Morena Herrera: “El Salvador se está convirtiendo en un desierto de derechos”

Conversamos con esta reconocida feminista salvadoreña de lo que sigue siendo urgente en El Salvador: recuperar los derechos de las mujeres, despenalizar el aborto y acabar con el estado de excepción que se presenta ante el mundo como un modelo exitoso de seguridad.
Morena Herrera
Morena Herrera. Defensora de los derechos de las mujeres. Foto: Ciutats Defensores dels Drets Humans.

Morena Herrera es feminista y activista por los derechos de la mujeres, no solo en su país El Salvador, sino a nivel mundial. Fue socia fundadora de la organización política feminista Las Dignas, junto con otras compañeras de lucha en el conflicto armado salvadoreño que finalizó con la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec, en 1992.

Morena ha sido también presidenta de la Agrupación Ciudadana por la despenalización del Aborto y forma parte de La Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, organización que también contribuyó a fundar. Ella y sus compañeras feministas fueron consientes de que los Acuerdos dejaron grandes vacíos en cuanto a los derechos de las mujeres. Entre los más graves está la regresión en1997 del aborto en El Salvador cuando se introdujeron cambios en el código penal que lo declaraban ilegal en todos los casos, aunque anteriormente había estado permitido cuando la vida de la mujer estaba en riesgo o era víctima de violación.

Precisamente, por su trayectoria en la lucha contra la despenalización del aborto y la criminalización de las mujeres salvadoreñas, así como por sus intentos para conseguir el acceso legal a la interrupción voluntaria de embarazo, Herrera fue finalista al Premio Sájarov, en 2023. En el mismo año recibió el Premio Simone Veil de la República Francesa a nombre de la Agrupación Ciudadana, entre otros muchos reconocimientos.

Lleva ya unos meses en España porque prácticamente la situación en El Salvador se ha vuelto insostenible para muchas activistas feministas como ella. El gobierno de Bukele ha ido borrando de varios plumazos los frágiles derechos que había conseguido el movimiento de mujeres y la persecución hacia las defensoras de derechos humanos se sucede todos los días, bajo el yugo de la actual presidencia del país. De su tiempo en España cuenta a El Salto, que “voy adaptándome, aprendiendo y buscando huecos”. Prefiere no ahondar en su caso personal como una medida de cuidados para ella misma y sus compañeras de lucha.

Alrededor del día 28 de septiembre pasado fue invitada al acto “40 años de aborto en España”, en el que aportó su experiencia de tantos años por la despenalización de este proceso que, también en España, aún permanece en el código penal. Conversamos con Morena Herrera de lo que sigue siendo urgente en El Salvador para defender este y otros derechos de las mujeres, pero también sobre por qué llamar a las fuerzas democráticas a involucrarse en la solución del aborto ya que no es un problema solo de las mujeres

Primero, queremos que nos refresques la lucha vuestra de tantos años por los derechos de las mujeres en El Salvador y cuál es la situación actual de esos derechos.
En El Salvador habíamos avanzado en el reconocimiento de derechos de las mujeres. No había un goce pleno, total, pero sí conseguimos que se aprobaran algunas leyes: la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia, la Ley para la Erradicación de la Discriminación hacia las mujeres y por la Igualdad y la Equidad. Otras medidas como, por ejemplo, agregar una competencia al Código Municipal que establece la responsabilidad de los gobiernos locales para implementar programas para el desarrollo de las mujeres. También habíamos conseguido, en el Ministerio de Educación, incorporar medidas para la educación integral en sexualidad.

Todo eso está barriéndose. Las leyes todavía están vigentes, pero la institucionalidad que se había creado para la implementación de estas medidas la han ido erosionando, y es triste. La última ha sido un decreto ministerial de Educación que prohíbe el lenguaje inclusivo. Los argumentos son que para la cohesión del idioma pero no se dan cuenta que todo lo dejan en el “os” de nuevo que invisibiliza a las niñas y a las mujeres. En el lenguaje hay una afirmación de que las niñas existen y, al prohibir el reconocimiento en el idioma se viola también un derecho. También prohibieron la educación integral en sexualidad y eliminaron de todos los materiales del Ministerio de Educación y de la currícula educativa avances que existían. Entonces vamos viendo, ahí sí, un borrado de derechos.

Ellas llegaban después de una emergencia obstétrica al hospital a pedir asistencia médica y las acusaban de aborto, y a algunas las condenaban por homicidio agravado por el parentesco

Y en otro ámbito, nosotras habíamos logrado, por años de trabajo sacar a todas las mujeres que estaban en la cárcel, acusadas por aborto y/o por emergencias obstétricas. Es decir, ellas llegaban después de una emergencia obstétrica al hospital a pedir asistencia médica y las acusaban de aborto, y a algunas las condenaban por homicidio agravado por el parentesco, que son condenas de 30, 40 y hasta 50 años de cárcel.

Con una estrategia que elaboramos con los años, utilizando todas las herramientas que el sistema penal salvadoreño tenía por indulto, por conmutación de penas, por revisión de sentencia, por beneficios penitenciarios, sacamos a todas. Y ahora, en los últimos dos años, diría yo, pero sobre todo en el último año, estamos viendo nuevamente una espiral de criminalización de las mujeres. De nuevo las acusan al llegar a los hospitales y ellas no tienen idea que eso va a ocurrir, porque si han acudido es para buscar asistencia sanitaria, y nuevamente las acusan.

Bajo el estado de excepción, hace algunas semanas, por ejemplo, acaban de condenar a una mujer a 30 años de cárcel. Hay abogadas que apelan al derecho humanitario y las están defendiendo, pero está más difícil revertir esas condenas

Ahora con una dificultad mayor, porque desde hace tres años en El Salvador han impuesto un régimen de excepción que se supone es para perseguir a las pandillas, pero que está siendo aplicado para todas las personas. Entonces, a las mujeres que lo que requerían era una atención esencial en salud, están terminando presas bajo el régimen de excepción, lo cual las hace indefendibles. O sea, es más difícil defenderla. Hace algunas semanas, por ejemplo, acaban de condenar a una mujer a 30 años de cárcel. Hay abogadas que apelan al derecho humanitario y las están defendiendo, pero está más difícil revertir esas condenas.

El Salvador se está convirtiendo en un desierto de derechos con un agravante más, y es que se presenta como un modelo exitoso de seguridad, pero no se miran los problemas intrínsecos de este gobierno que desconoce derechos

El Salvador se está convirtiendo en un desierto de derechos con un agravante más, y es que se presenta como un modelo exitoso de seguridad que además en otros países dicen “¡ay que bien! Esto es lo que necesitamos”. Pero no se miran los problemas que están, digamos, intrínsecos en este modelo de gobierno que desconoce los derechos. Tampoco hay libertad de expresión ni hay libertad de asociación. La gente acude y se moviliza, pero bajo una una gran incertidumbre.

Organizaciones feministas, como vosotras, están siendo motivo de persecución y no podéis ejercer libremente la lucha por los derechos de las mujeres que venías haciendo, ¿cierto?
Claro, incluso han aprobado una ley de agentes extranjeros que obliga a las organizaciones no gubernamentales que reciben recursos de fuera a que se inscriban como agentes extranjeros lo que implica reconocer que tu acción responde a un mandante extranjero, lo cual no es cierto. Una cosa es que las organizaciones para hacer algún trabajo requieran y recurran a a convocatorias de recursos de cooperación y establezcan convenios, y siempre han habido maneras de rendir cuentas al Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Gobernación... siempre ha habido mucho control. Pero otra cosa es tener que aceptar que sos un agente extranjero que actúas en el país por los intereses de un mandante desconociendo la realidad que existe en el país. O sea, desconociendo la motivación local que existe y que moviliza a las organizaciones.

Entonces esto es general, pero más fuerte ahora, en el caso de las organizaciones feministas, porque estas organizaciones logramos, por ejemplo, que se reconociera el derecho a una educación no sexista también, donde el sistema educativo contribuyera a la disminución de desigualdades entre hombres y mujeres. Esto tiene que ver con las alianzas con sectores más conservadores y fundamentalistas que hace el gobierno y entonces quiere eliminar todo el concepto de género. Eso hace que se eliminen medidas para disminuir desigualdades.

En el Ministerio de Salud eliminaron los indicadores de identidad de género, los borraron, incluso en aquellos programas de seguimiento epidemiológico para el el VIH y eso es contra la población LGBTQ

Y decirte más. Cuando eliminaron, en el Ministerio de Educación, las medidas para la educación integral en sexualidad, en el Ministerio de Salud eliminaron los indicadores de identidad de género, los borraron, incluso en aquellos programas de seguimiento epidemiológico para el el VIH y eso es contra la población LGBTQ, pero también contra toda la población, porque elimina los indicadores de sectores en riesgo. Ya no hay ese seguimiento, y creen que con eliminar el lenguaje se eliminan las realidades.

Bukele recientemente nombró a una militar como Ministra de Educación, y quien ha hecho todos esos cambios, ¿es esa la imagen de mujer que quiere proyectar el gobierno salvadoreño hoy?
Pienso en el modelo del militarismo, porque también hay una tendencia que aumenta y concentra recursos en las fuerzas armadas y en la policía, pero también están tratando de cambiar la la mentalidad de la gente. Entonces, poner una capitana al frente del Ministerio de Educación no es inocente: es una reafirmación del camino que quieren para la sociedad salvadoreña. Incluso las medidas iniciales de la ministra fueron un llamado a que el cabello de los estudiantes debería ser cortado y pone las discusiones en otro lugar para que no se vean los problemas que existen en el Ministerio, porque hay escuelas destruidas.

Había un compromiso de de reconstruirlas que no se ha hecho, hay problemas graves de instalaciones educativas, pero para que no se vea, pone en la discusión cuánto debe ser el largo del cabello de los jóvenes o medidas que, en algunos casos, ya existían porque en El Salvador el sistema educativo va con uniforme, por ejemplo. Sin embargo, el estilo impositivo de orden, de mandato autoritario es lo que están moviendo y poniendo la discusión ahí. Pero, yo pienso que en buena parte tiene que ver con que no se vean otros problemas.

Estuviste en un conversatorio que organizaron los ministerios de Igualdad y Sanidad “40 años de aborto en España”, de lo que escuchaste allí, qué parecer tienes porque aquí tenemos una ley de 2023 pero el derecho a las interrupciones voluntarias del embarazo todavía no es real para todas las mujeres, especialmente las mujeres migrantes, las mujeres racializadas. ¿Cuál es tu opinión?
Son importantes los avances que comparativamente cuando veo la situación del Estado español y Centroamérica hay una distancia enorme, porque en Centroamérica se concentran países que tenemos penalizado absolutamente el aborto. El “absoluto” es brutal en el sentido de que una niña, incluso una niña de nueve, ocho años, diez años, está embarazada producto de un hecho de violencia sexual ya que tiene que continuar el embarazo, no tiene alternativa. Y la ley que hay, lo que hace es enseñarle y prepararla para que se haga madre.

En mujeres que tienen problemas de salud, que su salud se vea complicada por un embarazo de riesgo tampoco pueden hacer nada para interrumpir el embarazo. Esto también da una situación de inseguridad para los propios médicos. Aquí en España han avanzado, pero me parece importante lo que las organizaciones señalaban. Uno, que no es que sean 40 años de despenalización, sino que hace 40 años empezó un proceso de cambio en la regulación que ha ido avanzando. Es decir, situar que no es despenalizar, sino que empezaba este proceso.

Luego que haya en algunas comunidades autónomas prácticamente una negación del derecho. Yo creo que el caso de Madrid es muy grave. Una compañera llevaba una camiseta que decía “En el último año se han realizado alrededor de 21.000 interrupciones voluntaria del embarazo, pero solo 78 en la pública”. Esto entiendo que es por la modalidad de las clínicas concertadas o servicios privados, pero eso es una negación del derecho y creo que ahí hay un gran desafío para que esta comunidad reconozca que no está cumpliendo con los derechos de las mujeres.

Es una medida que afecta a las mujeres migradas, pero también posiblemente otros sectores de la sociedad española que tienen menos recursos, menos información, tienen que viajar también y someterse a a condiciones de mayor desventaja. Me parece que las compañeras de las organizaciones que estaban presentes marcaron la ruta al decir, “queremos que deje de ser un delito”. Esa es una aspiración para hacer una transformación legal real, no solo para bajar o para eliminar las penas por periodos, sino trabajar en la regulación del aborto a través de medidas relacionadas con el sistema sanitario y no con el sistema penal. Eso es muy importante porque va a influir en otra cosa que planteaban, la de eliminar el estigma, porque solo afirmando que sea un derecho pueden eliminarlo.

Otra medida que planteaban muy importante es trabajar con la objeción de conciencia, que no pueda darse en las instituciones públicas de salud, sí en sus clínicas. Porque lo que pasa muchas veces, y pasa en mi país terriblemente, es que entre más prohibición, más de negocios ilícitos se dan. Hay algunos médicos médicas que en lo público se niegan pero a nivel privado hacen negocio, un negocio que que va contra las mujeres.

Las fuerzas democráticas deben que involucrarse en la solución del aborto. No es un problema solo de las mujeres, sino llamar a la fuerza democrática. Si son democráticas tienen que actuar en este campo

Yo planteaba en el debate la necesidad de afirmar que el aborto no es un problema solo de las mujeres, ni solo de las feministas, que es un problema de la sociedad, del tipo de sociedad que somos o que queremos ser. En ese sentido tenemos que situar que todas las fuerzas democráticas deben que involucrarse en la solución de esta cuestión. No es un problema solo de las mujeres, sino llamar a la fuerza democrática. Si son democráticas tienen que actuar en este campo. Y creo que hay que ser conscientes también de que mientras existan situaciones como las que tenemos en Centroamérica, aquí también están amenazadas, de manera lejana pero porque se quiere que aquello que vivimos en Centroamérica sea el modelo de mundo para todo el mundo. Pero también porque aquí hay fuerzas que quieren negar ese derecho y están amenazando. Y creo que es importante pues señalarlas, evidenciar sus intenciones, sus intereses y ver qué está detrás de este interés, de este afán de controlar la capacidad reproductiva de las mujeres. Porque ese afán niega las aspiraciones democráticas de la sociedad.

Llamada a la Solidaridad Feminista Internacional
El sábado 24 de octubre, organizaciones  y colectivas feministas realizarán una performance de apoyo a las mujeres de salvadoreñas, a las 12H, en la Plaza Juan Goytizolo (Museo Reina Sofía), de Madrid. La acción enunciará la criminalización del aborto, las violencias obstétricas y la persecución de las defensoras de Derechos Humanos en El Salvador.

 


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