Galicia
Caos en el mayor centro de FP de Galicia por sus obras: profesorado y alumnado trabajan entre polvo, ruido y escombros
El profesorado del CIFP Manuel Antonio, el mayor centro de Formación Profesional de Galicia, lleva desde el inicio del curso denunciando una situación que califican de “insostenible”. Las obras de impermeabilización de las cubiertas coincidieron con el inicio del curso y, según aseguran, se están desarrollando sin cumplir las condiciones mínimas de seguridad establecidas por la Ley de prevención de riesgos laborales. El equipo docente insiste en que no se opone a las reformas, pero considera imprescindible que estas se realicen “con seguridad, planificación y respeto por las condiciones de trabajo y aprendizaje”.
Profesorado, alumnado y personal no docente —cerca de 2.000 personas— trabajan entre ruidos por encima de lo permitido, caída de escombros, polvo en suspensión y fuertes olores. La comunidad educativa alerta de que la situación está afectando a la salud, el aprendizaje y el normal desarrollo de la docencia práctica. “Estamos ocho horas todos los días expuestas a polvo, escombros, olores, alquitrán... No sabemos bien a qué estamos sometidas”, resume el profesorado.
Los problemas se acumulan: aulas cerradas, materiales estropeados y equipos de laboratorio dañados por los cortes eléctricos provocados por la obra. Según afirman, sigue lloviendo en muchos puntos del edificio y calculan pérdidas de miles de euros en equipamiento especializado. Además, denuncian la presencia de residuos tóxicos, como tubos fluorescentes, abandonados sin señalización ni control.
El profesorado asegura que sigue sin acceso al plan de prevención de riesgos ni al libro de obra, dos documentos básicos para conocer el impacto real de las intervenciones. Explican que fue necesario recoger firmas para forzar la convocatoria de un claustro extraordinario, ya que la dirección no tenía previsto informar sobre la situación. Durante esa reunión, celebrada hace tres semanas, la dirección se comprometió a solicitar el informe de riesgos, pero desde entonces no han recibido respuesta.
Mientras tanto, docentes y alumnado permanecen cada día en las aulas expuestos a polvo y fuertes olores a alquitrán, sin saber qué medidas de protección deberían adoptar. Según afirman, no se les está facilitando ningún tipo de EPI, pese a que los operarios de la obra sí emplean mascarillas.
El profesorado del centro situado entre Vigo y Mos solicita a la Consejería de Educación y a la Unidad Técnica responsable de la obra una evaluación urgente de la situación por parte de los servicios de prevención, la entrega de toda la documentación relativa a riesgos laborales e información transparente y regular sobre el estado de los trabajos y los plazos previstos.
También reclaman un plan alternativo que garantice el desarrollo de las clases prácticas, así como una dotación económica extraordinaria para reparar el equipamiento dañado y depurar responsabilidades por los daños causados. “No contamos con una previsión de dónde tenemos que dar las clases al día siguiente”, explican. “La redistribución de las aulas se está haciendo en un espacio muy pequeño donde las aulas no están habilitadas para grupos tan numerosos”.
El próximo martes, 4 de noviembre, está convocada una nueva concentración en la entrada principal del CIFP Manuel Antonio para reclamar condiciones de seguridad mínimas y transparencia sobre el avance de las obras.
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