Elecciones autonómicas
Irene de Miguel: “Si el PSOE necesita de nuestro apoyo, no le va a salir gratis como hace ocho años”

Hablamos con la candidata de Unidas por Extremadura a la presidencia de la región sobre sus opciones de gobierno, los posibles pactos con el PSOE y las contradicciones y riesgos de la acción institucional.
Irene de miguel
Irene de Miguel, candidata de Unidas por Extremadura a la presidencia de la Junta. Jorge Armestar
17 may 2023 08:00

Irene de Miguel, candidata de Unidas por Extremadura (confluencia de Podemos, Alianza Verde e Izquierda Unida), con ya dos legislaturas de experiencia como diputada en el parlamento regional, se presenta como candidata a la presidencia de la región. Ingeniera agrónoma nacida en Madrid en 1981 y afincada en Villuercas (Cáceres), es en la actualidad coordinadora de Podemos en la comunidad autónoma, además de presidenta del grupo parlamentario de UpE, que cuenta con cuatro escaños de un total de 65. El PSOE de Guillermo Fernández Vara ha gobernado los últimos cuatro años con mayoría absoluta.

¿Qué marco nos dibujaría de los problemas centrales de Extremadura?

Creo que un problema que nos ha atravesado durante décadas es el modelo productivo basado en ser tierra de sacrificio, en ser colonia. Es el de ser una tierra rica en recursos; somos ricos en tierra, somos ricos en agua, somos ricos en energía pero estamos extremadamente empobrecidos. Esos recursos se van siempre fuera porque están en manos de multinacionales o en manos de grandes fondos de inversión ahora mismo, y pasa con el tema de la energía ahora pero ha pasado con el tema de la agricultura... Creo que este es un tema que atraviesa a Extremadura y ha sido la causa del éxodo masivo que ha sufrido esta tierra.

También, obviamente, para que esto suceda tiene que haber cómplices dentro, esto no es fruto del azar, esto es fruto de que ha habido políticas que han puesto alfombra roja a este proceso de expolio y saqueo de recursos, dejando aquí sólo migajas. Todo esto se lleva alargando décadas y creo que viene también desde la propia distribución de la tierra. El hecho de que Extremadura sea la tierra de toda Europa que se encuentra en menos manos, más acaparada, con mayor tasa de grandes fincas, tiene mucho que ver con ese modelo productivo para las élites y muy poco para la mayoría social y las clases trabajadoras.

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Si tuviera que describir a alguien que no lo conoce el panorama político extremeño, ¿cómo lo describiría en su correlación de fuerzas, en la realidad electoral, de capacidades políticas, de oposición o de gobierno?

Si viniera alguien que no es de Extremadura le diría que aquí lleva gobernando la derecha 40 años con distintos nombres, le diría que aquí tenemos el partido socialista más conservador de todo el Estado, donde solo ha gobernado el señor Monago (PP) 4 años, y vaya cuatro años.

Entonces, ¿qué se juega Extremadura en estas elecciones autonómicas?

Se juega mucho. Fuimos una de las pocas comunidades autónomas donde la extrema derecha no entró ―aunque estuvo ahí, al filo― y eso creo que es algo muy importante y muy de valorar por el pueblo extremeño, que bloqueó la entrada de la extrema derecha en las instituciones en la pasada legislatura. Nos estamos jugando o un gobierno de derechas alimentado por la extrema derecha que vaya hacia retrocesos sociales y a generar destrucción de la convivencia, generar discursos de odio ―lo que estamos viendo en otras comunidades que está sucediendo― o bien lo que creo deseable, que realmente sería un gobierno que avance, que progrese, que tenga mayores conquistas sociales pero también que asuma que Extremadura necesita mayor soberanía en sus recursos.

Nos estamos jugando un gobierno de derechas alimentado por la extrema derecha que vaya hacia retrocesos sociales y a generar destrucción de la convivencia, generar discursos de odio

Y creo que el momento es ahora, realmente pienso que estamos en una posición de salida en la que Extremadura no puede permitirse seguir teniendo un modelo en manos de grandes oligopolios, necesitamos levantar la cabeza y poner medidas para que se genere riqueza y bienestar en el territorio.

Y la izquierda, ¿qué se juega? Su coalición ―o confluencia, como prefieren llamarla― ¿qué se juega?

Nosotros no somos coalición, somos confluencia y llevamos trabajando cuatro años en plena y absoluta confluencia. Yo creo que Unidas por Extremadura ha demostrado que precisamente unidas somos mejores y somos más fuertes. Creo que es un proyecto muy solvente, muy ilusionante, porque, ahora que se habla tanto de la unidad de la izquierda, aquí llevamos cuatro años demostrando que se pueden hacer las cosas y que pueden dar frutos que yo creo vamos a cosechar el 28M.

¿Cómo juzga la labor del gobierno del PSOE en la última legislatura?

Pues lentejas, que si las quieres bien y si no, las dejas. Esa ha sido la labor del Partido Socialista, al que la mayoría absoluta le ha sentado muy mal. Fernández Vara asumió el cargo esta legislatura diciendo que no iba a utilizar la mayoría absoluta y que iba a llegar a consensos. No sé con quién habrá llegado a consensos pero han sido cuatro años de rodillo, aunque es verdad que en el último… Son verdad dos cosas: una, que no ha sido una legislatura sencilla para Fernández Vara ni para nadie que esté dirigiendo una institución porque hemos pasado una pandemia, porque hemos tenido una guerra, una sequía...

Si viniera alguien que no es de Extremadura le diría que aquí lleva gobernando la derecha 40 años con distintos nombres, le diría que aquí tenemos el partido socialista más conservador de todo el Estado

Ahora mismo, entre la emergencia climática, la emergencia sanitaria, la emergencia económica ha resultado una legislatura convulsa, y también es verdad que el último año de esta, que creo que era cuando ya debía haber alguna encuesta electoral, se ha abierto a negociar sincera y honestamente los presupuestos, porque lo ha hecho antes de presentarlos, con lo cual hemos podido tener más mano a la hora de negociar algunas cuestiones como, por ejemplo, la gratuidad de los comedores escolares, la gratuidad del transporte por carretera... Son cosas que me siento bastante orgullosa de haber conseguido en el último presupuesto, pero hasta ese momento han sido lentejas.

¿Cómo valora ese pequeño giro al final de la legislatura? ¿Como un cambio de voluntad o como un guiño?

Lo juzgo como que había encuestas electorales en la mesa.

Es, pues, en este sentido, que esa vocación de gobierno de Unidas por Extremadura se ha convertido en el eje central de su campaña...

Sí.

Y, dentro de ese continente de cogobierno, ¿qué medidas estrella presentan en el terreno de lo concreto?

Creo que es muy importante y muy necesario en Extremadura, siendo supuestamente el paraíso energético que somos, crear una empresa pública de energía que permita producirla y comercializarla más barata para que a los extremeños nos salga la factura de la luz más baja, fruto de que somos una región productora de energía y de toda la apuesta masiva por el autoconsumo y las comunidades energéticas locales, para que esto genere bienestar en el territorio.

Fernández Vara asumió el cargo esta legislatura diciendo que no iba a utilizar la mayoría absoluta y que iba a llegar a consensos. No sé con quién habrá llegado a consensos pero han sido cuatro años de rodillo

Otra apuesta importante es la bajada de ratios en la escuelas, donde no podemos estar teniendo aulas hacinadas y necesitamos contratar a más profesionales de la educación, y otra apuesta importante es todo lo que tiene que ver con la sanidad, que ha demostrado con la pandemia que es la joya de la corona que tenemos que proteger y que tenemos que financiar adecuadamente. Necesitamos dotar de mucho más presupuesto a la atención primaria y tener otras prioridades en la gestión sanitaria, menos facturas para las farmaceúticas y más incentivos para los médicos y las médicas que vayan a las zonas rurales. Nos tenemos que comprometer a que, independientemente de dónde uno viva, tenga servicio sanitario, tenga una sanidad pública de calidad, y eso se hace reformulando las prioridades, menos factura farmacéutica y más dinero en profesionales; y atender la salud mental, queremos psicólogos y psicólogas en la atención primaria, hay que potenciar mucho la salud mental, esta es la década de la salud mental.

Puesta sobre la mesa claramente esta apuesta por el cogobierno, si el PSOE no deseara que su entrada en ninguna consejería, ¿qué opciones valoran? ¿Optarían por una investidura y, desde la oposición, negociar medidas concretas? ¿O, por el contrario, de no pactar cogobierno no hay investidura?

Es que la opción de investirles ya fue hace 8 años. Les investimos y, después, pactaron dos presupuestos seguidos de recortes. Y es importante que se sepa que fueron de recortes con el PP. Entonces, entrar a gobernar es la única opción de que cambien las cosas verdaderamente, de que podamos hacer cosas que han hecho gobiernos de coalición autonómicos esta legislatura. No estamos pidiendo algo imposible, estamos pidiendo lo que se ha hecho en Baleares, donde se ha hecho una empresa pública de energía; lo que se ha hecho en Valencia, un parque público de viviendas con las viviendas de la SAREB a precios asequibles; lo que se ha hecho en Aragón, triplicando el número de becas para la universidad. Son cosas que han hecho gobiernos de coalición, no vamos a pedir nada imposible, vamos a pedir cosas que son muy posibles de hacer.

La opción de investirles [al PSOE] ya fue hace 8 años. Les investimos y, después, pactaron dos presupuestos seguidos de recortes

Entonces no podemos afirmar que vaya a gobernar el PSOE en solitario con su apoyo…

Si el PSOE necesita de nuestro apoyo, que sepa que no le va a salir gratis como hace ocho años.

¿No produce miedo que la gente prefiera el original a la copia, al querer gobernar con un partido que, aquí, prácticamente ha sido un régimen?

Sí, lo entiendo. A ver, yo creo que la cultura de la coalición se está asentando en nuestro país. Nadie duda de que, gracias a un gobierno de coalición hemos tenido muchísimos avances sociales en esta legislatura y que se ha salido de la pandemia de una manera diametralmente opuesta a la forma en que se salió de la anterior crisis de la burbuja inmobiliaria. Los ERTEs, la subida del salario mínimo, la reforma laboral, la inversión histórica en dependencia, la subida de las pensiones, son cosas que han ayudado, son cosas que se han empujado gracias a un gobierno de coalición. Estoy convencida de que con un gobierno del PSOE en solitario ―o del PSOE con Ciudadanos, como nos planteaban― nunca, nunca hubieran conseguido.

Yo podría trazar unas líneas rojas pero a lo mejor hay competencias que no tengo en la Junta de Extremadura para parar ciertas cosas. Tengo que ser honesta

A mí me está llegando mucha militancia socialista a decirme que ojalá gobernemos; hay gente en el PSOE extremeño que está deseando que gobiernen con nosotros para, por lo menos, recuperar un poco la ilusión de que se hagan cosas de izquierdas en esta región, y nosotros vamos a pelearlo, claro que sí.

Ante un PSOE organizado en familias, clanes provinciales, locales y de todo tipo, ¿no piensan que va a haber, por parte ―por ejemplo― de algunas de esas facciones claramente alineadas con el extractivismo, severas resistencias a un gobierno con Unidas por Extremadura?

Claro, eso por supuesto, lo sabemos, pero por eso tenemos que ser muy fuertes el 28 de mayo, por eso tenemos que ser más fuertes. Yo creo que hay mucha gente que vota al PSOE que sabe que nosotros somos la única garantía de evitar ciertos proyectos que contaminan su territorio y lo condenan.

¿Se atrevería a establecer unas líneas rojas sencillas en el sentido más pegado al territorio? Y hablamos de la mina de litio de Cáceres, del Tren de Alta Velocidad...

A ver, yo podría trazar unas líneas rojas pero a lo mejor hay competencias que no tengo en la Junta de Extremadura para parar ciertas cosas. Tengo que ser honesta, y también soy honesta sabiendo que el PSOE ―o la Junta de Extremadura, que ya no sé quién es qué― se está dando demasiada prisa por sacar adelante informes que aceleren los plazos para ciertos proyectos que saben que, con nosotros en el gobierno, serían inviables. Si en nuestra mano está no habrá ni macrovertedero en ningún sitio de Extremadura ―no sólo en Salvatierra de los Barros― ni habrá mina en Cáceres.

Estamos entrando muy en lo concreto, ¿con qué consejerías estaría más cómoda?

Tengo claro dónde estaría más cómoda, obviamente, porque es mi profesión, pero no es sentirme yo cómoda, sino dónde es que podemos alcanzar las mayores transformaciones

Entendiendo la comodidad desde la capacidad de transformación, aclaro...

Claro, a ver, yo puedo dar mi opinión pero creo que no puedo hablar por mí porque sería injusto. Creo que esto tiene que nacer de un acuerdo entre el espacio de Unidas por Extremadura y de analizar bien las posibilidades de transformación de las consejerías y de las política que queremos llevar a cabo. Yo tengo muy claro que queremos estar en consejerías que no sean puramente performativas y que no tengan casi presupuesto. Para eso no hemos venido a la política, yo no he venido a la política para ocupar un sillón y estarme cuatro años mirando las telarañas de un despacho. Entonces, tenemos que ver dónde realmente sería el lugar ideal para poder cambiar las cosas y transformar radicalmente muchas cosas, y radicalmente es desde la raíz.

A mí me está llegando mucha militancia socialista a decirme que ojalá gobernemos; hay gente en el PSOE extremeño que está deseando que gobiernen con nosotros para, por lo menos, recuperar un poco la ilusión de que se hagan cosas de izquierdas

¿Cómo respondería a los que critican esa disonancia, ese choque entre la realidad institucional y la realidad de la calle ? Ese pasar del “PSOE, PP, la misma mierda es” a gobernar a toda costa con el Partido Socialista requiere su pedagogía...

Claro. Yo he hecho mi transición. Desde que llegué a la Asamblea hasta ahora he hecho mi transición y he visto que, si queremos cambiar las cosas, tenemos que entrar a gobernar y esto supone sentarse a dialogar a consensuar... Es que es impepinable, y yo entiendo a esa gente que dice desde fuera cómo ser la voz de la calle; pero, claro, desde una posición donde no te mojas, donde no entras a combatir tus propias contradicciones. No sé si eso transforma algo la sociedad, si eso ayuda en algo. Quizá yo duerma más tranquila pero no creo que ayude en nada a cambiar la realidad que veo, y yo quiero cambiar la realidad. A lo mejor tengo que dormir un poco menos tranquila y saber que tengo que convivir con ciertas contradicciones pero si eso sirve para cambiar las cosas, pues creo que habrá merecido la pena.

Entendiendo ese choque con la institución y la realidad de lo posible, hablando de profesionalización de la política, usted entra ya en su tercer mandato… ¿Cuál es su juicio sobre ese juego de contradicciones?

Pues a ver, es que yo entré a la Asamblea siendo seis diputados y pensando que íbamos a asaltar los cielos y obviamente hemos tenido que transicionar en las realidades y asumir ciertas limitaciones de las instituciones y también de nuestro propio espacio político. Entonces, cuando pisas suelo, cuando bajas de las nubes y pisas suelo y ves las posibilidades te haces más pragmático, y eso no quiere decir que eso te quite idealismo pero sí que entiendes... A mí lo que me ha dado la experiencia política es saber cómo puedo conseguir mis objetivos, de qué manera puedo conseguirlos mucho mejor que hace ocho años y saber que, a lo mejor, voy a tardar más tiempo en hacerlo.

Yo entiendo a esa gente que dice que dice desde fuera cómo ser la voz de la calle; pero, claro, desde una posición donde no te mojas, donde no entras a combatir tus propias contradicciones

Podríamos decir que mantiene, entonces, aquello de un pie en las instituciones y muchos en la calle, pero atendiendo al territorio de lo concreto, del aquí y del ahora…

Exacto, sí.

En cualquier caso ―y creo que es una lógica compartida con todas las fuerzas de su confluencia―estarán de acuerdo en que es necesaria una acumulación de fuerzas en el exterior de la institución para que no haya una autonomía de lo político, de la representación.

Exacto.

¿Y cómo creen que se ha de dar esta acumulación de fuerzas y qué tipo de relación tiene que tener con quienes están en las instituciones? ¿Qué solución le ven a esa pérdida de músculo en la calle? ¿Aportan alguna fórmula al respecto?

A mí no me parece que haya una pérdida de músculo en la calle. Me parece que el PSOE ha querido resignarnos a ser una tierra que no peleaba que no luchaba. La paz social que dice Vara que hay aquí, la paz social que hay aquí, es que todos los jueves, cuando hay pleno, hay unas vallas de la policía porque hay alguien que se está manifestando delante de la Asamblea de Extremadura. Durante cuatro años pocos plenos hemos tenido en los que no hubiera nadie delante de la Asamblea manifestándose por algo.

La política en Extremadura no es una política de confrontación. No lo ha sido y no lo es. Yo me siento sinceramente orgullosa de tener una política constructiva y de propuesta

Nosotras somos también escrupulosas con los movimientos sociales, no queremos instrumentalizarlos. Sabemos cómo se ha estado haciendo de una parte para atrás aquí en Extremadura, que al final lo que hacen es desactivarlos cuando se llega a las instituciones, y yo no quiero eso, yo no quiero que si nosotros entramos a gobernar se desactive la movilización social. Lo que quiero es que la movilización social se mantenga viva y sea altavoz para que nosotras podamos transformar en la institución sabiendo lo que la calle nos está demandando y contando. Por eso creo también que es importante que, aunque haya mucha gente que nos vote en los colectivos y plataformas, no se sientan instrumentalizadas por las fuerzas políticas.

¿Cómo ha vivido el arranque de la campaña electoral?

Pues un poco aburrido [risas], un poco aburrido… Ahora, en serio, la política en Extremadura no es una política de confrontación. No lo ha sido y no lo es. Yo me siento sinceramente orgullosa de tener una política constructiva y de propuesta, aunque es verdad que eso genera menos clickbaits ―o como se diga― pero creo que hay que mostrar el proyecto que tenemos para la región, y nosotras la estamos recorriendo, llevamos ya muchos meses recorriéndola, casi de campaña... Y yo lo que noto en la calle es mucho cariño, sinceramente, noto mucho cariño por nuestra propuesta, mucho apoyo, y estamos recibiendo, estamos llenando en sitios que a lo mejor hace cuatro años era impensable. Así que, bueno, a lo mejor nos sorprendemos el 28 de mayo.

Esa apelación a ser dique de contención contra lo reaccionario, esa estrategia que podríamos llamar “menosmalista”, ¿no puede llegar a cansar al electorado?

Sí, sí, yo creo que puede cansarlo...

Hacemos referencia a esto porque antes ha mencionado que su deseo es hacer una política constructiva...

Sí, quiero hacer una política constructiva y es verdad que decir siempre “que viene el coco”, al final puede hacerte llegar a creer que el coco tampoco es para tanto... Pero lo que sí que creo es que no hay que tenerles miedo, no podemos generar miedo, lo que hay que tener es la ideas muy claras y desmontar los discursos de odio. Hay que, desmontando ese discurso, generar ilusión en otros, pero no tenerles miedo, porque el miedo paraliza, el miedo inmoviliza y nosotras no podemos quedarnos paradas ante opciones políticas que quieren venir a destruir la convivencia y que quieren venir a favorecer a los más privilegiados, a destruir la justicia social y el estado de bienestar.

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Tenemos que ser muy combativas en eso, y puede ser que hablar de la extrema derecha y decir “es que si vienen a gobernar y tal...” Puede ser que resulte un poco decir “que viene el lobo”, pero tenemos que tener claro que aquí no han entrado en las instituciones aún, pero lo que vemos en otras comunidades autónomas o en el Congreso yo no lo quiero para Extremadura, y eso hay que decírselo a la gente.

Ha dicho Iván Redondo en el programa Espejo Público, de Susanna Griso, que Irene de Miguel era un diamante en bruto...

Pero muy bruto [risas].

Que la veía como la próxima vicepresidenta de Extremadura...

No sé si decir que Iván Redondo tiene mucho ojo...

¿Nos promete una entrevista en un plazo razonable para hacer un juicio sereno, balance de resultados y de todo lo hablado?

Por supuesto, después del 28M podemos analizar los resultados, sean buenos o no tan buenos.

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pevimar1954
18/5/2023 14:58

Irene de Miguel no es Extremeña.
No conoce la realidad de Extremadura. Es un peón de Yolanda Díaz, con María Eugenia Palop.
Esta mujer no está interesada en construir un proyecto para Extremadura.
Si se presentará por Mas Madrid, llegaría más lejos.
En Extremadura no se hace oposición al psoe, ella no lo ha hecho, están muy cómodos en sus sillas.
A los verdaderos líderes que surgen en Extremadura, sus propios partidos se los comen.
Y U.Podemos en Extremadura será machacado, con toda la gente que se unió a PODEMOS y hemos tenido que claudicar porque son un grupo de amiguetes con buen rollito y los problemas se olvidan.
Se olvidan de la sanidad, la educación, la dependencia y cuando vuelven las elecciones sacamos la pancarta.

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Agus
18/5/2023 9:30

Tres cosas a destacar del debate electoral ayer en Canal Extremadura:
-Dos por ciento de liderazgo femenino.
-Ninguneo en la tele pública que a esa hora emitía en el canal 24 horas el debate electoral valenciano.
-Vara desvariando ante su incontestable victoria frente a un electorado fragmentado en 9 candidaturas más. Había casi más partidos en plató que extremeños en Extremadura.

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