pero las puñeterías que me habían hecho… En fin, da igual, no son para contar.

¿Llegaste a pensar que podía cambiar la situación de Galicia en las pasadas elecciones?
¿Si yo pensaba que podía cambiar la situación? Yo pensaba que la condición era que no pinchase el PSOE y mucho me temía que iba pinchar. No solo pinchó, es que le reventaron las cuatro ruedas (ríe). A pesar de tener el mejor candidato que ha tenido en los últimos tiempos, que es [José Ramón Gómez] Besteiro, otra víctima de la magistratura.

Además de la insistencia de Sumar en fichar a Martiño Noriega como candidato a la Xunta, ¿hubo alguna voluntad del partido de construir desde abajo o era más bien una estrategia para hacerse con su capital político?
¿Sumar? Qué va. A mí no me encaja en mi caletre, no lo comprendo. Para mí, la primera tragedia y el peligro más grande que hay de ahora en adelante en esta legislatura es que la izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP. Andan a hostias. Que si son galgos o podencos: son perros y te van morder, sean unos u otros. Es horrible. ¿Cómo van a construir desde abajo si ellos abajo no tienen nada? Yo sé bien lo que hay porque montamos Alternativa Galega de Esquerdas [junto a Yolanda Díaz] con urgencia en 2012. Sabía lo que tenía Izquierda Unida y además se vio perfectamente: Sumar ha salido de ahí y de Podemos. Un partido que aquí nunca tuvo bases y que también vivieron entre broncas constantes. Creo que ahora ni siquiera podrían proponer esa construcción desde abajo con este colectivo de unas 500 personas que hay en Anova, que no existe como entiendo yo una fuerza política. Anova tiene un patrimonio de lo que hizo, que fue valiente, que rompió esquemas.

ENTREVISTA BEIRAS - 3

¿Qué os llevó a Anova a la apuesta de encuentro con la izquierda española aquel Día da Patria en 2012?
¿Por qué en 2012, en Mazarelos en el Día de la Patria, lanzamos aquella propuesta de apostar por el improbable? En una nación sin estado, un movimiento nacionalista, un movimiento emancipador de izquierda como fue el nacionalismo gallego, tiene que jugar en un sistema de dos coordenadas de izquierda a derecha. Tienes que tener, por una parte, la contradicción de clase y, por la otra, la contradicción nacional. Si las superpones como transparencias, las posiciones no coinciden. Entonces, tienes que tratar de diagnosticar la situación en base a esa conjugación. En el año 2012, en plena recesión, nosotros considerábamos que la contradicción dominante era la de clase. Lo que preocupaba más a la gente, también al electorado nacionalista, eran los problemas propios de la hegemonía de una derecha cafre, del ultraliberalismo. Por eso, lanzamos la idea de que había que hacer un frente amplio. Entonces pasamos esa frontera entre el nacionalismo y el españolismo. Si hay fuerzas de ámbito estatal no nacionalistas, pero que asumen los derechos del pueblo gallego como nación a ejercer su soberanía, intentemos establecer puentes con ellas. Fue lo que pensamos.

¿Puede ser que el BNG no entendiese aquel momento político?
Si el BNG llega a entender que aquello no era derivar hacia el españolismo sino romper la frontera con gente que no era nacionalista, pero que sí que entendía el proceso de emancipación y no era antinacionalista, la historia de AGE sería distinta. Feijóo hubiera perdido las elecciones [de 2012] y, además, el nacionalismo hoy sería hegemónico. Pero no pasó así. Recordáis que siempre se decía lo de “no nos representan”. Esa nueva articulación política requería incorporar en los cuadros de la organización a toda la gente que luchaba en la sociedad civil. Yo había detectado a toda esa gente en el Nunca Máis y cuando tuvo lugar el proceso de lucha contra los proyectos de piscifactorías. Había que captar a toda esa gente joven que estaba luchando en esos procesos, pero no ocurrió. El organigrama fue cooptado, fundamentalmente, por cargos de las viejas organizaciones y, por supuesto, se reprodujeron los viejos vicios

¿Y después de ese proceso y sus heridas, el espacio político del que formas parte perdió la esperanza en la confluencia con la izquierda federal española?
Los movimientos nacionalistas progresistas tienen que tener claro que si quieres cambiar el modelo de Estado, tienes que acumular fuerzas para dar la batalla en el corazón del Estado y eso no puedes hacerlo sin contar con la izquierda estatal. Esa es la razón de ser de las alianzas. Pero, al mismo tiempo, las izquierdas a la izquierda del PSOE de ámbito estatal tienen que tener en cuenta que, sin la alianza con los nacionalismos progresistas, tampoco pueden cambiar las cosas. Mi relación con Pablo Iglesias también dio cuenta de esto. Cuando vi cómo actuaron en relación al referéndum del 1 de octubre [de 2017] y en las elecciones que vinieron después, le dije a Iglesias que no podían estar en la neutralidad. No hay una posición equidistante posible en esto. O estás con ellos peleando contra un enemigo común, aunque no compartas todas sus tesis, o estás dándole oxígeno al opresor.

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¿Crees que eso es una cuestión ideológica de los cuadros del espacio político que tienen interiorizado cierto sesgo jacobino o chauvinista, o tiene más que ver con la política moderna de ver gráficas y demoscopia que les dice tenemos que coger esta vía y no otra?
Una combinación de esos dos factores. Hay muchas excepciones, pero su formación ideológica, principalmente la de la gente que viene del PCE, constituye una lectura del marxismo deformada porque en las cuestiones nacionales es la lectura del estalinismo, no de Lenin. Si eso lo insertas en las dinámicas y en las dialécticas del Estado español, pues aún es más grave. No lo entienden. Y cuando acaban por entenderlo, a la hora de la verdad, les entra vértigo de dar el paso correspondiente. No son capaces.

Inicialmente, las mareas fueron una historia de éxito.
Con aquella alianza de En Marea, en Galicia conseguimos romper, por mucho, el techo histórico que jamás había tenido el BNG, seis diputados y dos senadores. Retorciendo el reglamento de la Cámara, nos negaron el grupo propio. Entonces, el sector nacionalista de En Marea quería ir al grupo mixto, como hizo Compromís. Al final, nosotros, por lealtad y porque considerábamos que era un acuerdo estratégico importante, aceptamos la propuesta de elaborar un documento que marcara las pautas de funcionamiento del grupo confederal. Los diputados y diputadas de En Marea funcionarían como grupo parlamentario dentro e incluso tendrían libertad de voto para discrepar de Podemos. Con esas condiciones, aceptamos, pero lo sabotearon desde el primer día. Tristemente, también desde el propio grupo. Concretamente, Yolanda Díaz y Antón Gómez Reino. Entonces, llegó el momento en que las pautas que marcaba el órgano dirigente de En Marea en Galicia no eran seguidas por el grupo parlamentario porque tenían una mayoría alineada con Podemos. Sabéis la frase lapidaria de Castelao, ¿verdad? Lo más parecido a un chauvinista español de derechas es un chauvinista español de izquierdas.

¿Cuánto de esto que ocurre crees que tiene que ver con las nuevas maneras de hacer política basadas en los hiperliderazgos? Es decir, el fin de las grandes organizaciones en favor de esta idea del ‘partido cartel’ con una estructura completamente vertical y en el que no interesan las bases.
Desafortunadamente, los partidos políticos que surgieron del 15M acabaron reproduciendo una nueva casta. ¿Pero por qué acabó funcionando con esa verticalidad? Porque los cuadros primordiales de la nueva organización tenían la incultura política y los hábitos adquiridos en las formas de organización que ellos mismos criticaban. Y aunque en un momento propusieron regeneración, en la práctica acabaron funcionando así. También pasó en el propio nacionalismo, en el BNG a partir del 2003. Tenemos que tener en cuenta, siempre, nuestros propios errores y hacer autocrítica. Siempre he tenido en cuenta que nosotros tenemos problemas internos en nuestra sociedad de los que siempre se le echa la culpa por parte de las élites dirigentes a los ciudadanos y no es así. En los ciudadanos hay de todo, pero en las élites están esos vicios adquiridos de corte no democrático en sus pautas de comportamiento interno. Ahora átame esa mosca por el rabo. ¿Cómo resuelves eso? Pues hasta el momento no se ha resuelto.

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¿Hasta qué punto nosotros subestimamos el ataque del Estado? A través de la judicatura, vemos como el Estado ha atacado y ataca a los movimientos sociales, a Podemos, al independentismo vasco y catalán… ¿Debemos tenerlo en cuenta en estos análisis?
Por supuesto, yo no lo subestimo en absoluto. Es lo que Gerardo Pisarello llamó “un proceso deconstituyente”. En positivo, la ciudadanía quiere cambiar las cosas, dice que hay que ir a una nueva quiebra democracia, que este régimen no puede ser, que esta Constitución ya no vale... Pero, al mismo tiempo, hay un proceso deconstituyente desde las propias estructuras del Poder. Y el paroxismo de esto es cuando la cúpula del Poder Judicial se convierte en un poder golpista y sedicioso, por lo menos desde hace cinco años. El problema está en que la Constitución no dota a la cámara de representantes de los resortes necesarios para impedir o cuando menos para coartarlo. E igualmente con la ley que regula la elección del CGPJ y por lo tanto de todos los órganos judiciales. Es grotesco, surrealista, el esperpento de Valle Inclán. Y la Unión Europea es incapaz de hacer nada.

¿En qué sentido?
En vez de ser el resultado de una gran confederación, un constructo político, la UE ha pasado a ser una institución al servicio del gran capital. Y como el gran capital europeo está trufado del gran capital norteamericano pues funciona como funciona, que no puede ni legislar, sino que colegisla. Entonces, ¿qué carallo de democracia es esa? La Unión Europea es un espejismo. Evidentemente, todo esto está sostenido por los grandes poderes mediáticos o, como les digo yo, la fábrica de estupefacientes. En los años noventa se hablaba de la Brunete mediática, ahora aquello es un enano comparado con esto.

Sin exculpar a nadie, quizás también falta cierto reconocimiento de “los poderes salvajes”, que decía Ferrajoli.
Siempre lo he reconocido. ¿Por qué crees que nosotros aceptamos concurrir con estas alianzas? Éramos conscientes. Pero lo primero que tienes que hacer como organización política es la revisión de tus errores. La izquierda está abocada a repetirlos y, cuando los repite, es peor incluso que la primera vez que los cometió. Por supuesto que hay culpas en el Estado español, pero también las hay en Galicia y no hay excusa.

Hablabas antes y se ha hablado mucho de la relación de Yolanda Díaz con el espacio político de AGE y, en otros lugares, has dicho que no haces ajustes de cuentas. Pero, ¿qué lecciones extraes de esa relación con la izquierda federal y de este cambio de ciclo político?
¿Vosotros creéis que hay cambio de ciclo?

Por lo menos es decreciente en cuanto a rendimiento político.
Estamos en el mismo ciclo, pero en un momento de decadencia y descomposición. El aparato de este régimen, que es un régimen podrido y en estado de descomposición desde por lo menos hace 15 años, es como una planta carnívora. No crea nada y devora todo. Es como esa imagen del cadáver que parece que se mueve, pero lo que pasa es que son los gusanos que están dentro comiendo. El régimen es el cascarón, la superestructura, que cuando llega a gobernar la izquierda, como pasa con los gobiernos de Pedro Sánchez, tiene el Gobierno, pero no tiene el poder. ¿Dónde está el poder? ¡Fuera! Y, además, lejos de las instituciones políticas, ha sido así, está bien claro. Es el gran capital quien maneja los hilos. Sin embargo, hay etapas en las que no le queda otra que llegar a acuerdos.

¿De dónde viene eso?
Estamos en un período contrarrevolucionario larguísimo que empieza en los años setenta. A mí me asombra no ver utilizar a dirigentes de la izquierda esto que acabo de decir. No se utiliza esa expresión, quizás asusta a la gente, pero ¿qué otra cosa es? Un ciclo contrarrevolucionario. Eso claro está en [Giovanni] Arrighi o [Immanuel] Wallerstein. Estoy muy de acuerdo con la tesis de Arrighi de que la fase de decadencia de una hegemonía acaba en un período de caos sistémico, que es en la que estamos ahora.

¿Cómo ves el auge de la extrema derecha?
El gran capital es lo que crea la herramienta del fascismo. ¿Cuánto se ha tardado en la izquierda y en los medios de comunicación de izquierda en denominar fascismo a lo que tenemos hoy? ¿Cuánto se ha tardado en percibir que el proceso de fascistización de las sociedades europeas occidentales venía desde los años noventa? Cuando yo lo decía, muchos amigos, incluso de izquierda de verdad, me decían “Beiras te pasas”. Cuando yo escribí por primera vez que los israelíes eran los nazis de ahora, así literalmente, fue en un artículo en la madrugada en que se declaró la Guerra del Golfo. Era el año 1992. ¿Al final, me pasaba de rosca? 

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre los fascismos de los años veinte y treinta del pasado siglo y los actuales?
La diferencia crucial es la morfología del gran capital. En aquel momento, los capitales hegemónicos eran los capitales monopolistas de los Estados, por eso el Estado tenía tanta importancia y por eso había que coger el aparato del Estado y prohibir todo: la libertad de prensa y de partidos, etc. Los líderes de la izquierda, que no tienen por qué ser grandes intelectuales, sí que tienen que tener acceso a estos conocimientos de alguna manera. Si queréis un sarcasmo, os lo digo con uno de los problemas de la izquierda: es tan improbable que un politólogo formado en las universidades sea un buen político como que un crítico literario escriba una buena novela. Hay pocos.

Aprovechando esos paralelismos que haces con los años veinte, sobre tu propia biografía. Estás en la Sorbona cuando está ocurriendo todo lo de Argelia y ahora estamos en un momento en el que está ocurriendo lo de Gaza. ¿Cómo interpretas estos paralelismos?
Contestar a esto sería pura soberbia, pero puedo intentar decir algunas cosas. La historia no se repite. Eso es una mala lectura del brumario de Marx. Él no habla de la historia, él habla de los dirigentes, que es muy distinto. La historia sí que evoluciona en espiral, en tres dimensiones. Si tú, un analista, proyectas sobre un plano en dos dimensiones, tienes un círculo. Pero si introduces la tercera dimensión, es una espiral. Entonces, hay momentos en la espiral que estás en la vertical de algo que ocurrió anteriormente y es análogo, pero no es lo mismo. Esto es lo que está pasando con la metamorfosis de los fascismos en sentido amplio, no en el sentido político estricto. Hace falta conocer ese pasado para no repetir esos errores, desde luego. ¿Qué pasa en la República de Weimar en los años treinta en la izquierda? Por una parte, el estalinismo empieza a partir a hachazos en el partido comunista alemán. Pero, al mismo tiempo, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y el Partido Comunista Alemán (KPD) están enredados en una bronca mientras el nazismo está en ascenso. Es un momento clave. Cuando los nazis queman el Reichstag, cogen un chivo expiatorio comunista que no era alemán, importante. Entonces, el partido nazi propone la expulsión de los diputados comunistas, que eran alrededor de ochenta. Y la SPD vota a favor de la expulsión de los diputados comunistas. Ahora, pensad en cosas que están aconteciendo en los últimos tiempos. Mirad por ejemplo el festival de Eurovisión, donde los rusos son malísimos y los genocidas israelíes, no. Y si te rebelas contra eso, eres antisemita. Esto es sólo una muestra. Con que los dirigentes de la izquierda leyeran el capítulo sobre los años veinte y treinta de El eclipse de la fraternidad, de Antoni Domenech, algo sacarían. Desde luego, Yolanda Díaz aprendería algo.

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¿Qué tipos de relación entre pueblos, en el marco del internacionalismo, tienen que trabajarse ahora?
Sobre el internacionalismo, algo ya se hizo, pero acabó como el rosario de la aurora. Los Foros Sociales Mundiales. Era la nueva Internacional, sólo que no era una Internacional de partidos. Era una internacional de redes de combate altermundista frente a la globalización actual. En cuanto a partidos políticos, sólo había en las últimas jornadas una especie de foro, a propuesta del grupo donde estaba Camilo Nogueira del BNG y Los Verdes-ALE, por cierto. Yo viví todos los foros excepto el primero. ¿Sabéis cuál fue la cifra de inscripción en el 2003? 150.000 personas. ¿Hay algún caso análogo en estos más de veinte años que han pasado? Luego fue Bombay, Portoalegre, Kenia y Belém do Pará, donde emergen todos los movimientos indigenistas de los pueblos originarios. Allí también se crea la red mundial de los derechos de los pueblos, desde los mayas guatemaltecos hasta los mapuches de Chile y Argentina. Fue impresionante. En aquel momento, recuerdo una conferencia de Manolo Vázquez Montalván, un hombre del PSUC, diciendo: “Hay un cambio de sujeto histórico”. 

¿Cuál era ese sujeto histórico nuevo?
Desde las revoluciones del XIX, el sujeto histórico, el motor del avance histórico era un sujeto homogéneo, de clase. Fundamentalmente, el proletariado industrial. Hoy, el sujeto histórico es plural y diverso y, en aquel momento, tenía que lanzarse a la palestra política: tendríamos la nueva Internacional. Aquel modelo de los Foros Sociales Mundiales estaba llamado a ser la nueva Internacional siempre que se conectara con la instancia política, pero no se hizo. 

¿Cómo crees que hay que actuar en este momento histórico?
En las relaciones internacionales hay que tejer relaciones entre las ciudadanías y de sus organizaciones, como se hizo en el primer decenio de este siglo en los Foros Sociales Mundiales, pero catapultándolo a la instancia política. ¿Y en esa instancia política existen las herramientas y los actores capaces de participar de eso y servir de puente con la sociedad civil? Pues no, porque la mayor parte ni siquiera saben de qué va. A mí me resulta difícil creer que si los dirigentes de Sumar, de Izquierda Unida o de Podemos tuvieran conciencia de estas cosas hicieran la cantidad de estupideces que llevan hecho en los últimos años. Están ciegos, no ven ni la realidad circundante. ¿Eso que significa? Una mediocridad alarmante.

Tú naces cuando el imperio con más alcance de la historia está en su mejor momento de desarrollo. Ahora, estamos en el comienzo de su decadencia o por lo menos en confrontación contra el imperio emergente que es China.
La hegemonía yanqui es como un dinosaurio herido de muerte. En sus últimos coletazos todavía puede destruir muchísimas cosas. ¿Y la hegemonía norteamericana en que se basa? No es la primera potencia industrial desde hace muchísimo tiempo; no es la primera potencia militar en tierra, se embarra siempre, Afganistán, Iraq y Ucrania; y tampoco es la potencia exclusiva en armas de disuasión. ¿Entonces en qué es la primera potencia? En los circuitos financieros mediante lo que hizo Nixon cargándose los Acuerdos Bretton Woods. Todos los Estados se convirtieron en feudatarios del monarca, como en la Edad Media. Es lo que les queda, ¿pero qué porcentaje de la población, de la producción industrial y del PIB mundial representan ahora los BRICS? Esa es la sentencia de muerte de la hegemonía yanqui.

Sobre tu propia biografía, has explicado que en un momento “descarrilaste”, esto coincide con la etapa del desencanto. De alguna manera, después de todo el ciclo del cambio, vivimos otra etapa de desmovilización. ¿Qué similitudes encuentras entre ese final de la utopía del 68 que tiene lugar alrededor de los 80 y nuestra etapa?
Hoy no hay un desencanto en el sentido de que la ciudadanía esté desmovilizada. Hay un efecto del que fue la traición del PSOE en septiembre de 2016 combinado con que todas las energías de las plazas se vertiesen en la política institucional de las Cortes y sus derivas. Eso dio lugar a que esa ciudadanía se convirtiera en una izquierda social huérfana. Pero el polvorín está ahí. El tema es quién prende la mecha y que ese fuego no se desmadre. Necesitamos lucidez y coraje. Donde se está fallando es por arriba, no por abajo.

Estamos pagando ahora el fraude de la Transición. El desencanto fue el de la gente que estaba convencida de que se iba a desmontar el régimen franquista y que iba a haber un proceso constituyente. Pero en vez de eso, nos metieron la reforma de lo irreformable. Un régimen totalitario antidemocrático no se puede reformar.

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¿Te consideras derrotista?
No apuesto por la esperanza porque siempre estuve marcado por las lecturas de mi adolescencia. Mi generación vivía como agua de mayo toda la literatura y la filosofía de la generación perdida americana y del existencialismo francés. Era todo oscuro. Pero sí tengo la convicción de que la Historia no va para atrás, sólo tiene ciclos de involución. En el horizonte que yo veo, tengo la impresión de que la salida de este régimen no va a venir por el trabajo político que se haga dentro de las instituciones del régimen. Hay que estar, sí, y ser valiente y rotundo, no palanganear. Pero el cambio va a venir por una rebelión cívica. En Galicia pasó con el Nunca Máis y puede volver a ocurrir cuando menos lo pensemos. No olvidemos que las revoluciones en la historia de Europa nunca fueron predichas antes de cumplirse. Ni la del 48 ni la Revolución Francesa del 89 ni la Comuna de París ni la Revolución Mexicana de principios de siglo ni la Revolución Soviética ni el Mayo Francés a lo que, por cierto, Compostela se adelantó tres meses. Y sin hablar de las revoluciones de la periferia. Pero, claro, yo no lo voy a ver a no ser que sea pronto (ríe).

Política
Xosé Manuel Beiras: “A esquerda estatal á esquerda do PSOE leva ano e medio dando un recital de apoio ao PP”

O histórico líder nacionalista analiza devagar os erros das coalicións coa esquerda federal e acredita en que o futuro da transformación social está fóra das institucións.
ENTREVISTA BEIRAS - 1
O histórico líder galeguista, Xosé Manuel Beiras, no salón da súa casa. Bea Saiáns

Os cadros asinados por Aurichu Pereira nas paredes da súa casa dan testemuño da importancia que a pintora compostelá segue a ter na súa vida. Viúvo desde novembro de 2023, Xosé Manuel Beiras (Santiago de Compostela, 1936) pasou por unha fochanca que tivo que interromper momentaneamente para ocuparse doutras das paixóns da súa vida, a política do nacionalismo galego. O pasado inverno, o reencontro do histórico líder galeguista co partido que impulsou e que logo lle deu as costas, o Bloque Nacionalista Galego, tivo unha importancia fundamental na onda de entusiasmo que se xerou arredor de Ana Pontón para as eleccións do 18 de febreiro. Pechábase un círculo que estivo marcado polo paso que o mesmo Beiras deu en 2012 cando apostou polo establecemento dunha alianza coa nova esquerda confederal xurdida despois da crise financeira e en plena onda de austeridade. Hoxe, Beiras mira con desesperación e algo de rabia os erros desa mesma esquerda e asume que o futuro da transformación social está lonxe das institucións.

Como viviches desde dentro todo o proceso previo a esa escenificación do reencontro do nacionalismo galego para as eleccións á Xunta?
Sabedes que houbera conversas dende finais do verán, primeiro entre persoas e logo xa entre delegacións. O Bloque estaba moi lanzado, mesmo, a que Anova fose co BNG nunha especie de coalición asimétrica. Así foi como lle chamaron. Pero de repente, pararon todo. Estaban interesados en que seguise habendo un diálogo. Polo horizonte que hai e para poder seguir ampliando o espazo do nacionalismo, pero que tiñan problemas con algún sector interior que non quería e entón quedou en nada. 

Anova atopouse con que, por unha banda, Sumar estaba presionando moito para fichar a Martiño [Noriega]. Facían moito ruído fóra e iso facilitáballe ao BNG non facer nada. A min non me contaban nada para non darme a lata porque Aurichu [a súa compañeira] morrera o primeiro de novembro. Pero un día, preto de Noiteboa, pedinlle a Martiño que me contara como estaban as cousas e iso foi o que me contou. Nós non podiamos montar unha candidatura e con Sumar dende logo que non iamos concorrer. Entón, Martiño e eu fomos á coordinadora de Anova a propoñer deixar claro publicamente que con Sumar non iamos facer nada e propoñerlle ao Bloque facer un documento de declaración de vontade, de comezar un diálogo, e que con ese documento nós apoiaríamos esa campaña sen ir nas listas. E foi o que pasou.

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Fuches parte de todas esas persoas que tiñan esperanza de cambio?
Para min foi moi emocionante e moi instrutivo. Primeiro tivemos o acto de Martiño, Pontón e eu en Compostela, que foi moi ben, tivo moita repercusión. Ao día seguinte chamoume Ana Pontón para dicirme que quería falar comigo a nivel individual e discretamente e viu á miña casa. E nesa conversa comezou a dicirme que había moita xente no Bloque doída porque Anova, cando as Mareas, fora con Podemos. Entón pareina e díxenlle que por aí non fora porque entón imaxina como estariamos coa política de terra queimada que fixeron con nós nos Gobernos das Mareas.  E eu? Teño que saír a apoiar ao Bloque despois de todo o que me fixeron? Entendeuno e explicoume que tiñan unha asemblea en novembro e que non querían ir cunha cousa xa prefixada. Pero ao final foi simplemente ese documento de declaración de vontade.

En parte, tamén te convenciches daquilo porque a túa presenza foi fundamental nos mitins.
Estiven no da Coruña, no de Vigo e no de Compostela. Para min, o máis impresionante foi ver a moita xente nova e non tan nova que se achegaba e que nos daba as grazas por todo o que estabamos a facer e pola xenerosidade. Non sei se se lle escapou, pero Ana dixérame que tiñan enquisas fiables que dicían que o 40% do electorado que estaba propenso a absterse era do Bloque. Eu coido que o de Anova mobilizou a moita desa xente. Logo tamén vivín o reencontro con moitos cadros e moita xente do BNG. Algunhas un pouco... Viñan darme unha aperta, pero as cousas que me fixera non son para contar, pero bueno, tanto ten.

Chegaches a pensar que podía mudar a situación de Galiza nas pasadas eleccións?
Se eu pensaba que podía mudar a situación? Eu pensaba que a condición era que non pinchase o PSOE. E moito me temía que ía pinchar. E non foi que pinchase, rebentáronlle as catro rodas. Malia ter o mellor candidato que tivo nos últimos tempos, que é Besteiro, outra vítima da maxistratura.

Ademais da insistencia de Sumar en fichar a Martiño Noriega como candidato á Xunta, houbo algunha vontade de construír dende abaixo ou era máis ben unha estratexia para facerse co seu capital político?
Sumar? Que va. A min non me encaixa no meu caletre, non o comprendo. Para min, a primeira traxedia e o perigo máis grande que hai de agora en diante nesta lexislatura é que a esquerda estatal á esquerda do PSOE leva ano e medio dando un recital de apoio ao PP. Andan a hostias. Que se son galgos ou podencos. Son cans e vanche trabar. Sexan uns ou outros. É horrible. Como van construír dende abaixo se eles abaixo non teñen nada? Eu sei o que hai porque montamos AGE [xunto a Yolanda Díaz] de urxencia en 2012. Sabía o que tiña Esquerda Unida e ademais viuse: Sumar saíu de aí e de Podemos. Un partido que aquí nunca tivo bases e tamén andaron en retesías constantes. Coido que agora nin sequera podían propoñer esa construción dende abaixo con este colectivo dunhas 500 persoas que hai en Anova, que non existe como entendo eu unha forza política. Anova ten un patrimonio do que fixo, que foi valente, que rompeu esquemas.

ENTREVISTA BEIRAS - 3

Que levou á Anova á aposta de encontro coa esquerda española aquel Día da Patria en 2012?
Por que en 2012, en Mazarelos no Día da Patria, lanzamos aquela proposta de apostar polo improbable? Nunha nación sen estado, un movemento nacionalista, un movemento emancipador de esquerda, como foi o nacionalismo galego, ten que xogar nun sistema de dúas coordenadas de esquerda a dereita. Tes que ter por unha banda a contradición de clase e, pola outra, a contradición nacional. Se os superpós como transparencias, as posicións non coinciden. Entón, tes que tratar de diagnosticar a situación en base a esa conxugación. No ano 2012, en plena recesión, nós considerabamos que a contradición dominante era a de clase. O que preocupaba máis á xente, tamén ao electorado nacionalista, eran os problemas propios da hexemonía dunha dereita cafre, do ultraliberalismo. Por iso lanzamos a idea de que había que facer un frente amplo. Entón pasamos esa fronteira entre o nacionalismo e o españolismo. Se hai forzas de ámbito estatal non nacionalistas pero que asumen os dereitos do pobo galego como nación a exercer a súa soberanía, tentemos establecer pontes con elas.

Pode ser que o BNG non entendera aquel momento político?
Se o BNG chega a entender que aquilo non era derivar cara o españolismo senón romper a fronteira con xente que non era nacionalista, pero que si que entendía o proceso de emancipación e non era antinacionalista, a historia de AGE sería distinta. Feijóo perdería as eleccións [de 2012] e ademais o nacionalismo hoxe sería hexemónico. Pero non pasou así. Lembrades que sempre se dicía o de “non nos representan”. Esa nova articulación política requiría incorporar nos cadros da organización a toda a xente que loitaba na sociedade civil. Eu detectara a toda esa xente no Nunca Máis e cando tivo lugar o proceso de loita contra os proxectos de piscifactorías. Había que captar a toda esa xente nova que estaba loitando neses procesos, pero non pasou así. O organigrama foi cooptado, fundamentalmente, por cargos das vellas organizacións e se reproduciron os vellos vicios.

E despois dese proceso, o espazo político do que fas parte perdeu a esperanza na confluencia coa esquerda federal española?
Os movementos nacionalistas progresistas teñen que ter claro que se queres cambiar o modelo de Estado, tes que acumular forzas para dar a batalla no corazón do Estado e iso non podes facelo sen contar coa esquerda estatal. Esa é a razón de ser das alianzas. Pero, ao mesmo tempo, as esquerdas á esquerda do PSOE de ámbito estatal teñen que ter en conta que sen a alianza cos nacionalismos progresistas, tampouco poden mudar as cousas. A miña relación con Pablo Iglesias tamén deu conta disto. Cando vin como actuaron en relación ao referendo do 1 de outubro [de 2017] e nas eleccións que viñeron despois, díxenlle a Iglesias que non podían estar na neutralidade. Non hai posición equidistante posible. Ou estás con eles pelexando contra un inimigo común aínda que non compartas todas as súas teses, ou estás dándolle osíxeno ao opresor.

ENTREVISTA BEIRAS - 4

Cres que iso é unha cuestión ideolóxica dos cadros dese espazo político que teñen interiorizado certo nesgo xacobino ou chovinista ou ten máis que ver coa política moderna de ver gráficas e demoscopia que lles di temos que coller esta vía e non outra?
Unha combinación deses dous factores. Hai moitas excepcións, pero a súa formación ideolóxica, principalmente a xente que vén do PCE, constitúe unha lectura do marxismo deturpada porque nas cuestións nacionais é a lectura do stalinismo, non de Lenin. Se iso o insires nas dinámicas e nas dialécticas do Estado español, pois aínda é máis grave. Non o entenden. E cando acaban por entendelo, á hora da verdade, éntralles vertixe de dar o paso correspondente. Non son quen.

Inicialmente, as mareas foron unha historia de éxito.
Con aquela alianza de En Marea, en Galiza conseguimos romper por moito o teito histórico que tivera o BNG xamáis, seis deputados e dous senadores. Retorcendo o regulamento da Cámara, negáronnos o grupo propio e sector nacionalista de En Marea quería ir ao grupo mixto, como fixo Compromís. Nós, por lealdade e porque considerabamos que era un acordo estratéxico importante, aceptamos a proposta de elaborar un documento que marcase as pautas de funcionamento do grupo confederal. Os deputados e deputadas de En Marea, funcionarían como grupo parlamentario dentro e incluso terían liberdade de voto para discrepar de Podemos. Con esas condicións, aceptamos, pero saboteárono dende o primeiro día. Tristemente, tamén dende o propio grupo. Concretamente, Yolanda Díaz e Antón Gómez Reino. Entón, chegou o momento en que as pautas que marcaba o órgano dirixente de En Marea en Galiza non eran seguidas polo grupo parlamentario porque tiñan maioría aliñada con Podemos. Sabedes a frase lapidaria de Castelao, verdade? O máis parecido a un chauvinista español de dereitas é un chauvinista español de esquerdas.

Canto disto que acontece cres que ten que ver cos novos xeitos de facer política baseados nos hiperliderazgos? É dicir, a fin das grandes organizacións en favor desta idea do ‘partido cartel’ cunha estrutura completamente vertical e no que non interesan as bases.
Infortunadamente, os partidos políticos que xurdiron do 15M acabaron reproducindo unha nova casta. Pero por que acabou funcionando con esa verticalidade? Porque os cadros primordiais da nova organización tiñan a incultura política e os hábitos adquiridos nas formas de organización que eles mesmos criticaban. E aínda que nun momento propuxeron rexeneración, na práctica acabaron funcionando así e tamén pasou no propio nacionalismo, no BNG a partir do 2003. Temos que ter en conta, sempre, os nosos propios erros e facer autocrítica.

Creo que eu sempre tiven en conta que nós temos problemas internos na nosa sociedade dos que sempre se lle bota a culpa por parte das elites dirixentes aos cidadáns e non é así. Nos cidadáns hai de todo, pero nas elites están eses vicios adquiridos de corte non democrático nas súas pautas de comportamento interno. Agora átame esa mosca polo rabo, como resolves iso? Pois até o de agora non se resolveu.

ENTREVISTA BEIRAS - 5

Ata que punto nós subestimamos o ataque do Estado? A través da xudicatura, vemos como o Estado atacou e ataca os movementos sociais, a Podemos, ao independentismo vasco e catalán... Debemos telo en conta nestas análises?
Por suposto, eu non o subestimo en absoluto. É o que Gerardo Pisarello chamou “un proceso desconstituínte”. En positivo, a cidadanía quere mudar as cousas, di que hai que ir cara unha nova creba democrática, que este réxime non pode ser, que esta Constitución xa non vale... Pero, ao mesmo tempo, hai un proceso deconstituínte dende as propias estruturas do Poder. E o paroxismo disto é cando a cúpula do Poder Xudicial se convirte nun poder golpista e sediciosa polo menos dende hai cinco anos. O problema está en que a Constitución non dota á cámara de representantes dos resortes necesarios para impedir ou cando menos para coartalo. E igualmente coa lei que regula a escolla do CXPJ e polo tanto de tódolos órganos xudiciais. É grotesco, surrealista, o esperpento do Valle Inclán. E a Unión Europea, incapaz de facer nada. 

En que sentido?
No canto de ser o resultado dunha gran confederación, un construto político, a UE pasou a ser unha institución ao servizo do gran capital. E como o gran capital europeo está trufado do gran capital norteamericano pois funciona como funciona, que non pode nin lexislar, senón que colexisla. Entón que carallo de democracia é esa? A Unión Europea é un espellismo. Evidentemente, todo isto está sostido polos grandes poderes mediáticos ou, como lle digo eu, a fábrica de estupefacientes. Nos anos noventa falábase da Brunete mediática, agora aquilo é un anano comparado con isto.

Sen exculpar a ninguén, quizais tamén falta certo recoñecemento dos poderes salvaxes que dicía Ferrajoli.
Sempre o recoñecín. Por que cres que nós aceptamos concorrer con estas alianzas? Eramos conscientes. Pero o primeiro que tes que facer como organización política é a revisión dos teus erros porque a esquerda está abocada a repetilos e cando os repite é peor aínda que a primeira vez que os cometeu. Por suposto que hai culpas no Estado español, pero tamén as hai no país e non hai excusa.

Falabas antes e falouse moito da relación de Yolanda Díaz co espazo político de AGE e, noutros lugares, dixeches que non fas axustes de contas, pero que leccións extraes desa relación coa esquerda federal e deste cambio de ciclo político que poidan servir para o futuro da esquerda?
Vós credes que hai cambio de ciclo?

Polo menos é decrecente en canto a rendemento político.
Estamos no mesmo ciclo, pero nun momento de decadencia e descomposición. O aparato deste réxime, que é un réxime podre e en estado de descomposición dende polo menos hai 15 anos, é como unha planta carnívora. Non crea nada e devora todo. É como esa imaxe do cadáver que parece que se move, pero o que pasa é que son os vermes que están dentro comendo. O réxime é o cascarón, a superestrutura, que cando chega a gobernar a esquerda, como pasa cos gobernos de Pedro Sánchez, ten o Goberno, pero non ten o poder. E onde está o poder? Fóra! E ademais lonxe das institucións políticas, sempre foi así, está ben claro. É o gran capital quen manexa os fíos. Porén, hai etapas nas que non lle queda outra que chegar a acordos.

De onde vén iso?
Estamos nun período contrarrevolucionario longuísimo que empeza nos anos setenta. A min asómbrame non ver utilizar a dirixentes da esquerda isto que acabo de dicir. Non se utiliza esa expresión, quizais asusta á xente, pero que outra cousa é? Un ciclo contrarrevolucionario. Iso está claro en [Giovanni] Arrighi ou [Immanuel] Wallerstein. Estou moi de acordo coa tese de Arrighi de que a fase decadencia dunha hexemonía acaba nun período de caos sistémico, que é onde estamos agora.

Como ves o crecemento da extrema dereita?
O gran capital é o que crea a ferramenta do fascismo. Canto se tardou na esquerda e nos medios de comunicación de esquerda en denominar fascismo ao que temos hoxe? Canto se tardou en percibir que o proceso de fascistización das sociedades europeas occidentais viña dende os anos noventa? Cando eu dicíao, moitos amigos, mesmo de esquerda de verdade, dicíanme “Beiras pásaste”. Cando eu escribín por primeira vez que os israelís eran os nazis de arestora, así literalmente, foi nun artigo na madrugada en que se declarou a Guerra do Golfo. Era o ano 1992, ao final, pasábame de rosca? 

Entón, cal é a diferenza entre os fascismos dos anos vinte e trinta do pasado século e os actuais? 
A diferenza crucial é a morfoloxía do gran capital. Daquela, os capitais hexemónicos eran os capitais monopolistas dos Estados. Por iso o Estado tiña tanta importancia e por iso había que coller o aparato do Estado e prohibir todo: a liberdade de prensa e de partidos, etc. Os líderes da esquerda, que non teñen porque ser grandes intelectuais, si que teñen que ter acceso a estes coñecementos dalgún xeito. Se queredes un sarcasmo, dígovolo cun dos problemas da esquerda. É tan improbable que un politólogo formado nas universidade sexa un bo político como que un crítico literario escriba unha boa novela. Hai poucos.

A historia evolúe en espiral, en tres dimensións. Se ti, un analista, proxectas sobre un plan en dúas dimensións, tes un círculo

Aproveitando eses paralelismos que fas cos anos vinte, sobre a túa propia biografía. Ti naces cando o imperio con máis alcance da historia está no seu mellor momento de desenvolvemento. E agora estamos no comezo da súa decadencia ou polo menos en confrontación contra o imperio emerxente que é China. Estás na Sorbona cando está acontecendo todo o de Arxelia e agora estamos nun momento no que está acontecendo o de Gaza. Como interpretas este paralelismos no sentido de que tipos de relación entre pobos, no marco do internacionalismo, teñen que traballarse agora?
Intentar contestar a isto sería pura soberbia, pero podo intentar dicir algunhas cousas. A historia non se repite. Iso é unha mala lectura do brumario de Marx. El non fala da historia, el fala dos dirixentes. É moi distinto. A historia si que evolúe en espiral, en tres dimensións. Se ti, un analista, proxectas sobre un plan en dúas dimensións, tes un círculo. Pero se introduces a terceira dimensión, é unha espiral. Entón, hai momentos na espiral que estás na vertical de algo que aconteceu anteriormente e é análogo, pero non é o mesmo. Isto é o que está a acontecer coa metamorfose dos fascismos en sentido amplo, non no sentido estrito político. Cómpre coñecer ese pasado para non repetir eses erros, dende logo. Que pasa na República de Weimar nos anos trinta na esquerda? Por unha banda, o stalinismo empeza a facer machadas no partido comunista alemán. Pero, ao mesmo tempo, o Partido Socialdemócrata de Alemaña (SPD) e o Partido Comunista Alemán (KPD) están enleados nunha retesía mentres o nazismo está en ascenso. É un momento clave. Cando os nazis queiman o Reichstag, collen un chibo expiatorio comunista que non era alemán, importante. Entón, o partido nazi propón a expulsión dos deputados comunistas, que eran arredor de oitenta. E a SPD vota a favor da expulsión dos deputados comunistas. Agora, pensade en cousas que están acontecendo nos últimos tempos. Mirade por exemplo o festival de Eurovisión, onde os rusos son malísimos e os xenocidas israelís, non. E se te rebelas contra iso, es antisemita. Só unha mostra. Con que os dirixentes da esquerda lesen o capítulo sobre os anos vinte e trinta de O eclipse da fraternidade de Antoni Domenech, algo sacarían. Dende logo, Yolanda Díaz aprendería algo.

ENTREVISTA BEIRAS - 6

Que tipos de relación entre pobos, no marco do internacionalismo, teñen que traballarse agora?
Sobre o internacionalismo, algo xa se fixo, pero acabou como o rosario da aurora. Os Foros Sociais Mundiais. Era a nova Internacional, só que non era unha Internacional de partidos. Era unha internacional de redes de combate altermundista fronte a globalización actual. En canto a partidos políticos, só había nas últimas xornadas unha especie de foro, a proposta do grupo onde estaba Camilo Nogueira do BNG e Os Verdes-ALE. Eu vivín todos os foros agás o primeiro. Sabedes cal foi a cifra de inscrición no 2003? 150.000 persoas. Hai algún caso análogo nestes vinte e pico anos que pasaron? Logo foi Bombay, Portoalegre, Kenia e Belém do Pará, onde emerxen todos os movementos indixenistas dos pobos orixinarios. Alí tamén se crea a rede mundial dos dereitos dos pobos, dende os maias guatemaltecos até os mapuches de Chile e Arxentina. Foi impresionante.

Cal era ese novo suxeito histórico?
Dende as revolucións do XIX, o suxeito histórico, o motor do avance histórico era un suxeito homoxéneo, de clase. Fundamentalmente, o proletariado industrial. Hoxe, o suxeito histórico é plural e diverso e, naquel momento, tiña que lanzarse á palestra política: teríamos a nova Internacional. Aquel modelo dos Foros Sociais Mundiais estaba chamado a ser a nova Internacional sempre que se conectase coa instancia política, pero non se fixo. En calquera caso, a hexemonía yankee é como un dinosaurio ferido de morte. Nos seus últimos coletazos aínda pode destruír moitísimas cousas.

Como cres que hai que actuar neste momento histórico?
Nas relacións internacionais hai que tecer relacións entre as cidadanías e das súas organizacións, como se fixo no primeiro decenio deste século nos Foros Sociais Mundiais, pero catapultándoo á instancia política. E nesa instancia política existen as ferramentas e os actores capaces de participar diso e servir de ponte coa sociedade civil? Pois non porque a maior parte nin sequera saben de que vai. A min resúltame difícil crer que se os dirixentes de Sumar, de Izquierda Unida ou de Podemos tivesen conciencia destas cousas fixesen a cantidade de estupideces que levan feito nos últimos anos. Están cegos, non ven nin a realidade circundante. Iso que significa? Unha mediocridade alarmante.

O tema é quen prende a mecha. Precisamos lucidez e coraxe e onde está a fallar é por arriba, non por abaixo

Ti naces cando o imperio con máis alcance da historia está no seu mellor momento de desenvolvemento. Agora, estamos no comezo da súa decadencia ou polo menos en confrontación contra o imperio emerxente que é China.
A hexemonía ianqui en que se basea? Non é a primeira potencia industrial dende hai moitísimo tempo; non é a primeira potencia militar en terra, enlámase sempre, Afganistán, Iraq e Ucraína; e tampouco é a potencia exclusiva en armas de disuasión. Entón en que é a primeira potencia? Nos circuítos financeiros mediante o que fixo Nixon cargándose os Acordos Bretton Woods e tódolos Estados convertéronse en feudatarios do monarca, como na Idade Media. É o que lles queda, pero que porcentaxe da poboación, da produción industrial e do PIB mundial representan agora os BRICS? Esa é a sentencia de morte da hexemonía ianqui. 

Sobre a túa propia biografía, explicaches que nun momento “descarrilaches”, isto coincide coa etapa do desencanto. Dalgunha maneira, despois de todo o ciclo do cambio vivimos outra etapa de desmobilización, que similitudes atopas entre ese final da utopía do 68 que ten lugar ao redor dos 80 e a nosa etapa?
Hoxe non hai un desencanto no sentido de que a cidadanía estea desmobilizada. Hai un efecto do que foi a traizón do PSOE en setembro de 2016 combinado con que todas as enerxías das prazas se vertesen na política institucional das Cortes e as súas derivas. Iso deu lugar a que esa cidadanía se convertese nunha esquerda social orfa. Pero o polvorín está aí. O tema é quen prende a mecha. Precisamos lucidez e coraxe e onde está a fallar é por arriba, non por abaixo.

Estamos a pagar agora o fraude da Transición. O desencanto foi o da xente que estaba convencida de que se ía desmontar o réxime franquista e que ía haber un proceso constituínte. Pero no canto diso, metéronnos a reforma do irreformable. Un réxime totalitario antidemocrático non se pode reformar.

ENTREVISTA BEIRAS - 7

Considéraste derrotista?
Non aposto pola esperanza porque sempre estiven marcado polas lecturas da miña adolescencia. A miña xeración vivía como auga de maio toda a literatura e a filosofía da xeración perdida americana e do existencialismo francés. Era todo escuro. Pero si teño a convicción de que a Historia non vai para atrás. Só ten ciclos de involución. No horizonte que eu vexo, teño a impresión de que a saída deste réxime non vai vir polo traballo político que se faga dentro das institucións do réxime. Hai que estar, si, e ser valente e rotundo, non palanganear. Pero vai vir por unha rebelión cívica. En Galiza pasou co Nunca Máis e pode volver ocurrir cando menos o pensemos. Non esquezamos que as revolucións na historia de Europa nunca foron preditas antes de cumplirse. Nin a do 48 nin a Revolución Francesa do 89 nin a Comuna de París nin a Revolución Mexicana de principios de século nin a Revolución Soviética nin o Maio Francés ao que, por certo, Compostela adiantouse tres meses. E sen falar das revolucións da periferia. Pero, claro, eu non o vou ver a non ser que sexa cedo (ri). 

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angelrojorv
4/8/2024 15:42

O es izquierda confederal o es izquierda con hiperliderazgo, las dos cosas no

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Belenos
29/7/2024 19:55

P.D.: La seccion SOLO PARA SOCIAS es excluyente y cualquier cosa menos igualitario. Un/OS no costaba nada y abarca a mas poblacion. Exigir derechos para unos sacandoselos a otros y metiendonos a todos en el mismo saco y repartiendo carnes de machista tiene un nombre.

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Belenos
29/7/2024 19:22

Comentas la noticia y no te publican el comentario, o lo publican mañana o de madrugada cuando nadie lo va a leer o eso o tienen al comisario de una checa filtrando, El lema es subscribete y comenta sin moderacion, pero si no sueltas la pasta, ya es otra cosa?

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Belenos
29/7/2024 19:04

Sin moderacion?

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Belenos
29/7/2024 19:02

LLamar nacionalismo proguesista a quien comparte grupo, en eso que llaman UE, con los que le votan a ursula, es perder crediblilidad y alejar a votantes hartos de que les mientan.
El bng la cago cuando se acosto con el psoe (la derecha moderada, a pesar de que muchos de sus dirigentes miiltaron en la falange) y muchos dejamos de votarles, total votar al bng para que tus votos vayan a un gobierno del psoe...
Solo querian formar parte de algun gobierno. A un pais, mas bien a sus paisanos no los representas aliandote con un partido nacionalista español ni, como ahora coaligandote con los verdes votantes de ursula, en vez de aliarte con la izquierda europea, o el bng no es un partido de izquierdas? Lo de la estrellita roja es de adorno? No hay nada mas democratico que la anarquia y que los lideres y los que tomamos las decisiones seamos todos y al lider o pastor que lo sigan las ovejas o los borregos. Salud.

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pipe49
28/7/2024 22:43

Beiras, el personaje, me cae bien. Beiras, el político, me parece que tiene un exceso de ego que, a menudo, le ha nublado la visión de las cosas. Los dirigentes de izquierdas deberían tener como prioridad embridar sus egos, entre otras cosas, porque los egos inflados responden a valores de derechas.

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Nui
25/7/2024 18:48

Muy lucido como siempre Beiras.. Buena entrevista. Gracias a ambos.

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peio
25/7/2024 13:22

Muy interesante entrevista. Nos da la oportunidad de leer las palabras de un líder que ha sido de primera fila hasta hace nada, mediante las que desbroza el paisaje político reciente y simplifica los problemas irresolubles que desde la izquierda (psoe es derecha) nos venden como dramas shakespearianos.
Pues no lo son. Desde mi punto de vista y desde hace un tiempo ya, he resumido esos presuntos dramas como falta de profesionalidad. Hablar es muy fácil y soltar discursos biensonantes más, pero si presentas una candidatura política basada en palabras, estás vendiendo un libro no un proyecto político. Nadie dice que sea fácil, pero si me presentara yo en este plan el hecho sería rápidamente identificable: fraude.

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fllorentearrebola
25/7/2024 7:46

Dónde se demuestra que si bien todos los líderes de la izquierda española y españolista son incapaces de pensar en otra cosa que la reproducción de sus privilegios personales y de casta, en otros pueblos y otras naciones cabe la autocrítica, la honestidad y la capacidad de pensamiento crítico. Muito obrigado Beiras!!!!

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Rafa
25/7/2024 7:09

Es el tipo de titular que te incita a NO leer el resto del artículo. Sobre todo porque produce justo lo que denuncia. Imagino que se referirá al engendro creado para destruir a la izquierda de este país. Todos sabemos a quien me refiero.

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isa
25/7/2024 14:06

El dedo y la luna...
La chicha (y de la buena) está en la entrevista : claro, conciso y concreto. Un gusto leerle

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fllorentearrebola
25/7/2024 11:06

Está claro a quien te refieres: Podemos y sus secuelas

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Rafa
26/7/2024 7:13

Podemos el original crece, sumar la secuela decrece es la realidad aunque te pese

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Luis M
28/7/2024 20:57

Si ya nos conformamos con estar por debajo del partido conspiranoico SALF es que estamos muy jodidos

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xanferreiro
25/7/2024 16:31

Creo que no conoces suficientemente al Sr Beiras , comienza aprendiendo a Sumar

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Rafa
26/7/2024 7:11

Hablo del titular....no me gustan los titular "gancho" eso lo dejo para prensa amarilla

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isa
29/7/2024 18:17

Y del contenido de la entrevista ¿Qué opinas?. Porque tiene enjundia, creo yo

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