Lo que comenzó como una protesta espontánea contra los precios de los combustibles en algunas ciudades y zonas rurales de Francia, se ha convertido en el mayor movimiento contestatario en Europa, probablemente, desde la neutralización del 15-M.
Los chalecos amarillos reclaman por su situación concreta, pero no cabe duda de que, en estos tiempos difíciles y confusos, su grito se alza más allá de las fronteras francesas, levantando la bandera de la esperanza en una Europa sumida en el desencanto.
En palabras de Paco Garabato:
"La moda de París de La France al alcance de tod@s, temporada otoño-invierno, chaleco en amarillo fosforito con bandas silver-reflectantes, asequible para todos los públicos (que no digan después que vives por encima de tus posibilidades), y llamativo a rabiar entre tanto gris-penuria. Lo último en moda rebel-street-style; vas a causar sensación cuando te pasees por tu pueblo contoneándote. ¡Atrévete a ponértelo!"
¡Allons enfants de la Patrie... le jour de gloire est arrivé!
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