Opinión
El futuro de la libertad digital: de la batalla por Wikipedia a Chat Control

Una iniciativa en Reino Unido podría llevar al cierre de Wikipedia en este país, mientras un reglamento europeo conocido como Chat Control pretende vigilar las conversaciones de cientos de millones de personas. Está en juego el futuro mismo de la libertad en la red.
Servidores de la Fundación Wikimedia-wikipedia
Servidores de la Fundación Wikimedia
30 sep 2025 06:00

Wikipedia, uno de los últimos grandes bienes comunes de Internet, podría desaparecer del Reino Unido. Una nueva ley obliga a revelar la identidad de quienes editan contenidos en línea, y la enciclopedia libre se enfrenta al dilema de exponer a su comunidad global o cesar sus operaciones. Lo que está en juego va mucho más allá de una web: se trata del futuro mismo de la libertad en la red.

Concretamente, nos referimos a la pugna en la corte superior contra la Online Safety Act (el Acta de Seguridad en Línea). Esto significa que si la Oficina de Comunicaciones (Ofcom) la clasifica como una web de categoría 1 (la más estricta), todos los usuarios y todos los editores en cualquier lugar del mundo estarán obligados a revelar sus identidades.

A primera vista, no parece grave. Pero en muchos países revelar la identidad de quienes editan supone un riesgo real, ya que compartir información que contradiga el relato oficial, aunque sea verificable, puede acarrear sanciones severas.

De incumplir estas opciones —exponer a las personas que crean contenido o arriesgar la construcción de contenido libre— Wikipedia deberá cesar definitivamente todas sus operaciones en Reino Unido.

Según recogen algunos artículos publicados en The Guardian y en la BBC, la alternativa a esto es no permitir que usuarios anónimos puedan arreglar, modificar o eliminar contenido. Habría otra vía: buscar la forma de no ser clasificada dentro de la categoría 1. Para ello, Wikipedia debería restringir el número de personas que pueden acceder a su página dentro de Reino Unido (a una cuarta parte del uso actual) o bien restringir algunas de las funciones clave del sitio.

De incumplir estas opciones —exponer a las personas que crean contenido o arriesgar la construcción de contenido libre— Wikipedia deberá cesar definitivamente todas sus operaciones en Reino Unido.

El periplo judicial de la Fundación Wikipedia empezó el pasado mes de mayo, cuando decidió llevar la regulación británica de seguridad en la red al tribunal superior. La estrategia se basó en argumentar que los criterios que se utilizan para decidir si Wikipedia sería categoría 1 parecen demasiado vagos (como por ejemplo, que un sitio sea “popular”).

La sentencia, sin embargo, también reconoce la responsabilidad de Ofcom y del Gobierno Británico para proteger Wikipedia, subrayando su valor para la libertad de expresión y el acceso al conocimiento. Además, deja la puerta abierta a que Wikipedia pudiera quedar exenta de reglas más estrictas – sujeto a revisión. 

Además, cabe mencionar que la categoría 1 de la Online Safety Act se pensó para redes sociales como Facebook, X o Instagram; mientras que Wikipedia está sostenida por una fundación sin ánimo de lucro y no proporciona contenido a los usuarios que no ha sido específicamente solicitado por éstos.

Wikipedia salió a la luz el 15 de enero de 2001. Posiblemente, en estos momentos, sea el proyecto colaborativo más grande del mundo (49 millones de usuarios registrados —de los cuales, 108.000 activos— y 836 administradores). Es la propia comunidad quien regula qué artículos existen en cada una de las más de 300 lenguas, así como sus contenidos y su moderación. Por supuesto, esta forma de existir y de funcionar ha levantado grandes polémicas a lo largo de los años en relación a la veracidad de los contenidos – especialmente de aquellos artículos publicados en lenguas con pocos contribuyentes y poca revisión. Los temas relacionados con China son un buen ejemplo de esto.

Wikipedia, posiblemente, sea el proyecto colaborativo más grande del mundo, con 49 millones de usuarios registrados, de los cuales, 108.000 son activos y 836 administradores

Este funcionamiento orgánico y horizontal conecta con la idea fundacional de Internet como una red global de personas y organizaciones, basada en la libertad de información y en un ideal de justicia epistémica, es decir, en quién define el conocimiento, cómo se comunica y cómo se comprende. Precisamente, el fundador del protocolo World Wide Web, Sir Tim Berners-Lee, ha colaborado con el Massachussets Institute of Technology (MIT) en Solid: un proyecto para que las personas recuperemos el control sobre los datos que proporcionamos a las páginas web que visitamos.

Asimismo, Wikipedia tiene un impacto sociocultural extraordinario. Un estudio desarrollado por la Universitat Oberta de Catalunya en 2016, con el soporte de la FECYT, mostró que el 32,7% de los usuarios de Internet españoles utilizaban Wikipedia como primer recurso para encontrar información científica. Además, esta enciclopedia funciona también a la inversa: anima a las personas a transferir el conocimiento científico al público general. En 2015, un estudio llevado a cabo por la Leibniz Library Network Research recogía que el 84,7% de los científicos encuestados utilizaba Wikipedia. En 2023 un artículo publicado en la revista científica Frontiers in Big Data (indexada en PubMed) explicaba que algunos artículos de Wikipedia para nutrir políticas de salud pública, así como también de otros lugares web.

Aunque la validez de sus contenidos ha sido cuestionada en numerosas ocasiones, lo cierto es que el tecnocapitalismo parece haberla legitimado. Desde enero de 2024 la Wikipedia Foundation registra un aumento del 50% en el uso de su ancho de banda por parte de usuarios automatizados que alimentan modelos de inteligencia artificial. Además, estos no se paran a discernir si descargan información de los artículos más o menos populares (esto es: más o menos editados y revisados). Así, mientras gigantes tecnológicos se alimentan de Wikipedia sin contribuir (clásico problema económico del polizón), algunos gobiernos ven este modelo abierto como un desafío a su poder.

Mientras gigantes tecnológicos se alimentan de Wikipedia sin contribuir (clásico problema económico del polizón), algunos gobiernos ven este modelo abierto como un desafío a su poder

En definitiva, el caso en torno a la Online Safety Act no se limita a una amenaza legal concreta en el Reino Unido contra Wikipedia, sino que se enmarca en un problema mucho más amplio: el lento pero inexorable recorte de libertades tanto en espacios digitales como físicos. Obligar a revelar la identidad de los editores, restringir el acceso o forzar su retirada equivaldría a debilitar uno de los grandes bienes comunes del mundo contemporáneo. Se trata de un proyecto abierto, colaborativo y sin ánimo de lucro que garantiza el acceso libre al conocimiento. 

Y en este enredo encontramos por lo menos otra paradoja, y es que las grandes corporaciones tecnológicas, que a menudo están detrás de los recortes de libertades civiles en pro del beneficio de unos cuantos, son uno de los grandes beneficiarios de conocimiento recogido en la comunidad de Wikipedia.

El futuro de la Enciclopedia Libre, y con ella una parte de la libertad en internet, dependerá de si somos capaces de protegerla como lo que es: un patrimonio común de la humanidad, nacido de la misma idea fundacional de Internet como espacio de apertura, cooperación y justicia epistémica.

La sentencia británica se enmarca en el panorama general de pérdida de libertades en países donde, supuestamente, el sistema democrático debía garantizarlas. Una vez más, estamos frente a un espejo para otros contextos donde la libertad en la esfera digital y la protección del conocimiento y las redes abiertas están en tensión.

Obligar a revelar la identidad de los editores, restringir el acceso o forzar su retirada equivaldría a debilitar uno de los grandes bienes comunes del mundo contemporáneo

Escenarios parecidos se dibujan en España con la Ley de Comunicación Digital que, aunque fue presentada por el ejecutivo como una herramienta para garantizar la pluralidad informativa, ha generado un debate por su impacto directo en la libertad de prensa y la independencia editorial. Además, grupos de usuarios, activistas y periodistas advierten sobre los riesgos de la vigilancia masiva.

Otro punto de inflexión tendrá lugar este 14 de octubre, cuando el Consejo de la Unión Europea se pronuncie sobre la legislación conocida popularmente como Chat Control. Planteado como una herramienta para la seguridad de los menores de edad en entornos virtuales, se teme que este reglamento se utilice para la vigilancia masiva de entornos virtuales privados —por ejemplo, las autoridades podrán tener también acceso a los mensajes no enviados y a las comunicaciones cifradas—. El 9 de septiembre más de 500 expertos expertos y académicos de toda Europa habían firmado una carta advirtiendo que esta legislación puede sentar un precedente peligroso para la privacidad y la libertad en línea. Esta carta fue entregada a la Presidencia de la Unión Europea. Para el 18 de septiembre, 200 expertos e investigadores más habían firmado el documento.

La defensa de la privacidad digital se ha convertido en una cuestión de derechos fundamentales que requiere una atención urgente y una acción decidida por parte de todos los actores involucrados.

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