Ejército
Ciudadanos de Uniforme denuncia irregularidades en los cuarteles de Badajoz y Cáceres

El canal de Telegram “Ciudadanos de Uniforme”, medio desde donde trabajadores y trabajadoras del Ejército Español –en su mayoría soldados, es decir, la parte más débil del escalafón militar– denuncian maltratos, abusos y multitud de irregularidades en las Fuerzas Armadas, ha informado en los últimos meses de distintos arbitrariedades gravísimas por parte de los sargentos, tenientes y capitanes responsables jerárquicamente de los cuarteles de Badajoz (Central Base General Menacho) y Cáceres (Centro de Formación de Tropa Nº 1).

Hace unos días, con el repunte de casos relacionados con el Coronavirus, publicaban que en el “cuartel de Bótoa (Base General Menacho, Badajoz) están dando muchísimos positivos y no se está haciendo absolutamente nada. Todo esto me lo confirman desde la Mutua que son los encargados de realizar los test, parece ser que no interesa que cierren una base con tantísima gente”. El mes pasado, en el epicentro de la crisis sanitaria provocada por la covid-19, alertaban que en una de las unidades de la Base General Menacho, “un familiar de uno de los integrantes de la compañía ha dado positivo y esa persona lo ha comunicado a sus superiores”, que decidieron, pese a que la persona había estado en “contacto con muchos compañeros, que solo se le hagan los tests a los que han tenido doble contacto. Le llaman doble contacto a los que trabajan directamente con él y a su ruta. Todos ellos han estado en contacto con toda su compañía en hora de educación física, formaciones, en las mismas camaretas, etc.”.

No es la única irresponsabilidad relacionada con la crisis del Coronavirus, ya que en mayo volvieron a denunciar que “en la última semana tres casos más de coronavirus y seguimos sin agua caliente aquí confinados. Una vergüenza que no se garanticen unas mínimas condiciones de vida a quienes vivimos en los cuarteles”. En una de las últimas informaciones de este canal, al hilo de la inexistencia de unas mínimas condiciones laborales en el cuartel de Badajoz, se volvía a denunciar (con la publicación de una nota informativa en la Base) del corte de agua que dejaba a la mayoría de soldados sin la posibilidad de tener una mínima higiene en, recordamos, plena pandemia.

Hechos similares viven los y las soldados del CEFOT de Cáceres. A principios de año, enviaron a Ciudadanos de Uniforme imágenes del “Estado ruinoso del CEFOT de Cáceres. Así nos tienen alojados. Baños reventados que no funcionan, calefacción averiada en pleno invierno, se va la luz cada poco”. No fue la única denuncia del mes. Días más tarde, se publicaron vídeos (grabados por los altos mandos de la 2º Compañía cacereña) donde los soldados eran obligados por el Brigada responsable a reptar por aguas sucias, estancadas e infecciosas. “CEFOT de Cáceres, segunda compañía. El Brigada se lo pasa bien humillando y grabando a los compañeros, que terminaron con infecciones de todo tipo. Los jefes han intentado taparlo, pero para eso estamos nosotros”, señalaban. Después de tal humillación, “11 ingresados por gripe A en el CEFOT de Cáceres y otros 25 con gripe común. Y sus jefes llamándoles ‘maricones’ por ponerse enfermos. Son los mismos retrasados que deciden meter a la gente en una piscina llena de mierda y grabarlos después”.

Las últimas informaciones que Ciudadanos de Uniforme ha registrado de este cuartel han sido relativas al cambio “de compañía a un teniente de Zapadores por las quejas que recibían de él, sobre todo el maltrato a la tropa, especialmente a los soldados de nueva incorporación que venían del CEFOT. Con un alto incide de bajas en su compañía y sección, extralimitación en su cargo y trato humillante, vejatorio y degradante por parte del oficial. Para algunos jefes parece que la tropa somos el enemigo”. 

Estas con algunas de las condiciones laborales que viven día a día los y las más débiles dentro del opaco Ejército Español. Al no tener permitidas las denuncias públicas por considerarse deshonor o traición a la Patria, algunas personas utilizan grupos como Ciudadanos de Uniforme, que cuenta cerca de 5000 suscriptores, para denunciar, bajo estricto anonimato, las irregularidades dentro de las Fuerzas Armadas.