Genocidio progresivo, el modelo sionista en Palestina

El genocidio de la población palestina no se inició el 7 de octubre de 2023; comenzó en 1948 tras la creación del Estado de Israel.
Huelga Palestina en Euskal Herria - 31
Javi Julio Movilizaciones en Donostia en la huelga general por Palestina el 15 de octubre de 2025.
17 oct 2025 06:00

29 de septiembre de 2023: “La región de Oriente Medio está hoy más tranquila que en dos décadas”. Esas fueron las palabras de Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de EEUU de 2021 a 2025 durante el Gobierno de Joe Biden y Kamala Harris. Fue durante una entrevista con público en The Atlantic Festival con el editor de la veterana revista The Atlantic, Jeffrey Goldberg.

7 de octubre 2023, ocho días después: más de 1.200 combatientes de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam —brazo armado de Hamás—, de la Yihad Islámica y otras fuerzas de la resistencia armada palestina, lanzaban un ataque sin precedentes en territorio israelí contra posiciones militares en tierra, contra barcos militares y kibutz (granjas colectivas).

En su sangrienta incursión los milicianos dispararon también indiscriminadamente a los cientos de jóvenes que encontraron en su camino participando de un festival de música al aire libre cerca de la frontera con Gaza. El saldo, más de 1.200 muertos, unos 400 de ellos miembros del ejército y otras fuerzas de seguridad, y 251 secuestrados.

A pesar de lo sorpresivo del ataque la zona distaba mucho de estar “tranquila” como aseguraba el máximo asesor del presidente Biden ocho días antes. Desde enero de 2023 hasta el 6 de octubre ya habían muerto 247 palestinos y 32 israelíes en violentos enfrentamientos tras fracasar un nuevo intento de tregua con Qatar, Egipto y la ONU como mediadores.

La versión mediática más difundida posteriormente fue que a pesar de que los servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses habían recibido datos de que Hamás preparaba algún ataque no preveían que fuera inminente ni que tuviera demasiada envergadura.

Esa versión, que tanto Israel como EEUU parecieron interesados en dejar circular siempre resultó poco creíble habida cuenta los sofisticados recursos tecnológicos con los que cuentan tanto el Mossad, el Shin Bet, o la CIA. 

¿Israel ha sido capaz de hacer detonar al mismo tiempo los móviles, buscapersonas y walkie-talkies de miles de miembros de Hezbolá en el Líbano y Siria en septiembre de 2024 pero no de detectar la preparación durante meses de más de 1.000 combatientes palestinos en un territorio diminuto como la Franja de Gaza que el espionaje israelí controla metro a metro?

Gracias a los servicios facilitados por los satélites de Starlink, la empresa de Elon Musk, el Ejército israelí ha podido escrutar con más detalle aún si cabe cada calle, cada tienda, cada hospital, cada universidad, cada rincón de Gaza.

Los drones espías israelíes sobrevuelan constantemente desde hace muchos años el territorio gazatí y cisjordano, y las cámaras fijas, los registros domiciliarios, los controles callejeros rutinarios y la labor de confidentes e infiltrados ponen las cosas muy difíciles a las fuerzas de la resistencia para ocultar sus planes.

Tal como sucedió con los atentados de Al Qaeda del 11-S de 2001 en EEUU, el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 está lleno de aspectos oscuros y da pie a teorías de todo tipo. Tras el 11-S el Congreso estadounidense nombró una comisión de investigación bipartidista que después de dos años de trabajo, de renuncias de algunos de sus miembros e irregularidades, desaparición de pruebas claves y de boicot por parte del Gobierno Bush y de sus agencias de inteligencia, concluyó en un informe de 585 páginas que ni la CIA ni el FBI habían logrado detectar los preparativos del ataque.

El informe no convenció a muchos analistas y expertos en estrategia y dio lugar a la formación del 9/11 Truth Movement que reúne a distintos grupos que exigen reabrir la investigación, algunos de ellos con argumentos de peso y otros con teorías rocambolescas propias del fuerte movimiento conspiranoico estadounidense.

Los atentados del 11-S de 2001 sirvieron de excusa a un Bush en horas bajas para disparar su popularidad tras lanzar su Guerra contra el Terror

Las consecuencias de uno y otro ataque, los del 11-S y los del 7-O, y la evidencia de quiénes fueron los beneficiarios últimos de los mismos han reforzado las sospechas de que los autores materiales de ambas masacres pudieron haber sido utilizados por sus enemigos. Que sus planes sí hayan sido descubiertos tanto por sectores de la inteligencia estadounidense en el caso del 11-S como de la israelí en el caso del 7-O, pero que interesadamente unos y otros hayan mirado para otro lado facilitando así que pudieran llevarlos a cabo.

Cuando se produjo el 11-S George W. Bush, que llevaba menos de ocho meses en el poder, con un triunfo electoral cuestionado y baja popularidad, consiguió solo dos días después, tras anunciar que lanzaría una cruzada planetaria del “bien contra el mal”, una Guerra contra el Terror, alcanzar el 90% de popularidad.

Poco después invocaría el artículo 5º del Tratado de la OTAN que obliga a todos sus países miembros a acudir en auxilio de cualquiera de ellos que sea atacado. “O estáis con nosotros o estáis con los terroristas”, dijo Bush a los líderes de todo el mundo.

Bajo el paraguas de su cruzada del Bien contra el Mal se justificó la invasión y guerra devastadora contra Afganistán; la tortura sistemática a los prisioneros; la utilización de la (ilegítima) base naval estadounidense de Guantánamo —aún abierta— como gulag caribeño para trasladar a más de 800 prisioneros, privados durante años de cualquier tipo de derecho. En Afganistán llegaron rápidamente a hacer negocios las empresas petrolíferas y de reconstrucción estadounidenses, que luego repetirían el modelo en Irak, acompañados por corporaciones europeas y de varios de sus países aliados.

Bush impuso a través de la Ley Patriota un paquete de medidas antiterroristas que cercenó drásticamente los derechos de su propia población, emulado con leyes similares por numerosos países.

La amenaza terrorista cambió el concepto de seguridad nacional y los miembros del Trío de las Azores, Bush, Blair y Aznar, defendieron la idea de las guerras preventivas. Nada volvería a ser como antes.

El ataque del 7 de octubre de 2023 aceleró un plan de exterminio de la población palestina preexistente

En el caso del ataque de Hamás del 7-O la teoría de que algunos de los sectores más ultras de la inteligencia israelí hubieran hecho interesadamente caso omiso a los indicios de que Hamás preparaba un gran ataque tiene aún más consistencia.

El objetivo de eliminar de la Palestina histórica a sus habitantes originarios y hacer de ese territorio el hogar exclusivo de colonos judíos de todo el mundo no fue definido por el Gobierno de Netanyahu tras el 7-O.

Los fundadores del sionismo ya en el siglo XIX previeron que la creación de un “hogar judío” en la Palestina Histórica implicaría una ocupación gradual del territorio y la expulsión de su población originaria y en 1948 toma cuerpo la estrategia de un genocidio gradual, con la Nakba (expulsión de 800.000 palestinos), la represión y ocupación de territorio.

El actual Gobierno de Netanyahu, el más racista y ultraderechista que ha tenido hasta ahora Israel, no ha ocultado nunca su oposición a la formación de un estado palestino y su ánimo de llevar a cabo una limpieza étnica para lograrlo.

La acción de Hamás, la Yihad Islámica y los otros grupos armados palestinos que llevaron a cabo los ataques del 7-0 cometieron un error gravísimo —con unas consecuencias terribles e irreparables para la población— cuando calcularon que con su acción reafirmarían su poderío y lograrían canjear a sus 251 rehenes por miles de palestinos de todas las edades presos en cárceles israelíes.

Había un precedente que los milicianos pudieron tomar equivocadamente como referente: el 25 de Junio de 2006, cuando Hamás, la Yihad Islámica y otros grupos armados secuestraron en una operación conjunta cerca de un puesto militar en Kerem Shalon, en la frontera de Israel y la Franja de Gaza, al cabo del Ejército israelí Gilad Shalit. El cabo de 19 años viajaba en un tanque en el momento del ataque. Otros dos soldados israelíes y dos de los atacantes murieron en la operación.

Hacía solo dos semanas que Hamás había roto el alto el fuego que mantenía desde 2005 como reacción a los disparos con obuses de barcos israelíes el 9 de junio contra una playa del norte de la Franja de Gaza que provocó la muerte de siete personas —tres de ellos niños— y heridas a otras 50. Los enfrentamientos se reanudaron a partir de ese momento con gran virulencia.

Hamás exigió la liberación de parte de los 9.000 presos palestinos encarcelados entonces en prisiones israelíes para intercambiarlos por Shalit, pero Israel respondió con la invasión terrestre de Gaza, un intenso bombardeo contra infraestructuras vitales de la Franja, y la detención de diputados palestinos en Cisjordania. Fue una reacción que ya entonces la ONU calificó como una respuesta totalmente desproporcionada.

La negociación duró cinco años. No fue hasta octubre de 2011 que se concretó un acuerdo de intercambio de prisioneros. El Gobierno de Netanhayu aceptó liberar a 1.000 prisioneros a cambio de Gilad Shalit. Ya en aquel momento como ahora Israel se negó a incluir entre esos 1.000 prisioneros a Marwan Barguti, popular líder de Al Fatah encarcelado desde 2002, el sustituto más claro de Abu Abbas, a cuyo gobierno —la Autoridad Nacional Palestina— ha criticado siempre por su corrupción y la línea conciliadora y sumisa con Israel. 

Barguti, licenciado en Historia y Ciencias Políticas , que formaba parte del Consejo Legislativo Palestino en Cisjordania y era secretario general de Al Fatah, es partidario de la reconciliación de Al Fatah con Hamás y otras organizaciones de la resistencia palestina.

Su clan familiar, los Barguti, es el que fundó el BDS, el movimiento internacional que impulsa el boicot a los productos israelíes y a las compañías extranjeras que invierten en los Territorios Palestinos Ocupados. El líder palestino, defensor de la lucha armada contra la ocupación israelí, siempre se opuso sin embargo enérgicamente a los ataques contra civiles israelíes. 

Un genocidio progresivo o de goteo durante décadas para evitar una condena internacional que aislara a Israel e impidiera su plan de limpieza étnica

El genocidio del pueblo palestino no empezó tras los ataques del 7 de Octubre de 2023 aunque fue a partir de ese momento que se recrudeció como nunca antes. El gran historiador israelí Ilan Pappé, que tuvo que exiliarse en 2008 en Reino Unido ante el hostigamiento del Gobierno israelí, del mundo académico y las amenazas de muerte recibidas por su defensa del pueblo palestino, acuñó el concepto de “genocidio progresivo” o “por goteo” para describir lo que viene practicando el sionismo desde hace décadas.

En su libro de 2017 Genocidio Progresivo en Palestina y el BDS, Pappé sostiene que la colonización de la Palestina Histórica, deshumanización de sus habitantes originarios, el genocidio de los palestinos y la limpieza étnica son parte de un todo.

Según el catedrático judío, Israel ha logrado encubrir su brutal plan estratégico con una fachada formal de estado democrático, defensor de los “valores occidentales” frente a un Oriente Medio fanático y salvaje. Pappé sostiene que Israel mantuvo durante décadas su política de opresión asfixiante de generaciones y generaciones de palestinos, de represión constante, de encarcelamientos arbitrarios y periódicas matanzas, con el claro objetivo de expulsar a la población de Gaza y Cisjordania por la fuerza, de lograr la pureza racial.

Pappé ya argumentaba en 2017 que esa estrategia de genocidio gradual a lo largo de décadas le ha permitido a Israel evitar siempre que se produjera una fuerte y generalizada condena internacional que terminara por aislarlo y le impidiera completar su plan colonial de un Gran Israel.

El 7 de octubre fue la gran prueba. La condena internacional al brutal e indiscriminado ataque de Hamás, la Yihad Islámica y otros grupos armados, animó a Netanyahu y sus cómplices de gobierno a dar un gran salto en ese genocidio progresivo. Fue su gran oportunidad. Así se pasó de las matanzas rutinarias a bombardeos masivos, a la política de exterminio. En el caso de Gaza especialmente, a considerar objetivo militar hospitales, escuelas, universidades, viviendas y civiles de cualquier edad, a hacer de la Franja una tierra arrasada, inhabitable.

Y le funcionó, la prueba fue superada, fue positiva la casi nula reacción internacional para Netanyahu y los suyos. El demócrata Biden le dio luz verde y lo siguió armando y financiando; y luego Trump mucho más aún; la Unión Europea, el principal socio comercial de Israel, le mantuvo su trato de socio privilegiado y le siguió vendiendo armas.

El genocidio progresivo, gradual o por goteo del que nos hablaba Pappé hace por ahora una pausa, pero puede retomarse con menor o mayor fuerza en cualquier momento

Netanyahu pudo hacer caso omiso a la condena de la ONU y a las órdenes de detención del Tribunal Penal Internacional de Justicia sin ninguna consecuencia.

Como guindilla, cuando la presión social en muchos países obligó a varios líderes a alzar su voz por primera vez —con la boca chica— decenas de miles de muertos después, Trump salió en auxilio de Netanyahu proponiendo un “plan de paz” hecho a su medida y que sabe que aunque no cumpla las obligaciones a las que se comprometió Israel el magnate republicano lo protegerá ante el resto del mundo.

Si los líderes de la UE no siguen sintiendo una continua y poderosa presión social podrían darse por satisfechos con el plan colonial impuesto por Trump y consensuado con Netanyahu. Estarían más preocupados por ver cómo se podrían beneficiar también sus grandes corporaciones junto a las estadounidenses de la reconstrucción de Gaza y de los planes previstos para ella por el emperador y su socio israelí que por el negrísimo futuro que le depara a la castigada población palestina por generaciones y generaciones.

El genocidio progresivo, gradual o por goteo del que nos hablaba Pappé hace por ahora una pausa, pero puede retomarse con menor o mayor fuerza en cualquier momento si Trump y Netanyahu no encuentran un sólido, amplio y sostenido en el tiempo frente de resistencia internacional.

Ocupación israelí
Hasbará, la maquinaria sionista mundial para negar el genocidio palestino
La ‘Hasbará’, la costosa estrategia de intoxicación mediática con la cual el Gobierno israelí niega hasta la hambruna y el genocidio del pueblo palestino no es un invento de Netanyahu.
Pensamiento
Einstein, Arendt y Freud, del apoyo al sionismo a denunciarlo por fascista
No necesitaron ver el actual genocidio del pueblo palestino para darse cuenta, hace un siglo, que aquel proyecto sionista de “un hogar para los judíos” incluía un plan de limpieza étnica en la Palestina Histórica.
Ocupación israelí
Trump y Harris ante el genocidio palestino
En política exterior republicanos y demócratas tradicionalmente han mantenido diferencias, distintas prioridades, pero ni unos ni otros han dudado nunca en la defensa a ultranza de Israel… aunque lleve a cabo un genocidio en Palestina.
Sobre este blog
La manipulación de la información que realizan a diario los grandes grupos mediáticos controlados por gobiernos, multinacionales, fondos de inversión y la gran banca, es conocida por gran parte de la ciudadanía. Sin embargo, no siempre el ciudadano logra descubrir cómo se concreta en cada caso esa intoxicación, esa tergiversación, y aunque lo sospeche suele tener grandes dificultades para encontrar otro relato, una información y una visión alternativa.

A pesar de la proliferación de medios independientes y redes sociales la batalla sigue siendo totalmente desigual. Este blog intentará con sus análisis, principalmente centrados en temas de geopolítica, estrategia internacional y derechos humanos, aportar en esa lucha desde esta trinchera de El Salto.
Ver listado completo
Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando...
Sobre este blog
La manipulación de la información que realizan a diario los grandes grupos mediáticos controlados por gobiernos, multinacionales, fondos de inversión y la gran banca, es conocida por gran parte de la ciudadanía. Sin embargo, no siempre el ciudadano logra descubrir cómo se concreta en cada caso esa intoxicación, esa tergiversación, y aunque lo sospeche suele tener grandes dificultades para encontrar otro relato, una información y una visión alternativa.

A pesar de la proliferación de medios independientes y redes sociales la batalla sigue siendo totalmente desigual. Este blog intentará con sus análisis, principalmente centrados en temas de geopolítica, estrategia internacional y derechos humanos, aportar en esa lucha desde esta trinchera de El Salto.
Ver listado completo
Cargando...
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...