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Cine
Treinta y cinco años después de la extraña desaparición de Mikel Zabalza
El documental Non dago Mikel? (¿Dónde está Mikel?) recuerda la muerte del joven navarro Mikel Zabalza, detenido por la Guardia Civil, que lo confundió con un militante de ETA, y que conmocionó a la sociedad vasca en 1985.
Mikel Zabalza era conductor de autobús en Donosti, acababa de reincorporarse al trabajo después de haber sido operado de apendicitis. Este joven navarro, natural de Orbaizeta, residía en el barrio de Altza, de San Sebastián. Era un chico completamente normal, de 32 años, con novia y un montón de planes por delante, que se vieron truncados en la madrugada del 26 de noviembre de 1985 cuando fue detenido por la Guardia Civil, junto a su primo Manuel Vizcay. En esa misma operación policial fue detenida su novia, Idoia Aierbe, y Ion Arretxe, mientras que en su localidad natal también arrestaban a sus hermanos Patxi y Aitor, acusados todos de pertenecer a ETA.
Era una época efervescente en Euskadi. La Guardia Civil buscaba a los responsables de un atentado contra dos militares que se había producido unos días antes en las inmediaciones del Puerto de Pasajes, cerca de donde tres miembros de la banda terrorista morían en un enfrentamiento con la Guardia Civil.
Mikel fue trasladado al cuartel de Intxaurrondo, pero la versión oficial asegura que esa misma noche salió escoltado por un dispositivo de la Guardia Civil para que señalizara la localización de un zulo, pero consiguió escaparse. Durante los veinte días que estuvo desaparecido, la desconfianza de la sociedad vasca hacia la versión oficial se hizo patente en las calles con grandes protestas, que desembocaron en un estallido social cuando finalmente, el 15 de diciembre, su cuerpo apareció flotando en las aguas del río Bidasoa.
Ese mismo cuartel había sido escenario, dos años antes, del asesinato de Lasa y Zabala. Las torturas eran la tónica habitual, tal y como relató en primera persona Ion Arretxe en el libro Intxaurrondo: la sombra del nogal. A pesar del convencimiento generalizado de que Zabalza había muerto torturado, nadie ha sido juzgado ni castigado por estos hechos y a día de hoy no se han presentado pruebas que relacionasen a Zabalza con ETA, ni con ninguna acción delictiva de cualquier otro tipo. En noviembre se cumplen 35 años de su muerte y su familia sigue exigiendo la verdad sobre lo sucedido, ya que las investigaciones apuntan a que murió torturado poco después de su arresto.
Para que su caso no caiga en el olvido y sea conocido por las nuevas generaciones, desde Mikel Zabalza Gogoan Herri Ekimena, la iniciativa popular que reúne a la familia Zabalza-Garate, amigos y personas de Aezkoa y del barrio de Altza de Donostia, impulsaron hace cinco años un crowdfunding para la grabación del documental Non dago Mikel? (¿Dónde está Mikel?), recién presentado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Un viaje por la memoria colectiva
“Han pasado ya 35 largos años en los que nos hemos estado encontrado siempre con una pared enfrente que es inquebrantable y no hemos podido avanzar en ningún aspecto, ni en el judicial ni en el reconocimiento de la verdad, porque la verdad ya la sabemos. Y la presentación de este documental, que es el primer documento que cuenta lo que le ocurrió a Mikel, es un paso en socializar la verdad muy importante para nosotros porque nuestro objetivo es que algún día la verdad tenga un recorrido judicial y sea reconocida”, rogaba emocionada Idoia Zabalza, la pequeña de los hermanos Zabalza, momentos antes de su estreno en Donosti, la ciudad donde ocurrieron los hechos, en el marco del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
“Si bien es cierto que haber colaborado en la realización de este documental nos ha removido muchos recuerdos por dentro, como ver a nuestra madre cómo vivió aquello, lo cierto es que más duro que lo que ocurrió no hay nada. Y esta es una forma de reparar un poco la deuda pendiente que tenemos con él de tratar de devolverle su dignidad, porque no solamente le detuvieron y murió por torturas, sino que encima lo echaron al río después de muerto y mintieron sobre él”, denuncia.
¿Dónde está Mikel? es “un viaje por la memoria colectiva del pueblo vasco, recordando aquellos fatídicos veinte días que pusieron patas arriba a toda Euskadi”, tal y como señalan Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino, directores de este documental.
A lo largo de sus 80 minutos, la cinta trata de reconstruir lo que sucedió durante esos días, mezclando imágenes del archivo histórico de EiTB con los testimonios de Ion Arretxe, Idoia Aierbe y su madre Garbiñe Garate, ya fallecidos, además de otros familiares de Zabalza.
“El caso está documentado como seguramente casi ningún otro de la época, pues nos encontramos con mucho material audiovisual”, cuenta Amaia Merino, codirectora también del documental Asier ETA biok (Asier Y yo) en 2013, ganador del Premio Irizar en el Festival de San Sebastián.
Lo más difícil fue reunir todos los testimonios, advierten. “El 30 aniversario de la desaparición de Mikel nos sirvió para contactar con toda la gente que había sido testigo de los hechos. Ion Arretxe vívía en Madrid desde hacía muchos años y conseguimos entablar relación con la familia de Idoia Aierbe en Donosti”, indica Miguel Ángel Llamas, codirector del documental.
Con cerca de 300 horas de material, se dieron cuenta de que era imposible meter todo. Por eso, tienen previsto publicar una webserie con contenidos extra, entre ellos testimonios inéditos de Idoia Aierbe antes de fallecer o una entrevista que realizaron en Dinamarca con la médico forense encargada de hacer la segunda autopsia al cuerpo de Mikel Zabalza.
“Se sabe todo. Las investigaciones periodísticas de El Mundo contaron todos los detalles. Le ahogaron dentro de una bañera en Intxaurrondo, intentaron reanimarle sin éxito, y pasados los días tiraron el cadáver al río Bidasoa y luego, como tenían que demostrar que tenía agua del río en sus pulmones, lo que hicieron fue manipular las pruebas y enviarlas a Madrid”, detalla Llamas.
Ante el boom de libros, películas y series que está habiendo en torno a ETA en los últimos años, Llamas celebra que se cuenten historias sobre el conflicto, desde todos los puntos de vista, pero cree que es muy necesario que “la sociedad vasca, que son quienes lo han vivido en primera persona, se empoderen y empiecen a contar su propia historia, porque si no la contarán desde Madrid o desde París, desde la distancia”.
Además, pone de relieve la exhibición de un documental en el Zinemaldi “sobre un tema que ha sido tan cotidiano para la sociedad vasca como la tortura. Creo que para toda la gente que hemos sufrido la tortura, se trata de una victoria después de tantos años luchando para que no fuese algo que se sufriera en silencio, en la oscuridad. Incluso la serie de Patria se ha visto obligada a hablar de ella, pues ya es una realidad que no se puede ocultar”, concluye. Un informe sobre la incidencia de la tortura y los malos tratos encargado por el Gobierno Vasco cifró en 4.113 los casos documentados entre 1960 y 2014.
“Mi hermana melliza y yo somos las pequeñas de los nueve hermanos y teníamos 21 años cuando ocurrió. Lo vivimos con mucho shock, no nos lo creíamos y al mismo tiempo intuíamos lo que había pasado porque toda la familia siempre pensamos que estaba muerto, desde el principio. Sabíamos perfectamente que no iba a aparecer con vida”, asegura Idoia Zabalza.
En su recuerdo sigue vivo su hermano mayor. “Mikel era el mayor y ejercía como tal. Todos los hermanos nos apoyábamos en él. Siempre recurríamos a él y siempre nos daba un buen consejo. Así lo recuerdo yo”, rememora.
La sociedad vasca se volcó con vosotros.
Sí, y eso es algo que nos ha reconfortado toda la vida. Si en ese estado de shock, ese sufrimiento y esa impotencia algo nos ha calmado un poco y nos ha dado ánimo ha sido saber que hemos tenido el reconocimiento y apoyo de mucha gente. Siempre nos hemos encontrado con una manta de calor en medio de ese frío.
¿Qué creéis que hizo tan especial su caso?
Me imagino que las circunstancias en las que desapareció, tan chapuceras, hicieron que fuera tan inverosímil su huida que la gente reaccionó así, saliendo a la calle para decir que eso era imposible, que ya estaba bien de mentir.
¿Creéis que también influyó el hecho de que Mikel fue detenido “por error”, pues no se demostró que estuviera relacionado con ETA ni con su entorno?
Bueno, ni él ni ninguno de los que estuvieron detenidos con él tenían relación con ETA ni nada de eso. Puede que en parte pueda ser por eso por lo que todo el mundo se unió, pero bueno, si hubiera sido de ETA, eso tampoco justificaría que las fuerzas del orden, que tienen que estar al servicio de los ciudadanos, le torturasen. Justificación no tiene de ninguna manera, pero seguramente ese tema sí que influyó.
A día de hoy, ¿sabéis por qué le eligieron a él?
¿Por qué? Pues son ellos quienes tienen que dar las razones de por qué le detuvieron. Nosotros no lo sabemos. El día anterior había habido un atentado y entonces tendrían la consigna de que había que detener a tantos. Harían una lista de personas, aleatoria, y como nuestra zona es un sitio muy pequeño, él vivía cerca de la frontera y sabía euskera... pues le tocó a él. Pero así, como a mi hermano, sin ningún motivo, ha habido tantos y tantos detenidos...
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“un viaje por la memoria colectiva del pueblo vasco, recordando aquellos fatídicos veinte días que pusieron patas arriba a toda Euskadi”
Solo veinte días? Y yo pensando que había estado patas arriba más de 30 años, con el pueblo con la cabeza agachada y hablando en cuchicheos, por miedo... MIEDO... A los unos y a los otros... Veinte días!!!