Anticapitalistas
Anticapitalistas sale de su Universidad lanzada a buscar alianzas ecosocialistas

Una semana después de que se levantase el campamento, Anticapitalistas sigue ponderando la potencia de la última edición de su Universidad de verano. Quince años después de su primera edición, la organización parece orgullosa de este espacio de encuentro de la organización, pero “abierto a más gente que sin ser miembro de Anticapitalistas, formamos parte del mismo bloque en un sentido histórico del término”, explica Laura Camargo, una de las organizadoras implicadas en el encuentro, doctora en filología hispánica, sociolingüista, analista de discurso y autora de un libro de referencia como Trumpismo discursivo (Editorial Verbum, 2024).
Cinco años después de que se consumara su salida oficial de Podemos, la organización mantiene una apuesta por la institucionalidad en Andalucía. La consolidación, apunta Camargo, de “una organización ecosocialista y andalucista, independiente de la izquierda oficial”, que, como sugiere esta exdiputada por Podemos en Illes Balears, puede servir como “faro” para el resto de la organización.
En la actualidad, Adelante Andalucía cuenta con dos diputados en el Parlamento Andaluz y las encuestas lo consolidan de cara a las elecciones autonómicas, si nada cambia, las que abrirán el próximo ciclo electoral en el conjunto del Estado.
Sin embargo, desde Anticapitalistas parecen en buena medida olvidados los tiempos de la búsqueda de confluencias con otras formaciones políticas. Camargo explicita que de la Universidad Anticapitalista salen con una estrategia basada en Palestina: “Nuestra militancia está muy involucrada en los movimientos de base, hemos jugado un rol importante en construir el movimiento junto con mucha más gente y es clave seguir peleando por apoyar la lucha de liberación palestina contra el sionismo, denunciando la cobardía de los gobiernos occidentales, la complicidad total de los EEUU, los límites de quienes diciéndose progresistas y denunciado a Israel verbalmente, como sucede aquí, todavía no han sido capaces de llevar a cabo una ruptura total de las relaciones con la entidad sionista”, señala esta militante.
Mal balance de la experiencia Podemos
Las críticas a Sumar, eslabón de la izquierda del cambio en el Gobierno de coalición, son explícitas dentro de una organización que apostó desde el comienzo de Podemos en no comprometerse con el PSOE para aventuras de Gobierno y que sigue defendiendo que funcionar como “partido institucionalizado actuando como fuerza auxiliar del PSOE” —tal y como ocurrió con los morados— no garantiza construir una fuerza política, tal y como se está constatando tanto con Sumar como con Podemos, apuntan desde la organización.
¿Cuáles han sido las lecciones que saca Anticapitalistas de ese periplo en el proceloso mundo de la unidad de las izquierdas?: “Nosotras aprendimos muchas cosas. Sin duda cometimos errores, pecamos de insuficiencias y debilidades, aunque fuimos capaces de mantener el núcleo de nuestro rumbo estratégico y a la vez, tratar de ligarnos a las masas. Necesitamos un núcleo partidario más sólido, fuerte, arraigado, capaz de construir a largo plazo. Ahí tener representación institucional será importante, porque si no, muchos activistas que participan en las luchas se ven sin alternativa y acaban votando a la izquierda oficial. Pero la representación institucional no debe ser un fin en sí mismo: debe ser un momento más de una estrategia posicional contra el capitalismo y su régimen político. Construir eso es nuestro reto”.
Fuera de lo institucional hay vida para Anticapitalistas, que durante su cita veraniega ha prestado especial atención a los debates sobre migración y la instrumentalización que la derecha y la extrema derecha está haciendo del “tema migración” para atraer votantes y base social: “Estamos en un punto de inflexión, porque o bien los movimientos sociales y sindicales conectan con la clase obrera de origen migrante, generan nuevas alianzas entre esta nueva clase en ascenso y el resto de la clase trabajadora, o bien nuestra fuerza social y capacidad de influencia será cada vez más decreciente e impotente”, subraya Camargo.
El horizonte es “un programa ecosocialista, con líneas feministas sólidas”, concluye esta militante de Anticapitalistas, que habla de superar la pasividad y reclama el activismo “no solo en las redes sociales, y no especialmente en ellas, sino fuera de ellas”.
Así afronta Anticapitalistas un presente que no lo tiene en un papel central del espectáculo político, pero que se sigue desarrollando año a año, de agosto en agosto, al ritmo de su encuentro anual.
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