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Extrema derecha
Homosexuales en Alternativa para Alemania
El grupo Alternativa Homosexual, integrado en la ultraderechista Alternative für Deutschland, está llevando a cabo un ‘pinkwashing sui géneris’: desde un partido ‘gay friendly’ y desde la ‘homosexualidad’ se puede defender un proyecto político y social racista, machista, clasista y homófobo.
En marzo de 2016, la conocida periodista de la televisión pública alemana Sandra Maischberger sacó del armario a Alice Weidel con esta pregunta: “En su partido se afirma que las parejas de hecho no son iguales al matrimonio formado por hombre y mujer, y se rechaza la equiparación legal con el así llamado 'matrimonio homosexual', particularmente en lo referente al derecho a adoptar por parte de parejas homosexuales. No lo tome como algo personal, pero usted misma forma una pareja de hecho con una mujer y tienen un hijo. ¿Lleva bien el hecho de que usted no se corresponda con el modelo de familia de AfD?”
En aquel momento Weidel, doctora en Economía, formaba parte de la junta federal de Alternative für Deutschland (AfD). Hoy preside la oposición parlamentaria a Angela Merkel y ha adoptado un segundo hijo junto con su esposa de origen esrilanqués. Su respuesta fue reveladora.
“Sí, va bien. Tiene que ver con cómo se llama a la institución del matrimonio. La conformada por hombre y mujer es el matrimonio y para las parejas homosexuales están las parejas de hecho, lo cual en última instancia no importa (sic). Dentro de AfD tenemos el así llamado Grupo de interés federal de homosexuales en AfD, que no son poca gente dentro del partido, y se ocupan de la separación entre lo privado y la política, y lo que finalmente el Estado hace, lo que el Estado encarna. Todo eso queremos separarlo, y eso tiene que ver, voy a decirlo así, con la política de género que se quiere incorporar a los planes educativos. Eso es un gran malentendido, que yo misma señalo. Yo no soy especialista en este tema, como sabe me encargo de economía, pero es que estos temas no tienen nada que ver con la tolerancia.”
Alice Weidel no es en absoluto la única persona homosexual en ocupar puestos de primer orden dentro de AfD. La lista es larga. Por ejemplo, André Yorulmaz fue la mano derecha de Bernd Lucke, profesor de Economía en la Universidad de Hamburgo y primer presidente del partido. Yorulmaz, hijo de turco y alemana, ha declarado que él y otros homosexuales entraron en el partido para defender Alemania del caos del Euro y que su homosexualidad nunca fue un problema en AfD.
Otros prominentes homosexuales son Thomas de Jesus Fernandes (1974, Schwerin, diputado en el parlamento de Mecklemburgo-Pomerania Occidental), Frank-Christian Hansel (1964, Wiesbaden, diputado en el Land de Berlín), Sven Tritschler (1981, vicepresidente del grupo parlamentario de AfD en el parlamento de Renania del Norte-Westfalia) o David Berger, bloguero, teólogo y antiguo redactor jefe de la revista gay Männer, amén de curador de la fundación afiliada a AfD Desideruis Erasmus. Berger vota por AfD “para poder vivir en el futuro en Berlín como un hombre gay sin miedo a la homofobia islámica”, según señala. Y la lista de homosexuales sigue.
homosexuales organizados de la AfD
Alice Weidel hizo referencia en su respuesta al “Grupo de interés federal de homosexuales en la AfD”, del cual ni ella ni los arriba mencionados forman parte. Este grupo (de hombres, en su aplastante mayoría) nació para desmentir las acusaciones de homofobia: AfD no es homófobo porque dentro hay homosexuales.El grupo, que ahora se llama Alternativa Homosexual (AHO), tiene desde hace cuatro años una agenda de trabajo conformada por conferencias, manifestaciones y publicaciones, y definida por tres grandes caballos de batalla interrelacionados entre sí.
El primero es la impermeabilización de las fronteras alemanas y el control estatal de los musulmanes en Alemania para evitar que “el odio importado hacia las mujeres alemanas y los homosexuales alemanes” siga cobrándose vidas y derechos. Esta última afirmación es de la patrocinadora de AHO, Nicole Höchst (1970, Homburg), diputada en el parlamento federal alemán por AfD, madre de cinco hijos y heterosexual. Höchst ha sido elegida por su partido para formar parte de la junta directiva de la Fundación Federal Magnus Hirschfeld (es decir, financiada con dinero del Estado), la cual trabaja para contrarrestar la discriminación social contra las personas LGTBIQ en Alemania y promueve proyectos educativos y de investigación para recordar y tratar la persecución de estas personas desde la era nazi.
Según rezan los estatutos de AHO, “la lucha contra la islamización de Alemania es fundamental para mantener la tolerancia y para sobrevivir”. Es por ello que, según apuntan, quien defienda la llegada de refugiados “es cómplice de los asesinatos (de mujeres y homosexuales)”.
La manifiesta islamofobia de AHO (y de AfD) se disfraza bajo un discurso de defensa de los “valores occidentales”, en este caso del respeto y la tolerancia hacia gays y lesbianas, que pasa por alto que el componente cristiano (entre otros) de estos valores es homófobo. Es decir, para los homosexuales de AfD, el Islám es radicalmente homófobo, pero el cristianismo y los valores que han sido destilados de él no, negando la homofobia de la Iglesia y demás instituciones y creencias cristianas.
Como bien apunta Curro Machuca, esta interpretación de los “valores occidentales” y del cristianismo pasa por alto todo el largo proceso de secularización que llevó a cabo la izquierda europea a lo largo de los siglos XIX y parte del XX. Como se sabe, durante este tiempo allí donde el Islam es religión mayoritaria se vivía bajo el colonialismo europeo. El proceso de secularización que se inició tras la independencia de las metrópolis fue interrumpido en los años 80 y 90, cuando Occidente apoyó movimientos islamistas, furiosamente homófobos.
El segundo caballo de batalla de la AHO es la crítica a los programas de educación sexual, de diversidad sexual y de género a niños y adolescentes; a las ayudas a asociaciones pro LGTBI; al movimiento feminista y a toda política e institución que no tenga un discurso o una política de defensa de la tríada hombre-mujer-hijos.
Esto entronca con el tercer caballo de AHO, el ataque al “lobby homosexual”, conformado por los “homosexuales de izquierda y ecologistas” —denuncian— que pretenden “imponer formas de vida y roles de género al resto del mundo” (incluidos los homosexuales), instaurando una “Stasi rosa”.
Por ello AHO “rechaza el uso de la palabra homofobia y otras propias del discurso políticamente correcto de la extrema izquierda”. Es un discurso de “organizaciones supranacionales incontrolables que tratan de dictar algo (sic) a los Estados nación”. AHO “exige una política familiar fuerte en beneficio de los niños. Los homosexuales y sus parejas (sic) no se oponen a esto, sino que comparten plenamente los valores conservadores para la preservación de la nación”.
En los estatutos de AHO se puede seguir leyendo frases como: “Las parejas de hecho son un logro emancipatorio. Apoyamos activamente la posibilidad de fomentar la paternidad de parejas homosexuales adecuadas (sic)”.
En el fondo, la lucha de AHO (y de AfD) es contra la pequeña emancipación lograda por las mujeres y las personas LGTBI desde los años 1960 a través de las luchas LGTBI-queer, el feminismo y las deficientes y capital friendly políticas de la igualdad.
maricas malas... y buenos homosexuales alemanes
El trabajo de AHO no se reduce a la crítica, ellos han propuesto un claro modelo de buen homosexual alemán: cisgénero y patriota. En la web de AHO hay tres homosexuales ejemplares: Alexander von Humboldt, Franz Schubert y el rey Luis II de Baviera.Los tres, hombres que se encuentran en el origen y conformación del Estado alemán, aparecen sobre la bandera alemana bajo el título de “¡Maricas y lesbianas! ¡Preservad vuestra dignidad!”. Hombres que, por lo visto, tuvieron affaires con otros hombres. Uno, Luis II de Baviera, termendamente atormentado por su homosexualidad. Todos “dan una imagen de una persona cuya homosexualidad conforma una parte de su carisma”, se lee al comienzo de los tres textos. Dos de ellos acaban con “una nueva fenomenología de la homosexualidad es necesaria, alejada de la transversalización de género y la globalización, corrientes de pensamiento con las que la homosexualidad no tiene nada que ver. El bienestar de Alemania es nuestra libertad”.
En definitiva la AHO y sus componentes son hombres con un enorme problema de homofobia interiorizada. Lo mismo se aplica a el resto de homosexuales de la AfD. Desde la AHO y AfD siempre llega el mismo mensaje: ser lesbiana/marica es, en el mejor de los casos, una vergüenza. Sé heteronormativo y patriota.
Como diría Barbijaputa, esto no es más que activismo machista. El feminismo queer se reinterpreta como una amenaza a la masculinidad, la AHO reclama que “se deje a los hombres ser hombres”, tal y como dice Jan Schnorrenberg.
Desdiabolizando a AfD
Como bien afirma Jan Schnorrenberg, “el populismo de derechas homosexual hace que la nueva derecha sea respetable porque hace creer al público que las personas LGBTI son toleradas y aceptadas. Los homosexuales de la AfD ayudan a que los temas del partido del ayer se afirmen en la modernidad. Hacen que la terminología que explicaba la extrema derecha ahora ya no sirva”.Patsy l’Amour laLove acierta cuando señala que “la carrera de Weidel, así como de AHO, ilustra una característica de nuestra era liberal y su tolerancia represiva: uno puede conseguir el reconocimiento como gay y lesbiana fuera del armario en un movimiento nacionalista que se pronuncia en contra de la emancipación de gays y lesbianas. La conclusión es que revelan un odio homosexual sintomático: uno puede defender su propia homosexualidad y al mismo tiempo rechazarla en un colectivo hostil con los homosexuales. La homofobia, el nacionalismo y el racismo también pueden ser representados por los homosexuales”.
No es descabellado afirmar que la AHO está llevando a cabo un pinkwashing sui géneris: desde un partido “gay friendly” y desde la “homosexualidad” se puede defender un proyecto político y social racista, machista, clasista y homófobo, estrechamente ligado al más puro ordoliberalismo. Este pinkwashing puede ser capaz de convencer a millones de votantes homosexuales y no homosexuales de que AfD es su opción electoral. Y es aquí donde radica el peligroso poder de AHO.
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http://www.izquierdadiario.es/Cuando-tu-clase-esta-organizada-tiene-poder-social?id_rubrique=2653
Uf, qué artículo más crudamente pensado (y no en sentido brechtiano...)
Tienen mujeres, tienen homosexuales, tienen turcos e hispanos... Menuda mierda de nazis :D