Montijo contra Vox
Acto de protesta contra Vox en Montijo (Badajoz). Cedida. Rut GG | Ventana Digital Comunicación

Llama la atención el silencio, tanto mediático como sindical del gremio, que ha seguido a las declaraciones realizadas por el líder de Vox en Cáceres el pasado viernes, 5 de diciembre. En un momento de su intervención, quien comanda el grupo de ultraderecha que dio el gobierno al PP de Extremadura, menciona a “las profesoras que padecen los chavales que están por aquí, que en los institutos tienen que estar aguantando de todo, porque es que decís cualquier cosa y (os llaman) machistas”. El “todo” al que alude el líder ultraderechista, es el interés y afán de estas profesoras para que sus alumnos y alumnas aprendan contenidos que les permitan desarrollar aptitudes para vivir de forma digna y libre, con el objetivo de que sean, en el buen sentido de la palabra, buenos.

Este discurso de quien tiene la ocasión de hablar ante un auditorio mayoritariamente joven -muy joven- que pasa buena parte del día entre los muros de un instituto, no es casual ni fruto de la improvisación. Estas palabras esconden una intención clara por imbuir a estos jóvenes de un afán de enfrentamiento contra lo que les transmiten sus “profesoras” y, por extensión, el conjunto del profesorado, grupo que también les habla a diario, en un contexto muy distinto y con unos fines mucho más loables que los que persigue quien se dirigía a ellos desde la tribuna del odio en Cáceres.

No es solo ideología de ultraderecha, con visos de violencia verbal o física, transmitida a través de mensajes cortos, simples y directos en aplicaciones como TikTok o similares, cuando no en mítines, como en esta ocasión. Es también un intento de inculcar  un sentido de identidad, para lo malo, entre el alumnado de hoy, que será el votante de mañana. El discurso fácil y torticero del ultraderechista de Cáceres se aprovecha de la zozobra y de la ansiedad de unos adolescentes que están comenzando a vivir su propia individualidad, con la angustia que a veces acompaña a este tramo de edad, y les hace creer que quien les puede ayudar no hace más que cuestionarles, corregirles o reprimirles.  Vox les une contra todo y contra todos, como quien jalea a los hooligans de un equipo de fútbol contra el equipo rival. Si quieres crear un grupo, invéntate un enemigo al que todos puedan odiar.

Si quieres crear un grupo, invéntate un enemigo al que todos puedan odiar
Montijo antifa protesta contra Vox
Protesta en Montijo contra acto de Vox. Imagen cedida. Rut GG | Ventana Digital Comunicación

Para conocimiento del charlatán ultraderechista que anduvo desparramando inquina y malicia por Cáceres, como profesor le puedo asegurar que ninguna compañera ni compañero llamará jamás a un alumno o alumna “machista” por el hecho de expresar una opinión contraria o equivocada. Entre nuestras estrategias están el uso de la razón y el diálogo, herramientas de la profesión, a diferencia del adoctrinamiento político de ideologías que se fundamentan en el rechazo al otro y no en la mejora y crecimiento de uno mismo.  Para ello no basta el discurso fácil, inmediato, mendaz. Es necesaria una preparación adecuada, un trabajo tenaz, una dedicación docente. Como escribió Orwell en referencia al uso de la mentira por los populismos totalitaristas, ver lo que uno tiene delante de las narices precisa una lucha constante.

Frente a las mentiras dichas con impunidad desde un atril político en Cáceres, nos queda la labor diaria del profesorado, empeñado en despertar en esos mismos “chavales” mentes críticas, capaces de dilucidar la confusión y el ruido que les aturden en un mundo incierto, entre la frontera de uno que se acaba y otro que empieza, significado por la inseguridad que todo cambio acarrea, momento en el que surgen los miedos, la incertidumbre, la inquietud, el caldo de cultivo ideal donde los monstruos que anidan en el sueño de la razón siembran el odio. 

 

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