Un trabajador del Hospital Ramón y Cajal, expedientado por un artículo que publicó en un blog de El Salto

Alfonso Celemín, pinche de cocina, se expone a una sanción de un máximo de dos años sin empleo y sueldo tras una publicación en el blog 'Cuadernos de Trabajo' en la que se exponen los problemas de salud de la plantilla.
Hospital Ramón y Cajal escultura
Busto de Ramón y Cajal y el hospital que lleva su nombre al fondo. Foto: Richiguada

Hasta dos años de suspensión de empleo y sueldo por una falta grave. Esta es la posible sanción a la que se enfrenta Alfonso Celemín, pinche de cocina y empleado público fijo en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Así lo ha propuesto la Dirección General de Recursos Humanos y Relaciones Laborales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) en un expediente disciplinario al que ha tenido acceso El Salto, incoado tras una información suministrada por la dirección general del hospital. El motivo: un artículo que Celemín firmó en el blog de este medio Cuadernos de Trabajo titulado “Los ‘Nadies’ se organizan: lucha sindical en la cocina de un gran hospital madrileño”.

“¿Qué pensaríais si os dijera que, en los últimos 15 años, han fallecido 9 pinches en activo y ha habido 5 infartos entre una plantilla de 159 trabajadores? ¿Os parecería normal? Si hacemos los números, esto significa 0,6 fallecimientos al año y una tasa de mortalidad anual del 0,38%. Puede parecer poco, pero la tasa general de mortalidad en edad laboral suele estar entre el 0,2% y 0,3%. Además, los 5 infartos equivalen a 0,21 casos por año, un dato preocupante si consideramos las condiciones laborales”, se lee en el artículo. La administración alega que la información es “contraria a la realidad” y estaría basada en “datos relativos al centro que no están registrados”.

Celemín, quien pertenece al sindicato Red de Trabajadoras/es, asegura que lo publicado son datos que han ido recogiendo por la información que han trasladado los trabajadores y trabajadoras del servicio. “Hablamos de nueve trabajadores del servicio de hostelería que han muerto por diferentes causas, pero el porcentaje es alto. Lo que pedimos es que se abra una investigación para ver qué está pasando. En vez de abrir esta investigación, prefieren amenazar y hacernos callar. Pretenden asustar al resto de compañeros, y ya lo han estado haciendo”, sentencia.

El trabajador reconoce que los nueve trabajadores no son pinches, como publicó en el artículo, sino que ocupan diferentes puestos dentro de la cocina. Pero cree que aplicar una sanción así por ese detalle es “totalmente desproporcionado”. “Es llamativo que intenten llevar esto a sanción, no tiene mucho recorrido”, valora.

Un artículo publicado en abril

La entrada en el blog fue publicada en el mes de abril. Celemín explica que, como delegado sindical, acude a los comité de seguridad y salud, dirigidos por el director de Recursos Humanos del hospital. “En mayo, durante una asamblea, el director expuso la publicación de este artículo en el blog de El Salto y me amenazó con que o le daba los nombres de los fallecidos o la persona que me había pasado esos datos, o habría repercusiones legales. Al no recibir la información, han decidido abrirme un expediente”, asegura.

“En cocina tenemos 16 días libres menos al año, lo que conlleva estrés acumulado, lesiones, además de una plantilla muy envejecida”, Alfonso Celemín, pinche de cocina

De fondo, se queja, están las condiciones laborales de la plantilla. “Hay mucho agotamiento, estrés y lesiones físicas”, explica este delegado sindical. Los trabajadores de la sanidad de la Comunidad de Madrid son de los pocos que mantienen jornadas de 37,5 horas laborales, ampliadas desde las 35 horas en 2012 con la excusa de la crisis económica. “En cocina no podemos hacer más de 35 horas a la semana, entonces tenemos 16 días libres menos al año, lo que conlleva estrés acumulado y lesiones; además de una plantilla muy envejecida y que no se ha ido ampliando”, cuenta Celemín, mientras ejemplifica que su servicio es el único que ha perdido personal en el Ramón y Cajal. 

Hace dos semanas le llegó por correo electrónico una citación: el próximo 19 de diciembre tiene que ir a la Dirección General de Recursos Humanos, donde se resolverá el expediente que pesa sobre él. Celemín piensa recurrir si se le llega a imponer una sanción. “Esto es una acción para generar miedo en los compañeros. Nunca han recibido la presión de los trabajadores que ocupamos las categorías menos valoradas en un hospital, como celadores o trabajadores de la cocina”, concluye.

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