Opinión
Maldita división de las izquierdas

Cada uno de esos votos inútiles vuestros son un regalo a Vox, son más votos a Vox que los votos a Vox mismo, computan 3 a 1 en la responsabilidad de que la derecha gobierne en Madrid.

Montoro y Carmena en el Ayuntamiento de Madrid
Carmena y Montoro en una reunión. Foto: ayuntamiento de Madrid
21 may 2019 10:16

Ya estamos otra vez. La izquierda dividida, así no se puede. Ese tiquismiquismo ideológico que enseguida se eriza por cualquier gilipollez, es irritante. En este mundo no se puede tener todo: primarias proporcionales, derecho a techo, respeto a los programas electorales, independencia de los poderes económicos. Si es que parece que habéis nacido ayer, no sabéis nada de la institucionalidad ni de la vida, vais por ahí proclamando que existen otras formas de hacer las cosas, que no hay que claudicar ante el statu quo, que evitar que gobierne la derecha no lo es todo, pero qué queréis, almas de cántaro.

Mucha amargura veo yo, mucha inasequibilidad a la amabilidad y a las magdalenas. Después de haber sufrido a Álvarez del Manzano o a Ana Botella al frente del consistorio, deberíais estar agradecidos de tener líderes que saben articular oraciones complejas, personas inteligentes con carrera, agradables, simpáticas. ¿Que no han cambiado todo lo que dijeron que iban a cambiar? Es que es difícil, hay que enfrentarse a muchas inercias, a mucha gente, a mucho banco, a mucha empresa, a mucho Florentino Pérez, y el conflicto, ya sabéis, es feo. El conflicto nos mata el buen rollo y se nos van las inversiones, los turistas, los florentinos, y la alegría. ¿Que han hecho cosas que dijeron que no harían? A ver, que están en política. Desde cuándo la coherencia en la política es un valor, qué es eso de pretender que los cargos electos se ajusten a esa lista de sugerencias, buenos deseos y sueños compartidos que son los programas electorales participados. Cualquier excusa os vale para generar división, rencorosillas.

Necesitamos ser sexys, al menos de la M30 para adentro; el conflicto nos mata el buen rollo y se nos van las inversiones, los turistas, los florentinos, y la alegría

Claro, es muy fácil ir por ahí de idealistas, de talibanes del derecho a la vivienda, radicalazos, de que si no me gusta este Open de tenis, o que si tanto turista me molesta. Pero de qué creéis que viven las ciudades, si no es de la inversión. Necesitamos ser sexys, al menos de la M30 para adentro. Veréis qué sexy queda Madrid Nuevo Norte, con esas torres tan necesarias que quienes votamos a Ahora Madrid en el 2015 reclamábamos con insistencia. O no. Ya qué más da, hay que mirar al futuro, hay que ser realistas, hay que amarse y darse picos. Porque si no, vienen los bárbaros a cargarse el orgullo gay y esas cosas tan molonas que traen prosperidad, progreso, y sponsors y ponen en valor la marca Madrid; porque es nosotros u Ortega Smith, así que antes de votar temerariamente pensad si no estáis trayendo de la mano a los de Vox, irresponsables.

En realidad, cada uno de vuestros votos inútiles, entregados a opciones perdedoras incapaces de abrazar el sentido común, esos votos insistentes con demasiada memoria, esos votos rebeldes que no quieren someterse al cortoplacista miedo y tienen la osadía de reivindicar que los principios apuntan al largo plazo, cada uno de esos votos vuestros, son un regalo a Vox, son más votos a Vox que los votos a Vox mismo, computan 3 a 1 en la responsabilidad de que la derecha gobierne en Madrid.

En fin, vota bien, ¡céntrate! No hagas experimentos con tu sufragio, votar a quien crees que puede representarte es un privilegio en estos tiempos. Asume que, a veces, lo de detener los desahucios no puede ser, que a veces lo de remunicipalizar los servicios no puede ser, que a veces lo de parar los pelotazos urbanísticos no puede ser, que lo de frenar la desigualdad de la ciudad es muy complicado. Contempla cómo se achican de nuevo los límites de lo posible mientras te tomas unas cañas en esa ciudad tan bonita y tan moderna que tenemos. Vota útil, chaval, que todo fue un sueño.

Renta básica
Deseo de un empleo basura o la fábula de la igualdad de oportunidades

No hay que ser Díaz Ayuso para considerar que no todo el mundo merece ya no progresar, sino incluso sobrevivir. Cada vez que alguien con voz afectada habla de que hay que poner en valor el talento, importar inmigrantes formados, fomentar que vuelvan nuestros jóvenes más preparados, está tasando el peaje para ganarse un lugar fuera de la intemperie.  

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