Colonialismo
Negritud es revuelta: Aimé Césaire hoy

Negro soy, negro me quedo (La Vorágine, 2020) nos muestra un Césaire contemporáneo y vivo. Un intelectual honesto, que asume sus decisiones políticas —sus luces y sombras—, invitándonos a recuperar lo mejor de su legado.

Aimé Césaire
Aimé Césaire


Fundación de los Comunes
10 nov 2020 09:00

“Mi boca será la boca de las desdichas que no tienen boca; mi voz, la libertad de aquellas que se desploman en el calabozo de la desesperación”. Aimé Césaire (1913 – 2008), pensador, poeta y político martiniqués, escribía estos versos en 1939, al borde de la Segunda Guerra Mundial. Son versos de su primer poemario, Cuaderno de retorno al país natal, cuya fuerza retrata tanto la impronta de su pensamiento como lo convulso de la época que le tocó vivir. Pero Césaire no fue un testigo pasivo de su tiempo. Como intelectual y militante ayudó a forjar una etapa histórica llena de esperanza. Su figura no puede disociarse de los procesos de descolonización de mediados del siglo XX y de la emergencia del Tercer Mundo: una grieta en la política de bloques de la Guerra Fría que buscó su propio horizonte. Una vía hacia la justicia social y la liberación más allá del capitalismo y del socialismo realmente existente.

Una de sus obras más importantes y conocidas, el Discurso sobre el colonialismo (1950), no dejaba de apelar a lo que sucedería en Bandung cinco años después de su publicación: “Precisamos crear una sociedad nueva, con la ayuda de todos nuestros hermanos esclavos, enriquecida por toda la potencia productiva moderna, cálida por toda la fraternidad antigua”. Aquella conferencia alumbrará el Movimiento de los países no alineados, impulsado por los líderes Gamal Abdel Nasser (Egipto), Jawaharlal Nehru (India) y Sukarno (Indonesia). Un espacio que federaba de forma conjunta las actividades de muchas ex colonias que acababan de lograr la independencia, y entre cuyos objetivos estaba oponerse al racismo, el imperialismo y el neocolonialismo de las potencias occidentales. El movimiento tomará cuerpo en la Conferencia de Belgrado (1961) y alcanzará su zenit a mediados de los 70. Después irá configurándose como un influyente foro internacional, pero ya lejos del impulso utópico con el que lo vio nacer Césaire.

Probablemente el Césaire que más conozcamos sea el de este período: el padre del movimiento de la negritud, el intelectual crítico que puso a Europa frente al espejo de su propia barbarie e hipocresía. “Una civilización que le hace trampas a sus principios es una civilización moribunda” —escribió en su discurso—, mostrando que la Europa imperial y capitalista era un proyecto “moral y espiritualmente indefendible”. Que Hitler hubiese nacido en su seno no era ninguna sorpresa: sólo hacía falta mirar la violencia del colonialismo en África, Asia o América Latina. La solidaridad entre el fascismo y la empresa colonial era profunda.

"Servidumbre y asimilación se parecen: son dos formas de pasividad […] Emancipación es, por el contrario, acción y creación. La juventud negra quiere actuar y crear”. La negritud era también dignidad, combate y revuelta.

Hoy aquel manifiesto anticolonial de Césaire sigue siendo más que actual. Especialmente en medio de una pandemia que ha hecho saltar por los aires las costuras del norte y el sur globales, visibilizando de manera cruda la desigualdad y el racismo que sostienen un capitalismo cada vez más decadente y depredador. Y es que las imágenes de la muerte del afroamericano George Floyd, asfixiado en Minneápolis bajo la rodilla de un policía blanco, o los cientos de muertes en el mar Mediterráneo que sacuden las costas españolas, revelan una siniestra continuidad con la realidad colonial que denunciara el pensador martiniqués.

Pero más allá de este Césaire épico y reconocible, hay otro al que no se le ha prestado demasiada atención. Es el hombre que aparece en Negro soy, negro me quedo (La Vorágine, 2020) en conversación con Françoise Vergès, feminista y militante decolonial. Un intelectual y político en la recta final de su vida —todo pasión contenida— que revive el pasado gracias al don de la memoria. En este diálogo con Vergès, mantenido en 2004, traza un itinerario biográfico por toda su vida, por sus etapas de formación, su obra y papel como diputado y alcalde de Fort-de-France. A través de las idas y venidas del intercambio, descubrimos nuevas facetas del trabajo crítico de un pensador netamente contemporáneo e incólume en sus posiciones antirracistas. Ello llevará a Vergès a proponernos una lectura poscolonial de su discurso en el apéndice que cierra el libro.

Filosofía
Identidades en pugna: África y la ontología postcolonial

¿Qué es “ser africano”? El debate alrededor de la ontología africana implica aceptar los diversos modos de entender la africanidad en un contexto marcado por la visión etnocéntrica con la que el colonialismo europeo ha pensado tradicionalmente la otredad.

Quien no me comprenda tampoco comprenderá el rugido del tigre

Salpicado de política, poesía y teatro, el diálogo entre Césaire y Vergès se despliega página tras página como una breve autobiografía. El pensador martiniqués rememora sus primeros pasos en la isla antillana, su formación en el Liceo Schoelcher y su temprano rechazo hacia la cultura pequeñoburguesa local. Aquel entorno, vivido como asfixiante por un joven Césaire, pronto sería abandonado por una promesa de liberación intelectual en Francia. Ya en París, en el Liceo Louis-le-Grand, trabará una duradera amistad con Léopold Sedar Senghor, poeta y futuro presidente de la República de Senegal. “¿Qué somos en este mundo blanco?”, se preguntaban ambos mientras leían a Victor Hugo y Rimbaud junto a la obras de Langston Hughes y Claude McKay. Fue gracias a estos poetas de la Harlem Renaissance que el joven martiniqués comenzó a dar respuestas a sus preguntas iniciales, afirmando junto a ellos su pertenencia a una cultura negra.

Césaire buscará una identidad negra por debajo de las capas de la civilización europea, rompiendo con las jerarquías de reconocimiento cultural establecidas. Había que buscar al negro y preguntarse radicalmente por la identidad y lo específico de una cultura —una cultura marcada por la esclavitud—. Esta posición, que puede ilustrarse con la expresión “Negro soy, negro me quedo”, cuestionaba la doctrina de la asimilación promovida por Francia en relación con los habitantes de sus colonias. Para el intelectual martiniqués, encontrarse a uno mismo era algo previo a mantener cualquier diálogo con la cultura de la metrópoli. Y es que para Césaire, asimilación siempre fue sinónimo de alienación. Algo ya claro en sus textos de 1935, como Negrerías: juventud negra y asimilación: “Servidumbre y asimilación se parecen: son dos formas de pasividad […] Emancipación es, por el contrario, acción y creación. La juventud negra quiere actuar y crear”. La negritud era también dignidad, combate y revuelta.

Filosofía
Los "Gilets noirs" y el devenir negro del mundo
El movimiento de los “chalecos negros” es la “revuelta de los esclavos”, la pesadilla que asedia a Europa desde los inicios de la Modernidad.

Militante comunista, Césaire abandonará el Partido Comunista Francés (PCF) en 1956 debido a las posiciones asimilacionistas y nacionalistas del partido. Preocupado por alinearse con la URSS en política exterior, el PCF no sólo relegaba la cuestión colonial a un segundo plano, sino que su papel en la Guerra de Argelia (1954 – 1962) y su apoyo a Guy Mollet, enfrentado al Frente de Liberación Nacional de Argelia, demostraron que estaba preso del imaginario colonial francés. En su conocida Carta a Maurice Thorez (1956), el militante e intelectual reivindica la negritud y denuncia el chovinismo inveterado del partido comunista, que lo llevaba a situar la cuestión colonial como algo subordinado al conflicto entre burgueses y proletarios en la metrópoli. Césaire no abandonará los ideales socialistas, pero asumirá que la liberación de los colonizados y el objetivo de la emancipación universal no podía provenir de un universalismo blanco y eurocéntrico. Por muy de izquierdas que pretendiese ser.

En medio de la conversación, Vergès trata un punto delicado en la vida política del intelectual martiniqués. Una cuestión paradójica: su papel en la ley de “departamentalización” de la Martinica actual. Como diputado, Césaire defendió en 1946 una vía intermedia entre la independencia y la asimilación de Martinica a la República Francesa. Desde un punto de vista pragmático, el político martiniqués pretendía conservar la autonomía del territorio —que tendría representación propia en la República y un modelo de autogobierno— al tiempo que buscaba equiparar los derechos de los martiniqueses a los de los franceses de la metrópoli. Césaire consideró que la independencia era imposible dada la difícil situación económica y social de Martinica, y entendió que era preferible forzar legalmente a la metrópoli a tratarles como ciudadanos europeos. Ese reconocimiento les serviría para obtener ayudas, recursos y presionar por los derechos que les habían sido negados durante la época colonial. Este “pecado” —así lo denomina Vergès— costó a Césaire varias críticas a lo largo de su vida. No sólo por la promesas incumplidas de parte de la República francesa, sino por las tensiones que introdujo esta apuesta en su compromiso militante.

¿Césaire poscolonial?

En uno de los momentos más interesantes del diálogo, Vergès pregunta a Césaire por la revolución haitiana y los procesos de descolonización. También por la soledad del líder de los movimientos de emancipación colonial tras el momento épico de la independencia. Estas cuestiones, abordadas en su biografía de Toussaint Louverture y en la obra teatral del dramaturgo antillano —La tragedia del rey Cristophe y Una temporada en el Congo—, esbozan la difícil situación política de las “poscolonias”. Un momento marcado por la separación cada vez mayor de las élites, los intelectuales y el pueblo, así como por las terribles circunstancias sociales tras el triunfo de la liberación nacional. Cristophe expresa la figura del dirigente que quiere llegar lejos demasiado rápido, revirtiendo la desigualdad de los colonizados a través de una exigencia sobrehumana a los suyos. Cabe recordar, siguiendo a Frantz Fanon, la problemática que aquella coyuntura planteaba a los nuevos Estados poscoloniales: o una autarquía regresiva en un contexto de miseria, o una renovada dependencia de las viejas metrópolis a través del mercado, la deuda y los planes de ajuste. De ahí la importancia de las luchas por la reparación y la unidad de los pueblos liberados –una unidad que Césaire expresa como anhelo en la entrevista–.

Vergès insta a desarrollar una relectura de Césaire desde el contexto actual, desde un horizonte poscolonial. Su “apéndice” a la entrevista resulta interesante en muchos sentidos. Para empezar, es una soberbia introducción a la poscolonialidad como teoría, crítica y situación histórica. Lo poscolonial emerge como cuestionamiento de dos promesas: las de la Ilustración y la Revolución Francesa (libertad, igualdad, fraternidad) y el nacionalismo tercermundista de los movimientos anticoloniales —con su nuevo humanismo y reparación de la dignidad—. Su crítica se dirige tanto a las formas de exclusión y violencia de la situación colonial, como a las desplegadas en el momento nacional. Ambas temporalidades se entrecruzan y proyectan hacia el presente a través de diversas relaciones de poder —en la República francesa, en los Estados poscoloniales—. En este sentido, la crítica poscolonial lo es también de las nuevas formas de disciplinamiento, racismo y sumisión provocadas por el capitalismo globalizado. Un discurso que toma como eje los sujetos subalternos en las ex colonias y las viejas metrópolis europeas. Y lo hace sin nostalgia por las viejas identidades “puras” de un pasado ancestral, sino más bien afrontando el irreversible mestizaje y la criollización contemporáneos. Un paisaje que lejos de ser armónico, se revela como conflictivo.

“Mi concepción de lo universal es la de un universal depositario de todo lo particular, depositario de todos los particulares, profundización y coexistencia de todos los particulares“. (Césaire)

Césaire —dirá Vergès— es un autor poscolonial en la medida en que cuestiona el universalismo blanco y visibiliza la violencia que instituyó lo colonial, situando la matriz del colonialismo en Europa. Su mirada permite mostrar los relieves desiguales de las cartografías sociales que atraviesan las viejas metrópolis y las antiguas colonias, descifrando los fracasos de un universalismo formal que perpetúa exclusión, estigmatización, violencia y miseria sobre los cuerpos racializados. Su pensamiento ayuda a desvelar los sistemas de clasificación social actuales, amplificados por el neoliberalismo y por una pandemia que entiende de raza, género y clase. Por otro lado, Vergès sitúa el legado de Césaire frente a la memoria francesa sobre la esclavitud y las propias prácticas coloniales de la República en las Antillas. La historia francesa pasa por encima de la esclavitud, borrando sus huellas y sus efectos. De modo que al final la abolición de la esclavitud (1848) no forma parte de los grandes relatos que constituyen la identidad francesa. Sin embargo, el racismo y las consecuencias de la misma perseveran por debajo del relato oficial. El pensamiento moderno repudiará reconocer al esclavo y al colonizado como figuras propias, pero no dejan de ser “el doble monstruoso del hombre moderno y civilizado, pero su doble al fin y al cabo” —dirá Vergès—.

Al igual que con la esclavitud, el debate sobre la ley sobre la departamentalización de las Antillas (1946) pasó desapercibido en Francia, sólo quedó reflejado de manera parcial por algunos medios. Como señala Vergès, la cuestión planteada en los debates por la departamentalización sigue siendo muy actual: ¿Cómo combinar igualdad y alteridad en un mismo territorio? ¿Cómo integrar ambas dimensiones en una ciudadanía plena para todo el mundo? Es decir ¿puede la República ser diversa? La memoria también es selectiva aquí, incluso a la hora de abordar los procesos de emancipación, iluminando los más épicos (Argelia) frente a otros poco románticos, como la transformación de las Antillas en Distritos y Territorios de Ultramar. El fondo no cuestionado que imposibilita el lazo entre igualdad y alteridad en Europa es la cuestión racial, el racismo y la pervivencia de las jerarquías raciales tras la descolonización —algo que otros autores, como Aníbal Quijano, han denominado como colonialidad del poder—.

Negro soy, negro me quedo nos muestra un Césaire contemporáneo y vivo. Un intelectual honesto, que asume sus decisiones políticas —sus luces y sombras—, invitándonos a recuperar lo mejor de su legado. Françoise Vergès hace una excelente labor proyectando el discurso del martiniqués sobre un presente lleno de incertidumbres, atravesado por un racismo cada vez más crudo. Brilla también su reflexión original sobre las violentas asimetrías de la era poscolonial. Un mundo en el que miles de migrantes son discriminados o mueren en las costas de Europa tras un trayecto inhumano (”Y el África gigantescamente reptando hasta el pie hispánico de Europa, con su desnudez donde la Muerte siega a grandes hozadas”, escribió Césaire en su primer poemario). Resta por llevar a cabo el proyecto que Césaire siempre acarició, el de un humanismo integral, el de un universalismo radicalmente diferente: “Mi concepción de lo universal es la de un universal depositario de todo lo particular, depositario de todos los particulares, profundización y coexistencia de todos los particulares”. Un universal que sólo podrá realizarse desde abajo: tejiendo alianzas subalternas, solidaridades diversas que luchen por abolir el racismo y la barbarie que produce el capitalismo racial en que vivimos. Toda una tarea. Pero tal y como están las cosas, parece cuestión de supervivencia.

Filosofía
COVID-19, Ébola y la colonialidad de la imagen
El COVID-19 nos hace repensar la diferencia en el tratamiento de las imágenes de las víctimas frente a la pandemia del Ébola en África.
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.
Antiespecismo
Formación para docentes La Ética Animal llega a las aulas
Formación y recursos prácticos sobre ética animal para docentes y educadoras, promoviendo el respeto hacia los animales.
Filosofía
Alicia Puleo “El ecofeminismo nos recuerda la ayuda mutua de la naturaleza, que la vida buena es solidaridad”
La filósofa Alicia H. Puleo cuenta su historial personal con la filosofía y aborda, desde claves ecofeministas, temas como la sensibilidad de los animales no humanos, la desmesura neoliberal o la crítica de la Ilustración.
#73967
10/11/2020 19:28

Césaire fue un marxista heterodoxo martiniqués, gran pensador y activista anticolonial y antiimperialista, en ningún caso es un autor poscolonial, la poscolonialidad es un enfoque académico actual nacido en universidades privadas del mundo anglosajón. Césaire forma parte de los marxismos del Tercer Mundo junto a Ernesto Guevara, CLR James, Dolores Cuacango o Utsa Patnaik. Llamarle poscolonial es academizar y desradicalizar el pensamiento de este gran literato e intelectual.

5
0
#76027
4/12/2020 20:43

El asunto de la postcolonialidad es compleja. Si bien es un paradigma nacido en las universidades anglosanes, fue un concepto acuñado primero por academicos no occidentales ( Asia y Africa). Aunque Césaire es posterior a la corriente postcolonial, sus escritos han servido de cemiento para Fanon, Said Mudimbe y posteriormente (ej Spivak, Mbembé etc) y otros. La anterioridad no implica influencia; por ejemplo el trabajo de Conrad in importante pero los intelectuales postcoloniales lo consideran como una literatura colonial desde el otro lado de Europa.. No es el caso con Césaire.. Por los cual si se plantea, como es el caso de este articulo, desde una perspectiva de la genealogia del saber (Foucault) podemos afirmar la poscolonialidad de los textos de Césaire.

0
1
#76450
8/12/2020 11:01

Césaire y Fanon son marxistas, no-dogmáticos y heterodoxos claro, pero marxistas. Los enfoques postcoloniales, influenciados por el postestructuralismo, sitúan la centralidad en el discurso más que en las prácticas materiales. Por eso para Foucault el racismo empieza en el siglo XIX (con el surgimiento de la ideología racialista) y para Fanon y Césaire en el siglo XVI (con la expansión de la división racial del trabajo en la expansión mundial del capitalismo). Las interpretaciones y capturas postcoloniales de marxistas del Sur Global como Césaire y Fanon desradicalizan y desorientan sus interesantes aportes para la comprensión del mundo.

3
1
Multitudes
11/11/2020 14:19

"Vergès insta a desarrollar una relectura de Césaire desde el contexto actual, desde un horizonte poscolonial". No se dice que sea un autor poscolonial (título del apartado entre interrogantes) sino que se abre la posibilidad de interpretarlo desde esta perspectiva, como dices, lejana temporalmente al autor. Saludos.

4
1
#74049
11/11/2020 16:15

La recuperación actual de autores como Césaire y Fanon desde el enfoque poscolonial desradicaliza y domestica los grandes aportes revolucionarios de su pensamiento, de carácter marxista, antirracista, anticolonial, antiimperial y revolucionario. Intérpretes como Vergès y Alejandro de Oto ponen el foco en la dimensión discursiva, semiótica e identitaria del pensamiento de estos autores, evadiendo, diluyendo y camuflando el sentido revolucionario y materialista de sus prácticas e ideas. Son apropiaciones liberales del marxismo afrocaribeño que hacen más digeribles sus ideas para que puedan ser consumidas por el status quo, la academia y el activismo posmoderno.

4
1
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Lawfare
Justicia a la derecha Pedro Sánchez no está solo: estos son los precedentes a su caso de ‘lawfare’
El presidente del Gobierno aseguraba en su carta que el suyo era un caso de lawfare “sin precedentes”. Lo cierto es que esta estrategia de judicializar la vida política se ha enraizado durante los últimos años.
Lawfare
Guerra judicial Las izquierdas brindan el apoyo unánime a Sánchez que él les negó durante la era del ‘lawfare’
Todos los partidos con representación en el Parlamento y ubicados a la izquierda del PSOE, también los soberanismos, han mostrado sus posiciones públicas en solidaridad con el acoso mediático y judicial contra el presidente del Gobierno.
Política
Lawfare ¿Qué decisiones puede tomar Pedro Sánchez tras amagar con dimitir?
Tras el anuncio del presidente, se abren varias posibilidades que no se resolverán hasta el lunes: ¿Una moción de confianza? ¿La convocatoria de elecciones? ¿Un cambio de marco? ¿Dimitir y dar el salto a la presidencia del Consejo Europeo?
Opinión
Opinión Cuando la mierda nos come
El panorama mediático se ha convertido en una amalgama de espacios a cada cual más insano. Basura fabricada por gabinetes ultras, aceptada por jueces afines y amplificada por pseudomedios de propaganda regados con dinero público. Hay que pararlo.
Medios de comunicación
Opinión ¿Y qué esperabas, Pedro?
Los gobiernos de derechas llevan años alimentando con dinero público a sus medios afines que esparcen bulos y manipulan sin que el Gobierno haya hecho nada para evitarlo.
Sanidad pública
Ribera Salud Hospital del Vinalopó: el último rehén de la privatización del PP valenciano
La vuelta del PP al gobierno valenciano ha supuesto un balón de oxígeno para la principal beneficiaria de la privatización sanitaria, que mantendrá la concesión de Elx-Crevillent a pesar del malestar social.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Antifascismo
Antifascismo en Roma 25 de Abril, día de ‘La Liberazione’
El movimiento antifascista celebra el fin de la ocupación nazi con una demostración de poder en las calles de Roma.
Más noticias
Portugal
Portugal Cuando los campesinos portugueses tomaron la tierra… y la contrarrevolución se la despojó a tiros
Tras el 25 de abril de 1974 una ola de ocupaciones agrícolas impulsó en Portugal una profunda reforma agraria que los gobiernos socialistas y conservadores tardarían más de una década en desmontar.
El Salto Twitch
El Salto Twitch La Catana 2x06, comunicación política y campaña
Nos preguntamos cómo la carta de Pedro Sánchez atraviesa un momento político y electoral que se estira desde las generales, pasando por elecciones gallegas y vascas, para cristalizar en unas catalanas y europeas que van a marcar nuestro imaginario.
Derechos Humanos
Libertades y derechos Amnistía Internacional acusa al Estado de no investigar casos graves de violación de los derechos humanos
El informe anual de esta organización de derechos humanos denuncia “la persistente falta de rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado español”.
Portugal
Memoria histórica 50 años del 25 de abril: la reforma agraria
Cuando se cumple medio siglo de la Revolución de los Claveles este catedrático y corresponsal de prensa en Portugal entre 1974 y 1975 relata una de las caras menos conocidas de este proceso histórico: la reforma agraria.
Medio ambiente
Minas en Andalucía La sinrazón de los vertidos mineros al Guadalquivir
Se cumplen 26 años del vertido minero desde la Mina de Aznalcollar al Río Guadiamar en abril de 1998. Ahora, los nuevos proyectos de vertidos mineros desde las minas Cobre-Las Cruces y Aznalcóllar-Los Frailes vuelven a poner en peligro la zona al no haber tenido en cuenta las características del lugar.

Recomendadas

Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.
Pensamiento
Kristen Ghodsee “Necesitamos soluciones que podamos llevar a cabo sin la ayuda del Estado”
Esta escritora y etnógrafa estadounidense explora experiencias utópicas del pasado y del presente en su último libro ‘Utopías cotidianas’ (Capitán Swing, 2024).