Coronavirus
La ciudadanía estalla en aplausos a la sanidad pública
La primera jornada de restricciones en el conjunto del Estado por el coronavirus incluye las limitaciones a la movilidad, el cierre de comercios y la militarización de la vida civil que contempla el Estado de Alarma que Pedro Sánchez anunció ayer 13 de marzo. Torra anuncia el confinamiento de Catalunya y los casos ya ascienden a 5.753 personas y 132 fallecidos.

El 14 de marzo se publica el decreto que establece el Estado de Alarma por segunda vez en democracia y durante el máximo legal de 15 días. El Salto sigue con la cobertura de las informaciones más relevantes de la jornada.
18:00
Así fue la jornada en la que se anunció el estado de alarma
Gays, Lesbianas, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales… La diversidad hecha colores. Los mismos colores que ondean de bandera multicolor cada 28 de junio durante el Día de Orgullo. Esta fecha histórica conmemora la lucha de la juventud LGTBI+ de Nueva York en 1969 a causa de la opresión social que sufrían, no sólo por su identidad sexual y de género, sino por ser muchas de sus integrantes personas racializadas.
Cada año en el Día del Orgullo LGBTI+ se reivindica públicamente la diversidad afectivo-sexual y la identidad de género para impulsar el derecho a la libertad sexual. Son ya famosos y emblemáticos los desfiles que se celebran en muchas ciudades. Sin embargo, en la capital riojana, el desfile es algo relativamente reciente. Este es el cuarto año que se celebra y, debido al éxito de años anteriores, en esta ocasión hay numerosos actos durante toda la semana previa.
Aunque los eventos planteados en Logroño están impregnados de un marcado tinte reivindicativo, ¿podría ocurrir que el Orgullo se convirtiese en un acto de consumo más? En Madrid, por ejemplo, varios colectivos organizan el Orgullo Crítico por creer que el World Pride no tiene un carácter transformador. Para el caso riojano, Marea Arco Iris piensa que “el orgullo solo se puede convertir en un objeto de consumo si las personas que lo organizan son sujetos de consumo”, pero asumen que “si las empresas ven negocio, se aprovecharán”. Por su parte la riojana Asociación GYLDA– Gays y Lesbianas de Aquí- comparte la misma preocupación y, “aunque no cree que en el corto plazo se pueda perder el carácter reivindicativo”, admiten que “los empresarios se han ido apropiando de espacios y que se están creando dinámicas que eliminan el carácter transgresor en lugares como Barcelona, Sitges o Ibiza”.
Este carácter transformador es lo que ha permitido que el Día del Orgullo haya puesto sobre la mesa las reivindicaciones y derechos en torno a la diversidad sexual que, como habitualmente ocurre, llegan con retraso al ámbito institucional. En este sentido, La Rioja es una de las pocas comunidades autónomas que aún no cuenta con legislación en este aspecto, hasta la recientemente presentada –pero pendiente de aprobación por el Parlamento– Proposición de Ley de Igualdad, reconocimiento a la identidad de género y derechos de las personas transexuales, planteada entre Podemos, C’s y PSOE en el Parlamento riojano.
La Rioja es una de las pocas comunidades autónomas que aún no cuenta con legislación sobre diversidad sexualA pesar de dar la bienvenida al proyecto de ley, Marea Arco Iris se presenta crítica ante el texto parlamentario por considerarlo “muy binario” (solo habla en términos de hombre-mujer, por lo que no representa fielmente al colectivo transgénero). A esta crítica se suma también GYLDA. Además, Marea Arcoiris opina que “la financiación para la investigación de temáticas trans debe parar en instituciones públicas y no privadas” y apuesta firmemente “porque ciudadanos sin papeles vean atendidas también sus demandas en cuanto a su sexo”. Por último, piden que “las sanciones por agresión se tipifiquen en el código penal”. GYLDA, aunque asume que la ley tiene sus límites, realiza un balance positivo de la misma y cree que “es un avance considerable que recoge muchas demandas provenientes, ante todo, las de las familias con hijos transexuales”.
Para Marea Arco Iris es complicado que este tipo de leyes que “se han elaborado y puesto en marcha por personas blancas y heterosexuales puedan abarcar con profundidad temas LGBTI+ que puede sufrir una persona transexual o de género no binario”, y concluyen que “la legislación sirve para visibilizar y educar a la sociedad, pero no vale aprobar una ley y ya está”. En su opinión, se trata de “educar y hacer visible una realidad desde la diversidad”.
Aunque ambas organizaciones asumen que estos textos suponen avances importantes hacia la total aceptación social de la diversidad sexual, la situación cotidiana que vive el colectivo LGTBI+ dista mucho de ser idílica. A pesar de las mejoras significativas en las últimas décadas, Marea Arco Iris no plantea un futuro fácil, puesto que “a medida que la ultraderecha avanza en Europa, vemos que hay más agresiones hacia personas LGTBI+ y más bullying homofóbico”. Esta realidad, además, tiene múltiples formas de violencia y la más cercana y mediática quizás haya sido el tour que la organización de extrema derecha Hazte Oír realizó por toda la Península con su autobús.
El colectivo LGBTI+ riojano hace un doble análisis de este acto. Por un lado, para Marea Arco Iris es un ejemplo “del retroceso social que se vive” y para GYLDA que toma más distancia, asume que “el acto no es nada nuevo, haciendo memoria, los ataques al colectivo durante la tramitación de la ley de matrimonio homosexual no fueron menos graves”. Para GYLDA estos ataques se producen porque “el movimiento LGTBI es más visible que antes y, por lo tanto, puede ser objetivo de más ataques.
Así, tanto GYLDA como Marea Arco Iris aceptan que “todavía queda mucho por hacer” y alertan de “diversos retrocesos y obstáculos como los recortes en sanidad y educación o la reforma educativa del Partido Popular, que eliminó la asignatura de Educación a la Ciudadanía”. Ambos colectivos ponen el acento en la educación como motor de cambio y consideran que que “falta mucha formación en las escuelas, los colectivos, el profesorado, el personal sanitario u otros sectores del funcionariado”. Para José, de GYlLDA “el reto de educar en igualdad no solo sirve para acabar con la violencia transfóbica u homofóbica, sino también con el racismo o la violencia hacia la mujer”.
Y es que, a pesar de las leyes y avances, los datos sobre la violencia hacia la diversidad sexual son todavía difíciles de digerir. Ser gay o lesbiana se considera un crimen en uno de cada tres países del mundo. Concretamente, 72 países criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y en ocho de ellos puede, incluso, costar la vida, según el último informe ‘Homofobia de Estado’, de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA, por sus siglas en inglés).
En lo que respecta a España, figura entre los países más avanzados del mundo en cuanto al reconocimiento y la protección de los derechos de los homosexuales, aunque ha retrocedido hasta el noveno puesto en el último ranking europeo sobre la situación de los derechos del colectivo LGTBI+ situándose por detrás de Malta, Noruega, Reino Unido, Bélgica, Francia, Dinamarca, Finlandia y Portugal.
Hablar de ataques homofóbicos y de odio es hablar de cifras, ya que solo en 2016 se registraron 416 delitos de odio por xenofobia y 230 por orientación sexual e identidad de género pero también es hablar de personas y de sufrimiento ante una realidad que muchas veces no comprende la riqueza y diversidad sexual del conjunto de la sociedad.
Ya que la violencia cotidiana hacia el colectivo puede ser mucho más sutil. En una comunidad autónoma tan reducida como La Rioja, los ataques de odio y el bullying pueden ser constantes y cotidianos. “A mí desde que era pequeña me atacan sin ni siquiera saber mi orientación sexual, solamente por mis pintas” sentencia Noe de la Marea Arco Iris. Además señala que se ha sufrido la presión del entorno debido a su identidad sexual “desde niña se me ha impuesto un género” y que “a la hora de buscar un trabajo también te sientes con esa presión tanto familiar como social, cuesta mucho romper con los roles de género”.
Vivir libremente la sexualidad en una ciudad mediana como Logroño sigue siendo difícilY es que el lugar de residencia delimita notablemente los gestos y acciones que, para cualquier otra persona, pueden ser muy normales: Marea Arco Iris, por ejemplo, admite que “vivir libremente la sexualidad en una ciudad mediana como Logroño sigue siendo difícil, al contrario que en ciudades grandes como Madrid”. GYLDA también expresa que, “según por dónde se mueva uno, no puedes darle la mano a tu pareja” pero pone el contrapunto “incluso en Chueca (barrio de Madrid) se viven situaciones de violencia”. Y si la situación es complicada en núcleos urbanos, la situación LGTBI+ en el mundo rural, es decir, en prácticamente la mitad de La Rioja, se vive de forma más difícil todavía debido a la complejidad del anonimato. “En el entorno rural es más complicada la visibilización ya que muchas veces es la propia gente LGTBI+ la que más discrimina o insulta por el hecho del miedo a verse relacionados con personas del colectivo” afirma un miembro de la Marea Arco Iris. Además afirman que “se debe tener en cuenta que la sociedad de los pueblos riojanos es una población envejecida que se ha educado en valores nacionalistas y católicos y esa educación está ahí”.
Derechos por adquirir, logros por conseguir y un largo camino hacia la aceptación plena de una realidad diversa que dibuja y enriquece el colectivo LGBTI+ en marco social. Para seguir consiguiendo logros y abriendo ese camino el próximo 28 de junio salen a la calle a reivindicar, porque reivindicar no es clasificar, ni categorizar. Reivindicar es nombrar y hacer visible. Y hacer visible es conseguir que las personas LGBTI+ no se queden ancladas en la heterosexualidad por defecto y, por tanto, ocultos.
18:13
El CGPJ suspende los juicios en Madrid y en el País Vasco
Parla es la ciudad madrileña que tiene mayor deuda por habitante, según datos del Ministerio de Hacienda, y en 2013 fue uno de los municipios de la región con menor renta por hogar. Durante estos últimos años, la crisis ha azotado a sus vecinos, especialmente a las familias jóvenes, para las que pagar todas las facturas es inasumible. Frente a esta situación, la respuesta de las administraciones, tanto autonómica como municipal, ha pasado por desentenderse de las viviendas de protección oficial. Su consecuencia, 80 amenazas de desahucio en el municipio, según documenta la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Parla.
Ana Pulgar describe, a través de dos fechas destacadas en su vida, la gestión de la vivienda pública en la Comunidad de Madrid. La primera, “el día de la lotería” –como a ella le gusta recordarlo–, el 22 de diciembre de 2010, recibió de manos de Esperanza Aguirre las llaves de su nuevo piso. Según recuerda la web del Gobierno autonómico, la entonces presidenta regional entregó llaves de pisos en alquiler con opción a compra a 1.079 familias. De ellas, 240 residirían en el mismo municipio que esta joven de 33 años, en Parla.
En los hogares de este municipio de 130.000 residentes, situado en la zona sur de la comunidad, la crisis ha dejado huella. La gestión municipal durante los años previos a la recesión, a cargo del socialista Tomás Gómez, ha colocado a Parla como líder regional en deuda por habitante con 3.069 euros, según datos de Hacienda, y como farolillo rojo autonómico en el listado de urbes con menor renta en los hogares, 24.040 euros en 2013.
“He pasado este verano entero en la ducha, con mi barriga de embarazada y el abanico”, indica Pulgar. En su casa, el aire acondicionado, que hace varios años estuvo funcionando día y noche durante los meses estivales, ya ni se enchufa. El alquiler, que hace seis años se pagaba holgadamente, ya no se puede afrontar.
Esta mujer, madre de tres hijos, entró a vivir con su familia en un piso del Ivima abonando una renta de 500 euros. Sin embargo, con el paso de los meses, las cuentas empezaron a no cuadrar y, tras varios años sin que su pareja consiguiera un contrato, se encontraron con que no podían pagar el alquiler. “Mi marido sale a las ocho de la mañana y no sabe a qué hora va a volver. Va a los desgüaces y trabaja como chapista. Al mes puede conseguir 200 euros”, explica a la vez que amamanta al pequeño Navil, de escasos meses.
La segunda fecha importante para esta madrileña del barrio de San Blas está relacionada con la gestación de este pequeño. En verano le confirmaron que su segunda amenaza de desahucio coincidía con el día que salía de cuentas, el 20 de noviembre del año pasado. Finalmente, gracias a la mediación de la PAH, lo consiguió paralizar amparada en su embarazo.
Con la llegada de Navil, el recibo de la electricidad se ha disparado. “El mes pasado me cobraron 249 euros”, apunta. Lleva un par de años sin gas, se lo cortaron tras recibir una factura de 500 euros que no ha pagado. Así que la única calefacción que hay en su casa es un radiador eléctrico. Tras el nacimiento del pequeño, este aparato está enchufado día y noche para que el bebé no acuse el frío. “Fui a la asistente social del Ayuntamiento y, ¿sabes cuál ha sido su solución? Me ha dicho que baje la potencia de voltios”, explica.
Según la Red Madrileña de lucha contra la pobreza y la exclusión social (EAPN Madrid), la última tasa de pobreza que han recogida de la Comunidad es del 14,7%, referente a 2014. Aseguran que mujeres, niños y jóvenes se han convertido en la población más vulnerable. Un ejemplo reciente, también en Parla, es el de 270 familias residentes en viviendas sociales, en este caso municipales, que han pasado dos meses sin electricidad. “Los primeros días mi hija se lo tomaba como un juego, alumbrándose con la linterna. Pero una semana después ya estaba llorando. ‘No quiero estar así’, nos decía”, explica Sandra, una de las vecinas de la calle Toledo afectada por esta situación.
El portal número 15 de esta avenida alberga inmuebles promovidos por el Ayuntamiento. En un primer momento el Consistorio los adjudicó a una constructora que quebró en 2012, dejándolos a medio construir y con un solo contador de luz para los 296 pisos. Luego fue la Fundación Todo Ayuda la que se hizo cargo de la gestión de los alquileres y las facturas, recaudando los pagos a los vecinos, hasta que se desentendió de la tarea el pasado mes de junio. Tres meses después Iberdrola decidió cortar el suministro por impago.
La Comunidad de Madrid vendió cerca de 3.000 viviendas de protección oficial en 2013 a la sociedad Encasa Cibeles
La defensora del pueblo inició una actuaciónde oficio recordando que entre los residentes hay niños pequeños, menores en edad escolar, ancianos y personas enfermas. Durante ocho semanas estuvieron cocinando en un camping gas, cargando las baterías de los móviles en las cafeterías de la zona, alumbrándose con linternas y durmiendo familias enteras en una cama, para no pasar frío. Asílo hizo Sandra, con su marido y su hija de nueve años.

Los vecinos de la calle Toledo consiguieron en noviembre reorientar su conflicto. Actualmente están tratando de colocar contadores de luz individuales. En el caso de Pulgar, la solución es más compleja. Lleva tres años sin pagar el alquiler y, al intentar renegociar la renta, se enteró de que su casero había cambiado: ya no era el Ivima sino la inmobiliaria Encasa Cibeles. “No teníamos ni idea de qué era eso”, apunta. Su vecina del bajo, Ana Monje, se ríe al recordar su reacción al ver el primer cargo que le hacía esta sociedad en la cuenta. “Le monté un pollo al que en aquella época era mi marido. A mí con ese nombre, me sonaba a prostitución, y me puse a buscar en internet. Allí ya vi que era una empresa que tenía relación con Goldman Sachs”, cuenta. Los vecinos no fueron informados de forma inmediata de la venta de sus inmuebles a esta sociedad.
Monje y Pulgar residen, junto con más de 200 familias, en uno de estos bloques construidos por la Comunidad de Madrid y situados en la Avenida de las Estrellas. Por este amplio paseo, a las afueras del municipio, circula el polémico tranvía de Parla, el proyecto estrella de Tomás Gómez, investigado actualmente por su sobrecoste.
Con el cambio de casero también comenzaron los problemas para los vecinos con alquileres reducidos. Monje pagaba 110 euros al Ivima hasta que en abril de 2014 finalizó la subvención regional y los nuevos propietarios le quintuplicaron su renta. 500 euros era una cantidad inasumible para un bolsillo que solo recibe 480 euros y convive con dos niñas de ocho y seis años. Desde entonces, no paga. Pulgar dejó de pagar pocos meses antes que Monje. Sin embargo, la primera lleva ya dos amenazas de desahucio y la segunda no ha recibido ninguna advertencia. “No hay criterios de desahucio, es aleatorio. Es una manera de presión, para generar tensión entre vecinos que comparten espacio de activismo”, apunta uno de los portavoces de la PAH de Parla, Ricardo Rosado.
A Sara Fernández, también inquilina de ese bloque, la primera advertencia de lanzamiento le ha llegado año y medio después de dejar de pagar. Ella entró en octubre de 2014, tras la salida de los primeros residentes de viviendas sociales que perdieron las ayudas públicas. “Al quedarme embarazada del cuarto hijo, perdí el trabajo y no pude pagar la renta. Prefiero abonar la luz y el gas antes que pagar la casa, ¿qué hago aquí si no tengo luz y gas?”, responde.
Una frase que replica el portavoz de la PAH: “Nosotros hacíamos lo mismo, hasta que un día nuestro hijo pequeño tuvo una bajada de azúcares y entró en coma, le mantuvieron ingresado una semana. Había estado 17 horas sin comer, aprendimos la lección: antes de pagar facturas, compramos alimentos”.
A través de esta normativa, quieren hacer frente a los cerca de 80.000 desahucios que se han contabilizado en la Comunidad entre 2008 y 2015. Las organizaciones promotoras consideran que hay que aprobar medidas que paralicen los desalojos forzosos sin alternativa habitacional. También recogen sanciones económicas para entidades que mantengan lo que han definido como “usos antisociales”, por ejemplo, aquellas que tengan viviendas vacías durante más de seis meses.
19:09
Suspendidos los desahucios en Barcelona por el coronavirus
Dice que nunca se ha aburrido. En su biblioteca afroamericana, un despacho en el 6ºB de una calle de Madrid, su mano vuela por los estantes entre los 500 títulos de su catálogo. Acepta etiquetarse como “artista y escritora”. Luego, en la conversación, Mireia Sentís (Barcelona, 1947) admite ser “una freelance”. O una “estudiosa”. O una “estudiante”. Autora de las series fotográfica Joyas, Corners o la reciente Palabras. Comisaria. Periodista. Entrevistadora. Curiosa. Además de ser la artífice de esta biblioteca, dirige la colección BAAM de Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, que acaba de traducir al castellano una obra fundacional de la novela de esclavos: Clotel o la hija del presidente, de Wells Brown. Pero hablamos de Mireia.
Tú misma defines tu trayectoria como “accidentada”.
La vida de todo el mundo es accidentada, pero la mía es accidentada geográficamente y disciplinariamente. He estudiado aquí y allá lo que me ha interesado, sin obtener títulos universitarios. Es todo autogestionado, autopromovido.
Eso es una suerte, ¿no?
Sí. Lo he luchado. Si no, me aburriría.
Has hecho muchísimas cosas, pero cuando buscas “Mireia Sentís” en Google destacan tus fotografías de joyas.
¿Sabes cuando a Patti Smith le piden siempre la misma canción? [Risas].
¿No es una perversión de Google?
Tengo otras series más interesantes, pero es la que tuvo más impacto porque trataba un tema delicado, de una mujer, de una forma nueva. Le sigo teniendo cariño.
La tele dejó de interesarte porque su potencial comunicativo acabó siendo casi solo potencial publicitario. ¿Crees que nos puede estar pasando lo mismo con internet?
La televisión parecía que iba a ser como una forma de poner el saber al alcance de todo el mundo, y lo fue un poco. Pero acabó comida por la sociedad del capitalismo que acaba comiendo todo. El tema de las redes sociales es lo mismo: sirve para unas cosas, pero no hay que creer que es la solución de la cultura.
Clotel y hija del presidente, ¿es la obra fundacional de la novela afroamericana?
Sí, es la primera novela escrita por un negro norteamericano exesclavo. Hasta entonces había narrativa de esclavos que escribían o dictaban los blancos abolicionistas, pero ninguno había escrito una novela y este lo hizo. Lo que pasa es que es, además, una novela histórica, aunque entonces no se concebía.
Es una novela sobre las hijas no reconocidas y nacidas de una mujer esclava de Thomas Jefferson.
No. Es una novela sobre el pensamiento abolicionista. Pero de telón de fondo está la hija de Jefferson. Realmente lo que Wells Brown hace es mostrar las razones por las cuales se debía abolir la esclavitud.
Es una novela política. ¿Es ese un rasgo de esta colección?
Si no en cada escrito, sí hay una intención política en toda la colección. La idea es que, cuando la leas entera, tengas una panorámica de la historia afroamericana contada por ellos. Normalmente es ensayo, pero tenemos también una autobiografía —la historia de los Black Panthers—, tenemos historia, un Pulitzer, o todo lo que Langston Hughes escribió sobre España, o las memorias de un brigadista negro en España.
“La idea es que, cuando leas la colección entera, tengas una panorámica de la historia afroamericana contada por ellos”
Y tu intención también es política.
Sí. La gente que está tan pendiente de Norteamérica no sabe nada de lo que es quizá lo más característico de Norteamérica, que es la negritud. Porque si no sería una especie de Inglaterra, una especie de excolonia. Pero la música americana, ¿cuál es si no el jazz? El rap, ¿qué es si no negro? El punto totalmente americano es negro y no se sabe nada de la historia negra.
¿Cómo te enganchaste con la cultura afroamericana?
Fui a Nueva York muy joven. Trabajaba en la ONU con gente negra. Me di cuenta de que no conocía algo muy cercano a mí. Me puse a leer a leer, a leer, a leer... Hice este libro [En el pico del Águila, Árdora Ediciones, 1998] y nunca he dejado de leer.
En ese libro de entrevistas está la que le hiciste a Angela Davis, que luego protagonizó otro título de la colección BAAM, Historia de la conciencia. ¿Qué otras joyas hay?
Para mí todas son joyas. Está también Ishmael Reed, Melvin Van Peebles, Cornel West, Sonny Rollins...
¿Alguna mujer?
Está bell hooks, Terry McMillan o June Jordan, la ensayista que más me ha emocionado en mi vida...
19:18
Wuhan reporta solo cinco nuevos casos de coronavirus
21:03
Torra anuncia el confinamiento de Catalunya
A pesar de que la policía de Canadá se había mostrado reticente a ofrecer datos sobre los dos detenidos por el atentado en una mezquita de Quebec con el objetivo evitar especulaciones, el 30 de enero varios medios españoles publicaron una serie de informaciones basadas en una filtración. El País aludía al “origen marroquí” de “al menos uno de ellos”. Finalmente el único acusado era aquel cuyo lugar de nacimiento daba igual.
Sobre esas mismas fechas El País publicaba el artículo “España también tiene noticias falsas”. Entre los ejemplos citados para ilustrarlo no aparecían el currículum amañado de Monedero, el listado de calles a eliminar por el ayuntamiento de Madrid o la relación de Podemos con la agresión a Rajoy en Pontevedra. Todas estas informaciones eran falsas y fueron publicadas por el propio diario.
Las noticias que sí recoge el artículo tienen en común su éxito en redes sociales y que proceden de “pequeños blogs” cuyo “negocio consiste en viralizar en Facebook”. Los ejemplos que tienen la culpa de que “hayan aparecido casos de posverdad” en España vienen de un portal humorístico y de un digital de ultraderecha, que debe ser a lo que se refiere el artículo con jugar “al límite” publicando artículos como “¿Por qué las feministas son más feas que las mujeres normales?”.
El reciente interés de los medios por las noticias falsas y esto que han decidido llamar posverdad se justifica en la incidencia de éstas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Según David Alandete, director adjunto de El País, la victoria de Trump se basó “en pequeñas localidades de Florida, Ohio o Pensilvania donde el republicano logró ganar, no en grandes ciudades como Nueva York o Los Ángeles, donde las cadenas de televisión y las portadas de los diarios aún ayudan a discernir qué es cierto y qué no”.
En esas pequeñas localidades no debe de haber tele ni quioscos y claro, informándose por internet no hay quién se entere. Lo dice en un artículo titulado “Cómo combatir la posverdad” en el que concluye que la solución es que las redes sociales cambien su algoritmo para dar preferencia a un editor “con estudios y trayectoria periodística” frente a “la interacción del lector”. La culpa es de los usuarios de las redes sociales.
Queda fuera del análisis el hecho que desde éstas y algunos de esos pequeños blogs se hayan destapado un buen puñado de mentiras publicadas. Fotos de armas incautadas en manifestaciones –extraídas de operaciones anteriores o directamente de internet–, documentos de supuestos pagos a políticos que resultaron ser cortapega de YouTube o el reciente caso Nadia, del que El País se hizo eco sin mencionar que el origen de su descubrimiento estaba en un blog.
[Me pasan a través de Twitter (malditas redes) un tuit de Josu Meza, el autor del blog malaprensa, en el que indica que un periodista de El País había escrito mensajes en esa red social cuestionando el caso con anterioridad a la publicación del tema en su blog.]
A pesar de ello, o quizás por eso mismo, desde 2011 hemos salido a columna de opinión diaria sobre lo malo que es internet. Los tuiters mataron a Rita Barberá y algo tuvieron que ver con cualquier cosa que, desde entonces, no cuadre con las expectativas de los principales opinadores.
Con el advenimiento de lo que pomposamente llaman la era posverdad han encontrado la excusa perfecta para seguir dándole a una de sus aficiones favoritas. Atizar a unas redes que, antes de que todo fuera populismo y a la mentira empezaran a llamarla posverdad, ya aparecían en sus páginas como un problema.
Quizás tiene que ver con que desde el inicio de la crisis las ventas de los principales diarios generalistas han caído en más de la mitad. Ante esta situación las redes sociales se han convertido en el nuevo quiosco y la libertad de elección que ofrece el mercado ya no parece tan buena idea.
Pero es que, además, la comunicación ha cambiado y ahora ese lector al que siempre suponías satisfecho puede tener la desfachatez de no estar de acuerdo. Lo mismo ya no todo cuela y se te ven las costuras, ya sean éstas fruto de las prisas por publicar, de los sesgos en el personal de la redacción o de presiones explícitas. Perder privilegios, en cualquier caso, siempre ha dado mucho miedo.
08:00
Jornada histórica: Estado de Alarma en toda España
La huelga de la Canadiense, iniciada en febrero de 1919 en una compañía eléctrica de Barcelona y extendida hasta paralizar toda la provincia durante mes y medio, había acabado como un rotundo éxito para el sindicalismo encarnado mayoritariamente en la Confederación Nacional del Trabajo. Liberación de todos los presos, pago de los salarios durante el mes del paro y diversas mejoras, entre las que brillaba con luz propia la consecución de la jornada de ocho horas por primera vez en España.
Sin embargo, el acuerdo no trajo la paz social. Joaquín Milans del Bosch, capitán general de Catalunya, se negó a poner en libertad a los últimos huelguistas presos. La dirección cenetista encabezada por Salvador Seguí tuvo que cumplir su compromiso del mitin de Las Arenas, en el que se decidió aceptar el acuerdo: “¡Si no salen los compañeros, vuelve la huelga!”. Y la huelga volvió, desatando un violento ataque del poder. El 31 de marzo, por ejemplo, Miguel Burgos, secretario del sindicato de curtidores, caía abatido por la Ley de Fugas: una norma que facultaba a los guardias a disparar a muerte si aducían que el cautivo había intentado escapar.
Bravo Portillo vuelve a escena
Esta situación de barra libre donde la legalidad brillaba por su ausencia era campo abonado para gente como Manuel Bravo Portillo. Nacido en Filipinas en 1876, desde 1908 era policía en Barcelona, donde tejió una red de contactos que puso en funcionamiento al convertirse en espía a sueldo (que cuadriplicaba el oficial como policía) de Alemania durante la I Guerra Mundial, conflicto en el que España era neutral.Además de la guerra habitual contra sindicalistas y revolucionarios, en la policía barcelonesa existía una guerra soterrada entre diferentes sectores de policías corruptos. Bravo Portillo salió vencedor del conflicto y en 1918 vivía su momento de máximo poder. No sólo contaba con el respaldo alemán sino también con fuertes apoyos militares y patronales, así como con una importante red en el hampa barcelonesa. Todo cambió por obra y gracia de Solidaridad Obrera, el periódico de la CNT editado en Catalunya, que publicó el 9 de junio unas cartas de Bravo Portillo que demostraban su colaboración con el espionaje naval alemán, incluida una información sobre un barco mercante español hundido por un submarino alemán. Pese a la censura, el juez lo encarceló.
Pero era difícil que alguien con tantas conexiones durara mucho en la cárcel, y a principios de diciembre, a pesar del escándalo que supuso, estaba libre. El episodio de lucha de clases que se viviría en la primavera siguiente fue su oportunidad de oro para volver a escena. Oficialmente fuera de la policía, se puso al servicio de la Federación Patronal y de Milans del Bosch, el núcleo duro antisindical. Un sector empresarial, harto de huelgas, intentaba desarrollar un proceso de negociación por sectores con los sindicatos, pero ellos sólo buscaban el exterminio de la organización obrera. A eso se debía dedicar Bravo Portillo. Con unos escuadrones formados por delincuentes que serían conocidos como “La Banda Negra”, hizo una lista con siete sindicalistas de renombre. Sus vidas valían 25.000 pesetas, una fortuna para la época.
Primero le tocó a Pedro Massoni, dirigente de la construcción. El 23 de abril, dos hombres dirigidos por Antoni Soler, ‘El Mallorquín’, se presentaron en su casa como policías que tenían que llevarle a comisaría. En realidad le llevaron ante otro pistolero. Massoni salvó la vida por los pelos.
Pau Sabater, ‘El Tero’, presidente de la comisión negociadora del ramo del agua, tuvo menos suerte. En la noche del 17 de julio el comando de Bravo repitió táctica, pero esta vez subiendo al sindicalista a un coche con las manos atadas. Le fusilaron en un descampado a las afueras de la ciudad.
El tercero fue José Castillo, antiguo miembro del Comité Nacional de la CNT, tiroteado mientras se afeitaba en una barbería de Sants, su barrio.
Ante las noticias de estos hechos, que calentaban más aún Barcelona, el nuevo Gobierno español trató de sacar de allí a Bravo Portillo, pero la burguesía se negó. En estas circunstancias, no era de extrañar que uno de los grupos de acción, armados, que rodeaban los sindicatos, decidiera tomar cartas en el asunto. Según las diversas fuentes se trataba del grupo del que formaba parte Progreso Ródenas, que en la Guerra Civil pelearía en la Columna Durruti.
Bravo recoge tempestades
En ese agitado septiembre de 1919, Manuel Bravo Portillo se cree tan poderoso como para no procurarse una escolta. Mal asunto en esta ciudad y en este momento, sobre todo con un ‘oficio’ como el suyo.“No tienen cojones para meterse conmigo”, quizá piensa mientras se peina el puntiagudo bigote y su escaso pelo estilo Anasagasti, ante el espejo de su suntuosa vivienda obtenida gracias a sus actividades ilegales. Ya en el tranvía que le lleva hasta la casa de una de sus amantes, le da la impresión de que esos dos tipos con sombrero pueden estar siguiéndole. “¿Me estaré acobardando?”, se pregunta Bravo, pero para infundirse seguridad palpa el arma que lleva encima. Baja del tranvía y comprueba que los otros dos también, pero la tensión va desapareciendo al acercarse al edificio donde piensa dar rienda suelta al placer. No recuerda que en los grupos de acción uno suele ser el homicida mientras que otros dos cortan la posible retirada y subestima a los hombres de acción que saben la dirección de su chica, por lo que tarda en ver al hombre con gorra que le dispara poco antes de llegar a su destino. Herido, desde detrás de un coche saca su revólver, pero los obreros disparan antes por debajo del vehículo. No llegará al hospital.
Con Bravo no muere la violencia patronal
Es el fin de uno de los grandes criminales de Barcelona en la época del pistolerismo barcelonés. Sin embargo, su muerte no supone el fin del “terrorismo blanco”, de raíz empresarial y estatal. No es del todo sorprendente que varias crónicas sobre el asesinato de Bravo Portillo que se pueden leer hoy comenten el éxito de ventas que tuvieron en las horas siguientes las cajas de puros y las botellas de champán. La CNT logró un acuerdo con la patronal, pero varios empresarios lo sabotearon despidiendo huelguistas. El pacto se rompió y el conflicto permaneció con duras medidas de los patrones en los centros de trabajo, como el cierre patronal que a finales de año dejó a 50.000 trabajadores en la calle, y la CNT obligada a la clandestinidad o semiclandestinidad de forma casi continua. Los asesinatos dejarían más de 200 cadáveres de organizadores sindicales.09:18
Desde el 2008, el sistema sanitario ha perdido una de cada diez camas
Desde la crisis económica de 2008, España ha perdido el 10,7% de sus camas hospitalarias, según los datos de Eurostat. Unos datos que incluyen camas tanto de hospitales públicos como privados. Si solo se tuvieran en cuenta las camas públicas, la cifra sería más demoledora, ya que la sanidad privada no ha hecho más que crecer.
De las 297 camas hospitalarias en funcionamiento por 100.000 habitantes de las que se dispone, 240 son de titularidad pública y 58, de titularidad privada. La Organización Mundial de la Salud recomienda tener entre 800 y 1.000, un objetivo que solo cumple Alemania. Una información de Gessamí Forner.
09:26
La cifra de contagiados sube a 5.100 personas
La cifra de personas contagiadas por coronavirus en España asciende, según el último recuente del Ministerio d Sanidad, a 5.100 personas, con 132 fallecidos. Se trata de casi mil infectados más en menos de 24 horas, ya que a las 13 horas del viernes el Gobierno contabilizaba 4.209 personas infectadas.
10:15
Las consecuencias económicas del coronavirus y la crisis que viene
Tras la reciente exhumación de los restos de los golpistas se abre el debate sobre su futuro definitivo que, en principio, debiera resolverse en la actual legislatura. Esta es la urgencia que ha impulsado a la asociación memorialista ZER Dilemas Urbanos y Derivas Ciudadanas a plantear las jornadas ‘¿Qué hacemos con el Monumento a los Caídos?’, que han reunido a artistas, historiadores y activistas de la memoria. El evento se ha saldado con un notable éxito de público y, pese a lo sensible del tema, con un debate rico y de calidad.
¿Derribo o resignificación memorialista? Ha sido la disyuntiva que se ha discutido largo y tendido, siempre en el marco del respeto a la memoria histórica, y que ha removido argumentos y sensibilidades a favor de las distintas opciones y sus variantes.
Las asociaciones memorialistas cuestionan la continuidad de un edificio que ofende la memoria de las víctimas y que en los últimos tiempos ha sido utilizado de manera habitual como sala de exposiciones municipal. Mientras en la cripta la Hermandad de los Caballeros Voluntarios de la Cruz —un grupúsculo carlista residual— sigue convocando misas a mayor gloria de los golpistas, se han celebrado justo encima exposiciones artísticas por el euskara o desfiles de moda. Un “sinsentido”, denuncian desde estas organizaciones.
Las opciones parecen ser dos: el derribo y la reconfiguración del entorno como parque de la memoria, o su resignificación como museo de la represión del fascismo nacional–católico.
Se alternan emociones y razones que dan lugar a dudas y paradojas… Y ahí surge la discrepancia. El artista Francesc Torres, uno de los participantes, describió que su primer impulso era bombardearlo, para añadir a continuación que tras una reflexión sosegada era más partidario de reconvertirlo en un centro artístico para combatir el horror. La rabia justificada frente a las bondades de la pedagogía: cómo, partiendo del mismo rechazo absoluto al Monumento y a su simbolismo golpista, el debate se convirtió en un complejo caleidoscopio, donde una ola de pasiones populares a favor de la piqueta se cruzó con las reflexiones de artistas e historiadores que propusieron una profunda, y a vez escrupulosa, resignificación.La piedra de toque de la discusión fue el valor del edificio. Para muchas personas una mole de hormigón y piedra de sillería de estética totalitaria que domina la ciudad, para otras, justamente por ello mismo y debidamente señalizada e interpretada, la mejor lección tangible contra el fascismo. No cabe duda de su “valor de discordia” (streitwert), el concepto propuesto por Gabi Dolff-Bonekämper para aludir a la capacidad de provocar polémica.
Soluciones para todos los gustos
¿Puede convivir el estigma del fascismo con la pedagogía democrática? En las jornadas se mostraron diferentes soluciones en lugares de la memoria marcados por el horror: desde el campo de exterminio de Auschwitz hasta el Centro de la memoria en la tristemente célebre Escuela de Mecánica de la Armada de Buenos Aires, del Centro de documentación sobre el nacionalsocialismo —al lado del derribado Templo de honor nazi— en la Königsplatz de Múnich, al Centro de documentación del fascismo en la antigua Casa del Fascio de Predappio, el pueblo natal de Mussolini. Las polémicas inacabables ofrecen soluciones para todos los gustos: derribos, levantamiento de museos-contenedores, o intervenciones de factura posmoderna, entre otras.
Más allá del dilema derribo-resignificación, el problema es que hace falta una política diferente y más activa de la memoria histórica. Como evidenció A sus muertos, el documental que estrenó Clemente Bernad, la mayoría de la población, especialmente la más joven, lo ignora todo sobre el Monumento a los Caídos. Pese a su preeminencia urbanística como remate de la “avenida imperial” del Segundo Ensanche, y gracias a la desmemoria alimentada por los Gobiernos anteriores, apenas se conoce su origen o su función. “Una iglesia”, contesta la mayoría de los entrevistados en el cortometraje. “Un monumento romano”, aventura un estudiante despistado.
Tras el primer impacto de las exhumaciones, la reflexión colectiva iniciada en las jornadas ha reavivado el debate ciudadano. Entre tanto, la intelligentsia navarrista, más o menos civilizada, no se ha quedado atrás: lanzó una campaña mediática con rezos de desagravio a las puertas de ‘Desenterrados’ —la exposición sacrílega de Abel Azcona—; se revolvió en el Consistorio pamplonés a cuenta del proceso de exhumaciones y, finalmente, ha lanzado la iniciativa para reconvertir el Monumento en un “museo de la ciudad” dedicado al urbanismo y a la historia local, sin apelaciones a su simbolismo golpista. Una propuesta que ha provoca la indignación de los colectivos memorialistas.
El Ayuntamiento toma el testigo de un proceso tenso e intenso, ya que tendrá que lidiar con la conciencia ciudadana y, al tiempo, con comisiones de expertos y legislaciones enrevesadas. A tal efecto, y de cara a 2017, se ha reservado una partida de 250.000 euros para un concurso de ideas que habrán de combinar urbanismo y memorialismo, y que probablemente acabe con una consulta ciudadana. Es de esperar que el proceso desentrañe la pregunta decisiva: ¿qué proyecto de memoria histórica democrática se quiere para el futuro de la ciudad?
El monumento está desahuciado y, como tal, tiene los días contados. En la capital de una provincia que, sin ser frente de guerra, fue castigada por una brutal represión, gobernada durante décadas por una derecha posfranquista, pero con un fuerte tejido memorialista, el destino de este complejo arquitectónico no es un debate menor. Por ello, en su resolución se condensa —casi— el cambio de época.
“Debería vincularse a las necesidades del barrio”
(Fernan Mendiola, profesor de Historia en la UPNA, especialista en trabajos forzados bajo el franquismo)
¿Qué claves podría tener un proyecto de “resignificación” memorialista del Monumento a los Caídos?En primer lugar, la propia transformación del edificio, ya que su posición estratégica en la ciudad exige una intervención arquitectónica en el exterior que le despoje de su significado simbólico. En segundo lugar, el uso que se le dé: debería vincularse tanto a las necesidades del barrio como a su papel como lugar de la memoria.
¿Cómo podría convertirse en uno de los hitos de la memoria histórica de Pamplona?
Se trata de crear un centro que, aprovechando la potencia del edificio y de la plaza (con la escultura Coreano, de Oteiza), pueda tener proyección internacional. Habría que convertir la memoria de la guerra y la represión en una cultura de defensa de los derechos humanos. Se podrían tratar contenidos que afectaran tanto a la propia Guerra Civil como a la dictadura, dando también relevancia a aspectos más desconocidos como las guerras coloniales españolas, o a las guerras y la violación de los derechos humanos actuales.
“Esta monumentalidad fascista es difícil de resignificar”
(Ignazio Aiestaran, profesor de Filosofía en la UPV y poeta)
¿Por qué te has manifestado a favor del derribo del Monumento?Primero, porque es un mausoleo diseñado para imponer la propaganda de un genocidio. Segundo, porque tiene tal monumentalidad fascista que es difícil de resignificar sin alterarlo en su totalidad. Tercero, porque es un lugar siniestro que agrede a vivos y muertos. Cuarto, porque Pamplona está saturada de edificios franquistas ampulosos. Quinto, porque su valor artístico es escaso, como mostraron algunas vanguardias. Y, sexto, porque necesitamos espacio y vida para construir nuevos símbolos. Es hora de proyectar nuestro futuro.
¿Podría crearse un futuro centro de la memoria histórica de Pamplona tras el derribo?
No me opongo a un centro sobre la memoria colectiva censurada y perseguida, pero ese es otro debate. Hay que pensar dónde y cómo hacerlo. No necesariamente tiene que estar en el lugar del mausoleo. Ahora mismo, es más urgente cambiar el sistema educativo, ya que todavía no se enseñan con el suficiente detalle el golpe de 1936 y el genocidio posterior.
“Debería visibilizar la represión que vivieron las mujeres”
(Gemma Piérola, profesora de la UPNA, especialista en la situación de la mujer durante el franquismo)
¿Podría ser el Monumento a los Caídos la base o uno de los hitos de un futuro centro de la memoria histórica de Pamplona o Navarra?Por su ubicación podría ser un buen lugar, pero sus características arquitectónicas limitan bastante sus funciones. Tendría que ser un espacio vivo, interdisciplinar, con una temática amplia que alcanzara la Historia Contemporánea, relacionando procesos pasados con actuales como los exilios, los flujos migratorios, los bloques de poder emergentes, o la violencia social, económica y de género. Y tendría que vincularse a una investigación universitaria coordinada con las distintas asociaciones memorialistas.
¿Qué elementos tendría que incorporar desde la perspectiva de género?
Sería necesario que se visibilizara la represión específica que padecieron las mujeres. Debería ser un lugar que recogiera los recuerdos y las vivencias, pasadas o presentes, de las mujeres víctimas o testigos de la violencia. La recuperación de la memoria histórica no será tal si faltan ellas.
“Si fuera preciso, se realizaría una consulta vinculante”
(Alberto Labarga, concejal de Participación Ciudadana de Pamplona)
¿Cómo va a ser el proceso ciudadano sobre el futuro del Monumento a los Caídos?Debe haber un debate articulado y propositivo en el que se activen la inteligencia y la memoria colectiva de la ciudad, para luego destilar las bases de un concurso internacional de ideas sobre la intervención a realizar. Deberá contemplarse una perspectiva urbanística, arquitectónica y memorialista. Finalmente, y si fuera preciso, se realizaría una consulta vinculante.
Más allá de la disyuntiva entre derribo o resignificación, ¿podría crearse un centro de la memoria histórica de Pamplona?
Son más importantes la coherencia, la sensibilidad y la limpieza del proceso que el propio resultado. El Monumento no puede seguir existiendo como homenaje a los golpistas, pero tampoco como sala de exposiciones o museo. Un centro de la memoria histórica de Pamplona sería una opción, aunque arquitectónicamente el edificio no da mucho de sí. Se construyó con un objetivo muy concreto, y su resignificación o su transformación son complicadas.
En el ecuador de la legislatura, y con la vista puesta en las próximas citas electorales, el recrudecimiento de los debates sobre los modelos lingüísticos o sobre la movilidad pretenden disputar legitimidades políticas y sociales. El conflicto de la memoria histórica y del Monumento a los Caídos es quizá el más profundo por su cualidad simbólica. ¿Existe una estrategia virtuosa para abordarlo?
En la relectura que el filósofo Giorgio Agamben hace de Foucault advierte que el tan traído y llevado concepto crítico de “dispositivo” no es un discurso, una institución o una estructura arquitectónica disciplinaria, sino la red que se establece entre estos elementos y que, con una función estratégica, condiciona y orienta las relaciones de poder y de saber. Si queremos emanciparnos, de nada vale destruir o usar de modo adecuado el “dispositivo”; solo creando un “contradispositivo” basado en la profanación (simbólica) seremos capaces de anularlo.
En este sentido, el dispositivo estético del fascismo que todavía es el Monumento a los Caídos, más allá de la engañosa dicotomía derribo–resignificación, solo puede ser combatido con la creación de un contradispositivo memorialista que “profane” cotidianamente el simbolismo fascista del edificio. Esto es que, sin perder de vista el pasado, se enfrente a la creciente desmemoria con un proyecto estratégico en red, capaz de generar un nuevo relato y un nuevo imaginario.
Derribado o resignificado, ¿cómo convertimos ese antimonumento en el nodo principal de un contradispositivo memorialista 2.0 que incluya el Fuerte de San Cristobal, el Colegio de Escolapios o el solar de la antigua cárcel de la ciudad?
Instituciones del cambio, colectivos memorialistas y ciudadanía alerta debemos responder, pues este, y no otro, es el verdadero debate. Nos jugamos el futuro de una memoria histórica democrática para las próximas generaciones.
11:45
Consejo de Ministros Extraordinario
El Gobierno está reunido desde las 10.30 horas, en un Consejo de Ministros Extraordinario, para concretar las medidas del estado de alarma que se anunciará hoy. La medida estará en vigor durante al menos 15 días desde que se decrete.
Pedro Sánchez comparecerá ante los medios a las 14 horas para explicar el plan que seguirá España ante la escalada de la crisis por el coronavirus. Acto seguido tendrá lugar una rueda de prensa telemática donde se detallarán todas las medidas.
12:15
La embajada de China en España reprueba el tuit de Ortega Smith
“Estos días azules, y este sol de la infancia”. Así dicen los versos encontrados en el abrigo de Antonio Machado días después de su muerte en Collioure en febrero de 1939. Esos últimos versos llegan a cualquier parte cuando los días se vuelven larguísimos, cuando el calor es un género de la conversación. Y para acercarse a su alquimia, a la palabra esencial en el tiempo, para intentar tocar ese sol de la infancia, tal vez merezca la pena acudir a la habitación del poeta el primer día del verano.
Son las cinco de la tarde del 21 de junio de 2017. El calendario dice que el estío acaba de comenzar. En el patio de la pensión segoviana en la que vivió Machado entre 1919 y 1932 se escucha el rumor de los pájaros. Una escalera angosta y un corredor de techo muy bajo conducen al comedor. Al fondo, al término de un camino sin salida, se encuentra la habitación del poeta.
Los elementos que contiene la estancia son los mismos que acompañaron al escritor. A diferencia de otras casas museo, aquí la recreación es mínima. El visitante puede hacer inventario de lo observado e imaginar la vida de un profesor de francés en los años veinte del siglo pasado.
La celda machadiana, fría y acogedora, alberga: un mueble sobre el que yace una maleta, un perchero de tres ganchos, una butaca diminuta, una mesilla de noche alta con un mantel blanco sobre el que se sitúan dos montones de libros y una botella de cristal cubierta con un vaso, un interruptor, una cama con cabecero de forja rematado en tonos dorados, un orinal, una estufa, una silla de madera, una mesa camilla con brasero, una lámpara de techo, una papelera, una ventana al norte protegida con visillos, un escritorio con libros de lomos verdes, un espejo desgastado y, en el rincón más próximo a la puerta, un mueble escueto a modo de lavabo, un jarrón metálico en el suelo y un espejo para el afeitado que cuelga con una cuerdecilla de la pared. Nada se repite. La habitación contiene una sucesión de elementos únicos. Un cenicero, una silla, un vaso. Lo único plural son los libros. Ediciones sencillas desparramadas sobre cualquier rincón.
Aunque no huela a nada ni nada se oiga, huele a tabaco y paredes de invierno. Sería mucho decir que huele a soledad
Aunque no huela a nada ni nada se oiga, huele a tabaco y paredes de invierno. Sería mucho decir que huele a soledad. Pero el visitante tiene la impresión de que el profesor de francés que aquí vivió, el poeta luego tan celebrado, quiso no tener nada. La habitación, cuyas paredes y techo presentan formas abombadas, contiene la ligereza y la sencillez de lo que está a punto de evaporarse. Este último cuarto de una pensión con estrecheces de submarino escondida en las calles de Segovia parece que va a desaparecer en cualquier momento. Y, sin embargo, permanece parado en el tiempo.
¿Cómo sería uno de aquellos veranos en los que el profesor Antonio Machado acababa de terminar sus clases de francés? Con todos los alumnos aprobados, exámenes de trámite y buenos deseos de descanso, tal vez contemplaba la luz de la primera tarde del verano filtrándose por la ventana y esbozaba la idea de unos versos sobre el sol y los recuerdos de los primeros años.
Sol y vida por descubrir que ahora, a las 17.45h, a un cuarto de hora de que la Casa Museo cierre sus puertas, se cuelan en tropel por la escalera y el corredor.
Son un grupo de alumnos italianos. Chicos y chicas adolescentes que caminan con prisa. Llegan hasta la habitación y la observan unos instantes. Comentan que la casa les parece grande. Un profesor les aclara que era una pensión. Algunos retratan con sus móviles la celda de Machado. Tienen prisa. También curiosidad. Abren una puerta de madera situada en la antesala de la habitación. La cierran. Lo examinan todo sin excesivo pudor. Las maderas del suelo crujen bajo sus pasos. Cuando se van, la habitación no parece la misma.
Alumnos aprobados, fin de curso. Quizá este grupo italiano no se parezca en nada a los alumnos de Machado, pero, como ellos, tiene el inmenso verano por delante.
Me he quedado con ganas de decirles algo. Una frase afortunada sobre el poeta que tal vez alguno recordará dentro de unos años. Pero no me he atrevido porque me miraban con extrañeza. Sorprendidos de encontrarse con alguien en el último rincón de una casa vacía. A mí también me ha parecido extraño que el verano haya llegado a la casa de Machado con una visita despreocupada de un grupo de alumnos italianos. Y me he quedado mirando la puerta de madera de la antesala sin atreverme a abrirla. Son las 18h. Fin de la visita.
12:16
Alemania saca la chequera
Al norte de Pamplona nace un camino que parece llevar a ninguna parte. Es una carretera bacheada que, a lo largo de 6,5 km, va ascendiendo un monte de encinas. A veces, en algún claro, aparece un corredor de fondo o una familia desorientada. Por lo demás, la ruta no presenta otro aliciente que el de encontrar su término. En los metros finales abundan los pinos y, recortadas sobre las copas, se alzan unas antenas de grandes dimensiones. Hemos llegado a nuestro destino: el Fuerte de San Cristóbal, construido en tiempos de Alfonso XII.
El último párrafo de esta página dará cuenta de las circunstancias históricas que acompañan al edificio. El lector inquieto puede leerlo ahora mismo. Quien no tenga prisa puede acompañarnos en un breve recorrido por el fuerte, un recorrido sin más propósito que apreciar lo que el visitante encuentra a su paso.
Un sendero recorre el perímetro de la construcción. En realidad, el sendero va bordeando un foso, una hondonada comida por la vegetación. En el lado exterior del foso, una pared de gran altura desalienta cualquier tentación de treparla. En el lado interior, surgen los muros de la fortaleza, salpicados de ventanas angostas. El conjunto presenta el aspecto de haber vivido todas las fases posibles del abandono. Las pintadas desvaídas que jalonan los muros debieron de obedecer a un primer momento de interés, cuando un edificio construido para resultar inaccesible quedó a merced de la curiosidad y de las más variadas reivindicaciones. Pero esos grafitis fueron cediendo protagonismo y la naturaleza hizo su trabajo. En el foso, en las zonas de umbría, creció una espesura vegetal de la que hoy disfrutan los insectos. Y, en las partes altas del muro interior del foso, la hierba creció de tal modo que empezó a dibujar un jardín en altura, una pradera que se desparrama entre los límites verticales del edificio. Hoy, en la última fase del olvido, todo parece absorbido por el monte, a punto de desaparecer. Como si de este modo se cumpliera de forma involuntaria el sueño de los artistas que pretenden integrar sus obras en el entorno.
Quedan restos herrumbrosos de barrotes y algún arco de lo que debió de ser una construcción adyacente al núcleo del edificio. Quedan también escaleras empinadas para bajar hasta el foso con riesgo de no poder contarlo. Y entre las zarzas del foso surge una prenda abandonada y el deseo de salir de un laberinto en el que se escuchan ecos, vientos sin árboles y ruidos difíciles de identificar.
La fortaleza, erigida en tiempos de Alfonso XII, es un lugar del que huir. Todas las limitaciones que insinúan sus muros invitan a salir corriendo. Incluso los restos de las puertas enrejadas dan ganas de comprobar si cede el hierro, si hay alguna forma de colarse entre los barrotes, de no volver a verlos.
Uno puede terminar algo mareado en esta cima hostil. Sus cualidades monumentales quedan de lado ante la evidencia de la imposición, incluso del miedo.
Al terminar la redacción del recuerdo de la visita soy consciente de que mis impresiones pueden estar contaminadas por lo que había leído antes sobre el fuerte. Pero también me doy cuenta de que al recorrer el lugar olvidé casi todo lo que había leído y solo tuve una sensación de creciente opresión, de tedio inabarcable.
Y ahora sí, toca el último párrafo, el que resume lo que cuenta la historia.
El Fuerte de San Cristóbal fue construido entre 1878 y 1919 con fines defensivos, pero el auge de la aviación lo volvió pronto obsoleto. Entre 1934 y 1945 funcionó como un penal militar en el que cumplieron condena miles de reos en condiciones deplorables. En plena Guerra Civil, y caída Pamplona en territorio franquista, la construcción se convirtió en una cárcel llena de presos republicanos, una inmensa celda con una elevada mortandad. Pero San Cristóbal fue también protagonista de una de las mayores evasiones de la historia europea. El 22 de mayo de 1938, cientos de presos lograron huir de la fortaleza. La mayoría fueron detenidos y otros muchos murieron asesinados en los montes. La fuga y la persecución posterior han generado una creciente literatura. Fermin Ezkieta acaba de publicar una reedición de Los fugados del Fuerte de Ezkaba (Pamiela), en la que aporta datos novedosos sobre el episodio y cifras precisas: “795 fugados documentados, de los que 206 fueron abatidos en los montes”. Dejó de funcionar como penal en julio de 1945. El Ejército lo abandonó en 1991. Lo demás es presente.
12:35
Nuevo balance: 5.753 casos
Apreciadas chicharras invisibles que os ocultáis entre las dunas. Os informo de que las obras avanzan a buen ritmo. Aquel curioso delirio que comenzó en los años 60 del siglo pasado continúa su camino. Seguimos construyendo. Seguimos diciendo aquello de “antes aquí no había nada” mientras observamos lo que hay ahora: apartamentos, torrenteras asfaltadas, patios de cemento y calles diminutas en las que se celebra que corra el aire.
Y, a pesar de todo, a pesar de todos, el mar Mediterráneo y su luz, la brisa húmeda con olor a pino, el jazmín nocturno y el bullicio festivo de una calle en la que un niño aprende a montar en bicicleta convierten en único este lugar. Y dan ganas de quedarse para siempre o de volver siempre. De borrar cualquier atisbo de sarcasmo. O al menos de seguir viajando a esta tierra por placer. Eso que el diccionario llama turismo.
Las chicharras a las que hoy evoco viven entre las dunas del Carabassí, una línea de costa sin tocar de 900 metros en la provincia de Alicante, una rareza. Un fenómeno que permanece entre Santa Pola y Los Arenales del Sol (Elche), y al que me dirigí una mañana con el fin de admirar la postal viviente que todo turista venera: el amanecer.
Apreciadas chicharras, os decía, las primeras luces del Carabassí, en los días de ligera bruma, tienen una coloración rosácea y el sol tarda en aparecer. Cuando lo hace, parece un astro lejano que no necesitara hacerse demasiado presente. En realidad, cada rincón está ya encendido. Cuando por fin emerge la circunferencia anaranjada en el horizonte, los contornos se dibujan claros, muy claros. A las 7.30h el día ha quedado instalado y solo espera la rutina de los veraneantes.
El alba en la playa del Carabassí está habitado por pescadores que tal vez no se han acostado y por discretos paseantes descalzos con gafas de sol. Según avanzan los minutos y la claridad, surgen caminantes con propósitos deportivos y bañistas desnudos llegados desde el norte de Europa. Uno de estos nadadores felices me saluda al salir a la orilla como si en efecto nos hubiéramos encontrado en el paraíso. Le devuelvo el saludo preguntándome si sería oportuno iniciar una conversación y qué tipo de conversación resultaría oportuna. Tal vez algo ligero sobre la desnudez, lo insondable del mar y la extranjería. Con buen criterio, no nos decimos nada.
Para empaparme de la flora y la fauna de este espacio de alto valor ecológico, intento perderme entre las dunas. Descubro un conejo huidizo entre árboles con formas caprichosas creadas por el viento y plantas que asemejan a algas varadas en tierra. Además del soniquete de las chicharras y del chasquido de las olas que rompen, cada poco tiempo quiebra el aire el ruido de un avión que despega del aeropuerto de El Altet. No cuesta imaginar una leva de veraneantes somnolientos que regresan a sus casas cubiertos de sol y de proyectos. ¿Retirarse aquí? ¿Por qué no? Caminar junto al mar una mañana soleada de febrero. Sepia y vino blanco. Buganvillas. Visite nuestro piso piloto.
El aeropuerto de El Altet acaba de cumplir cincuenta años. Los estudios dicen que la urbanización supera ya el 60% de la línea de costa en la provincia de Alicante. Y el buscador de experiencias auténticas, de paisajes intocados, no puede sustraerse entre las dunas del Carabassí a la visión de los edificios de Los Arenales del Sol, a la omnipresencia del ladrillo al norte y al sur.
Apreciadas chicharras, me despido. Eso sí, me permito informaros del nuevo mantra que recorre las ondas: “La crisis ha terminado”. Se avecina una nueva fiesta. Disfrutad de las dunas. Y soportad con resignación a quienes no comprendemos el significado último de esas cinco palabras: antes aquí no había nada. Eso solo lo sabe quien lo vivió.
12:44, Andalucía
Sevilla suspende la Semana Santa
A falta de dos meses para las elecciones del 2003, el alcalde de Aranjuez en aquel momento, José María Cepeda, del Partido Popular, licitó un programa de actuación urbanística en el sector de Las Cabezadas para construir entre 4.000 y 6.000 viviendas. Lo ratificó a falta de trece días para los comicios.
Estos terrenos se encuentran en el margen izquierdo de la vega del río Tajo, en la confluencia con el río Jarama. Desde el primer momento en el que salieron a concurso, no se contemplaba que fuesen terrenos urbanizables por su “interés edafológico”. Así figura en plan general de ordenación urbana del municipio, realizado en 1996.
Catorce años después de la licitación, y sin contar con un informe medioambiental favorable de la Comunidad de Madrid que autorice construir en ese terreno —tal y como obliga la normativa de evaluación ambiental regional que estaba en vigor cuando este expediente se tramitó—, el Ayuntamiento de Aranjuez decidió publicar el 4 de febrero de este año en el Boletín Oficial regional (BOCM) una modificación del plan de ordenación urbana por la que el terreno de Las Cabezadas pasaba a ser “suelo urbanizable sectorizado”.
Terrenos inundables
“Se toma esta decisión a pesar de que la mayoría del ámbito está considerado, por la Confederación Hidrográfica del Tajo, como terrenos inundables”, recuerda Ecologistas en Acción en una nota de prensa en la que también destaca que este terreno agrícola de regadío posee “la mayor capacidad agrológica de la Comunidad de Madrid”. El alcalde impulsor de esta adjudicación se encuentra actualmente inhabilitado por favorecer ilegalmente a varias constructoras, sin que haya relación con esta adjudicación. El Tribunal Supremo ratificó hace tres años esta condena por un delito continuado de prevaricación urbanística durante su mandato como regidor de Aranjuez. Durante estos catorce años, la paralización de la construcción en Las Cabezadas ha provocado conflictos entre la empresa adjudicataria, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.
De hecho, la publicación de la recalificación es un decreto que se emitió en 2011 y que el Consejo de Gobierno regional no aprobó para que fuese divulgado. “No entendimos por qué la Comunidad de Madrid no lo publicó en ese momento”, apunta David Estrada, primer teniente de alcalde y delegado de Urbanismo, Arquitectura, Infraestructuras, Vivienda, Patrimonio Municipal y Patrimonio Histórico. Así, su administración decidió hacerlo público este año alegando “silencio administrativo” por parte del Gobierno regional. "La Comunidad de Madrid no resolvió, ni para darle viabilidad a la modificación ni para desestimar, dado que la desestimación hubiera podido implicar responsabilidades económicas al cambiar el criterio”, añade este concejal. Sin embargo, desde el Gobierno regional no están de acuerdo con esta argumentación y han anunciado que van a pleitar esta decisión. “Hemos presentado un recurso contencioso-administrativo porque nunca se subsanaron los problemas medioambientales que tiene esa zona y, por lo tanto, los informes son desfavorables”, responde un portavoz del gabinete de prensa de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad.
Una sentencia judicial emitida por el Tribunal Superior de Justicia regional (TSJM) avala la actuación tanto de la Comunidad de Madrid como la que el Ayuntamiento había mantenido hasta ahora. Asimismo, recoge que en 2008 y en 2009 la Dirección General de Evaluación Ambiental de la Consejería emitió conclusiones desfavorables ante la petición de recalificación porque, según el mapa de capacidad agrológica de las tierras de la región, Las Cabezadas se incluye en lo que denominan clase dos, que corresponde a “tierras de mayor capacidad agrológica de la Comunidad de Madrid, las cuales se consideran un recurso de importancia nacional”. El tribunal considera que estos informes son “claros y contundentes”.
Por su parte, Ecologistas en Acción también ha presentado un recurso contra esta decisión. “El principal límite a la operatividad del silencio administrativo positivo es el principio de legalidad, y el desarrollo urbanístico de Las Cabezadas vulneraría diversa normativa urbanística, ambiental y de aguas”, apuntan en este documento.
El TSJM se pronunció sobre este tema en julio, después de que la adjudicataria, una filial perteneciente al grupo Isolux, denunciara a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento exigiendo responsabilidades contractuales, extracontratuales y solicitando una reclamación de más de 300 millones de euros.
Sin responsabilidades
Los magistrados declararon “resuelto el citado convenio urbanístico suscrito por ambas partes por la causa de imposibilidad de su ejecución”. Desde el Consistorio no consideran que la publicación de la recalificación contradiga lo dictado por los magistrados, tal como mantiene el primer teniente de alcalde, que se justifica alegando que han recurrido esa sentencia ante el Tribunal Supremo. La justicia determinó que los representantes de la sociedad sabían que el suelo no era urbanizable y, por lo tanto, no pueden reclamar responsabilidades.
¿Por qué ha supuesto un problema que un tribunal haya declarado resuelto el convenio urbanístico? Porque la Sala de lo Contencioso-Admnistrativo del TSJM condenó al Gobierno actual a pagar los 12 millones de euros que la compañía ya había depositado en las arcas municipales de los Ejecutivos anteriores. Una cantidad difícil de asumir para este equipo, que cuenta anualmente con un presupuesto de 40 millones .“No hemos abonado esa cantidad y vamos a luchar por los intereses municipales de Aranjuez”, apunta el concejal de Urbanismo, que carga contra la Comunidad y el anterior equipo de Gobierno, a los que considera cómplices de este “desaguisado”.
a la que obliga diversa normativa”. Ambos colectivos remarcan que el texto “retrocede en la lucha contra la especulación y corrupción”.
13:07
Caceroladas para apoyar a las trabajadoras del sistema público sanitario
Llega septiembre, llega el nuevo curso, y, como cada año, las familias con hijos en edad escolar se enfrentan a la cuesta económica que supone la compra de los libros de texto. Según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cada familia gastará una media de 1.212 euros al año por cada hijo o hija. Entre un 20% y un 30% de ese gasto será usado en la compra de libros. Una industria que, según el estudio Comercio interior del libro en España 2015, de la Federación de Gremios de Editores de España, movió más de 830 millones de euros en ese año en libros de texto de enseñanzas no universitarias. Santillana, Edebé, S.M., Anaya, Edelvives, McGraw-Hill u Oxford University Press copan este lucrativo mercado sin dar mucha opción a otras.
El sector de los libros de texto, que crece en beneficios a unos niveles que otros sectores editoriales dejaron atrás hace años, ha sufrido una concentración oligopolista que ha dejado el mercado en manos de unas pocas empresas. Las sospechas sobre las posibles prácticas anticompetitivas llevaron a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a registrar a finales de marzo varias de las sedes de grupos editoriales tras la pista de posibles acuerdos o prácticas concertadas entre distintas entidades para limitar o coordinar las políticas comerciales que pueden promover los cambios de editoriales de referencia para los libros de texto de los distintos centros educativos no universitarios en España. La CNMC no hizo públicos los nombres de las editoriales registradas. Muchos grandes medios, como El País y Cinco Días, no publicaron nada sobre la noticia. Prisa, el grupo al que pertenecen esos dos medios, es dueño de Santillana, la editorial de libros de texto con una mayor cuota de mercado.
EN MANOS DEL “LIBRE” MERCADO
Hace diez años se aprobó la Ley de la Lectura, del Libro y de las Bibliotecas, con la que se liberalizaba el precio de los libros de texto de la educación obligatoria: primaria y ESO. Como todo proceso de liberalización, se hizo con el pretexto de que los hogares pudieran optar a un mercado competitivo de editoriales en el que se rebajaran los precios. En diez años, el mercado de las editoriales de libros de texto cada vez está más concentrado y los precios de los libros de la educación han crecido año tras año.Según la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE), el lobby que aglutina a las mayores editoriales y que vende 46 millones de libros a ocho millones de alumnos no universitarios, el incremento en los precios de los libros de texto fue de un 1,1% para el curso pasado. Cifra cinco veces mayor que el incremento interanual del IPC, que, según el Instituto Nacional de Estadística, fue de 0,2% a comienzos del curso 2016/17. En 2014 y 2013 los precios crecieron un 1,1% y un 1,4%, cuando el IPC fue negativo para ese mismo periodo, -0,2% y -0’9% respectivamente.
Si se analiza el gasto según el tipo de estudio, las diferencias son mayores. El gasto medio por alumno en el curso 2015/2016 en los dos niveles educativos en los que el precio de los libros está regulado, según los cálculos de ANELE, es de 61,69 euros para la educación infantil y de 100,96 para el bachillerato. El gasto medio en los dos en los que se liberalizó el precio del libro es de 102,95 euros para la ESO y 124,37 euros para la educación primaria. Pero los gastos por alumno de ANELE están calculados sobre los precios que ellos estiman que llegan a las familias tras pasar por los minoristas. Según la OCU, las familias gastarán una media de 201 euros por alumno.
La mitad de las editoriales facturan 0,3 millones de euros, las seis grandes facturaron más de 60 millones cada una
Atendiendo a su volumen de facturación, se aprecia el dominio de las grandes editoriales. Las empresas medianas y pequeñas facturaron en 2014 el 40,3% del total, mientras las grandes —aquellas que producen entre 101 y 1.000 libros— alcanzaron el 24,6%, y las muy grandes —aquellas que editan más de 1.000 libros al año— el 35,1%. De acuerdo con el estudio Comercio interior del libro en España, aproximadamente la mitad de las empresas editoriales facturan anualmente menos de 0,3 millones de euros, mientras solo seis facturaron más de 60 millones de euros cada una.
POR LA GRACIA DE WERT
Aunque los centros escolares y su profesorado son los encargados de elegir los libros que se van a utilizar durante el curso académico, un “pequeño” giro legislativo puede convertir en inservibles los libros de los cursos anteriores por no tener el texto adaptado a la ley de turno, además de elevar el gasto de los hogares en el temido mes de septiembre. El único beneficio es para algunos editoriales, que se aseguran un alto nivel de ventas.
El 28 de noviembre de 2013 el Congreso de los Diputados, sin más apoyos que los votos de la mayoría absoluta del Partido Popular, aprobaba y aseguraba un negocio redondo para las grandes editoriales de textos: la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) o ley Wert, puesta en marcha desde el curso 2014/2015 y que supuso una entrada de 158 millones de euros (aumento del 18,3%) para la joya de la corona del Grupo Prisa, Santillana. Curiosamente, el exministro de Educación era un colaborador habitual del Grupo Prisa antes de entrar en el Gobierno de Rajoy.
“Parece que la editorial sabe cómo van a ser los currículos de las leyes nuevas antes de que salgan las mismas. Siempre me he preguntado si se producen adelantos de dichas leyes para que los libros nuevos puedan salir a tiempo”, recela Fernando Mazo, profesor de Historia y Filosofía del Colegio Lourdes FUHEM (Madrid).
“Parece que la editorial sabe cómo van a ser los currículos de las leyes nuevas antes de que salgan", señala Fernando Mazo
Una práctica nada novedosa. Ya en los últimos años de la dictadura franquista se puso en marcha la Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa, conocida como Ley Villar Palasí, que tomaba el nombre de uno de los últimos ministros de Educación de la dictadura y sobre la que siempre hubo una sombra de sospecha de una posible filtración al Grupo Santillana que le permitió adecuar los textos escolares a los contenidos que estipulaba la ley.
Las prácticas oligopolísticas no son las únicas vías que usan las grandes editoriales para hacerse con el mercado. En un mecanismo de expansión e integración vertical para controlar todo el proceso de venta, las grandes editoriales utilizan técnicas de venta que rozan la ilegalidad y la competencia desleal para deshacerse de pequeñas editoriales y tiendas de libros. “Hacen regalos a los colegios, como ordenadores o pizarras electrónicas. Igual que los visitadores médicos, hacen que se elija su producto con regalos y no por la calidad de los libros”, lamenta Jorge Cabezas, dueño de la librería Somnis de Paper, en la localidad valenciana de Benetússer .
Las librerías también denuncian que las ventas se hacen directamente a colegios o a profesores de manera irregular, ya que es obligatorio que la venta se produzca por parte de empresas minoristas con licencia. Pero las editoriales encuentran atajos a esa regulación. “Muchas AMPA se dan de alta como librerías para poder vender libros. Otras venden de manera irregular. A las librerías nos hacen alrededor de un 18% de descuento, mientras que a algunos colegios les llegan a ofrecer un 60%. Es una competencia desleal que se hace a las librerías con la ayuda de las editoriales. También con los profesores, que pueden comprar libros con descuento en las oficinas de la editorial”, explica Cabezas.
Contra las pequeñas editoriales, las técnicas son diferentes, pero con resultados similares. “No podemos competir con los descuentos que las grandes editoriales ofrecen a las grandes cadenas de libros o grandes superficies. Entonces desapareces de los grandes puntos de venta y es como si no existieras”, lamenta Tomás Rodríguez, editor de AKAL. Las grandes editoriales expulsan a las pequeñas del mercado de los libros de texto que, según Rodríguez, “es donde se encuentra el verdadero negocio editorial”.
Esta concentración del mercado en unas pocas empresas afecta a la calidad de la enseñanza. “Muchos colegios eligen packs completos de la misma editorial. Me cuesta mucho creer que la misma editorial sea la mejor para todas las asignaturas, lo que da a entender que no se eligen porque sean los mejores libros ni se mira la situación económica de las familias de ese colegio”, añade Jorge Cabezas.
La falta de medios y tiempo de la educación pública es otra de las principales bazas con la que juega el sector editorial. “El profesorado en la educación pública va asfixiado y no tiene tiempo de hacer un estudio de mercado sobre qué libros son más interesantes y apropiados. Las grandes editoriales tienen comerciales para visitar a los profesores, lo que nosotros no podemos permitirnos. Cuando esas grandes editoriales llegan a un colegio y le dicen: ‘Te damos tres pizarras electrónicas si elegís nuestros libros’, pues es normal que digan que sí, porque están muy cortos de presupuesto y medios”, comenta Tomás Rodríguez. Este editor añade que, “al final, la calidad de los libros va disminuyendo en favor de otros factores que hacen el libro más visual y comerciable. Los que nos quedamos fuera somos los que hacemos materiales y libros más alternativos. Vamos a desaparecer porque no podemos competir con los grandes”.
EXISTEN ALTERNATIVAS
Y no es solamente la carga económica que supone para las familias cada mes de septiembre. Los libros de texto presentan otras desventajas más relacionadas con el aprendizaje del alumnado. Generan cautividad (cambio de leyes, ediciones nuevas, libros digitales), ya que usan distintas estrategias que obligan a comprarlos de una forma sistemática, dificultan la innovación personal del profesorado al “dárselo todo hecho” y, normalmente, mantienen la figura del profesor como la del único poseedor de la información. Las metodologías que se basan en el trabajo y el descubrimiento del alumnado (cooperativas, trabajo por proyectos, etc.) son mucho menos trabajados por los libros de texto. “No usar el libro de texto es más laborioso, pero más enriquecedor y libre para el alumnado y el profesorado”, señala Berta Iglesias Varela, profesora de primaria en el IES Vallecas Magerit de Madrid.
“El aula debe convertirse en un espacio de búsqueda de información y actividades en el que los libros de texto pueden servir como un elemento más, en ningún caso obligatorios y que se conviertan en los únicos que dirijan el proceso de aprendizaje”, señala Fernando Mazo.
La alternativa a los gigantes editoriales siempre pasa por el profesorado, su motivación y su implicación. Pasa por la creación de materiales propios, las metodologías activas. Hay profesorado que trabaja sin libro de texto, adaptando con más flexibilidad el proceso de enseñanza al contexto. Aunque sean minoritarias, destacan experiencias como la del Departamento de Geografía e Historia y el de Matemáticas del IES Pedro Salinas, en Madrid; o experiencias como las del CEIP Trabenco de Leganés, uno de los de mayor recorrido en metodologías activas y comprometidas socialmente; el Colegio Ártica (Carabanchel), de la Cooperativa de Enseñanza José Ramón Otero, con su proyecto educativo inspirado en el enfoque por competencias, aprendizaje cooperativo, modelo inclusivo y aprendizaje basado en proyectos. Asimismo, las aulas cooperativas del Centro de Formación Padre Piquer, en uno de los barrios más deprimidos de la ciudad (Ventilla), o la perspectiva ecosocial (inclusión en el currículo y en el funcionamiento del centro de la profundización de la democracia, la justicia social y la sostenibilidad) de los colegios de la Fundación FUHEM pueden ser un ejemplo a seguir en este tipo de metodologías educativas y en creación de materiales.
A todos estos centros habría que sumar las decenas de colegios en Andalucía y Cataluña considerados “comunidades de aprendizaje”, que emplean libros y materiales propios de una forma flexible y enriquecedora, que además han de ser acordes al currículo de la LOMCE.
“Un grupo de profesores elaboramos materiales para una editorial que decidió no publicarlos por su enfoque de género”, explica Berta Iglesias
Porque, aunque van surgiendo libros de texto de editoriales grandes con propuestas interesantes a nivel metodológico que intentan encajar en estas metodologías, solo lo hacen parcialmente, pues estas metodologías activas de aprendizaje basados en proyectos, el dialogo, el cooperativismo o la clase invertida, requieren de materiales flexibles. Y no siempre las propuestas de la comunidad educativa son bien recibidas en los despachos de las editoriales. “Un grupo de cinco profes de lengua elaboramos materiales para primero de la ESO para una editorial que decidió al final no publicarlo por su enfoque de género, sostenibilidad e interculturalidad. En septiembre los haremos públicos para su uso gratuito”, apunta Berta Iglesias.
El verdadero problema del libro de texto, concluye Fernando Mazo, “es que se sitúa en el negocio que genera en el mundo educativo español. Mientras siga generando los beneficios que produce, todo seguirá atado para que el libro de texto sea necesario”.
13:42, Madrid
Madrid cierra parques y jardines
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha ordenado el cierre de todos los parques y jardines de la ciudad a partir de las 16 horas de este sábado. La medida, según señala, la toma "Ante las aglomeraciones de personas que lamentablemente y pese a todos los avisos se están produciendo en espacios públicos de Madrid
14:17
Prohibidos todos los desplazamientos que no sean “de fuerza mayor”
El Consejo de Ministros Extraordinario celebrado esta mañana para concretar el decreto de Estado de Alarma ha decidido prohibir todos los desplazamientos que no sean “de fuerza mayor” a los ciudadanos. Sí se permiten bajar a por artículos de primera necesidad o hacer la compra, trabajar, ir al médico, echar gasolina, acudir al banco o desplazarse para el cuidado de personas.
Está previsto que Pedro Sánchez comparezca en unos minutos para explicar todas las medidas.14:50
Decretado el Estado de Alarma, con limitación de desplazamientos a partir del lunes
El Gobierno ha decretado el estado de alarma en todo el Estado y ya ha concretado las primeras medidas que tomará con motivo de la crisis que ha causado la pandemia del coronavirus. Según el borrador del real decreto, se limitarán los desplazamientos pero, entre las excepciones a esta regla, se encuentran la adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad; asistir a centros sanitarios; desplazarse al lugar de trabajo o para cuidar mayores y dependendientes o acudir al banco.
Las restricciones entrarán en vigor el lunes, día en que comienza el estado de alarma.
15:21
Comparecencia postergada
Sigue el Consejo de Ministros en el que se debe cumplimentar el Real Decreto que se ha filtrado a la prensa en la mañana del 14 de marzo. Varios medios dan por hecha una división en el Consejo de Ministros entre el sector más económicamente ortodoxo en el tratamiento de la crisis, representado por Nadia Calviño, y los ministros de Unidas Podemos pero también de parte del PSOE.
El más explícito, Fernando Garea, en El Confidencial, ha subrayado que Calviño trató de retrasar la declaración del Estado de Alarma:
En varias reuniones de ministros que han tenido lugar durante la semana, Calviño insistió en rechazar la medida priorizando las repercusiones económicas que tendrá.
Pablo Iglesias encabezó a los ministros de Unidas Podemos defendiendo la importancia de la comunicación en este caso y la necesidad de ir por delante de la pandemia. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, fue desautorizada pública y abiertamente cuando impulsó una normativa para empresas, dando muestras de haber comprendido desde muy pronto en qué iba a derivar.
16:07
21 muertos en Reino Unido
El número de fallecidos por #coronavirus en el Reino Unido, un país que está en el centro de la polémica internacional al haber decido el Gobierno de Boris Johnson no aplicar medidas de limitación de la movilidad, se duplica en 24h, de 10 a 21 personas.
17:23
Más detalles sobre el debate en el Consejo de Ministros
Esta vez es Carlos E. Cué, en El País, quien aporta información sobre el retraso que está teniendo lugar en la comparecencia del presidente Pedro Sánchez, que se encuentra postergada sin hora. El Consejo de Ministros ha plasmado todas las diferencias existentes entre el equipo económico de Nadia Calviño y los ministros de Unidas Podemos y otros integrantes del PSOE.
Escribe Cué:
De un lado está sobre todo la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y del otro el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Las primeras defienden medidas más cautas para no disparar el gasto y los segundos un plan de choque fuerte con apoyo a los trabajadores aunque eso suponga un coste importante. El presidente es quien debe tomar finalmente las decisiones después del intenso debate entre sus ministros.
18:04
El cierre de Catalunya, a la espera del Gobierno
“Necesitamos cerrar aeropuertos, estaciones y puertos, porque si no el confinamiento no sería tal. El confinamiento tiene que tener en cuenta estas tres infraestructuras. Lamentablemente, el Estado español no nos ha respondido”, ha señalado la portavoz del Govern catalán, Meritxell Budó, en rueda de prensa.
18:24
Italia sobrepasa los 20.000 afectados
El 4 de octubre se cumplirá un siglo del nacimiento de Violeta Parra. Figura cardinal de la cultura panamericana, artífice de una obra multidisciplinar —música, textiles, escultura, pintura— que hunde sus raíces en lo popular y se proyecta hacia territorios de avanzada, sigue convocando el interés de investigadores, melómanos y artistas de todo el mundo. Su trabajo, amplísimo y poliédrico, ha dejado una huella profunda y duradera en la memoria colectiva de América Latina y sigue siendo motivo de merecido estudio. Cada día se la conoce un poco mejor, pero permanece la sensación de que todavía hay mucho por descubrir.
Miembro central de una estirpe artística de extensa nómina, era hija de un profesor de música y una tejedora y creció en un ambiente rural y modesto. Su interés por las canciones aflora durante la pubertad, cristaliza en la juventud y se desarrolla en los primeros años de madurez. Se impuso la misión de preservar y divulgar la música folclórica de Chile. Y viajó por todo el país buscando canciones, recopilándolas, conjugándolas con las composiciones de cosecha propia, dándolas luego a conocer a través de la radio o en sus largas incursiones por Europa en las décadas de los 50 y 60. Llegó a abrir las puertas del Louvre antes de regresar definitivamente a Santiago en 1965. Instaló una carpa en la comuna de La Reina para convertirla en punto de encuentro artístico. Y fue allí donde se suicidó el 4 de febrero de 1967, recién terminado el álbum Las últimas composiciones, antes de cumplir cincuenta años.
El legado de Violeta
Entre los administradores de tan apreciable legado se encuentra su nieta Tita Parra (Santiago, 1956). Actuó el pasado julio en el festival cartagenero La Mar de Músicas y regresará este mes a España para cerrar, junto a su madre Isabel, la presente edición de Barnasants, que este año ha estado dedicado a la memoria de ‘La Viola’, siendo Chile el país invitado al ciclo. El concierto tendrá lugar el 16 de septiembre en la localidad barcelonesa de L’Hospitalet de Llobregat.
Tita asume la responsabilidad de representar la memoria de su abuela con un talante similar al de aquella. No hablamos solo de trabajo, sino de algo que está por encima de rutinas laborales o inercias mercantiles. “Para mí es una tarea indispensable de resistencia cultural, defensa de valores e identidad”, explica a El Salto. “No solo por difundir el legado de Violeta, también porque su obra y su significado son absolutamente vigentes y necesarios. En la realidad que vivimos actualmente estamos controlados, invadidos e intoxicados. La vida impuesta y los falsos valores, las injusticias y desigualdades, la destrucción del medio ambiente, la discriminación y mediocridad han llegado a un nivel extremo. América Latina está a merced, y abandonada, a este sistema que roba, manipula, distorsiona la vida con certificados legales. El arte y la cultura popular son herramientas de lucha para despertar y crear alerta, motivar, denunciar y defender la vida verdadera”.
Música y política
Resulta difícil referirse a la obra de Violeta Parra obviando su dimensión política. Hablamos de una mujer de extracción humilde, del campo, abriéndose paso de forma autodidacta en un contexto precario hasta instalarse en el inconsciente colectivo latinoamericano para, desde allí, ejercer una influencia indiscutible, que trasciende los límites continentales.
Su legado fue denegado e ignorado por las dictaduras y falsas democracias. Por la mentalidad desquiciada de nuestras sociedades enfermas
La connotación ideológica de su trabajo, su propia biografía y la dolorosa deriva histórica chilena tras el golpe de estado de Pinochet, invitan a preguntarse hasta qué punto ese sustrato de ideas ha contribuido a su relativa ausencia en el marco cultural institucionalizado de su país. Tita Parra parece tener clara la respuesta: “Hay mucho por estudiar e interpretar. Su valor como mujer en la sociedad de su época, su trabajo artístico liberador, su antropología y poesía hoy se están percibiendo con mucha más profundidad que antes, pues no había condiciones para ese entendimiento. Su legado fue denegado e ignorado por las dictaduras y falsas democracias. Por la mentalidad desquiciada de nuestras sociedades enfermas. Hoy día podemos decir que Violeta está siendo posicionada en Chile y el mundo, poco a poco, en el sitio que merece. Pero esto es un comienzo, va a seguir ascendiendo. Violeta es así. Y Chile, un país dañado”.
La periodista musical chilena Marisol García (Michigan, 1973) es una de las personas que ha asumido la tarea de profundizar en tan valiosa herencia. El año pasado publicó el libro Violeta Parra en sus palabras (Entrevistas 1954-1967), impelida tanto por la curiosidad profesional como por la escasez de material bibliográfico sobre la cantora del Biobío. El compendio de este preciado material de archivo ha consolidado su percepción, pero también la ha ampliado. “En las entrevistas había algo todavía nuevo y es el afán didáctico que guiaba gran parte de su esfuerzo”, afirma. “Parecía tomar las entrevistas como una oportunidad de darnos algo así como lecciones sobre folclor y tradición popular. Se aleja por completo de la dinámica de promoción y autorreferencia frecuente en los artistas. En sus entrevistas habla de la tradición que admira, y a la que ella honra, mucho más que de su propia obra. Entendí que vio su trabajo siempre dentro de un cauce mayor”.
Para García, el discurso es clarividente: “Es como si su mensaje no estuviese solo ajustado a su tiempo y contexto, sino que fuese capaz de instalarse mucho más allá de estos, ofreciendo por ello no solo vigencia atemporal sino también apelación universal. Sucede con otros autores, no muchos; pero cuando está es algo que se distingue de inmediato, pues sacude en circunstancias diferentes y con similar fuerza. Son mensajes necesarios que vienen de voces auténticas”.
Las canciones de Violeta hicieron mella entre coetáneos a ambos lados del charco y fueron escuela natural para la generación cantautora emergida desde mediados de los 60
Confirmar esta tesis no resulta complicado. Las canciones de Violeta hicieron mella entre coetáneos a ambos lados del charco y fueron escuela natural para la generación cantautora emergida desde mediados de los 60. Pere Camps (Barcelona, 1955) es el director del festival Barnasants. Descubrió su música y la de otros artistas chilenos como Víctor Jara, Inti-Illimani o Quilapayún después del golpe militar contra Salvador Allende. Reconoce que fue su puerta de acceso a la canción latinoamericana en general, pero destaca a Violeta y a Atahualpa Yupanqui como pilares que sustentan esa nueva vía expresiva. “En mayor o menor medida, es evidente la influencia de Violeta en particular y los demás referentes de la canción latinoamericana en los cantautores ibéricos”, asegura, antes de aventurar que “el impacto realmente lo veremos en el futuro; la nueva generación de cantautoras y cantautores nacidos con el 15-M la están descubriendo y esto dará sus frutos”.
En Chile la reivindican músicos del ámbito pop y rock que nacieron mucho después de su fallecimiento, como Javiera Mena, Los Bunkers, Lucybell o Gepe. Este último, santiaguino de 1981, evalúa la influencia de Violeta entre los artistas de su generación de forma clara y meridiana. “Tiene que ser tan importante como lo fue The Velvet Underground para el mundo anglo”, sentencia. “Es paralelo. Es profundamente latinoamericana, musicalmente hablando. Y, a la vez, profundamente vanguardista. Como The Velvet Underground. Esa es la influencia que tiene Violeta Parra para los latinoamericanos. Y va a ser así para siempre. Es un mito, un punto de referencia”. La describe como una presencia indestructible, que aparece incluso en libros de texto del primer ciclo escolar. Y niega cualquier veto oficial a su figura, antes de aportar una interesante apreciación sobre la misma: “Nunca la sentí política, además. La sentí real, la sentí concreta, fundida en la masa. Sentí que era poesía que podía haber sido anónima chilena o latinoamericana. Lo político en ella es una dimensión, pero su humanidad va más allá de lo meramente político o social. Trasciende absolutamente. Es fuerza, básicamente”.
Pedro de Dios Barceló (Úbeda, 1979), cantante y guitarrista del grupo jienense de blues Guadalupe Plata, entró en contacto con la música de Parra hace un par de años, mientras producía en Santiago el álbum homónimo de La Big Rabia publicado en 2016. No se le olvida. “En uno de los descansos, Felipín, el técnico de sonido, me enseñó “El gavilán” —evoca— y aquello sonaba realmente extraño, me quedé fuera de sitio. Era una pieza diferente, oscura, vanguardista y popular, destinada para el ballet”.
El impacto de aquella primera escucha resuena en Guadalupe Plata, el nuevo álbum del trío andaluz, que incluye una alucinante versión de “¿Qué he sacado con quererte?” como corte de apertura. “[La obra de Violeta] Tiene algo que me atrapa y hay muchas cosas de su música que, de alguna manera, me gustaría robar. Conforme la vas escuchando te das cuenta de la inmensidad de su música. En su obra se recoge todo el folclore. Además, lo amplifica y le da forma. Es una especie de Alan Lomax pero con un sentido más artístico de la música. Representa de alguna manera pasado, presente y futuro”, resume el músico.
El carácter dual de la obra de Violeta —rito/vanguardia, preservación/renovación— y la sospecha de que su intrincado universo creativo está pendiente de una exploración integral, complican la extracción de conclusiones categóricas al evaluar tan inmenso corpus. “Es inasible, yo no la puedo comprender en su totalidad, y eso es lo más atractivo. Vamos a seguir descubriendo cosas de Violeta hasta el fin”, advierte Gepe.
Mejor abreviar y quedarse con lo sencillo, con lo inmediato. Marisol García tiene claro que su principal enseñanza es la de “la verdad de la tradición y la tierra”. Dicho de otro modo: “No es necesario complicarse la vida con sofisticaciones ni pretensiones urbanas si lo que se busca es afirmar la propia voz. Lo que necesitamos saber está latiendo hace mucho entre cantores y poetas sin fama ni fortuna pero apegados a su entorno. Nuestra tarea es recoger sus lecciones y luego afirmar en ellas nuestra propia expresión”.
19:19
La comparecencia de Sánchez se retrasa a las 20h
19:48
Crecen los contigios de apoyo mutuo
La Red ciudadana de autoayuda contra el covid19, Frenalacurva.net, una iniciativa que nace “para visibilizar, difundir y multiplicar el impacto de tantas iniciativas que han brotado y que brotarán en los próximos días”, no para de crecer. Durante todo la jornada del sábado se han multiplicado las, ideas y proyectos para realizar con los más pequeños de la casa, además de sobre cuidados, aprendizaje online, teletrabajo o ayuda vecinal.
20:33
Francia pasa a escenario tres: cierra lo no indispensable
El Gobierno de Emmanuel Macron ha decretado el cierre de bares, restaurantes y todos los comercios no indispensables. Desde el lunes, los colegios y centros escolares tampoco abrirán sus puertas. Los hospitales franceses se preparan para un escenario de saturación. También se limita el transporte y la circulación de ciudadanos.
No se cambian de fecha las elecciones locales que tienen lugar mañana, 15 de marzo, aunque se establecen medidas especiales.
20:39
La epidemia en Vox crece
El diputado de Vox por Alméria, Carlos Fernández-Roca, ha hecho público hoy su positivo en covid19. Fernández-Roca se suma así a una lista de diputados ultraderechistas contagiados que empieza a ser abultada tras la participación de Javier Ortega Smith en un mitin en el recinto de Vistalegre (Madrid) el pasado domingo.
20:51
Estados Unidos restringe vuelos con UK e Irlanda
O corpo de Cristo aborda cuestións como a enfermidade mental, a responsabilidade dos coidados, a dor e as frustracións. A primeira novela gráfica de Bea Lema (A Coruña 1985), ilustradora e deseñadora de produto, vén de gañar a edición número doce do premio Castelao de banda deseñada que outorga a Deputación da Coruña, e estará publicada na primavera de 2018.
O xurado valorou a sensibilidade para abordar patoloxías mentais desde unha ollada infantil, como desenvolviches o punto de vista?
Na miña familia hai unha persoa con esta condición, polo que vivín de preto esta experiencia. O corpo de Cristo é unha ficción que enfoquei desde a inxenuidade dunha nena que ten esta situación na casa, sen caer no drama. Aínda que unha alta porcentaxe da poboación ten ou vai padecer condicións mentais diversas, o certo é que este tema segue a ser un tabú. Na historia do cómic a persoa afectada non recoñece a súa situación, polo que non quere tomar medicación e busca solucións desesperadas na relixión ou na curandeiría.
O cómic aborda a responsabilidade dos coidados como unha cuestión feminina con toda naturalidade.
Si porque esa é a realidade que vivimos aínda hoxe as mulleres, somos responsables dos coidados. As personaxes masculinas adultas da historia, sexa porque non se vén capacitadas ou porque non teñen ferramentas, escapan da responsabilidade de coidar da persoa que padece, e finalmente é a nena quen, cando medra, ten que facer ás veces de nai da súa propia nai.
En troques, hai unha clara infrarrepresentación de mulleres en postos salientables.
Existe o síndrome da impostora, como que non somos quen de dar o paso. Con frecuencia sinalamos que non estamos representadas nas esferas artísticas e culturais, por exemplo no cine, onde non hai case mulleres dirixindo. Talvez teñamos nós unha parte de responsabilidade en ter o atrevemento de facer as cousas, de contar o que temos que contar, porque é moi necesario coñecer historias ligadas ás mulleres e temos a responsabilidade de visibilizalas. Esta é unha historia na que tamén tratas a dor e a frustración. Na educación que recibimos as mulleres aínda é moi frecuente a frustración dos nosos propios desexos e inquedanzas, ou sentirnos na obriga de encaixar en certos canons.
A introdución das bases do concurso di “tendo en conta a significación do colectivo que traballa na creación en banda deseñada en Galicia, que é considerado o máis importante do panorama estatal...”
É certo que hai moito talento, está Fosfatina autoeditando cunhas apostas super arriscadas, ou xente máis consolidada como Martín Romero, José Domingo ou Alberto Vázquez. Tamén temos moitas feiras de autoedición que a min persoalmente me encantan pola diversidade que permite o formato. Alí vas co teu fancine e hai liberdade total: hai xente que conta historietas, ou xente que fai unha recompilación de fotos de cando era cativo. Ao ser algo que se fai por puro placer, fóra da industria, non tes que ter cartos para participar... é un universo libre que coñecín cando comecei a debuxar e que me fascinou.
21:12
Comparecencia de Pedro Sánchez
Anatoly Polevic dice que le duelen los pies, aunque no tiene piernas. Se las amputaron después de padecer gangrena diabética, agravada por las altas dosis de radiación nuclear que recibió cuando fue liquidador en Chernóbil.
—Yo sé que no me estoy volviendo loco. Solo a veces me planteo si la radiación también me ha afectado al cerebro.
La gangrena empezó por los dedos del pie izquierdo. Un dolor sordo que poco a poco fue avanzando, comiendo tejido, ennegreciendo la piel, hasta que llegó al muslo y el médico decidió cortar.
Pasaron seis meses, durante los que estuvo en recuperación física y psicológica, asimilando la pérdida y adaptando el paso a un solo miembro, cuando llegó el día en que los mismos síntomas se reprodujeron en el otro pie. El resultado son dos muñones a un palmo por debajo de la cadera, pero él insiste en que sigue sintiendo las piernas: “Incluso tengo cosquilleos”.
Anatoly, de 72 años, vive en la pequeña aldea de Orane, fronteriza con la zona de exclusión de Chernóbil, Ucrania. Durante los cinco años posteriores a la catástrofe trabajó en la descontaminación nuclear. Al preguntarle por qué lo hizo, a pesar del peligro, responde encogiendo los hombros: “Alguien lo tenía que hacer”.
Además de la motivación patriótica, también hubo una económica. Las autoridades soviéticas le prometieron un coche, una casa y suficiente dinero como para un retiro digno. Pero cuando empezaron los dolores tan solo acumulaba diplomas y otras condecoraciones de la URSS.

—Ahora no tengo coche, ni casa, ni trabajo, ni piernas. Tengo diplomas de un Estado extinguido.
El Gobierno de Kiev le paga 100 euros mensuales. Con ello, asegura, no le da ni para cubrir los gastos en medicinas. Su mujer, Olga, se ocupa de él, pero los dolores de espalda también la persiguen. Ya no tiene fuerzas para cargar con el cuerpo de su marido. De modo que el cuarto de Anatoly se ha convertido en su propia cárcel. Pasan días, incluso semanas, hasta que su hijo viene de visita. Entonces lo monta en una silla de ruedas, lo ata con cuerdas y salen de paseo.

—¿Qué le viene a la mente con la palabra “Chernóbil”?
—Radiación
—¿Y con “radiación”?
—Nada. No se ve, no se oye… Solo sé que causa dolor y destrucción.
Es difícil comprender a este enemigo invisible que lo impregna todo desde aquel fatídico 26 de abril de 1986, cuando el reactor número cuatro explotó y liberó a la atmósfera toneladas radioactivas. Ni siquiera Anatoly lo entiende, a pesar de que estuvo entre los 600.000 liquidadores que expusieron sus vidas para evitar el cataclismo nuclear.
Sin embargo, no pudieron evitar que la nube radiactiva se esparciera por media Europa. Treinta años después, nueve millones de personas viven en territorio contaminado entre Ucrania, Bielorrusia y Rusia.
Pero ¿cómo tener miedo a la vegetación, a la lluvia, al viento y a la luz? Los habitantes de Orane sienten esta especie de muerte en gestación dispersa por todas partes: en los huertos y jardines, en las corrientes de agua y de aire, en el interior de las casas, en las entrañas de las personas. Se trata de una muerte tan privada de forma que involuntariamente toda resistencia carece de sentido.
—Al principio nos dijeron que bebiéramos leche —cuenta Anatoly—. Después que no, porque estaba contaminada. En cambio “beban agua”, nos aconsejaron. Agua en abundancia para hidratar el cuerpo y que las partículas radiactivas sean expulsadas por la orina y el sudor. Más tarde vinieron con que el agua también estaba contaminada, especialmente la de los pozos y los tanques. Así que “no hagan nada en particular, nada diferente, como si nada hubiera pasado. Sigan con su vida normal”. “A ver, ¿entonces en qué quedamos?”, pregunté yo.
La gente estaba confundida y la ansiedad excesiva fue acompañada de una falta de atención a las precauciones, como evitar el consumo de hongos, bayas y la carne de los animales de caza. Los altos niveles de radionucleidos, como el cesio-137, depositado en el suelo, se incorporan a las plantas y animales y luego llega al hombre a través de la cadena alimenticia.
Nina Ivanova tiene 60 años, 43 de ellos los ha dedicado a cuidar de los vecinos de Orane. Es médico. Su consulta está en el centro de la aldea y es tan fría que parece un congelador. Esta mujer de ojos azules y voluntad de hierro se pone cada mañana su bata blanca y recibe a los pacientes hasta mediodía. Por la tarde sale a visitar a los enfermos que no se pueden mover de sus casas.
A Nina ya le tocaría retirarse, disfrutar de una jubilación bien merecida, pero no deja de preguntarse: “¿Quién cuidará a mi gente cuando yo no esté?”. En todo este tiempo solo les ha fallado una vez, y no por voluntad propia.
Hace tres años le diagnosticaron cáncer, de lo mismo que murió su marido hace 14 años y que en esta zona “es tan común como en Europa un constipado”. Ivanova se sometió a un agresivo tratamiento de quimioterapia y en cuanto pudo regresó a su consulta. En su escritorio de madera hay un cuaderno donde apunta el nombre, la fecha de nacimiento y el día de la visita de cada paciente. A un mes para terminar el año van 2.037.
Al preguntarle en qué ha cambiado Orane en los últimos 30 años, deja vagar su mirada por la ventana y responde sin retirar la vista de la inmovilidad del paisaje cubierto por la nieve: “En nada y en todo. Estéticamente sigue siendo el mismo lugar donde nací: los mismos árboles, las mismas casas, pero cada día hay menos jóvenes, menos alegría”.
Pero en este rincón olvidado del mundo también se celebran los cumpleaños. Hoy es el de Anatoly, que, inmovilizado en la cama, escucha a su mujer trajinar por la casa desde las primeras luces del día. Sentados sobre taburetes alrededor de la cama, todos hablan, brindan y comen excepto el viejo liquidador, que permanece con la mirada ausente. Finalmente una vecina consigue sacarlo del letargo: lo anima a formular un deseo. Entonces el hombre agarra un vaso relleno de samogón, un licor casero, levanta la vista y da un trago largo.
—No tengo nada concreto que pedir. Estoy a favor de la resignación.
—Pues yo sí —dice ella—, a favor de la alegría, aunque no importemos a nadie.
—Menos mal que existe el vodka —comenta Anatoly entre risas, para concluir—, y que no sabemos nada.
21:13
Sánchez explica en qué consiste el Estado de Alarma
Defensa, Interior, Movilidad y Sanidad pasan a ser los superministerios con capacidad de intervención en el Estado de Alarma: Robles, Grande Marlaska, Ábalos e Illa pasan a tener poder en todo el territorio para disponer sobre fuerzas de seguridad, carreteras, centros de salud (tanto públicos como privados).
Pedro Sánchez ha planteado los términos del Real Decreto que se ha filtrado a la prensa por la tarde y se publicará en las próximas horas.
21:17
Abastecimiento del mercado
Pedro Sánchez: “Para el aseguramiento del suministro de bienes, el ministro de Sanidad podrá imponer las órdenes necesarias para el abastecimiento del mercado”.
21:18
Intervención de las Comunidades Autónomas
“Todos situarse detrás del gobierno de españa”, no hay ideologías, no hay territorios, ha dicho Sánchez en su discurso, que se ha centrado en la comunicación de las medidas de distancia social que centran el decreto de hoy. “Debemos ser el gran país que somos, a la altura del estado autonómico que somos”, ha dicho Sánchez, que ha declarado que se redistribuirá entre territorios bajo la batuta de la “cohesión territorial”.
21:19
“Unidad de acción”
Petra Jul Michelena nació en Tudela el 6 de mayo de 1939. A su madre, Valentina, le robaron el primer hijo que concibió en 1927, con 22 años. Valentina vivía y trabajaba en Francia, pero fue a dar a luz a Pamplona. Tras nacer el bebé le hablaron de problemas y le recomendaron que volviera a casa hasta que el hijo se recuperara. Sin embargo, cuando una semana más tarde volvió para llevárselo, le dijeron que había fallecido debido a la gravedad de unas lesiones sin especificar. Martín, como iba a llamarse aquel primer hijo, habría sido el primogénito de once hermanos.
Una mañana de hace 14 años sonó el teléfono en casa de Petra. Era un desconocido que se presentó como archivero del Arzobispado, y que le hizo saber que tenía un hermano más porque su madre había tenido un hijo de soltera que habría abandonado. Nada más conocer la noticia, Petra fue al Arzobispado y comprobó en el libro que en aquellas fechas no constaba ningún bebé abandonado. Un tiempo después, el archivero le informó de que su hermano vivía en Tafalla. Ella indagó y lo encontró: se llamaba Martín y le contó que sabía que quienes le habían criado no eran su padre y su madre biológicos, y que toda su vida había sufrido ante la eventualidad de morirse sin conocer a su verdadera familia. Valentina y Félix, madre y padre de Petra y Martín, ya habían muerto para cuando se produjo el reencuentro.
Más tarde, aquél canónigo volvió a llamarle para que relatara su historia en el Diario de Navarra y en la Cadena Cope, y lo hizo, sin separarse una coma de un texto escrito por el archivero. Una crónica sin nombres ni apellidos, y con final feliz… “Totalmente sobornada”, según aclara a día de hoy. Cuando Martín murió, Petra fue a su funeral. Habló con la viuda y con una de las hermanas no biológicas. Ambas le dijeron que habían vivido toda su vida de una manera, que no querían cambiar, y le prohibieron que contara la historia.
Una caja de zapatos
Antonia, madre de Cristobalina Moral Burgos, se puso de parto el 8 de diciembre de 1974 y fue al Hospital Virgen del Camino. Era su tercer embarazo y no supo que tenía gemelos hasta el momento de dar a luz. Cristobalina pesó 2,200 kilos, igual que su hermano, que nació diez minutos después. Una enfermera felicitó a su madre por el aspecto saludable de los dos bebés poco antes de que la trasladaran a otra planta. Al cabo de unas horas, Gerardo Rodríguez, el ginecólogo que la había atendido, comunicó a José, el padre, que el niño estaba muriéndose y, al día siguiente, supuestamente, falleció. Se le informó de que no concurrían circunstancias especiales y que únicamente era debido a su condición de prematuro. El padre insistió en verlo antes de que lo enterraran, pero el médico zanjó la conversación aclarándole que la solicitud no era procedente.Al cabo de unas horas, Gerardo Rodríguez, el ginecólogo que la había atendido, comunicó a José, el padre, que el niño estaba muriéndose y, al día siguiente, supuestamente, falleció. Se le informó de que no concurrían circunstancias especiales y que únicamente era debido a su condición de prematuro. El padre insistió en verlo antes de que lo enterraran, pero el médico zanjó la conversación aclarándole que la solicitud no era procedente.
Al abandonar el hospital, el progenitor preguntó por su hijo en el servicio del tanatorio y se enteró de que aquel día no constaba la muerte de ningún niño. Horas después, recibió una llamada en su domicilio —la madre seguía ingresada y sin saber nada de lo ocurrido— para notificarle el entierro inmediato.
Cuando volvió a Virgen del Camino, le entregaron una caja de zapatos anudada con una sabana. Sus ruegos para ver el cadáver no sirvieron para ver a su hijo: el médico le señaló que la caja de zapatos estaba precintada. El conductor de la funeraria le condujo al cementerio en un Mini. Fue solo, en el asiento trasero del vehículo, con la caja de zapatos entre sus pies. La caja fue enterrada en la Sección Especial 16 del Cementerio de Pamplona y el padre tuvo que pagar por el entierro. Años más tarde supo que la inhumación de los bebés fallecidos durante las primeras 24 horas de vida estaba exenta de gastos, que corrían a cargo de la Beneficiencia. Toda su vida mantuvo que les habían robado aquel hijo.
Cristobalina, integrante de la Asociación SOS Bebes Robados Navarra, asegura que los dos informes que constan en el historial clínico de su hermano son incompatibles: en uno pone que lloró a los cinco minutos de nacer y en otro se señala que nació muerto. Mantiene, además, que la posible trama involucraba al Registro Civil, porque la firma de su padre “está inequívocamente falsificada”.
CLÍNICAS IMPLICADAS
La asociación se constituyó en 2011. Empezaron siete familias, ahora son 63 y saben que no menos de 180 han hecho indagaciones en el Registro Civil. Los informes a los que han tenido acceso señalan a casi todas las clínicas públicas y privadas de Pamplona y de Tudela abiertas en los últimos 40 años. La casuística es variada: muertes por otitis, por tragar agua, nacidos muertos, etcétera. El primer caso en Navarra es el del hermano de Petra en 1927 y el último, con la Cruz Roja involucrada, data de 1984. Algunas congregaciones eclesiásticas han estado también involucradas en los delitos relatados.Desde la asociación se señala que gran parte de las jóvenes solteras que se quedaban embarazadas eran recluidas en conventos como el de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, para ocultar su embarazo. Las jóvenes daban a luz allí mismo, ayudadas por comadronas. En otros casos eran trasladadas a centros hospitalarios: una integrante de la asociación sabe que una madre estuvo recluida en Villa Teresita y que dio a luz en 1980 en la Clínica San Miguel. La asociación habló con la directora de archivos de la clínica y pudieron comprobar que, efectivamente, una chica dio a luz a un niño con los mismos primeros dos apellidos intercambiados. Sin embargo, no puede acceder al historial médico hasta que un juez no lo autorice, cosa que todavía no han conseguido.
En la actualidad hay 24 asociaciones trabajando la trama de los bebés robados en el Estado español. Su principal demanda se centra en que los casos se incluyan en la Ley de Memoria Histórica para dar un salto cualitativo en los procesos judiciales. En todo el país hay 17 casos de niños y niñas que han encontrado a sus madres. En Navarra, las siete denuncias interpuestas en los juzgados han sido archivadas. El único reencuentro ha sido el de Petra con su hermano.
“Habrá habido miles de casos, porque desgraciadamente ha sido un gran negocio”, apunta Petra. Cristobalina, por su parte, es muy crítica con la judicatura: “Hemos solicitado que se unifiquen las denuncias, ya que puede haber documentos médicos que estén en varios casos de los juzgados de instrucción, pero no hemos obtenido respuesta”. Y añade: “La única prueba que tendríamos es exhumar, pero nos dicen que los cuerpos se han desenterrado y se han llevado al osario común… y eso que pagamos un entierro que no teníamos que pagar y que tenían que habernos avisado de la exhumación. Da igual: en Navarra no se habla de bebés robados”.
Un día se presentó una señora en su asamblea semanal. Les contó que le habían robado a su hija, que sabía dónde estaba y que le habían amenazado de muerte. Al parecer el padre falso es un famoso médico de Pamplona. Nunca más volvieron a verla. Todavía hay mucho miedo. Ellas, sin embargo, se niegan a dejar de luchar mientras puedan volver a verse familias separadas.
21:31
“Impacto económico grande”
“Es evidente que el impacto económico va a ser grande”, ha declarado Sánchez. “Este Gobierno no se abstrae de esa situación”, añadía, asegurando: “Daremos respuesta en el próximo consejo de ministros a muchas de estas esta realidades que van a surgir como consecuencia de la declaración de este estado de alarma”.
“El Gobierno de España va a hacer todo lo que esté en su mano para amortiguar las consecuencias de esta crisis de salud pública”, añadía.
21:43
Instrumentos públicos y privados
Pedro Sánchez: “En el real decreto lo que hacemos es poner al servicio de este estado de alarma todos los instrumentos públicos y privados. Lo he dicho antes en mi intervención y quiero subrayarlo: Lo que dice la evidencia científica es que solamente podremos vencer al virus, contener su propagación y después su erradicación, si propiciamos medidas de aislamiento, de alejamiento”.
21:48
“Medidas de coordinación”
Pedro Sánchez: “La aprobación del estado de alarma es para dotar de medidas de coordinación a nivel general del Estado y dar una respuesta homogénea en todo el territorio”.
21:49
“Las mismas restricciones”
“Llegamos a la zona cero”, anuncia el conductor. No es ninguna broma. El taxi supera la barrera de hierro de la entrada, soportada por dos muros camuflados entre enredaderas. A un lado, una vieja casa medio derruida, que hasta hace poco albergaba al vigilante del lugar. Y donde hay vigilante, es que hay algo que vigilar. Al otro, una carretera ascendente que lleva a ninguna parte, que se pierde en el bosque. De frente, varios edificios van asomando mientras nos acercamos al Sanatorio de San Francisco de Borja, la última leprosería en pie de Europa.
El taxi se va y poco después llega Marisa, como nos habían anunciado. Dejamos el hall, donde la historia cuelga de las paredes en forma de fotografías del fundador de la Fundación Fontilles, el sacerdote jesuita Carlos Ferrís, y de todos los voluntarios –la mayoría mujeres– que durante más de un siglo se han encargado del cuidado de los enfermos que llegaban a aquel rincón de asilo de La Vall de Laguar, en la provincia de Alicante. Un territorio amigo para los pacientes de la enfermedad del estigma, la lepra.
Hablando con Marisa Moll, probablemente la persona que mejor conoce Fontilles, comienza la historia. Se explica con facilidad, y el deje de su voz indica que es de no muy lejos de donde estamos. Más tarde nos lo confirmará, al tiempo que trata de convencernos de que los vecinos de pueblos como Ondara o Gandía ya no ven el sanatorio como una cárcel de enfermos; para ellos es otra parte de su territorio, y para ella es el sitio al que llegó muy joven, con una oportunidad de trabajo, y del que no se ha querido ir.
“La lepra es una enfermedad de pobres”, dice, y España era pobre cuando más estragos hacía la lepra, a finales del siglo XIX. Cuatro regiones eran las que, según se sabía en la época de la creación del sanatorio, tenían mayor incidencia de lepra: Andalucía, Canarias, Galicia y Levante. Dentro de Levante, la zona desde Gandía hasta Villajoyosa era un foco endémico importante. La gran concentración de enfermos de lepra no significaba únicamente saturación de hospitales o aumento de visitas al cementerio; también significaba exclusión. El miedo al contagio provocaba que estos enfermos quedaran apartados por completo de la sociedad, que fueran repudiados por sus propias familias, que se encontraran en la calle o encerrados en zulos, sin mayor pertenencia que una campanilla con la que debían avisar de su presencia en una calle para que el resto de ciudadanos, libres del mal, pudieran huir a tiempo.

En esta situación, la caridad era su única salvación. En 1901, Joaquin Ballester, un abogado que llegó a ser alcalde de Gandía, invitó a la localidad a un amigo jesuita, el sacerdote Carlos Ferris. Cada noche, mientras cenaban, el sacerdote escuchaba unos ruidos que provenían de la vivienda contigua hasta que un día su curiosidad alcanzó tal límite que fue incapaz de reprimir su duda ante su amigo. Este, con la naturalidad que implicaba ser vecino de una de las zonas donde la lepra era parte del día a día, le explicó que allí al lado vivía un enfermo de lepra, encerrado por su familia. Ballester, en un intento por aplacar el asombro del sacerdote, trató de convencerle de la suerte que el enfermo tenía, pues no le faltaba comida y agua ni un lugar donde dormir. Su intento derivó en horror: el hecho de que este fuera un afortunado implicaba que había otros cientos que no lo eran. Y ahí, tras la cena y el asombro, surgió Fontilles.
La idea no caló igual en unos y en otros. En su mayoría, todos los vecinos aprobaron su construcción e insistieron en la necesidad de que alguien se ocupara de tantos y tantos enfermos; ahora bien, cuanto más lejos lo hicieran de su casa, mejor. Si bien el proyecto siguió adelante, este pensamiento de los vecinos se haría material, convirtiéndose en un muro de prejuicios que aún hoy sigue en pie.
Una vez abandonada la casa del vigilante, levantada definitivamente la barrera de protección y arreglada la carretera para llegar al recinto, sigue quedando un resquicio del rechazo que siempre ha recibido la leprosería. Un muro de tres metros de alto y más de tres kilómetros de longitud, construido a petición de los vecinos entre 1923 y 1930, rodea los 739.000 metros cuadrados de historia. Un muro que impresiona. Un muro que huele a cárcel y a rechazo. Un muro que grita preguntas.
Algunos querían huir, no aceptaban el encierro. “La enfermedad no es culpa nuestra. No hemos pecado”, decían los protagonistas del relato Koolau, el leproso de Jack London. Pero Fontilles,si era una cárcel, ni lo parecía ni lo parece. Tiene luz, y tenía vida. Lo que ahora es un lugar de descanso, con una media de edad muy alta entre sus habitantes y bastante parecido a una residencia de ancianos de lujo, era desde su creación una microsociedad ejemplar. Tenía teatro, cine, lavandería, taller de carpintería, bailes, cenas y hasta fiestas de lo que se convirtió en una amplia familia.Acudían a la iglesia, donde las naves separaban a los asistentes en contagiados –en el centro– y no contagiados –en los laterales–, al revés de como se solían organizar. En esta sociedad de gentes distintas, con procedencias diferentes y jóvenes de edad, si alguien no se comportaba como era debido, también iba a la prisión, construida dentro de Fontilles para tal fin. Además, las raíces católicas y rectas que rigieron España durante tantos años y el riesgo de un contagio que no sabían cómo se producía hacía que los cuidadores trataran de evitar el contacto sexual entre todos los habitantes de Fontilles. Se enterraba, y se entierra, a quien terminaba sus días con la lepra y el estigma a sus espaldas. Pero no mueren de lepra, ni siquiera mueren con lepra.
En 1982, la OMS aprobó el medicamento compuesto por dapsona, rifampicina y clofazimina que, una vez tomado, suponía la cura de la enfermedad. La cura, sí, a pesar de sus secuelas. Los enfermos de la fundación Fontilles, que vivían en el sanatorio, tenían la opción de volver a sus orígenes, de salir al exterior. Sin embargo, muchos de ellos no tenían familia, no tenían casa, y solo recordaban el rechazo de esos orígenes. Así que Fontilles les dio la opción de no irse nunca, de seguir viviendo donde habían crecido y no exponerse a retomar una vida que no habían conocido. Pero sin lepra.
Cuando salimos y recorremos las estancias del enorme terreno, un sonido de motor nos acompaña. Es uno de los enfermos, el más joven –de 69 años–, que además de haber sido leproso es sordomudo. Se comunica por signos con Marisa, y ambos se alegran de la victoria del Valencia el día anterior. Después, Marisa nos cuenta que él es uno de los que de vez en cuando bajan al pueblo a hacer lo que quieren, con su moto, a vivir su vida. La lepra ya no le impide cruzar el muro.
Otros viven la lepra de forma distinta. Hay incluso quienes todavía hoy no le han contado a familiares y amigos su lucha y su victoria contra la enfermedad de Hansen –en honor al médico noruego que descubrió su agente causal–, ni siquiera que viven en Fontilles. Son 29 historias distintas, una por cada enfermo que aún hoy tiene el sanatorio por hogar.
Todo por descubrir
En el edificio frente al que ha sucedido el encuentro se sitúa el laboratorio, y en él trabaja Pedro. Pedro Torres Muñoz llegó a Fontilles en 1982, el año en el que la OMS aprobó el medicamento para la enfermedad. Había acabado Farmacia, y pensaba que Fontilles le serviría para formarse un par de años. Y desde entonces hasta ahora. En su caso, como le ocurrió a Marisa, el estigma no existió. Los pueblos cercanos al sanatorio habían crecido con la enfermedad, conocían a personas que habían trabajado previamente en el hospital y no tenían ningún miedo a contagiarse; “sin embargo, me iba a lugares cercanos como Valencia y se pensaban que trabajaba con mascarilla y con trajes especiales”, comenta entre risas. Pero nada más lejos de la realidad: en sus más de cien años de historia, ni un solo miembro del personal de Fontilles se ha contagiado de lepra.El lugar donde trabaja Pedro es muy luminoso, y también muy caro. Mientras habla nos rodean miles de aparatos indescifrables a primera vista y cuya financiación es realmente difícil para una fundación que no recibe toda la ayuda económica que querría y debería. Quedan pocos huecos libres en las muchas mesas del laboratorio, equipadas todas con los instrumentos necesarios para seguir combatiendo la enfermedad y también con aquellos más rutinarios. Justo debajo de nosotros, casi a oscuras, veremos una farmacia; la poca luz que entra por las ventanas recién pintadas deja ver unos azulejos de botica antigua y varias estanterías repletas de medicamentos. El tiempo parece no traspasar esas paredes.

Y es que aunque los residentes que en su día padecieron lepra tienen actualmente resultados negativos, los tres miembros del laboratorio de Fontilles se encargan de revisar que la enfermedad sigue controlada, además de hacerles chequeos y analíticas generales de sangre, orina, colesterol o diabetes “como las que se harían a cualquier otro paciente, ya que los residentes tienen edades cercanas a los 70 y tantos años”.
Un aspecto fundamental del laboratorio es el que realiza la doctora Lucrecia Costa, que lleva a cabo la aplicación de técnicas de biología molecular a la lepra. La finalidad es realizar ensayos de nuevos tratamientos que pudieran hacer frente a la enfermedad si ésta mutara. “Igual que ha pasado con otras enfermedades como la tuberculosis, es posible que el bacilo que causa la lepra [Mycobacterium leprae] mute y se vuelva resistente al tratamiento”, explica el farmacéutico.
La eliminación mundial de la lepra —es decir, una tasa de prevalencia mundial de menos de 1 caso por 10 000 habitantes— se alcanzó en el año 2000. Sin embargo, la OMS sigue reportando casi un cuarto de millón de nuevos casos al año, “además de los cerca de 30.000 o 40.000 casos que, estimamos, no se registran en países pobres o con conflictos armados”, aclara Pedro. De ellos, en España todavía hay cerca de una decena de casos anuales —130 en los últimos diez años, según el INE— que se explican por lo tarde que pueden llegar a aparecer los síntomas. “Si te contagias con un bacilo de lepra hoy puedes enfermar cinco, seis y hasta ocho años después”, explica Pedro. Bromeamos con llamarles ocho años después de nuestra visita informándoles de nuestro estado, pero no sería mala idea omitir este dato a nuestras familias y amigos. Que no tengas síntomas no quiere decir que no estés emitiendo bacilos y, por ende, contagiando a otras personas. Fue el caso de una mujer colombiana que había estado trabajando en el pueblo vecino de Elda durante siete años hasta que se manifestó en ella la enfermedad. “Vino al sanatorio con una lepra de libro”, aseguraba el farmacéutico. “Se había infectado años atrás en Colombia, ya que incluso tenía familiares que habían tenido lepra, y había incubado la enfermedad hasta que se manifestó años más tarde”. Sería un caso de “lepra importada”, es decir, traída a España desde zonas donde la lepra todavía es una enfermedad endémica.

Fue precisamente la abundancia de lepra en otros países del Tercer Mundo lo que llevó al sanatorio de Fontilles a unirse a la Federación Internacional de Organizaciones de Lucha contra la Lepra (ILEP). Más de la mitad de los enfermos está en la India, aunque también hay zonas muy afectadas en África, America Latina y Asia. Fontilles colabora con ellos a través de 17 proyectos y se encargan de analizar las muestras que les llegan de esas zonas donde el material de detección es más bien inexistente. El farmacéutico recuerda sus conversaciones con un médico de Brasil experto en lepra que, cuando salía a pasar consulta por la zona, tardaba semanas en volver. El diagnóstico en esa región de extrema pobreza era sencillo: si detectaba manchas en la piel de algún ciudadano, buscaba una hoja seca y se la pasaba por encima. Si el paciente no notaba el contacto con la hoja era considerado leproso y el médico brasileño le daba un montón de medicamentos para todo el año ya que, en el mejor de los casos, no le volvería a ver hasta varios meses después.
El tratamiento, que en 1983 pasó de ser únicamente de dapsona a ser multiterapia —tres medicamentos diferentes para evitar resistencias—, es costoso y se tiene que ingerir durante un año. “Por suerte —indica Pedro— el laboratorio Novartis se comprometió hace años a distribuirlo gratuitamente y está cumpliendo”. Aunque la investigación y el estudio de esta enfermedad apenas interesa a los países donde la lepra ya está erradicada “porque no hay dinero detrás”, los expertos del sanatorio de Fontilles todavía tienen esperanza: la Fundación Bill Gates, que apoya económicamente la lucha contra la malaria y la tuberculosis, parece que va a destinar ciertos fondos a la investigación de la lepra.
Pedro no hace esfuerzos por convencernos de que la lepra no es un peligro real; su relato pausado ya lo hace por sí solo. La lepra se reproduce entre las personas que “tienen un defecto en el sistema inmunológico que hace que no puedan vencer al bacilo”, aclara aún. Desde el laboratorio controlan y realizan pruebas a más de 65 personas que padecieron lepra hace tiempo, por si esa susceptibilidad genética que no consigue vencer al bacilo les hace recaer. Aunque el principal reto está en encontrar una vacuna que consiga erradicar la enfermedad de las zonas endémicas, el farmacéutico asegura que otra posibilidad sería “saber qué es exactamente lo que tenemos que detectar en la sangre de una persona para saber si está en riesgo” y poder aplicar el tratamiento de forma preventiva. Descubrir por fin cuál es esa “susceptibilidad genética” podría ser el gran secreto para eliminar la lepra definitivamente. Pero Pedro asegura que la lepra es “la enfermedad del inmunólogo: aún está todo por descubrir”.
Las imágenes que aparecen en Google al buscar la palabra ‘lepra’ muestran exactamente lo que es la lepra: un proceso debilitante, y en épocas de desconocimiento, el miedo y el rechazo que provocaban los enfermos podía estar justificado. “Ante tus ojos veías que se iban desfigurando poco a poco. En fin… se te pueden caer las orejas, la nariz, los dedos…para la gente en los escritos eran pequeños monstruos”, explica Pedro. Para la gente actual, son un fenómeno aún por conocer y aceptar. Para la gente enferma, es la lepra debilitando su sistema inmunológico, afectando a su riñón o a su hígado, y dejándoles expuestos al ataque de otra enfermedad que podía ser mortal. Cuando Pedro llegó a Fontilles en 1982, todavía había gente que enEspaña moría de lepra al no haber recibido a tiempo el tratamiento; hoy, el día de la última muerte por lepra en nuestro país queda más de veinte años atrás.
El poder de la palabra
Cuando en el año 1985 el doctor Gómez Echevarría llegó a Fontilles lo hizo como voluntario. Cuando volvió de Brasil en 1996, lo hizo como posible director del centro. La experiencia vivida en los once años anteriores le valió como currículum ante la jubilación del que entonces dirigía Fontilles. En 1988 había viajado a territorio brasileño, y entre 1991 y 1996, trabajó en la zona del país más castigada por la lepra, en el nordeste de Mato Grosso. Vivir frente a frente con la enfermedad le curtió, y cumplió con su deseo de dedicar su vida a la cooperación. La excelente biblioteca de Fontilles sobre lepra y enfermedades tropicales también ayudó cuando le ofrecieron quedarse en el centro y no regresar a Vitoria.La conversación con el doctor José Ramón Gómez Echevarría es por teléfono. No es fácil coincidir con quien es, hoy por hoy, una de las figuras más importantes en el estudio de la lepra, el director de Fontilles, de cursos de formación y de la única revista sobre lepra escrita en castellano; con alguien cuyos estudios y palabras tienen relevancia mundial en este campo. Y la conversación es breve, pero más clara imposible.
Es tajante con el contagio, también: “El contagio es escaso, y hay que estar muy predispuesto a ese contagio, sin un buen sistema inmunológico”.
¿Y el tratamiento?
La lepra no tiene vacuna, y por ello es muy difícil controlarla. Lo ideal sería conseguir la vacuna, claro. Pero la lepra es una enfermedad que afecta a los países pobres, y eso significa que no hay inversiones. Así de fácil.
Y añade otra frase clave: la lepra se cura si se diagnostica pronto. Y esto, según él ha visto con sus propios ojos, no ocurre en los países pobres. Ahí aparecen las manchas en la piel, y después llega la pérdida de sensibilidad en esas manchas. Y si no hay tratamiento, no hay remedio. De no sentir ni frio, ni calor, ni dolor, se pasa al daño en los nervios. Y entonces sí que hay dolor, y sí que hay bultos, y todo lo que Google Imágenes nos enseña.
Después, ocurre algo curioso en nuestra conversación. En Fontilles comprobamos que llamar leproso a quien padecía lepra se consideraba ofensivo incluso en la Biblia. Un leproso sería un “pequeño monstruo”, como decía Pedro. El lenguaje no quita importancia a la enfermedad, pero sí la hace menos cruel y más ajena al estigma siempre presente.
-En Fontilles hay pacientes curados con secuelas. Algunos fueron rechazados por la sociedad, por la familia… pero han sido tratados, no tienen el germen en el cuerpo, no tienen la enfermedad. A nadie le gusta que le digan “enfermo”, y lepra es una palabra que es despectiva, estigmatizante. ¡En Brasil ya ni existe esa palabra!
En Brasil, uno de los focos de lepra más importantes del mundo, el lenguaje no marca más a los enfermos que la propia enfermedad.
Fontilles es la casa de la enfermedad del inmunólogo y la casa de la lucha contra el estigma desde 1909. Fue un refugio para los repudiados y hoy es un pequeño paraíso para aquellos que no han querido volver a su vida sin la lepra. El cine ya no es cine y la cárcel ya no es cárcel a pesar del muro; el cementerio sigue siéndolo, acoge a quienes esta vida ya se les ha quedado pequeña y han querido dejarla allí, donde sí les quisieron.
Recorrer Fontilles lleva horas; valorar su labor llevará años. Dentro de muchos, cuando quizás la lepra deje de ser recurso del cine y del miedo, Fontilles habrá vuelto a transformarse. De refugio pasó a ser hogar, ciudad, microsociedad, y será ejemplo. Y tal vez, algún día, Fontilles ya no sea la zona cero.
22:06
Sánchez pone a Interior y Sanidad al frente de la crisis y no anuncia más medidas económicas
Pierre Stambul canta con su guitarra una reivindicativa canción de Atahualpa. No le importa forzar las cuerdas vocales, lo ha hecho infinitas veces, desde mayo de 1968 con las protestas estudiantiles hasta mayo de 2017, recordando 69 años de la Nakba palestina. Hijo de resistentes que lucharon contra los nazis, Stambul representa la reacción al movimiento sionista impulsor del Estado de Israel: el antisionismo judío.
La concretización del sionismo
Su lengua materna es el francés pero Pierre Stambul habla un buen castellano. Sus padres, judíos del este de Europa, le enseñaron también yiddish y ruso; sin embargo, prefirieron ocultarle sus antepasados judíos. Tras el Holocausto, los ataques judeófobos aún persistían.“Nací tras la segunda guerra mundial. Después del campo de concentración, la destrucción de la familia de mi madre, mis padres nos buscaron una educación laica en Francia”, explica Stambul posando su guitarra a un lado.
Un día, un infante Pierre llegó a casa del colegio tarareando lemas antisemitas.
“Mis padres me miraron estupefactos, me metieron en una habitación, cerraron las cortinas y me explicaron todo. Los pogroms, la expulsión de los judíos… –recuerda– Así supe que yo era judío”.
Con 16 años Stambul ya era un sionista. Israel era la Tierra Prometida al pueblo judío, un Estado que se había consolidado como ejemplo de fuerza y constancia frente el injusto trato recibido durante siglos. La Palestina histórica donde había sido establecido el nuevo país era una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra y allí acudió en varias ocasiones a trabajar en los kibbutzim, los asentamientos israelíes comunales.
En 1967 oyó que Israel estaba “bajo amenaza árabe”.
El sionismo no es solo una forma de colonialismo, es también una completa mentira sobre la historia, la memoria, las tradiciones e identidades judías
“Mi padre tenía un primo general en el Ejército israelí, agregado Militar en la Embajada israelí de Francia, y me fui a su casa a Tel Aviv –cuenta Stambul–. Él me explicó que no existía tal amenaza contra la seguridad de Israel. Que el ataque contra los árabes estaba preparado y que la colonización iba a empezar”.
Rompiendo con el sionismo
La guerra de 1967 duró seis días e Israel invadió el resto de Palestina, la península egipcia del Sinaí y los Altos del Golán sirios. La ONU apeló al mantenimiento de la paz y la seguridad y, a través de la resolución 242, exhortó a Israel a retirar sus tropas de los territorios ocupados.Stambul emprendía por entonces sus estudios de Matemáticas en una universidad de París. Hasta que estallaron las protestas de mayo de 1968.
“Dejé de estudiar. Me involucré en el activismo sindical y participé en las barricadas, en las marchas que exigían derecho al aborto libre y gratuito, entre otras reivindicaciones”, afirma Stambul.
De repente, su semblante cambia y se vuelve tenso. Su mirada refleja repugnancia. “Durante mayo del 1968 vi que Israel estaba en el lado de los racistas, del Apartheid sudafricano. ¡Estaba con las dictaduras latinoamericanas o con los EE UU en la guerra en Vietnam!”.
El joven activista entendió así que su lucha y sus ideales por un mundo justo eran contradictorios con el sionismo. Y renunció a él. Stambul rompió tanto con el sionismo como con sus familiares israelíes.
“Israel es una sociedad tóxica. Transforma personas normales en militares, fascistas y racistas –asegura– El sionismo no es solo una forma de colonialismo o la fabricación de un trozo de occidente en medio oriente, es también una completa mentira sobre la historia, la memoria, las tradiciones e identidades judías”.
Judaísmo VS sionismo
“Mientras el sionismo tiene fe en un ejército, el judaísmo tiene fe en Dios”.Esta es la máxima de las personas judías que recalcan la instrumentalización de la religión judía por parte del Estado de Israel para justificar su creación. No solo advierten que el uso de la fuerza militar es contrario a la Torah, sino que el judaísmo es la religión del pueblo errante que volverá a la Tierra Prometida cuando el Mesías aparezca, no antes.
El historiador judío Thomas Kolsky habló de otra característica más política y estratégica de la creación de Israel: “Irónicamente, creado a fin de liberar a los judíos del antisemitismo y de la ghettización y de ofrecerles refugio, Israel se ha convertido en un Estado-guarnición”. Una guarnición con intereses capitalistas. El antisionismo se opone a este papel de Israel y revela el concepto de “muralla de hierro”, “una muralla entre la civilización y la barbarie” de la que habló Jabotinsky, uno de los teóricos sionistas más racistas cuyos escritos irrigan la filosofía del Estado de Israel.
Copresidiendo la Unión Judía Francesa por la Paz (UJFP) Stambul comenzó un trabajo de pedagogía y defensa por los derechos humanos impartiendo conferencias, escribiendo libros y apoyando el BDS, la campaña global de Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel. Las amenazas no tardaron en aparecer en escena.
“El año pasado un francoisraelí llamó a la policía haciéndose pasar por mí y dijo: Soy Pierre Stambul y voy a matar a mi mujer. Yo estaba durmiendo con mi compañera en mi casa de Marsella cuando la policía irrumpió en la habitación. Habían echado abajo todas puertas de acceso. Nos atacaron salvajemente”, relata Stambul quien pasó ocho horas en la cárcel hasta que fue puesto en libertad con una indemnización por semejante error policial. Tras la reparación material, el dinero sobrante lo donó a organizaciones de derechos humanos de Gaza.
Nuevas políticas contra la solidaridad
En Khuza’a, sur de la franja de Gaza, a trescientos metros de la Línea Verde se alza un depósito de agua para uso agrícola. Las siglas de la Unión Judía Francesa por la Paz están escritas de manera que los soldados israelíes puedan leerlas fácilmente.“En 2014 los israelíes destruyeron las torres de agua de los campesinos. Si un día destruyen esta torre, solo esta, lo consideraremos un acto antisemita”, advierte Stambul, quien todavía no ha podido ver el proyecto in situ debido a que una ley israelí anti-BDS prohíbe la entrada a sus activistas.
En Francia igualmente la solidaridad por Palestina atisba malos tiempos. Netanyahu, primer ministro israelí, ha encontrado un gran aliado: el presidente francés Emmanuel Macron.
“No nos rendiremos al antisionismo porque es una reinvención del antisemitismo” fueron las palabras de Macron en la visita oficial de Netanyahu en julio de 2017. Un guiño político a contener el activismo antisionista en el país galo.
“El sionismo es antisemítico. –Argüe Stambul negando la afirmación de Macron– Netanyahu llegó a Francia y nos dijo que este no es nuestro país, que nuestro país es Israel. En Francia ningún antisemita puede decir esto a los judíos franceses, ¡y llega Netanyahu y lo dice!”.
En sus visitas a familias o políticos en Palestina, Stambul menciona siempre su ascendencia judía.
“Nunca hemos tenido problemas. Ni siquiera con Hamas o la Yihad Islámica en Palestina”. Y añade convencido : “Solo hay una solución para esto. Vivir juntos en completa igualdad”.
22:07
Aplausos a los profesionales sanitarios y “vivas” a la sanidad pública
¿Qué hace una señora de 46 años cantando rap?
Siempre había querido contar historias, y esta es una manera rápida de hacerlo y de cobrar algo de dinero. No es como escribir un libro, que es lento y una ruina económica.
¿Y qué tal como escritora?
Una experiencia apasionante, si exceptuamos la parte de la distribución y la venta, que fue un calvario. Rescaté del olvido, junto con Andoni Esparza, que fue uno de sus promotores, la utopía económica que fue sepultada por el régimen franquista. Ese señor, ya fallecido, aún tiene el récord de incomunicación en comisaría del Estado español, con 18 días. Estuvo ocho años sin pasaporte y, muerto Franco, tuvo un juicio en el que salió absuelto de todas las acusaciones, pero ya daba igual porque la oligarquía había conseguido su objetivo: enterrar el proyecto de un modelo productivo antagonista en Euskal Herria.
¿Cómo empezó esta vocación musical tardía?
Los caminos del señor son inescrutables. En 2004 me fui a vivir a Zubieta a aprender euskera. Llevaba seis años escribiendo el bando de los carnavales del Casco Viejo de Pamplona, y allí, entre el sonido de los joaldunak y las canciones de Camarón y Leño, me salió un rap para el pregón de aquel año. Fue de manera bastante natural. Dicen que viajando te conoces a ti misma: yo, entre montañas y niebla, descubrí que soy una vasca castellanoparlante de barrio obrero.
¿Pánico escénico al principio?
Qué va. Fue un concierto de una canción en el gaztetxe Euskal Jai, con una base de Ion Celestino y un sampler del Dantza zure botilarekin de Tijuana in Blue. Algo especial y muy bonito.
¿Una cosa rara?
En las actuaciones pasan cosas raras muchas veces. La semana pasada estuve en una sociedad de Berriozar: once de la noche, los hombres emborrachándose en la barra. Empiezo a cantar con mi traje plateado, se acercan los niños y las niñas, se ponen en círculo, y allí estuvimos, cantando, moviendo los brazos y riéndonos. Un concierto infantil.
Eres una artista intergeneracional…
Me lo pasé muy bien. En el fondo, me gustaría ser como Raffaella Carrà, y que los txikis de hoy en día se diviertan bailando mis canciones cuando sean mayores.
Vaya, ¿cómo definirías tu estilo?
Si hubiera empezado con el rap en 1987 con 17 años, aparte de contemporánea de Tupac Shakur, habría sido una mezcla de Aurora Beltrán y Eskorbuto. Ahora mismo, a pesar de que han pasado 30 años, diría que lo mío es old school.
¿Queda tiempo para la música con tres pequeños a tu cargo y una familia monoparental?
Complicado, porque la doble jornada no se puede conciliar. Es imposible. No se pueden hacer bien dos jornadas laborales. Y la maternidad es el oficio más viejo del mundo. Yo, para empezar, trabajo de madre, y luego está todo lo demás.
Después de muchos años me he dado cuenta de que lo único que he querido de verdad en esta vida es ser madre… y, por cierto, ser madre es lo que más me ha enfrentado al sistema capitalista en el que vivo. Tendría que ser un trabajo público, remunerado por el Estado.
El día que yo me muera hablarán de Barcina, y el día que ella se muera hablarán de mí
¿Y económicamente cómo te va?
Difícil. Mi mundo es la hostelería, pero el dinero escasea. Tengo rachas de suerte, voy apañándome.
Mundo precario…
Y a mucha honra. Yo no soy de moverme por otras latitudes, me van más los viajes interiores. No tengo coche, ni ganas de tenerlo. La ropa me da igual, todo lo que llevo puesto es reciclado. Soy una madre proletaria, pero no tengo especial interés en cambiar de estatus social, aunque sí me gustaría tener el frigo lleno de comida ecológica, o poder salir a tomarme cervezas de vez en cuando.
Se puede vivir con calma y que, de repente, todo se acelere, como le ocurrió a Elhadji Ndiaye…
Creo que enviaba piezas mecánicas a Senegal para la venta. Fue vergonzoso cómo se manchó su nombre sin que él pudiera defenderse. Yo no me creo esa historia de que estuviera traficando con heroína. Hace cuatro meses que murió en comisaría y todavía no sabemos nada.
Que se muera un pobre no es noticia…
Ya. El día que yo me muera hablarán de Barcina y el que día que ella se muera hablarán de mí. A mí La Bofetada me va a perseguir hasta el final.
22:12
Interior y Sanidad al frente de la crisis
En una comparecencia extraordinaria, el presidente ha anunciado hoy, 14 de marzo, que el mando único de la crisis se centraliza en Sanidad, Interior, Movilidad y Defensa. Nadia Calviño y Pablo Iglesias quedan fuera de las autoridades delegadas y el debate sobre nuevas medidas económicas se traslada a la semana del 16 de marzo.
Un texto de Pablo Elorduy con el que damos por finalizado el minuto a minuto de este sábado 14 de marzo.
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