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Economía
Las falacias sobre el repunte de la inflación
Vivimos, en las últimas décadas, una profunda crisis en el pensamiento económico moderno. Ya a mediados de los 90, el economista e historiador del pensamiento económico Robert Heilbroner y su pupilo William Milberg en su libro “La crisis de visión en el pensamiento económico moderno” anticipaban el vacío intelectual y las falacias que había detrás de los elegantes modelos matemáticos de la economía neoclásica, y que nos llevaron a la Gran Recesión. Sin embargo, hay algo todavía más decepcionante, la degradación de los comentarios y propuestas de quienes asesoran a los partidos conservadores patrios, muchos de ellos con espacios mediáticos excesivos para su escasa aportación a la profesión.
El problema no es que razonen con teorías que no dejan de ser meros eslóganes ideológicos, ofreciendo como propuestas meras recetas chamanes, lo peor es que aún no se han enterado de que incluso en la ortodoxia las ideas y teorías que hay detrás de sus razonamientos y propuestas empiezan a ser superadas. Pero, aquí en Españistán, ya saben, en ciertos mass media no interesa el rigor intelectual. Solo venden ideología, desinformando de manera perpetua a sus lectores. Lo peor es que los problemas que achancan a la economía actual son consecuencia de aplicar exactamente las recetas que dichos economistas sugerían: desregular, liberalizar, y dejar todo en manos del mercado, especialmente en un mundo globalizado.
La inflación no es un fenómeno monetario
Muchas de las columnas u opiniones de estos economistas, esparcidas las últimas semanas en distintos altavoces mediáticos, acerca del repunte de la inflación no dejan de asombrarme. ¡La achacan a la política monetaria de los bancos centrales y a la deuda pública! ¡Guau! Sí, son los mismos que nunca se enteraron de que fue la deuda privada alrededor de ciertas burbujas de activos financieros e inmobiliarios quien nos llevó al desastre, a la Gran Recesión. Para ellos la deuda privada era neutra, un equilibrio entre ahorradores y deudores, asumida racionalmente por los agentes privados. Claro, mientras ellos seguían con su ideología, los economistas de un banco de inversión como JP Morgan, allá por 2005 empezaron a estudiar la hipótesis de inestabilidad financiera de Hyman Minsky, economista y matemático post-keynesiano, lo que les permitió ahorrarse miles de millones de dólares, y ser el único banco de inversión sin problemas de capital en 2008.
Llevamos casi 15 años con una expansión descomunal de los balances de los bancos centrales y el riesgo siempre ha sido la deflación, incluso cuando allá por 2008 la inflación se disparaba, como ahora, por encima del 5%
Pero volvamos a lo nuestro, a la inflación. El cuento infantil que nos están relatando estos días es que la inflación es un fenómeno monetario, especialmente cuando la expansión de los bancos centrales sirve para financiar en el mercado secundario a los Tesoros de sus países. ¡Manda huevos! Llevamos casi 15 años con una expansión descomunal de los balances de los bancos centrales y el riesgo siempre ha sido la deflación, incluso cuando allá por 2008 la inflación se disparaba, como ahora, por encima del 5%. La teoría del multiplicador monetario, en la que se apoya, es ¡falsa! Tanto el Banco de Inglaterra como la Reserva Federal de los Estados Unidos ya han abandonado este relato. En septiembre de este año la Reserva Federal de St. Louis publicó el documento “Teaching the Linkage Between Banks and the Fed: R.I.P. Money Multiplier”. Parafraseando al presidente de la FED, Jerome Powell, “Bueno, cuando tú y yo estudiábamos economía hace un millón de años, M2 y los agregados monetarios generalmente parecían tener una relación con el crecimiento económico... esa relación clásica entre los agregados monetarios y el crecimiento económico y el tamaño de la economía, simplemente ya no se mantiene... así que algo tenemos que desaprender, supongo”.
Entonces, ¿qué está provocando la inflación?
La inflación actual la están provocando exactamente dos aspectos que son consecuencia directa de ideas y propuestas defendidas por los economistas conservadores, liberales y socio-liberales. Por un lado la financiarización de la economía, y su reflejo en la evolución de los precios de las materias primas energéticas y agrícolas. Por otro, el abaratamiento del factor trabajo, con la deslocalización y concentración empresarial que ha acabo generando, especialmente en las cadenas de suministro.
Detrás del repunte actual de la inflación y el del 2008 se encuentran los precios de la energía y materias primas agrícolas establecidos en los mercados de derivados, concretamente en los mercados de futuros de materias primas
Entre julio de 2007 y agosto de 2008 la tasa interanual de la inflación en España (pasó exactamente lo mismo en Estados Unidos y el resto de Europa) repuntó desde el 2,2% interanual al 5,3%, muy parecido a lo que está sucediendo desde abril de 2021. Detrás de ambos repuntes, los precios de la energía y materias primas agrícolas, establecidas en los mercados de derivados, concretamente en los mercados de futuros de materias primas. ¿La razón? Ya lo hemos detallado en estas líneas, la desregulación de dichos mercados que posibilitaron el auge de las materias primas en la década de 2000, especialmente entre 2002 y 2008, durante el cual los precios subieron más allá de lo que podían explicar la oferta, la demanda y otros factores fundamentales. Recomiendo tres artículos académicos.
Eléctricas
Lo que no se dice sobre la subida del precio de la luz
El primero, de Sockin y Xiong, publicado en 2015 en la revista académica de finanzas más relevante, The Journal of Finance, bajo el título Informational frictions and commodity markets. En él los autores defienden que “las fricciones informativas impiden a los participantes en el mercado de materias primas observar los fundamentos, lo que hace que interpreten erróneamente la demanda de posiciones en materias primas que no está basada en información o relacionada con los fundamentos macroeconómicos como si transmitiera información sobre el futuro crecimiento macroeconómico, lo que repercute en el mercado”. Vamos, que los precios de los mercados de materias primas en el 2008 distorsionaban la realidad macroeconómica. Brutal, ¿verdad?
En el segundo, Aït-Youcef en su artículo publicado en 2019 en la revista académica Economic Modelling bajo la rúbrica “How Index Investment Impacts Commodities: A Story about the Financialization of Agricultural Commodities” encuentra pruebas “de que se han reforzado los vínculos entre los mercados bursátiles y los mercados agrícolas desde 2004, lo que corresponde al aumento de las entradas de inversores institucionales en los mercados de derivados de materias primas”. Finalmente, Ouyang y Zhang en otra exquisita pieza académica, “Financialization of Agricultural Commodities: Evidence from China” publicada en 2020, también en Economic Modelling, consideran que la especulación en el mercado de futuros de productos básicos distorsiona los precios de los mismos, alejándolos de los niveles racionales. Estos hallazgos sugieren una creciente dependencia entre las materias primas y los mercados bursátiles, cuyo movimiento conjunto se intensificó tras la crisis financiera mundial, y que se pueden extender a los energéticos.
El segundo factor que ha provocado el repunte de la inflación, los problemas de las cadenas de suministro, ha sido una consecuencia lógica de la deslocalización de la producción
El segundo factor que ha provocado el repunte de la inflación, los problemas de las cadenas de suministro, ha sido una consecuencia lógica de la deslocalización de la producción, el “just in time” y toda una serie de estrategias asociadas destinadas a abaratar a niveles extremos al factor trabajo. Una hipótesis de trabajo a contrastar, y que ya se está haciendo a nivel académico, es que la concentración empresarial, consecuencia lógica de esta estrategia, ha hundido la productividad del capital, ante el descenso en las inversiones en formación bruta de capital fijo. Pero además, la concentración en las cadenas de suministro está detrás de los cuellos de botella que también están haciendo repuntar temporalmente los precios de ciertos productos que no llegan al mercado.
En definitiva, la liberalización y desregulación aplicadas a los mercados derivados de materias primas; así como la concentración empresarial en las cadenas de suministro, y su explicación de los cuellos de botella actuales, consecuencia lógica de los procesos de deslocalización de la producción, están detrás del repunte actual de la inflación, y no las explicaciones espurias que ustedes pueden leer en ciertos mass media.