El Banco Santander da marcha atrás en sus compromisos climáticos

La entidad financiera ha eliminado algunas de sus restricciones a la financiación de proyectos de combustibles fósiles. El banco que hizo bandera con 'greenwashing' diluye sus objetivos cinco años antes de su meta de reducción de emisiones.
Sucursal Banco Santander
David F. Sabadell Una sucursal del Santander en Delicias, Madrid.

En abril de 2021, el Banco Santander se convirtió en miembro fundador de la Alianza Bancaria por el Cero Neto (NZBA, por sus siglas en inglés) y se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero atribuibles a sus carteras de préstamos e inversiones a cero neto para mediados de siglo o antes. La entidad también estableció una serie de objetivos para 2030 que ahora, un lustro antes de la fecha límite, empieza a aguar con cambios en su política de gestión de riesgos ambientales, sociales y de cambio climático, según ha revelado BankTrack, una organización internacional dedicada a fiscalizar los bancos.

La investigación de BankTrack subraya en un informe publicado este miércoles los cambios realizados entre la versión de marzo de este año de su política de gestión de riesgos ambientales, sociales y de cambio climático con la actualizada el primero de este mes. Del documento publicado en invierno al de este verano se caen varios compromisos de no financiar los combustibles fósiles (que ya eran débiles per se): elimina restricciones de financiación para empresas petroleras y carboníferas —es decir, podrá destinar más fondos a clientes fósiles— e incluye nuevas excepciones a los objetivos de eliminación gradual del carbono para 2030.

“La nueva política del Santander supone un importante retroceso”, consideran desde BankTrack, y eso que el anterior compromiso público no impidió que el banco aumentara su financiación a proyectos fósiles.

“La nueva política del Santander supone un importante retroceso con respecto a su anterior compromiso público”, consideran desde BankTrack. El banco con sede en la capital cántabra está dando la espalda a un anterior compromiso de no proporcionar financiación para fines generales a las empresas petroleras upstream —aquellas que exploran y producen el petróleo— y de dejar de dar fondos a clientes con más del 10% de sus ingresos procedentes de la generación de energía a partir del carbón para 2030.

Los cambios en la política del banco de la familia Botín también abren la puerta a financiar proyectos denominados “sostenibles” y de “transición”, pero que no tengan una hoja de ruta verde creíble, algo en teoría prohibido por el documento de política de riesgos ambientales del 7 de marzo. Eso sí, en BankTrack utilizan datos del informe Banking on Climate Chaos 2025 para afirmar que los anteriores compromisos de la entidad, aunque ligeramente más robustos que los actuales, no impidieron que el Santander aumentara su financiación a empresas de combustibles fósiles con planes de expansión. Con esto en mente, es “alarmante”, consideran en la organización, que la entidad haya reducido “aún más” el “ya de por sí bajo nivel de ambición” de sus compromisos sectoriales.

El Santander elimina restricciones a la financiación de empresas petrolíferas y de carbón

La versión del 1 de julio de la política de gestión de riesgos ambientales, sociales y de cambio climático del Banco Santander ya no incluye el compromiso de no proporcionar financiación a “nuevos clientes del sector petrolero upstream, excepto para transacciones destinadas a la financiación específica de nuevas instalaciones de energía renovable”. Asimismo, el documento base ya no exige a los nuevos clientes con menos del 25% de sus ingresos procedentes de la generación de energía a partir del carbón que tengan un plan creíble para alinearse con los objetivos del Santander para 2030 y no ampliar la capacidad de centrales de carbón.

El Santander elimina su compromiso de no financiar a petroleras 'upstream'. Un informe de este año señala que la exclusión de cliente (y no la de proyecto) es la más efectiva para reducir el dinero destinado a prospecciones.

El impacto real del compromiso anterior —no financiar clientes del sector petrolero upstream— ya era vago por su falta de definición de quiénes son esos clientes, pero era el único compromiso de exclusión del Santander a nivel de cliente para el petróleo. El informe ya mencionado Banking on Climate Chaos destaca que la financiación corporativa general representó el 93,6% de la financiación de combustibles fósiles entre 2021 y 2024 y la financiación de proyectos, solo el 6,4%. De estos datos se concluye que la mejor manera de eliminar fondos para proyectos fósiles es excluir no proyectos individuales, sino clientes.

El banco incluye nuevas excepciones para los objetivos de eliminación gradual del carbón

Para 2030, el gigante bancario “no invertiría directamente ni proporcionaría productos y/o servicios financieros a ningún cliente con más del 10% de sus ingresos, sobre una base consolidada, derivados directamente de la generación de energía a partir del carbón” y a clientes “que posean minas de carbón térmico en todo el mundo”. Ese texto, presente en la versión antigua de la política de gestión de riesgos, está ausente en el documento actualizado.

Ahora, el banco puede proporcionar “financiación sostenible y productos para financiar la transición” a estos clientes, incluso después de 2030. Sobre los clientes propietarios de minas de carbón destinado a la quema para producir energía, el Santander dice que “la financiación a nivel de la empresa matriz sigue siendo posible si los fondos no se utilizan para financiar activos de carbón térmico y/o cualquier filial que se dedique directamente a actividades relacionadas con el carbón térmico. Si se demuestra que la financiación se destina al carbón térmico, colaboraremos con el cliente para encontrar una solución”.

El banco incluye una laguna jurídica para seguir financiando a los clientes que no se hayan situado por debajo del límite del 10% de ingresos del carbón para 2030

Esta laguna jurídica permite que el Banco Santander siga financiando a los clientes que no se hayan situado por debajo del límite del 10% de ingresos del carbón para 2030. El análisis de BankTrack: el Santander está debilitando su política para seguir financiando a clientes “que no se ajustan al Acuerdo de París para 2030, en lugar de romper relaciones con ellos”. “De hecho, si los clientes del carbón del banco hubieran comenzado la transición cuando se anunció la política [2021], podrían haberse alineado con los objetivos del banco para mantener la relación después de 2030. El hecho de que el banco esté cambiando su política cinco años antes de esta fecha límite indica que algunos de sus clientes no podrán alinearse con los objetivos para 2030 y la excepción de las ‘finanzas sostenibles’ es la única forma de que la relación comercial pueda continuar después de esa fecha”, añaden.

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