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Series
‘Outlander’ a través de su vestuario
Outlander adapta los estados anímicos a las vestimentas de sus personajes, todo un reto y a la vez una prueba de que esta serie tiene una psicología más profunda de lo que parece.
Al adaptar una novela a la pantalla, una de las herramientas usadas para transmitir a los espectadores los sentimientos de sus personajes es el vestuario. La forma de las prendas, su color, las telas empleadas... son elementos que narran más de lo que parece acerca de la personalidad e intenciones de los protagonistas, ayudando al diseño de los mismos y a su definición y comprensión por parte del espectador.
Las novelas de la saga Outlander, escrita por la estadounidense Diana Gabaldon, tienen sin duda una importante carga psicológica, en la que tales sentimientos juegan un papel fundamental a lo largo de las páginas. Y en la serie homónima, por supuesto, se ve reflejado todo ello mediante diversos mecanismos, entre los cuales destaca el vestuario.
En la tercera temporada, uno de los casos más claros fue el representado por el vestido que Claire cose para su reencuentro con Jamie. A lo largo de un capítulo entero, la protagonista de la serie se siente ilusionada, pero también nerviosa e insegura acerca de la reacción que tendrá al verse con quien fue su marido hace más de veinte años.
Por ello, el vestido que escoge para el reencuentro es sumamente práctico, de colores poco llamativos y corte muy cerrado, un traje en absoluto sensual que actúa como escudo, casi como barrera entre sus confusos sentimientos y el mundo exterior. Conforme avance la temporada y se restaure la relación entre los personajes, se irá viendo cómo el vestido se transforma hasta adoptar versiones más reveladoras.
El estilo formal, rectilíneo y masculino de los años de la guerra y posguerra, producto del racionamiento textil, puede observarse en la ropa que luce Claire durante su boda con Frank, acaecida según la cronología de la serie nada más comenzar el conflicto bélico, así como en la que viste en el primer capítulo de la serie, aunque en este caso se hicieron algunas concesiones al color, un reflejo del optimismo de los supervivientes.
Por su parte, Frank viste en el primer episodio de la serie ropa acorde con la moda anterior a la guerra: el tipo de prendas que tendría un hombre que, por primera vez en varios años, abandona el uniforme y vuelve a vestir de civil. El mismo capítulo en que hizo su aparición el traje del reencuentro contuvo otros diseños igualmente relevantes e interesantes.
Tanto en la clase de Historia a la que asiste al principio como en el acto organizado por la universidad en homenaje a Frank, podemos ver a Brianna vistiendo prendas estampadas con un diseño de cuadros escoceses. El complicado estado emocional en que se encuentra Brianna, dividida entre sus dos identidades representadas por sus dos padres, queda así replicado en la elección de esas prendas.
Constricciones o laxitud
Las propias actrices han declarado en ocasiones sentir esas constricciones físicas del vestuario, que reflejan las sociales; con un corsé, el rango de movimientos es limitado, e incluso hablar puede volverse incómodo si la pieza restringe notablemente la respiración. Por ello es también emblemático observar qué personaje no suele llevar corsé: Geillis Duncan, pese a vestir por norma general de modo muy correcto (como corresponde a la esposa del fiscal), al no emplear ocasionalmente esta prenda queda marcada implícitamente como un personaje más libre, extraño al ambiente en el que vive, y no ajeno a cierta connotación sexual.
Algunas decisiones de la diseñadora, sin embargo, no han dejado de generar cierta polémica. Durante la tercera temporada, también, la protagonista vistió durante un buen puñado de capítulos versiones diferentes del mismo traje; lo cual quedó justificado por trama, pero no complació a los fans. El hecho de que Jamie conservara los vestidos de Claire fue también controvertido, al considerarse impropio del personaje darle uso escaso a unas prendas tan lujosas, que podrían haber sido vendidas durante la dura posguerra del levantamiento escocés.
Por último, se ha criticado la falta de historicidad de algunas piezas, como el mencionado estilo 'New Look' de varios de los trajes de la etapa de Versalles. Polémicas aparte, de lo que no cabe duda es de que el vestuario de Outlander ha producido piezas maravillosas, tanto para el siglo XVIII como para el XX, y que sus seguidores pueden esperar que sigan siendo así en las próximas temporadas.