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Ecologismo
El sector apícola sale a la calle por unas condiciones justas
La sequía, los calores extremos, la falta de compromisos desde las instituciones o el desinterés por parte de los envasadores —las empresas que empaquetan y distribuyen la miel— vienen ahogando, desde los últimos años, a la apicultura española. La producción se ha visto reducida a la mitad en apenas un año, aunque las dificultades también aparecen a la hora vender la miel que sí han producido. El descontento y la incertidumbre les han llevado a emprender una serie de movilizaciones por todo el territorio español que culminan este jueves 9 de marzo en una manifestación unitaria en Madrid.
La campaña pretende “reclamar a las instituciones una mejora de las condiciones”, pero también “informar a la opinión pública del estado del sector”, tal y como cuenta Pedro Loscertales, responsable de apicultura de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Si bien son múltiples los flancos que la apicultura española tiene abiertos, el conflicto con los envasadores destaca por encima del resto. Y es que los encargados de empaquetar y distribuir la miel, que previamente han comprado a apicultores, están ahora decantándose por las alternativas procedentes de países donde los costes de producción son mucho menores y las regulaciones mucho más laxas. De entre todos esos lugares de origen, hay uno que destaca por encima del resto: China. A pesar de ello, en muchas de esas etiquetas siguen apareciendo como lugar de procedencia España.
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La razón que está permitiendo que esto ocurra está clara: una regulación que no exige a los envasadores especificar cuál es el porcentaje de cada una de las mieles que componen el producto final. Así, aunque un mismo bote puede contener mieles de diversas partes del mundo, y en proporciones totalmente dispares, la etiqueta puede seguir anunciando que la miel es española. “Se está mintiendo al consumidor a nuestra costa”, denuncia Antonio Prieto, responsable apícola nacional de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).
Cuando los envasadores deciden no comprar, encontrar una salida a la miel producida se hace muy difícil. Así las cosas, los almacenes apícolas siguen guardando la producción recogida en la campaña anterior, con la próxima temporada a la vuelta de la esquina. “Si ahora sale una buena campaña, no sabemos muy bien qué haremos con la miel del año pasado”, lamenta Loscertales. Prieto, en cambio, apunta a una situación que se antoja peligrosamente posible: “El problema no va a ser guardar la miel sobrante, va a ser que vendrán a comprar la anterior a precios muy bajos por ser vieja, especularán con el precio de la miel”.
Al horizonte especulativo se suma una crisis climática que no hace más que agravarse, y que provoca el aumento de la mortandad de las colmenas. “El año pasado tuvimos calores y sequías prolongadas, de mayo en adelante era todo verano”, cuentan Loscertales y Prieto. Así, las flores no producen todo el néctar que deberían, lo que lleva a la pérdida de muchos ejemplares, aumentando también los costes de producción que ya de por sí son altos en un contexto de inflación —han crecido casi un 100%—.
A pesar de la situación, el sector apícola no ha sido incluido en ninguno de los paquetes de medidas aprobados desde el estallido de la guerra de Ucrania: “Ni los 20 céntimos del carburante, ni las ayudas directas, nada; estamos a cero desde el inicio de toda esta situación”, denuncia Prieto. Loscertales, además, señala que desde las instituciones, “tanto autonómicas como estatales”, reciben “palabras bonitas pero ningún compromiso real”.
Con todo ello, el sector apícola reclama ayudas de 10 euros por colmena, la inclusión en ayudas directas para paliar la inflación y la regulación del etiquetado para evitar el fraude de la miel importada y la publicidad engañosa. “Este es un sector que sí está contando con participación tanto de jóvenes como de mujeres, en zonas además rurales. Protegerlo es una forma de revitalizar la España rural, pero si no lo hacemos, será el despoblamiento el que crezca”, advierte Prieto. Por estos y otros motivos, expresan, se concentrarán en la jornada del 9 de marzo a las 12h frente al Ministerio de Agricultura.