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Contigo empezó todo
El percebeiro que robó las sábanas de Hitler
En agosto del 44, La Nueve entraba en París para completar la liberación de la ciudad que había iniciado la Resistencia local.
Cuando queda a comer con su hijo en París, siempre se repite la misma conversación. Ángel le dice que le encantaría volver a su pueblo a saborear unos percebes, como hacía en su juventud. Su hijo le explica de nuevo, con infinita paciencia, que ese marisco está extinguido allí. “Yo sé dónde encontrarlos”, replica Ángel. “Pero papá, que no hay”, insiste el joven.
Antes de tomar otros derroteros, la conversación siempre acaba igual, con el viejo tomando la última palabra ante la resignación de su hijo: “Si ese mayo conseguí las sábanas, ¿no voy a conseguir unos percebes?”.
Desde Galicia hasta la Kehlsteinhaus
Es el 5 de mayo de 1945 y Ángel está muy satisfecho del botín de guerra conseguido hoy. El reloj de oro no está nada mal, pero lo que más le gusta son las sábanas. “La lavandería debe de funcionar bien, porque no huelen a ese cerdo”. Las sábanas son la broma del día porque la 9ª Compañía de la 2ª División Blindada de la Francia Libre, más conocida como 'La Nueve' por estar compuesta casi en su totalidad por 150 antifascistas españoles, acaba de participar en la toma del Nido del Águila, la Kehlsteinhaus, el espectacular refugio secreto de Adolf Hitler en los Alpes Bávaros que el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán le regaló por su 50º cumpleaños. La II Guerra Mundial está a punto de terminar y los bastiones nazis caen uno tras otro.'Cariño López', nacido Ángel Rodríguez Leira, lleva su pueblo natal como sobrenombre. Sargento cañonero del carro semioruga Guernica, ha sido de los primeros en alcanzar las habitaciones del líder nazi. Él es uno de los tres gallegos (dos de ellos cariñeses) de La Nueve.
Desde París, La Nueve siguió combatiendo hasta llegar al corazón nazi, donde Cariño se hizo con las sábanas del Führer
Cariño lleva una década sin parar. Marinero afiliado a la Confederación Nacional del Trabajo, sindicato de gran implantación en la provincia de A Coruña durante la República, tras el alzamiento militar fue movilizado por los franquistas hasta que en 1938 logró desertar y unirse al Ejército republicano. Ante la derrota, escapó junto a 12 compañeros en una barca desde Guardamar (Alicante) y al llegar a las costas africanas acabó hacinado con otros miles de españoles en un campo de refugiados francés en Argelia, aún colonia por aquel entonces. Bajo amenaza de fusilamiento, de nuevo tuvo que alistarse bajo mando enemigo, en este caso del Gobierno de la Francia ocupada. Una vez más, logró cambiar de bando y pasar a la Resistencia.
A partir de entonces estará, con otros miles de españoles, en la vanguardia de la guerra. Desde el norte de África La Nueve pasaría al continente europeo, tomando parte en el desembarco de Normandía del 6 de junio de 1944.
Pronto sería una unidad valorada por los mandos aliados dada la experiencia previa en combate de sus miembros en suelo español, que demostraron en varias operaciones como la captura de 129 soldados alemanes en Eccouché. Cariño destacaba dentro de la compañía debido a su puntería como tirador. En agosto del 44, La Nueve entraba en París para completar la liberación de la ciudad que había iniciado la Resistencia local.
Desfilando por los Campos Elíseos tras la victoria, no fueron pocos los parisinos que se quedaron atónitos al descubrir la procedencia de estos combatientes. Una chica francesa le comentó al soldado Francisco Izquierdo: “Eres el primer soldado francés al que beso”. El soldado le respondió: “Somos rojos españoles”.
Desde París, La Nueve siguió combatiendo hasta llegar al corazón nazi, donde Cariño se hizo con las sábanas del Führer. El oficial de su compañía, Raymond Dronne, explicó en sus memorias que los españoles a su mando “no tenían espíritu militar, eran incluso antimilitaristas”. Pero eso lo compensaban con otras motivaciones. Por ejemplo, respecto al antiguo percebeiro coruñés, Dronne indicaba que “a Cariño López lo espoleaba un inmenso deseo de revancha y de victoria”.
Tras la contienda, Cariño se quedó a vivir en París durante sus últimos 30 años, sin volver a su pueblo y poder buscar los percebes que el sabría haber encontrado. Siempre tenía a punto su retranca gallega ante quien fuera, incluso ante el arrogante y estirado general Charles De Gaulle. Cuando destruyó cinco tanques alemanes en un día, el líder francés le condecoró con la Cruz de Guerra, pinchándole el pecho al hacerlo. El marinero le soltó: “Va usted a conseguir lo que no consiguieron los alemanes”.
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El señor tiene razón. Claro aue hay percebes!
Sigue vivo Cariño López?
Mi hija hizo un guión sobre Cariño López porque conocemos su historia por su nieto...lo entrego como trabajo fin de carrera en la universidad pontificia de Salamanca hace ya 6 o 7 años...y este artículo es un calco de ese guión ...cuidado .. cuidado.
La 9 no participó en el Desembarco de Normandía. Llegó a Europa unos 10 días después. Un abrazo, buen post.
En hollywood, se arrancarían las venas, por tener una compañía como la 9 para hacer una película.
Pero aquí, pasan de puntillas, muy grandes!!!!
Lo has copiado de un trabajo fin de carrera de mi hija...