Elecciones
Ana Miranda: “La voz del BNG en Bruselas es la de las causas justas. De Palestina hasta la celulosa de Altri”

La candidata del Bloque Nacionalista Galego a las elecciones europeas, Ana Miranda (Cuntis, 1971), viene de largo con su andar en Bruselas. Formada en los mejores años electorales del BNG en Europa, cogió el testigo del histórico dirigente nacionalista Camilo Nogueira y se presenta a estos comicios con el objetivo de revalidar aquel hito del 1999, pero, esta vez, bajo la coalición Agora Repúblicas, compuesta por ERC, EH Bildu y Ara Més, donde ocupa el número tres en la lista.
Miranda defiende que buena parte de su trabajo es canalizar las denuncias de la sociedad civil organizada e internacionalizarlas, ser un altavoz institucional “de un trabajo colectivo”. Por eso, explica, aprovechó sus más de tres años de diputada para llevar a la capital de la Unión Europea a las víctimas del accidente de tren de Angrois; a los afectados por las preferentes; a las organizaciones que luchan contra las minas de Corcoesto, de Touro o de San Finx; y, en los últimos meses, también a vecinas afectadas por la macrocelulosa que la empresa Altri y la Xunta de Galicia quieren instalar en el corazón geográfico del país.
¿Cuál es el objetivo electoral que tiene el BNG para estas elecciones?
El objetivo electoral es que Galicia siga teniendo voz en el Parlamento Europeo. Ese es el objetivo máximo. Nosotros sabemos que la única condición para la representación y la voz directa, no sólo de los temas gallegos, sino de muchas causas, es que el BNG esté de nuevo en el Parlamento Europeo. La voz del BNG en Bruselas es la de las causas justas. Desde Palestina hasta la de la lucha contra la celulosa de Altri. Aspiramos a sacar un escaño en la noche electoral que no conseguimos desde el año 1999, con Camilo Nogueira. Hace 24 años.
En aquel momento diste tus primeros pasos en Bruselas, ¿no?
Sí, estuve trabajando cinco años con Camilo, desde el 1999, aprendí mucho de él.
Entiendo que para que se consiga esa meta, la participación en Galicia tiene que crecer y el Bloque conseguir arrastrar parte de ese voto socialista que ya se llevó en las gallegas. ¿Cual está siendo la apuesta para movilizar el voto?
La cuestión es que tuvimos una movilización y además un buen resultado electoral en las elecciones gallegas. La clave es que la gente sienta que esto también es parte de ese cambio y de esa alternativa al Partido Popular. Tuvimos un resultado bueno en el que la gente nos apoyó como opción al PP y eso es también parte de que Galicia no puede perder la oportunidad de estar en el Parlamento Europeo. Además, hay una cosa clara: si no estamos nosotros, nuestro espacio lo va a ocupar la extrema derecha. No es una opción de izquierda por izquierda, lo ocuparía la extrema derecha por la Ley D'Hondt. Eso es el peor que le podría pasar a Galicia. Que no entre el Bloque significa que ese espacio sea ocupado por gente que defiende justo todo el contrario, que no entienden los pueblos, que no entienden las lenguas y las culturas y que son racistas, homófobos y machistas.

En la construcción de tu relato como eurodiputada habéis conseguido instalar el marco de que eres “la única eurodiputada gallega que lleva los intereses de Galicia a la Bruselas”. Más allá del lema, ¿hay méritos propios que lo sostengan en base al balance de estos años?
Cuando decimos lo de la voz gallega en Europa se trata de una decisión electoral basada en el análisis del trabajo. Si nos ponemos a analizar las causas distintas que se llevaron en estos años, en distintos períodos, pero sobre todo en el momento en el que estuve de diputada en los tres años y medio, vemos que son causas que nadie llevó. Empiezo con las víctimas de Angrois, que evidentemente es uno de los temas más sangrantes y además que se deciden Bruselas. Hay muchos temas gallegos que se deciden allí y nosotros somos la garantía de que puedan estar presentes y de que pueda haber un retorno. En el caso de Angrois hay dos puntos clave que se dirimen en Bruselas que son la seguridad marítima y seguridad ferroviaria europea. Si no lo llegamos a llevar, no habría un cambio de normativa como lo hay ahora. Después de 11 años lo conseguimos, a pesar de que ha sido una batalla de David contra Goliat.
Después, pesca, agricultura, marisqueo, sectores productivos y los preferentistas. Gracias a su lucha y gracias a esa perseverancia con la lucha en la calle, conseguimos que se recuperasen 1.800 millones de euros robados con la estafa de los bancos. Sí que sirvió estar en Bruselas y llevar todas estas causas justas. Esto siempre es un trabajo colectivo, ojo, pero también conseguimos que a los emigrantes retornados no se les penalizase por trabajar toda su vida fuera. Se paró la mina de Corcoesto y nosotros ayudamos mucho para internacionalizarlo. También en la recuperación del Pazo de Meirás, la lucha contra San Fins, la mina de Touro... Son luchas de la ciudadanía gallega que nosotros ayudamos a que tuviesen su eco en Bruselas.
¿Por qué crees que existe esta distancia tan grande entre el trabajo que hacéis las eurodiputadas en Bruselas y Estrasburgo y el grueso de la población?
No se ve cercano y, sin embargo, decide sobre lo 85% de nuestra vida. Creo que no interesa tampoco los gobiernos que se hable de temas europeos porque muchas de las cuestiones que se deciden en Bruselas son culpas de los estados, de la Xunta o de otros gobiernos. Se aprovecha mucho para usarla de coartada y echar las culpas a Europa. Por otro lado, la UE tiene unas posiciones muy inhumanas y muy antisociales en muchas cosas y eso hace que no se genere una simpatía. Sin ir más lejos, con lo que está ocurriendo con Israel y Palestina, donde la Unión Europea está siendo totalmente cómplice. Si no conseguimos tener voces como las nuestras, pues no se hablará de las grandes causas de la humanidad.
Las encuestas auguran un crecimiento de la ola reaccionaria tanto en Europa como en el Estado español. ¿Qué nos jugamos si la ultraderecha sale reforzada de estas elecciones?
La ultraderecha juega con la información, con noticias falsas y juega con el lobby económico. Nos jugamos que haya voces populares, voces de la gente trabajadora. Nos jugamos que no se escore más a la derecha en gasto social o limitar que haya más gasto en defensa. Nos jugamos también que esas voces no vayan hacia políticas racistas, que niegan los derechos reproductivos de las mujeres o que van contra las personas migrantes. Se oponen dos visiones: las de las políticas económicas de austeridad o las de las políticas de gasto social. Entonces, si hay más poder en el Parlamento Europeo de la derecha y la extrema derecha, que trabajan juntas, pues habrá esa confrontación.
Hablemos del genocidio palestino. La posición del BNG y la tuya parecen claras, pero ¿qué rango de acción tiene la UE en esta legislatura, más se si refuerzan las posiciones ultraderecha?
La Unión Europea mantiene una oposición muy hipócrita y estoy muy decepcionada, aunque no esperaba mucho. No es capaz ni de cumplir las resoluciones de Naciones Unidas. Sólo ahora está diciendo que esto es un genocidio, pero llevamos meses muchos diputados pidiéndolo. Lo que vemos más claro es la dependencia que tiene la Unión Europea de los Estados Unidos y en el tema de Palestina es muy evidente. Pero también es cierto que hay voces diferentes dentro de los estados que llevan empujando mucho tiempo por el reconocimiento del Estado palestino. Las cosas van cambiando. Éramos unos 50 los diputados que estábamos reclamando el fin del genocidio y hoy somos casi 400, algo sí que se consiguió. No me quedo con la idea de luchar contra lo imposible, si no, no estaríamos haciendo política.
“Estuvimos presentes defendiendo a la gente del Rif y a la del Curdistán. Le pido a todo el mundo que haga una reflexión de nuestra trayectoria en defensa de los derechos humanos”
¿Estás cómoda concurriendo en coalición con ERC a pesar de las posiciones que están tomando con Israel? Votaron en contra de romper relaciones con ellos hay nada en el Congreso.
Escuché el otro día a Raúl Romeva siendo clarísimo pidiendo la ruptura de relaciones y su condena absoluta también por parte de la candidata Diana Riba. Yo me presento cómo una diputada gallega que va en una coalición instrumental,que soy a todas luces propalestina y creo que lo he demostrado luchando por ellos y por ellas. Entonces, que haya gente en Galicia, como he visto en las redes, defensora absoluta de los derechos humanos, poner en entredicho esta posición siendo una diputada que fui secuestrada por Israel, que fui expulsada, que me parto las manos y el corazón por ellos... Pues creo que es no estar en la vida real, la verdad. Estuvimos presentes cuando se nos pidió defender a la gente del Rif o en el Curdistán. Entonces le pido a todo el mundo que hagan una reflexión de nuestra trayectoria en defensa de los derechos humanos. La cuestión es: ¿Cómo somos más útiles, siendo teóricos criticando a los otros o apoyando a los nuestros para cambiar las cosas?

Parece bastante claro que la caída de Esquerra en votos va a afectar la coalición, ¿hay previsión de daños?
No es tanto por Esquerra, que no sé cómo puede afectar. Nosotros estamos centrados en hacer campaña recorriendo el país y en eso estamos, en sacar votos aquí porque eso afectará directamente al tiempo de escaño que tengamos. No sé hasta qué punto la situación catalana puede influir o no. En las anteriores elecciones, sobraron muchos votos para poder tener tres escaños, habrá que ver cómo va la participación.
“Somos parte del grupo Los Verdes-Alianza Libre Europea porque cuando entramos en el Parlamento Europeo, IU nos vetó como delegación gallega”
Sé que Bruselas y Estrasburgo funcionan diferente en relación a la disciplina de voto y que tú misma disentiste muchas veces de las posiciones oficiales de tu grupo y tu subgrupo, tanto públicamente como en tu voto. ¿Pero por qué el BNG decide ir en el grupo de Los Verdes-Alianza Libre Europea?
Cuando entramos por primera vez con Camilo Nogueira en el 1999 queríamos entrar en ese grupo que se llamaba Izquierda Unitaria Europea. Entonces, Camilo fue a negociar con los dos grupos a ver con quien entrábamos y ahí fue cuando nos vetó Izquierda Unida como delegación gallega. No suelo decirlo mucho, pero así fue. Entonces Camilo volvió a Galicia a la Comisión Permanente del BNG y trasladó la cuestión diciendo “aquí nos vetan y en el otro nos abren todas las puertas”. Entonces, acabamos allí un poco de forma casual, pero porque era un grupo progresista, vaya. Pero desde allí, ya nos constituimos cómo lo que ahora somos, Alianza Libre Europea. Es cierto que, en estos últimos años, ha habido diferencias manifiestas con algunas delegaciones, no con todo el grupo. Hay disidencias, sobre todo, con la delegación alemana. Pero también le pasa a Die Linke en el grupo The Left o a los socialdemócratas con los suyos. No hay más grupos de izquierda, entonces ese es el mapa en el que estamos. No seguimos ahí por inercia, sino porque nos reconocen como delegación gallega.
Estuviste en Palas de Rei durante la movilización histórica del otro día contra la celulosa de Altri, llevaste a la representación de las vecinas y a expertos a la UE. Tanto el BNG como tú en particular ya habéis dejado claro que vais a intentar pararlo sea como sea. ¿Cuál será la estrategia desde Europa?
Primero tenemos que sacar el escaño y luego seguir viendo de cerca cómo evoluciona. Luego, en este mes, se va a decidir si se presenta un PERTE o no, que además coincide unos días después de que haya elecciones europeas. Y también tienen que responder a las alegaciones que están pendientes. Entonces, yo creo que lo primero es llegar al Parlamento, coger una posición en la Comisión de Peticiones y presentar ya la denuncia para dar una batalla con eso. Desde el propio Parlamento con intervenciones, con la denuncia, llevar de nuevo a los colectivos y que eso sea un caballo de batalla. No podemos permitir que vengan los fondos europeos para seguir depredando el territorio.
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