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Extremadura
Combatir la falta de material sanitario con organización popular 3.0
Casi quinientas personas, a lo largo y ancho de toda Extremadura, y prácticamente desde que se decretara el estado de alarma y el consiguiente confinamiento, están organizadas autónomamente, al margen de cualquier iniciativa oficial o institucional, elaborando miles de viseras para Equipos de Protección Individual (EPI) frente al Covid 19.
Casi quinientas personas, a lo largo y ancho de toda Extremadura, y prácticamente desde que se decretara el estado de alarma y el consiguiente confinamiento, están organizadas autónomamente, al margen de cualquier iniciativa oficial o institucional, elaborando miles de viseras para Equipos de Protección Individual (EPI) frente al Covid 19. Dichas viseras, de uso preferentemente clínico (básicamente consisten en una lámina de acetato para proteger el rostro y sus necesarios mecanismos de anclaje y sujeción) son elaboradas con impresoras 3D de las que disponían numerosas personas en sus hogares. Aunque la práctica totalidad de la producción sale de casas particulares, también cuentan con la colaboración desinteresada de pequeñas empresas, aportando materiales o maquinaria que acelere el proceso. Como nos cuenta Antonio, desde Cáceres, “desde el inicio de la crisis la comunidad maker ha estado desarrollando y produciendo soluciones dentro de sus posibilidades. Hace meses que circulan por internet diseños de diversos EPIs e instrumental sanitario. Se han organizado diversos grupos para distintos desarrollos”.
La respuesta, efectivamente, tan pronto como empezó a rodar la iniciativa, fue exponencial en su desarrollo, dándose el caso de que una tienda de informática de Plasencia terminó, desde el inicio de la cuarentena, con todas sus existencias de impresoras 3D, previsiblemente vendidas a particulares después incorporados a la red colaborativa. La elaboración casera de una visera, hablando de impresoras estándar, puede llevar entre 50 minutos y una hora y media.
Una densa comunidad con base en diferentes plataformas de las redes sociales está haciendo posible que todo esto suceda
La organización nació sencilla y horizontal, con origen también en el resto del Estado (Corona Makers), aunque ahora la estructura extremeña, como otras existentes en otras comunidades, está autonomizada salvo en lo relativo a compartir recursos tecnológicos e iniciativas posibles. “En el tema concreto de las viseras nos hemos organizado por comunidades autónomas y después por comarcas. En Extremadura ya hay más de 400 personas colaborando. Estamos investigando todas las formas de fabricación. Desde impresoras 3D, a cortadoras láser o simples máquinas de coser. Hay distintos modelos para cada máquina. Además hemos conseguido un sistema de distribución y suministro de materiales desde la nada, gracias a las donaciones y esfuerzo de empresas, particulares y servicios públicos”, subraya Antonio.
Una densa comunidad con base en diferentes plataformas de las redes sociales está haciendo posible que todo esto suceda. Hay grupos organizados en diferentes lugares: Mérida, Badajoz, Cáceres, Plasencia, Zafra (con una producción diaria, en colaboración con una industria local, de 700 viseras), Navalmoral, Montijo, Almendralejo... En otras localidades, incluso con una sola persona imprimiendo (el caso, hasta ayer, de Villafranca de los Barros, que incluso reparte a poblaciones menores próximas, como nos señala Gabriel), la coordinación con otros lugares funciona telemáticamente y se comparte producción y transporte (además de canalizar demandas locales). De cada nodo de coordinación y producción se distribuye el material, también, a núcleos de población con necesidades (centros de mayores, es el caso más frecuente). Residencias de ancianos y, fundamentalmente, hospitales y centros de salud están siendo los principales receptores, con canales transparentes y claros de demandas y control preciso y público del estado de las mismas, de las condiciones de abastecimiento y de las previsiones y responsabilidades del mismo. Todo ello, organizado y a pleno funcionamiento en poco más de una semana y con el soporte material y voluntario de cientos de personas que, tan pronto detectaron necesidades de material sanitario, pusieron manos a la obra para poner soluciones simples, inmediatas y útiles, como señala Abel, de Mérida, entusiasmado ante “el modelo de autoorganización y comunicación, de descentralización en la producción, ante la certeza de todo lo que puede hacer la gente junta”.
Sencillas hojas de cálculo organizan con precisión plazos, disposición de recursos, peticionarios y entregas, y una sencilla coordinación con responsables locales evita los tapones lógicos en grupos de chat de cientos de personas
Sencillas hojas de cálculo organizan con precisión plazos, disposición de recursos, peticionarios y entregas, y una sencilla coordinación con responsables locales evita los tapones lógicos en grupos de chat de cientos de personas.
La impresión 3D necesita de aparatos cuyos precios pueden oscilar entre 120 (los modelos más simples) y dos o tres mil euros. El material necesario para imprimir objetos tridimensionales es el PLA, el filamento, una materia termoplástica modelable con la que, disponiendo previamente del fichero correspondiente que almacena la información tridimensional (el documento en formato STL), se puede virtualmente recrear cualquier elemento físico. En el caso concreto que nos ocupa, para la elaboración completa de estas viseras es necesario, también, disponer de una importante reserva de acetatos (la pantalla frontal) y gomas para la sujeción a la cabeza. En todo el aprovisionamiento de estos materiales también están funcionando incesantemente redes construidas a toda velocidad y con absoluta eficacia, dato a tener en cuenta en una situación delicadísima de aislamiento y emergencia donde muchas instancias oficiales parecen incapaces de articular con agilidad respuestas a problemáticas relativamente simples de abastecimiento.
Los documentos STL correspondientes los prototipos necesarios, matriz principal en todo el proceso, se han encontrado en la red, donde hay funcionando, desde hace años, multitud de iniciativas de difusión autónoma y autogestionada de tecnología. Thingiverse resulta, en este sentido, un recurso esencial, como nos señala Juan Carlos, desde Plasencia, a la vez que recalca como “todo ha sido colaborativo, suponiendo una enorme satisfacción personal, también, poder emplear este tiempo de encierro en crear tejido, comunidad, solidaridad”. Nuestro interlocutor acaba de dar por muerta una de sus cuatro impresoras, a pleno rendimiento desde el primer momento. “Todos los diseños son abiertos, es decir, que cualquiera puede fabricarlos si dispone de la maquinaria apropiada. En el caso de las impresoras 3D, la inmensa mayoría están basadas también en código abierto y controladores de hardware abierto tipo Arduino. Además, la comunidad creada da asistencia técnica casi instantánea para que casi cualquiera pueda utilizar una impresora 3D si tiene acceso a ella”, recalca a su vez Antonio, desde Cáceres.
No son en absoluto ajenas al éxito y desarrollo de la iniciativa las comunidades previamente existentes en torno al software libre y la tecnología libremente compartida, al margen del mercado y de sistemas propietarios de software y hardware
En Extremadura se trabaja sobre unos de los varios STL existentes, aquel que se ha comprobado más sencillo de aplicar en relación a los diferentes modelos de impresora y de ajustes de las mismas. Esto es así porque la impresión 3D no trabaja ni funciona como la habitual impresión en papel, con ficheros y recursos virtualmente compatibles y universales; cada modelo dispositivo impresor tridimensional requiere de unos parámetros de ajuste particulares (Gcode) y resultaba esencial adoptar el modelo menos problemático y más eficaz habida cuenta de la dispersión de máquinas y de usuarios de las mismas, con diferentes perfiles tecnológicos y de aprendizaje. No son en absoluto ajenas al éxito y desarrollo de la iniciativa las comunidades previamente existentes en torno al software libre y la tecnología libremente compartida, al margen del mercado y de sistemas propietarios de software y hardware.
Todo se distribuye gratuitamente y los criterios varían en función de cada nodo territorial. En Mérida el material se entrega, por ejemplo, al Ayuntamiento, que recoge y distribuye en dos tandas diarias de mañana (hospital) y tarde (centros de mayores, Cruz Roja, Banco de Sangre...), sin perjuicio de que el material necesario, evitando trámites temporales y enfocado fundamentalmente al uso clínico, se pueda hacer llegar directamente. En la capital, también se colabora con la Universidad, que pone a su disposición cortadoras láser, elementos necesarios en el tramo final del proceso. otros lugares hacen los envíos previa demanda y siempre con criterio de uso por organismos, centros e instituciones públicas. Todas las fuentes consultadas han insistido en la completa gratuidad del material elaborado y remarcan la necesidad de que todo el mundo susceptible de ser destinatario de su trabajo conozca ese dato, en previsión de posibles fraudes.
En Mérida el material se entrega, por ejemplo, al Ayuntamiento, que recoge y distribuye en dos tandas diarias de mañana (hospital) y tarde (centros de mayores, Cruz Roja, Banco de Sangre...)
La aplicación de chat Telegram, quizás por las facilidades que otorga para compartir ficheros y ser utilizada en un entorno mixto de ordenadores personales y dispositivos móviles, ha sido fundamental en todo el proceso de gestación y articulación de todo este entramado cooperativo. En Extremadura, cuentan con una dirección general de acceso, pero existen varios grupos locales o comarcales, por ejemplo, aunque no resulta difícil encontrar más con cualquier buscador o consultando directamente en el grupo regional.
A nivel estatal, es el anteriormente señalado Coronavirus Makers, un grupo con más de 16.000 miembros en el momento de escribir estas líneas, la referencia. Basta con acceder a su Telegram para percibir la magnitud del trabajo colectivo desarrollado. Allí se puede encontrar contacto con nodos locales o territoriales, consejos de trabajo (no “hacer ruido” ni dispersar información aleatoriamente ni conversaciones en el grupo es fundamental), sugerencias de colaboración y todo tipo de direcciones útiles. Una web distribuye temáticamente y con claridad todas sus posibilidades: información, contactos, documentación, dudas, análisis, nuevos prototipos... Su twitter, desde el que vehiculan anuncios y comunicaciones fuera de su propio entorno de trabajo, es @CoronavirusMak3.
No se está quedando limitada a las viseras la intervención en Extremadura. En Plasencia, por ejemplo, informan de la posibilidad de empezar a producir palas para respiradores. Algunos programadores de Arduino comentan que, ayudados también de esta herramienta, se pueden crear soluciones para todo tipo de instrumentación. Hardware y software libre al servicio de la comunidad, o como comenta un activista, “pasando del mercado”.
Todas las personas con las que se ha contactado para conocer de cerca esta iniciativa han manifestado la misma identificación con el carácter autónomo y horizontal de la misma, con su efectividad, rapidez y capacidad de aproximación real a los problemas inmediatos. Como resumen y balance final de algo que quizás no haya hecho más que empezar, las palabras sinceras de Gabriel, imprimiendo sin cesar componentes, a solas, en su población: “da gusto hacer esto, solo el pueblo salva al pueblo”.
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