Seisdedos: “Los clichés del flamenco son potentes, me gusta retorcerlos, ponerlos en situaciones insospechadas

Diez años de trabajo gráfico sobre la cultura del flamenco se compilan en el más reciente libro de Álvaro García García: “Fui piedra y perdí mi centro. Flamencografías 2015-2025”, que está presentando en Madrid, este fin de semana.

Seisdedos en el seudónimo de Álvaro García García, ilustrador nacido en Lorca (1979), pero criado en Granada. Después de vivir en Sevilla, Barcelona y Madrid volvió al sur donde actualmente ejerce de profesor de dibujo en una escuela pública. Durante muchos años ha realizado una basta producción gráfica que abarca diversas temáticas. Gracias a su formación como historiador elabora una concienzuda documentación antes de emprender un cualquier proyecto gráfico lo que le lleva a plasmar en profundidad cualquier temática que desarrolla. Basta con nombrar una de sus exposiciones más recientes, El Rey de Harlem, en la que da una vuelta de 180 grados al poema Federico García Lorca.

En las últimos dos lustros se ha decantado por la gráfica del flamenco ya sea para trabajos editoriales, cartelería o exposiciones y que es lo que reúne en su más reciente publicación: Fui piedra y perdí mi centro. Flamencografías 2015-2025, coeditado por Libros de la Herida y Entorno Grafico Ediciones. El volumen contiene una recopilación de su primer libro El ruiseñor sin ojos. 52 cantes ilustrados –ya descatalogado–, que luego recorrió varias ciudades españolas como exposición; La elipse de un grito, serie de ilustraciones sobre el Poema del Cante Jondo de Lorca, la colección Fatigas dobles que presentó en la Reunión del Cante Jondo de Puebla de Cazalla en 2019, y otros trabajos ,algunos inéditos hasta ahora, también sobre flamenco, que Seisdedos tenía dispersos. Impreso en formato amplio para poder apreciar los detalles de su gráfica, esta revisión del trabajo de García, como dicen su editores “permite por primera vez una visión de conjunto de este singular proceso artístico”, de diez años.

Seisdedos, que le encontró gustillo al flamenco estando ya lejos de la Andalucía en la que se crio, sigue cultivando su afición a este género ya no solo desde su trabajo como ilustrador sino también disfrutando de la fiesta y de los amigos, muchos de ellos artistas también, que este circuito le ha permitido conocer como Claudia Ruiz Caro, quien realiza las fotos de García en el interior del libro, o su amigo Pedro Lópeh, creador del podcast El Café de Silverio. Prefiere asistir a las citas anuales del flamenco menos mainstream, como la Reunión de Cante Jondo de Puebla de Cazalla o la Fiebre del Cante, de la que realiza su cartel principal desde hace cuatro ediciones. Más allá del flamenco, a Seisdedos le queda gráfica para rato.

En uno de los de los prólogos del libro, el de Pastora Filigrana, se refiere a tu 'valentía', y a tu atrevimiento de dedicarte a la gráfica del flamenco. Pero, ¿se puede hablar de una gráfica del flamenco? ¿Existe como tal?
Creo que existen unas gráficas del flamenco, es decir, en torno al flamenco se han generado diferentes corrientes visuales, algunas de ellas muy reconocibles y que han tenido su plasmación en la gráfica como la pueden haber tenido también en la fotografía, por ejemplo, quizá incluso en la pintura. En ese sentido, sí, por ejemplo, todo ese kitsch que asociamos a un flamenco más de posguerra o de los años 50, como con la etiqueta de los vinos de Jerez. Yo creo que hay una corriente bastante reconocible, igual que luego en el flamenco que se hace en los años 60 y 70, un flamenco como mucho más contestatario, mucho más autoconsciente, entre comillas, también tiene una plasmación en gráfica muy claras. Por ejemplo, una sería la la cartelería de Francisco Moreno Galván. También estaría muy relacionado con toda esta red de grabadores de estampa popular, entonces creo que sí hay o han habido manifestaciones que son características.

Ha sido una gráfica muy de usar y tirar que, en general, el flamenco no lo ha valorado como sí a otras manifestaciones como la pintura o la fotografía

Pero ésta nunca se convirtió en algo tuviera valor o que se le diera un valor artístico o diera lugar a una corriente, ¿o si?
Ha sido una gráfica muy de usar y tirar que, en general, el flamenco no lo ha valorado como sí a otras manifestaciones como la pintura o la fotografía. La excepción a esto sería Francisco Moreno Galván, que bueno, este verano hemos estado en La Puebla de Cazalla y hemos visto la absoluta veneración popular que existe por su cartelería, su dibujo, su obra en general. Aparte del suyo, han habido trabajo muy buenos porque en general han caído bastante en el olvido.

En este periodo de diez años de producción muy prolija en torno al flamenco, y que está compilado en tu libro más reciente, consigues hacer justo eso, dar valor y reconocimiento, a esta gráfica. ¿Cómo llegas al flamenco y cómo ha sido tu camino en esta década?
Fue algo un poco circunstancial. Me fui a Barcelona a trabajar y a formarme como ilustrador, y simultáneamente, al haberme alejado de Andalucía, de pronto una serie de cosas que que hasta entonces pues no me habían llamado especialmente la atención, me empezaron a apelar muchísimo y a interesar, especialmente el flamenco.

Ilustraciones Álvaro García Seisdedos - 1
Café Cantante, del capítulo 3 "La elipse de un grito", del libro "Fui piedra y perdí mi centro". Álvaro García García "Seisdedos"

Digamos que mi afición al flamenco empieza a desarrollarse al mismo tiempo que mi formación como ilustrador. Hubo un momento en que simplemente esos dos caminos se cruzaron. Me di cuenta de que había un vacío, de que no existía un trabajo gráfico, digamos, actualizado sobre flamenco. Es decir, a última obra grande de la gráfica flamenca se habían producido en los 70. En los 80 también hubo cosas interesantes que fueron, digamos, la última, y desde ahí yo veía que había un vacío muy grande y decidí trabajar sobre eso.

Te he escuchado en algunas de las presentaciones que has hecho del libro cómo reinterpretas o resignificas esos símbolos que todo el mundo podría identificar que son del flamenco. Me da la impresión de que además les imprimes cierto tratamiento de “ensayo” a tus imágenes, es decir que abres caminos para resignificarlos. ¿Es así?
Sí, a mí me gusta mucho como coger esos símbolos del flamenco que son cliché como puede ser la silla, los lunares, la guitarra y hasta el traje de flamenca. Todas estas cosas que parece que son clichés casposos que están totalmente agotados, pues yo opino todo lo contrario. Me parece que son símbolos muy, muy potentes. En sí mismos tienen mucho sentido, más de lo que pudiera parecer, pero además me gusta retorcerlos, jugar con ellos y ponerlos en situaciones insospechadas, en fin, jugar con ellos de muchas maneras, y claro, ese juego tiene sentido implícito, o abren diferentes lecturas que no estaban al principio. Eso nos permite, de alguna forma revalorizar, eso esos símbolos.

A mí me gusta poner el ejemplo de la silla imposible, que es el logo del festival flamenco. Fiebre del cante. Una silla imposible que diseñé y que es un poco homenaje a Escher. Pero también abre la pregunta de si a lo mejor el entender plenamente el flamenco como una misión imposible o si el propio festival Fiebre del Cante, tal como se planteó en un principio, era realmente un empeño imposible. A ver, esta silla puede tener muchas lecturas posibles. Es el tipo de juego que busco un poco.

¿De qué otras escuelas gráficas ha bebido tu trabajo? Veo atisbos del grabado mexicano, por ejemplo.
Sí, puede ser, a mí el grabado me gusta mucho. Concretamente el grabado mexicano me gusta porque tiene como un cruce, un equilibrio entre lo que es la cultura popular, la protesta social, un humor a veces muy negro, muy sarcástico, y al mismo tiempo, una expresividad tremenda por muy tosca que a veces parezca, como el trabajo de Guadalupe Posada, Leopoldo Méndez, o tanto otros. Pero es verdad que el grabado mexicano me me gusta mucho en ese sentido.

Y sí, va un poco en la línea que quiero hacer. Esto no lo había pensado, pero es verdad que está ahí esa clave crítica, humor negro, cultura popular y la gente a la que se representa, que suele ser de la capas bajas de la sociedad... Mira, esta influencia no la tenía localizada, pero es verdad, estoy de acuerdo. Bueno, luego mucho Goya y mucho, mucho cómic también, y mucha foto de foto reportaje.

Ilustraciones Álvaro García Seisdedos - 4
Cartel de la III edición del festival Fiebre del Cante. Álvaro García García "Seisdedos"

Te hago ahora la pregunta que siempre ha planeado en distintos momentos de tu vida, de tu obra: Lorca. ¿Cuál es tu relación con él? ¿Ha cambiado con el tiempo o te has peleado en algún momento y te has reconciliado?
No sé si he llegado a pelearme con él alguna vez, sí me he peleado con lo que se hace con Lorca, con el logotipo del comercial al que ha sido reducido y con muchas interpretaciones sobre todo gráfica, pero no solo. Muchas interpretaciones, absolutamente naif que se hacen y que creo que tienden a desactivar una gran carga de conflicto que está vinculado a Lorca por muchos motivos. Yo soy lorquiano pero un lorquiano extraño. Soy un lorquiano que no venera a Lorca, que no te va a contar que cuando leyó a Lorca experimentó una catarsis que me cambió para siempre, etcétera. A mí Lorca me interesa mucho por las contradicciones que arrastra y por las que sigue disparando hoy en día.

Si se trabaja sobre flamenco, antes o después te vas a encontrar con Lorca. Mi trabajo muchas veces implica una crítica a Lorca, sobre todo a su visión del flamenco, que yo creo que hoy día está completamente superada

Y luego, aparte, si se trabaja sobre flamenco, antes o después te vas a encontrar con Lorca y tienes que trabajar también sobre él. Lorca ya pasó a formar parte de la tradición del flamenco, yo considero que eso es así y a partir de eso tenemos que trabajar. Ahora, ya lo puedes hacer en muchos sentidos. Mi trabajo muchas veces implica una crítica a Lorca, sobre todo a su visión del flamenco, que yo creo que hoy día está completamente superada.

En “El Rey de Harlem” ha sido trabajado también a Lorca desde el sentido crítico.
Sí, “El rey de Harlem” es un trabajo que hice que no tiene relación directa con con el flamenco. Consistió en ilustrar este poema que es una de las claves de Poeta en Nueva York para hacer una exposición en la Huerta de San Vicente, en Granada. Era un poco una inversión, porque yo me daba cuenta de que cuando leemos los poemas negros de Lorca, o lo intentemos ilustrar, lo que hacemos siempre es ver a los negros a través de Lorca, lo cual implica verles a través de toda una serie de malentendidos y prejuicios. Que no pasa nada, era solo lo que arrastraba a Lorca como persona de su época y no hay que rasgarse la camisa ni escandalizarse, porque las cosas son como son, quiero decir, él era un hombre de su época, como todo el mundo.

Lo que quería con el Rey de Harlem era invertir la mirada, intentar ver a García Lorca a través de lo negro o mejor dicho, de la mirada negra. Es decir, desde la cultura afroamericana que una cosa complejísima muy, muy, muy rica y muy compleja. Y también de la historia del pueblo afroamericano.

Al hacer este experimento, de pronto surgía una una interpretación del poema de Lorca que es muy potente, una interpretación visual muy, muy extraña. Lo mismo aparece por ahí el Hip hop que los Panteras Negras y otras muchas otras cosas que igual vinculadas a Lorca nos sorprenden, pero creo que es un trabajo coherente y espero que en breve podamos publicarlo en forma de de libro.

Volviendo justo al libro que hoy nos convida, “Fui piedra y perdí mi centro”, ¿cómo fue el proceso de compilar diez años de tu trabajo en este libro.
Todo este trabajo estaba muy disperso. Primero, porque son diez años, pero además son trabajos muy dispares. Es decir, hay trabajos editoriales, hay cartelería, hay trabajos que se hicieron con vista a hacer exposiciones, hay trabajo audiovisual para un documental, es decir, hay un totum revolutum de trabajos muy diferentes, que además estaban muy dispersos. Algunos se habían quedado en redes sociales, otros en un libro ya descatalogado, otro, después de hacerse la exposición prácticamente no se habían vuelto a ver.

Esto ha sido la verdad un trabajo complicado. Aquí he contado con mucha ayuda de los editores a la hora de ordenar todo esto de una forma que nos ha parecido racional y que además yo creo que marca un recorrido y un ritmo visual interesante, que al lector no se le hace aburrido. Y me han ayudado también mucho, inevitablemente, a descartar materiales, que una de las cosas más difíciles de hacer con tu propio trabajo, dejar cosas fuera.

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Una soleá, de la serie "El ruiseñor sin ojos". Álvaro García García "Seisdedos"

El libro, aunque parezca increíble, contiene algunos de los trabajos audiovisuales que hiciste para el documental Cante Jondo, Granada 1922, cuéntanos sobre ello.
Esto fue una experiencia muy interesante porque me ocupé de parte de la dirección artística de este documental, y de realizar una serie de ilustraciones que luego animaba con la ayuda de de Juan Carlos Tama, que es un gran animador de Granada. Digo interesante porque fue mi primera experiencia con la animación. Queríamos y logramos como un tipo de animación muy básica, yo tenía claro que quería algo parecido al anime japonés, es decir, unas imágenes fijas donde se mueve solo una parte, por ejemplo, si se mueve la boca ya te da a entender que el personaje está hablando y no hace falta más.

Yo quería este efecto de anime pero llevado al flamenco y la verdad que el trabajo es curioso. Yo estoy contento, aunque me costó mucho ya que es la única vez que he trabajado enteramente por medios digitales, porque el encargo lo requería. Creo que soy un ilustrador más de lo analógico y también le da diversidad al recorrido del libro, que incluye algunos QR con los que el lector puede ver algunas de las secuencias extraídas del documental de José Sánchez Monte y ver cómo funcionaban esas ilustraciones en movimiento.

Una de las más bonitas es la de un bailaor
Sí, la de Feli García, mal llamado “El Loco” que tiene o tuvo una historia muy trágica que se cuenta en el documental. A Feli lo reclutaron en un café cantante de Sevilla “Falla y Diaghile” y se lo llevaron a Londres para bailar en una producción en la cual, o bien le dijeron o él entendió que iba a ser la estrella de la producción y resultó que no, y entonces, bueno, pues perdió, perdió totalmente la cabeza. Tristemente, murió en un siniestro manicomio londinense donde pasó, creo, que los últimos 25 años de su vida allí encerrado. Una triste historia.

Álvaro García Flamenco Grafías - 2

Hablando de medios digitales, ¿cómo convives o vas a convivir con las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial?
No convivo, es decir, no tiene la más mínima aplicación en mi trabajo ni la va a tener, esto lo tengo claro. Mi trabajo es mío, no quiero que nadie me facilite las cosas y quiero llegar hasta donde yo mismo llegue como dibujante, con la capacidad técnica que yo pueda desarrollar, y además es lo que disfruto. Así que no, no le encuentro sentido.

Soy pesimista con respecto a la IA. Si me ciño al ámbito de la gráfica o de la ilustración, creo que va a contribuir a desvalorizar social y económicamente nuestro trabajo más todavía

Soy pesimista con respecto a esta nueva tecnología por muchos motivos. Si me ciño al ámbito de la gráfica o de la ilustración, creo que va a contribuir a desvalorizar social y económicamente nuestro trabajo más todavía, más aún, si esto fuera posible. Desde el momento en que mucha gente va a entender que para generar cualquier tipo de imagen no hace falta ninguna formación ni experiencia especial, a nivel económico creo que va a ser un desastre también para el gremio, es decir, que van a haber ramas enteras de la ilustración, que van a desaparecer y creo que va a redundar en una mayor precarización en general. Aparte de todos los problemas que plantea, que son muchos, en cuanto a autoría, derecho de autor, etcétera. Creo que tenemos un gran problema y no sé cuál va a ser el futuro.

Creo que vamos a ver una revalorización, por ejemplo, de la obra original y quizá un crecimiento de formatos nuevos, como puede ser, a lo mejor, ver a la gente dibujando en directo, este tipo de cosas, porque indirectamente esto va a generar una revalorización de ... no sé cómo llamarlo... la propia mano analógica del creador o la creadora. Pero claro, también están por inventar los formatos en los que eso se pueda hacer. Entonces pues veremos a ver qué pasa. Nada bueno, nada bueno.

Ilustraciones Álvaro García Seisdedos - 3
"La muerte de la Petenera", de la serie Las ruinas de Mairena, publicado en el reciente libro de Seisdedos. Álvaro García García "Seisdedos"
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