Feminismos
Estitxu Garai: “El matriarcado vasco no existe, lo que sí existe es el patriarcado vasco”

Junto con Jule Goikoetxea, Lore Lujanbio y Zuriñe Rodríguez, Estitxu Garai es autora del libro Euskal demokrazia patriarkala, que se presenta hoy en Donostia.

Estitxu Garai
Foto cedida por Estitxu Garai

Es doctora en Comunicación Social, profesora en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, miembro del grupo de investigación Bilbao-Barcelona Critical theory y colaboradora de varios medios como analista política. Y mientras escribía Euskal demokrazia patriarkala (editorial Elkar), libro que se presenta hoy en Donostia, ha tenido dos criaturas. ¿Cómo? Con la práctica feminista de sus tres compañeras de investigación, que “han tirado del carro” cuando ella ha estado ausente y le han “facilitado la reincorporación” al libro que Estitxu Garai firma junto con Jule Goikoetxea, Lore Lujanbio y Zuriñe Rodríguez. Es precisamente práctica feminista lo que le piden al Estado, porque sin servicios públicos potentes, la entrada de la mujer al mercado laboral implica doblar jornadas y precarización laboral —o seguir dependiendo de los recursos de los hombres para las que no han entrado—, por tanto, sostienen, la democracia para nosotras sigue siendo de peor calidad. 

Lleváis años investigando las relaciones entre el patriarcado y la democracia, qué ganas teníamos muchas de que publicarais vuestro libro. 
¡Gracias! Hemos intentado destripar el patriarcado liberal y crear un sistema conceptual para entenderlo y combatirlo. Nos hemos centrado en Euskal Herria, pero el valor de nuestra investigación reside en que se puede replicar en cualquier país europeo, por lo que consideramos que es una aportación valiosa.

Ese sistema conceptual que mencionas es complejo de entender hasta que lo visualizas en un esquema. Vamos a intentar definir sintéticamente los conceptos. ¿Qué es la desfamiliarización?
Es la independencia material de las mujeres respecto de los hombres. Un concepto clave, junto con el de desmercantilización, para medir el nivel de despatriarcalización. Con la incorporación de la mujer al mercado laboral, la desfamiliarización también se ha dado mercantilizando su fuerza de trabajo, pero al hacerlo en condiciones muy precarias, neoliberales y patriarcales, llevan a un nuevo tipo de esclavitud. La desfamiliarización tiene que ser mediada por los poderes públicos, ir de la mano de la desmercantilización. Que las mujeres dispongan de servicios y recursos públicos a pesar de no entrar en el mercado, es decir, estar al margen de la mercantilización privada.

Al sistema se le da la vuelta teniendo en cuenta el trabajo total que realizan las personas: tanto el remunerado como el no remunerado

¿El tópico de que los países nórdicos son los más amables de vivir para las mujeres se cumple?
Se cumple. Como socialdemocracias decidieron otorgar derechos de forma universal, por lo que son un ejemplo de políticas públicas de desfamiliarización; aunque también allí cada vez es más complicado, debido al sistema de privatización de la democracia, que explica de manera detallada en su libro nuestra compañera Jule Goikoetxea. Para garantizar el bienestar colectivo hacen falta políticas públicas, por eso reivindicamos la publificación y las políticas feministas innovadoras.

¿Cómo se le da la vuelta al sistema?
Entre otras muchas cosas, teniendo en cuenta el trabajo total que realizan las personas: tanto el remunerado como el no remunerado. En el libro analizamos sistemáticamente las cuatro dimensiones de reproducción del patriarcado: el trabajo remunerado, el trabajo no remunerado, el estado y el ámbito socio-político. Concluimos que el trabajo gratuito, principalmente las labores domésticas y de cuidados, siguen recayendo sobre las mujeres. Los hombres se han incorporado a algunas tareas, pero son en su mayoría lúdicas y no rutinarias. No es lo mismo ir al parque que cambiar el pañal. Partiendo de esa base proponemos, por ejemplo, un sistema público de cuidados obligatorio y rotatorio.

Como hemos visto en esta pandemia, en la que la única tarea que ha aumentado en los hombres es la de bajar al supermercado. 
Cuando hacer la compra era el único respiro del confinamiento, hemos visto que los hombres han realizado más esa actividad, y no es casualidad. Las tareas que tienen alguna recompensa se asumen más por los hombres, al igual que las que tienen reconocimiento público. 

Reconocimiento público, vamos yendo al meollo del asunto...
Partimos de las cuatro dimensiones mencionadas y aportamos estadísticas y datos cuantitativos, que intercalamos con fragmentos de las 46 entrevistas realizadas, pero nos parece vital tener en cuenta también el capital simbólico y la violencia simbólica. 

Traduce.
El prestigio o no que se le da a las cosas y la violencia mediante las categorías de pensamiento.

Cuando nosotras hacemos algo vale uno y cuando un señor hace lo mismo, vale el triple.  
Eso es. Los trabajos considerados reproductivos no se hacen de manera gratuita porque sean reproductivos, sino porque los realizan mujeres y no se les da el valor que merecen. Para explicarlo me gusta mucho la metáfora de las cestas: no es solo que los hombres tengan tres manzanas y las mujeres una, sino que la cesta del hombre se considera de oro y la de la mujer de mimbre, por lo que en sí la cesta, el continente, vale mucho más. Las propias categorías de hombre y mujer adquieren un capital simbólico diferente. Eso se hace con violencia simbólica que tragamos desde bien pequeñas, enseñándonos que características, tareas y espacios nos corresponden y cuáles no. Casualidad, todo lo prestigioso y valorado en los ámbitos de poder responde a características que se consideran masculinas. Nosotras trabajamos más, pero tenemos menos capital simbólico, que se traduce luego también en menos capital material. Por eso defendemos que deben desaparecer las cestas, las categorías, que permiten esa segregación. 

Nosotras trabajamos más, pero tenemos menos capital simbólico, que se traduce luego en menos capital material. Por eso defendemos que deben desaparecer las las categorías que permiten esa segregación

Economía feminista
Jule Goikoetxea: “En una economía feminista, el cuidado sería obligatorio y rotatorio”
Profesora de ciencia y teoría política en la Universidad del País Vasco, esta experta en gestión pública dice estar cansada estos días de leer opiniones socioeconómicas y políticas “infumables” a raíz del covid-19 y defiende una república feminista.

¿Qué tipo de sociedad es la vasca?
Comparando con los regímenes de bienestar europeos, Hego Euskal Herria responde a un régimen de bienestar mediterráneo, que es el mismo que el del Estado español, Italia y Grecia. El más familiarista, es decir, el más patriarcal. El bienestar de las mujeres depende de la familia. En cambio, Iparralde pertenece al de los estados conservadores, como lo es Francia. El oasis vasco no existe.

Imagino que el matriarcado vasco tampoco.
Tampoco. Lo que sí está claro es que existe el patriarcado vasco.

¿Qué es la familiarización?
En qué medida dependen las mujeres de los hombres, de los sueldos y recursos de los hombres, para conseguir bienestar. 

¿Y la mercantilización?
La mercantilización es el nivel de participación de las mujeres en el mercado, así como el tipo de participación. ¿Qué contratos tienen, nos preguntamos?

La despatriarcalización requiere de la desmercantilización de la sociedad a través de políticas publificación y políticas feministas innovadoras

No me sorprenderé si dices parciales…
El 80% del empleo parcial lo hacen mujeres. Las condiciones de las mujeres son mucho más precarias: con un 25% menos de sueldo y las pensionistas, con una pensión un 43% más baja. El 75% de los trabajadores (o mejor dicho, trabajadoras) que no están cubiertas por negociación colectiva son mujeres. Y trabajamos de media 7 horas más a la semana. Después de tener hijos o hijas, el sueldo de las mujeres baja en torno a un 4% y el de los hombres sube un 6%. Los tentáculos del patriarcado están bien ligados al sistema capitalista. Por eso hablamos de que la despatriarcalización requiere de procesos de desmercantilización. En estas condiciones no se puede hacer nada. Solo así podremos ampliar algo la calidad de la democracia. 

Si democratizar, es decir, despatriarcalizar, implica que las mujeres avancemos en nuestras posiciones, eso conlleva que los hombres pierdan sus privilegios, algo que es incluso difícil que ocurra en ámbitos de izquierda. ¿Cómo lo conseguiremos a gran escala? 
La izquierda patriarcal merece otra investigación. Apuntado. Desde el punto de vista del privilegiado —y los hombres, aunque de izquierdas, siguen siendo hombres—, las prioridades siempre son otras, y es difícil darse cuenta de que estás actuando o argumentando así porque te conviene para no perder tu posición. Nos ocurre lo mismo con la izquierda española, desde su posición privilegiada de tener un estado, cuando opinan de la situación de las naciones sin estado: las prioridades siempre son otras.

¿Qué ha revelado el confinamiento?
Que muchos de los servicios considerados esenciales son trabajos profundamente feminizados y precarizados, y ha tenido que venir una pandemia mundial para visibilizar que, aunque son los esenciales para vivir, no se valoran. Es la lógica de la violencia simbólica que mencionábamos antes. No se valoran porque los realizan mujeres, y viceversa, los realizan mujeres porque no se valoran. Hay que prestigiar y dignificar estas labores. También hemos visto cómo se ha aumentado la carga de trabajo de las mujeres. Nuestro libro tiene vocación práctica, y en esta crisis, han quedado de manifiesto las carencias de nuestro sistema político, social y económico. Por eso, creemos que ha mostrado de manera muy cruda la pertinencia de nuestras propuestas.

Y por si fuera poco, para las no esenciales llegó el teletrabajo.
Con las escuelas cerradas e impulsando el teletrabajo, las horas no remuneradas de las mujeres han aumentado muchísimo. Es momento además de abordar también el teletrabajo desde una óptica feminista, porque están creando una ley al respecto y es un riesgo real que aumente la simultaneidad de las mujeres, cuidando y trabajando al mismo tiempo, lo cual hará que se incremente su precariedad y las horas de trabajo gratuito.

¿Cómo ha sido la escritura a ocho manos de este libro?
Una gozada. Mientras hemos gestado esta investigación, he tenido una hija y un hijo, y hay que ver cómo las compañeras han tirado del carro y cómo luego me han puesto facilidades para reincorporarme. Esto es práctica feminista y esto es un ejemplo de lo que le pedimos al sistema público.

Brecha salarial
Esto es la brecha salarial: un 30% menos de salario si barres en el interior

Un barrendero que escoba las calles de Bilbao cobrará este mes 1.477 euros, frente a los 1.028 euros de quien barre el interior de los edificios municipales. Ellos se ocupan del espacio público visible. Ellas, del invisible.


Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Integración Social Stop Subcontratación: por un sector de Intervención Social público
La lucha de dos años de trabajadoras y trabajadores de Intervención Social de Bizkaia culmina con la firma del convenio. ESK destaca la movilización y apoya la publificación para equiparar condiciones laborales al ámbito público.
PSOE
Polémica en Igualdad El señalamiento por los contratos a su pareja pone en jaque a la directora del Instituto de las Mujeres
La ministra de Igualdad pide explicaciones y Sumar una comparecencia en la Comisión de Igualdad de Isabel García tras la publicación de información sobre supuestos amaños de contratos. García se defiende en un comunicado.
País Vasco
EITB Los micrófonos se apagan por la precariedad en EITB
Tras 13 años sin renovar el convenio, y con una Dirección del organismo público tomando decisiones “unilaterales”, según denuncian los sindicatos, los trabajadores de las radios no pueden más.
#64144
27/6/2020 9:42

El proyecto de regeneracion democratica de la izquierda del capital se traduce en una opcion personal; la representacion, la mediacion se convierten en una posibilidad de salida profesional para individualidades cualificadas que sinopciones en el mercado laboral convencional encuentran en las representaciones del capital (instituciones varias) una via de valorizacion de sus capacidades.

0
0
#64073
26/6/2020 9:33

¿Dónde puedo encontrar el libro? ¿Está en euskera? ¿Lo vendéis vosotros? Gracias

0
0
#63924
24/6/2020 9:31

Un artículo bastante terf. No he visto en ningún momento que se añada CIS a mujeres, y la autora es persona gestante. Además no sé ha hablado de los trans en ningún momento.

4
3
#63848
23/6/2020 11:49

Feminismo = victimismo eterno

20
12
#63935
24/6/2020 11:40

que va los nacionalistas siempre decís que la nación está en peligro, más lloriqueos por eso difícil

0
2
#63925
24/6/2020 9:51

Hace 50 millones de años un meteorito impactó con la tierra con la consecuente extinción de los dinosaurios, las mujeres las más perjudicadas, claro está.

4
2
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”

Últimas

Más noticias
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.

Recomendadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.