Actualidad árabe (y más)
Ofensiva israelí contra las organizaciones de derechos humanos, abandono y frío en la frontera este de Europa y duelo por la muerte de quien le cantó a Siria por 70 años

Israel tacha de terroristas a organizaciones de derechos humanos en territorio ocupado y la Unión Europea se desentiende de la suerte de miles de personas que huyen de guerras que no parecen tener fin. Mientras, el mundo árabe se despide del cantante sirio Sabah Fakhri tras 70 años de música.
Militares israelíes
Militares israelíes maniobran en Hebrón. Julia Rodríguez

Una vez más el estado sionista confronta a quienes le cuestionan y defienden los derechos humanos acusándoles de terroristas. En Siria, a la desesperación de una guerra que no acaba —por mucho que algunos estados europeos hayan decidido hacer como que sí, repatriando a refugiados al lugar del que huyeron— se le suma el duelo por la desaparición de uno de sus iconos musicales más longevos, el cantante Sabah Fakhri.

Miles de personas provenientes de países atravesados por el conflicto, como la misma Siria, Iraq o Afganistán siguen atrapadas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia mientras la Unión Europea sigue sin contemplar priorizar sus derechos al margen del pulso diplomático entre ambos países. Y hablando de conflictos que no acaban, un nuevo estudio señala cómo la venta de armamento a Arabia Saudí,  en guerra con Yemen, sigue siendo un negocio próspero para España, también bajo gobierno progresista.

Israel contra los defensores de derechos

La ofensiva israelí contra los defensores de derechos humanos en territorio ocupado no cesa. A inicios de este mes, los líderes militares del estado judío emitieron diversas órdenes que ilegalizaban seis entidades palestinas que abogan por los derechos básicos de la población ocupada, en ausencia de un estado funcional que los proteja. La ilegalización pone  a los trabajadores, las oficinas y la propiedad de las seis organizaciones en riesgo inminente de detención, de bloqueo o de expropiación. Las organizaciones que han sido ilegalizadas —y que dos semanas antes fueron designadas como terroristas— denuncian que se trata de una campaña que busca deslegitimarlas además de aislarlas de los aliados y colaboradores que los financian internacionalmente.

 Se calcula que en Israel hay 4600 presos palestinos, muchos de ellos detenidos sin cargos, incluso menores. Uno de ellos es Amal Nakhleh, un niño detenido por razones protegidas bajo secreto de sumario y que está encerrado desde hace un año

Tanto las entidades afectadas como el conjunto de los grupos defensores de los derechos humanos se han emplazado a continuar con su trabajo a pesar de la ilegalización. Addameer es una de estas seis organizaciones: se dedica a defender los derechos de los presos palestinos, cuyos carcelarios israelíes los detienen “en condiciones críticas y alejadas de los estándares internacionales”, según denuncian desde la entidad. Addameer estima que en la actualidad existen 4600 presos palestinos, muchos de ellos detenidos sin cargos, incluso menores. Uno de ellos es Amal Nakhleh, un niño detenido por razones protegidas bajo secreto de sumario y que está encerrado desde hace un año a pesar de su delicado estado de salud. Kayed Fasfous es uno de los presos que se encuentran impulsando una huelga de hambre en protesta contra su “detención administrativa”, la modalidad de detención por virtud de la cual las autoridades israelíes encierran a ciudadanos sin cargos ni explicaciones. En su caso, la huelga supera los 110 días.

“Israel quiere que las organizaciones defensoras de derechos humanos estén cerradas”, denuncia Shahd Qaddoura, miembro de Al-Haq, una de las entidades ilegalizadas. “Yo también lo quiero, pero no todavía”, asegura. “Espero que un día estas entidades no sean necesarias y que eso ocurra porque los agresores de derechos humanos rindan cuentas ante la justicia y porque Palestina sea libre y ejerza su autodeterminación”, argumentó Qaddoura en su artículo publicado en Mondoweiss.

La ofensiva legal contra las entidades coincide en el tiempo con la investigación de Front Line Defenders. Esta organización con sede en Dublín fue contactada el 16 de octubre por Al-Haq, quienes sospechaban que uno de sus miembros tenía el teléfono móvil infectado con la aplicación de espionaje israelí Pegasus. La investigación de FLD confirmó las sospechas y fue más allá, demostrando que existían víctimas de espionaje ilegal en todas las entidades que posteriormente han sido declaradas ilegales por parte de Israel. Varias voces han mencionado la posibilidad de que ilegalización de las entidades sea una forma de justificar el espionaje recientemente descubierto contra ellas.

Desaparece la voz que le cantó a Siria durante 70 años

Se apagó la luz de la música en el Levante mediterráneo. Así se ha descrito la muerte de Sabah Fakhri, el popular cantante de música tradicional siria que iluminó varias generaciones árabes durante 70 años. A los 88 años y a causa de muerte natural, Fakhri murió el martes de la semana pasada en un hospital de Damasco. “Su corazón dejó de latir”, declaró su hija Anas: “No sé qué decir. Es una gran pérdida para el arte sirio”.

Las redes sociales se han volcado de expresiones de lamento y de cariño hacia el reputado cantante, publicados tanto desde Siria como desde alrededor del mundo. “Su interpretación de ‘Ya Mal al-Sham’, una canción sobre la capital de Siria, a menudo se toca en reuniones nostálgicas de expatriados sirios que cantan imitando el característico movimiento de la mano del Sr. Fakhri”, escribió Sara Dadouch, periodista siria afincada en Beirut que ejerce de corresponsal para The Washington Post cubriendo Líbano y Siria. “Cada vez que suenan sus canciones, las manos comienzan a agitarse, los ojos se llenan, los pies se mueven. Él era nuestro hogar”, escribía la propia Dadouch en su cuenta personal de Twitter.



Nacido el 1933 e hijo de un jeque, Sabah Aby Qaws —así era su nombre real— creció en la ciudad de Alepo, considerada una de las cunas de la música oriental árabe, rodeado de los sonidos que emitían las mezquitas. Uno de sus primeros trabajos fue, precisamente, trabajar de muecín en una de ellas, recitando el canto a la oración en la mezquita al Rawda de su ciudad natal. Décadas más tarde declararía que el canto del Corán es una gran escuela para la actuación y la buena pronunciación.

Atraído por la voz del joven Sabah, el músico Sami al-Shawa se lo llevó de gira musical por todo Siria, donde el aprendiz se construyó un nombre en seguida. Fue entonces cuando Sabah adoptó su nombre artístico en honor al líder nacionalista sirio, Fakhri al-Barudi. En 1948, a la edad de 15 años, ofreció uno de sus primeros conciertos públicos al actuar en el Palacio Presidencial de Damasco enfrente de los entonces presidente Shukri al-Quwatli y del primer ministro Jamil Mardam Bey, anteriores a la dinastía al-Asad.

Todos los obituarios publicados desde el mundo árabe coinciden en recordar el concierto que Fakhri ofreció en Caracas el 1968, en el que estuvo cantando durante 10 horas de forma ininterrumpida, batiendo un Récord Guiness

La combinación de la poesía tradicional con la música lo llevó a erigirse como símbolo de la época dorada de la canción árabe. Fakhri adoptaba versos de antiguos poetas de hasta el siglo X, como Abu Firas al-Hamdani o al-Mutanabbi, y era capaz de cautivar la audiencia durante interminables horas, solo interrumpidas por el canto de la oración a la madrugada siguiente. Todos los obituarios publicados desde el mundo árabe coinciden en recordar el concierto que Fakhri ofreció en Caracas el 1968, en el que estuvo cantando durante 10 horas de forma ininterrumpida, batiendo un Récord Guiness.

Según SANA, el medio público sirio, Fakhri ocupó cargos en entidades artísticas sirias y árabes, siendo el vicepresidente de la Unión de Artistas Árabes y el director del Festival de la Canción Siria. “Mis condolencias a su familia personal y artística, así como a los fans en todo el mundo árabe”, declaró el cantante saudí Sileiman al Manah. Fahed Alnasser, compositor de Kuwait, ha considerado a Fakhri “la melodia de Alepo”, y ha concluido que “la luz de la música se apaga en el Levante”.

Miles de migrantes, desamparados en la frontera entre Polonia y Bielorrusia

Miles de personas continúan sufriendo el desamparo, el frío y el miedo en la frontera entre Bielorrusia y Polonia mientras los líderes de uno y otro lado intercambian golpes diplomáticos. El último llega de parte de Bruselas, que en un intento de proteger a su socio polaco ha anunciado la ampliación de las sanciones contra Minsk —y ha arrastrado a Washington a hacer lo mismo— alegando que los líderes bielorrusos instrumentalizan la suerte de miles de migrantes. “Se están poniendo sus vidas en riesgo”, acusó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en referencia a las personas que luchan por conseguir el estatus de refugiado en la Union Europea. Lo hacen después de haber migrado en su mayoría desde países en situación de conflicto en Oriente Medio, como Siria o Iraq, o desde Afganistán.

Fronteras
Derechos humanos La Unión Europea se alinea con Polonia en el castigo de migrantes en la frontera de Bielorrusia
Aumenta la tensión en la frontera del este. Polonia pide apoyo a sus socios EE UU y la UE, Rusia envía dos bombarderos a sobrevolar la frontera occidental y Lituania declara el estado de emergencia.

El director del CIDOB, Pol Morillas, coincide con la visión de von der Leyen: “Bielorrusia está instrumentalizando el tráfico de personas por motivos políticos”, dijo Morillas sobre el “régimen autoritario” de Alexander Lukachenko. El analista, sin embargo, admite que “la gran contradicción es la actuación de la UE”. Polonia, parte del club europeo, ha desplegado al menos 17.000 policías sobre el terreno y Amnistia Internacional ha acusado a las autoridades polacas de haber realizado devoluciones en caliente durante los últimos meses. Varias personas que se encontraban varadas entre ambos territorios han muerto por hipotermia.

A principios de septiembre, Polonia introdujo el estado de emergencia en la zona fronteriza con Bielorrusia, impidiendo el acceso tanto de periodistas como de entidades humanitarias

A principios de septiembre, Polonia introdujo el estado de emergencia en la zona fronteriza con Bielorrusia, impidiendo el acceso tanto de periodistas como de entidades humanitarias. Ante el bloqueo impuesto por las autoridades, residentes polacos se han movilizado para tratar de paliar la crisis humanitaria que se engrandece ante sus ojos. “No hago preguntas”, cuenta Miroslaw Miniszewski, una ciudadana de 48 años, a Al Jazeera. Se ha desplazado a la zona fronteriza: “Si veo que alguien tiene hambre, le doy comida. Si alguien tiene sed, le doy agua. Y si tienen frío, les doy un saco de dormir. Así de simple”.

España vende armamento a Arabia Saudí en plena guerra contra Yemen

El gobierno del PSOE aprobó ventas armamentísticas por valor de centenares de millones de euros a Arabia Saudí en plena ofensiva de Riad contra el Yemen. Así lo revela un documento publicado por la Dirección General de Armamento, que mantiene que el gobierno español tuvo en el reino saudí su mayor comprador armamentístico durante el 2019, adquiriendo el 20% del total de las ventas españolas en ese período por un monto de 467 millones de euros.

Un estudio de la ONU estima que el conflicto, iniciado en 2014, había provocado en diciembre de 2020 un total de 233.000 muertes, de las cuales 131.000 se habrían producido por causas indirectas, como la falta de comida, de servicios médicos o de infraestructura civil. La misma investigación reveló que la guerra ha matado a más de 10.000 niños y niñas. Save The Children, por su parte, publicó este 2021 que los enfrentamientos habían producido la muerte de 2400 niños y niñas durante los últimos tres años, sin incluir las muertes a raíz de causas indirectas en la que supone la mayor crisis humanitaria del mundo desde hace varios años.
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