Violencia machista
Este es el silencio que quería yo romper

Eso es de lo que yo quería hablar, del silencio que sufriremos mientras no escribamos historias que nos den el poder de contarnos a nosotras mismas, a nuestras hermanas.

violencia_machista
Protesta contra la violencia machista en Madrid. Dani Gago
Carmen G. de la Cueva

escritora y periodista

14 sep 2017 09:08

Hace algunos meses, cuando estaba a punto de publicarse mi primer libro, una de las cosas que más miedo me daban era cómo sería leído. Lo escribí con la vocación de romper algunos silencios, pero no solo en torno a mi propia vida y a mi propio cuerpo; lo que yo quería era romper algunos de los silencios cómplices que sufrimos las mujeres en torno a la violencia contra nuestros cuerpos. En el libro, hay un capítulo dedicado a la violación de una amiga durante mi Erasmus. Fue uno de los textos más difíciles de escribir: el pudor, la vergüenza me impedían contarlo todo, contar las cosas exactamente como las recuerdo. Octubre de 2007, tres chicas españolas de 21 años con minifalda en una fiesta de estudiantes extranjeros en una ciudad alemana de nombre impronunciable. Quería volver justo a esa primera fiesta Erasmus, a la noche cerrada en Braunschweig, a los 20 años. Y no podía. Me temblaban las manos y se me secaba la boca y había algo dentro de mí que me decía que jamás podría contar aquello porque aquello no me pasó a mí. Porque a mí no me violaron. No era mi propia historia la que quería contar; no tenía autoridad para escribirla.

Durante días, di vueltas y vueltas en la cama, salí a pasear por los caminos de tierra que abrazaban mi pueblo y leí una y otra vez el capítulo de Teoría King Kong de Virginie Despentes donde cuenta cómo la violaron. El único texto que conocía en el que una autora escribía sobre su propia violación. El año que yo nací, violaron a Despentes y a su amiga: “Julio de 1986, tengo 17 años. Somos dos chicas en minifalda”. No solo era importante por lo que contaba, sino por la reflexión en torno a ese silencio cómplice, cruzado con el que la víctima de una violación tiene que lidiar el resto de su vida. Eso es de lo que yo quería hablar, del silencio que sufriremos mientras no escribamos historias que nos den el poder de contarnos a nosotras mismas, a nuestras hermanas.

En la cabeza tenía unas palabras de la poeta norteamericana Adrienne Rich, que consideraba el silencio como el principio básico de la inacción: todo lo censurado, todo aquello que no se cuenta, se convierte en algo paralizante y condiciona nuestras vidas. Romper un silencio. Conseguí armarme de valor y contar cómo fue aquella noche de Erasmus y todo lo que vino después. Y de verdad, que cuando el libro llegó a las librerías, cuando me tocó enfrentarme a las preguntas de los periodistas, pensé que me hablarían de la violación, de ese capítulo que tanto me costó escribir. Pensaba en Mary Ellman: “El baremo crítico más comúnmente aplicado a la mujer es la estridencia: condénese algo escrito por una mujer como estridente, alábese algo como no estridente”. Mi deseo era ser condenada como estridente, eso significaría que lo que había escrito tenía cierto poder. Pero no. Ningún periodista llegó a preguntarme por ese episodio de mi vida. Y de nuevo: el silencio. Quizá fui demasiado ambiciosa al pensar que un libro como el mío —naranjita, con ilustraciones, aparentemente naíf, feminista— rompería algún tabú. ¿Tan desapercibido podría haber pasado el relato de una violación? Necesitaba escribir sobre aquel episodio porque si algo he aprendido leyendo e investigando sobre literatura escrita por mujeres es que nos hemos visto desprovistas de relatos, de textos y de modelos que nos podrían servir para asumir el poder, para tomar el control sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos.

Entonces, un día, llegué a un pueblo de Galicia para charlar con alumnas y alumnos de bachillerato y, sin saber muy bien cómo, me encontré debatiendo sobre violación con una veintena de chicas que habían leído mi libro. Chicas de 17 años que querían hablar sobre el miedo que pasaban cuando volvían a casa solas por la noche, sobre el tío aquel que en el metro de Barcelona las persiguió de vagón en vagón acosándolas, sobre aquel chico que les gustaba hasta que intentó arrinconarlas en una noche de fiesta, sobre todas esas veces que sus propios compañeros las han juzgado por su ropa o por su manera de hablar. Necesitaban contarse en voz alta, contar la violencia sexual que sufrían por el hecho de ser mujeres, de tener un cuerpo. Y sin saberlo, aquellas chicas estaban tomando el control sobre sus vidas. Al fin, el silencio se rompía.

Archivado en: Violencia machista
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Granada
Juana Rivas La Audiencia confirma que España remite la denuncia de malos tratos del hijo de Juana Rivas a Italia
La Audiencia Provincial de Granada ha confirmado el envío del expediente judicial del hijo menor de Juana Rivas a la Corte de Cagliari (Italia) por una denuncia de presuntos malos tratos paternos. El menor sigue en España por una medida cautelar
Argentina
Argentina Diez años de Ni Una Menos, el movimiento que desbordó el feminismo para hacerlo enorme
El 3 de junio de 2015 se produjo la primera convocaría de Ni Una Menos en Argentina. El llamamiento contra la violencia machista traspasó el nicho feminista y la respuesta fue masiva. Hoy, se enfrenta a las políticas reaccionarias de Milei.
#18465
10/6/2018 12:17

Carmen sal de la Cueva

0
0
PSOE
Crisis de Gobierno “El Gobierno está en la UCI”: los aliados de Sánchez afilan el discurso en clave electoral
A la espera de nuevas pruebas que puedan afectar directamente al presidente del Gobierno o algún indicio de financiación ilegal del PSOE, Podemos radicaliza su crítica al bipartidismo y Sumar habla de “un cambio de 180 grados”.
Alicante
Alacant Martín Villa y el expolicía Daniel Aroca irán a juicio por un asesinato político durante la transición
El exministro y empresario será investigado por crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura franquista. Se trata del primer caso de estas características dirigido desde un juzgado español.
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Consumo
David Sánchez “Shein está diseñado para crear adicción a través de patrones muy oscuros”
David Sánchez Carpio es director de la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU), una de las organizaciones que han denunciado al gigante chino de venta de ropa por internet ante la Comisión Europea. “No hay que culpabilizar a los consumidores".
Opinión
Opinión Amor, alienación y nostalgia en la obra de Wong Kar Wai
El cine de Wong Kar Wai logró captar la avalancha de nostalgia que florecía en el capitalismo tardío frente a la desorientación y la enajenación de los propios sujetos sociales.

Últimas

Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Portugal
Antifascismo Concentraciones en varias ciudades de Portugal en repulsa a la agresión a un actor por un grupo neonazi
Cientos de personas se concentran en distintas ciudades portuguesas en repulsa a la agresión al actor Adérito Lopes por parte de un grupo de neonazis el pasado 10 de junio.
Navarra
Navarra Denuncian la criminalización de menores y falta de recursos en Marcilla
Trabajadoras del COA de Marcilla denuncian criminalización de menores, falta de recursos y condiciones indignas, mientras el Gobierno de Navarra traslada a 23 menores y refuerza la seguridad tras el brote racista.

Recomendadas

Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Rap
Los Chikos del Maíz “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en el que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.