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Violencia machista
25 años del asesinato de Ana Orantes, homenajes para que su voz “sea eterna”
El 4 de diciembre de 1997 Ana Orantes rompió el silencio que había mantenido por la fuerza durante 40 años. Hizo público con todo lujo de detalles, impecablemente vestida y peinada, con un discurso claro y determinado, el maltrato, abuso y las vejaciones de su marido contra ella y sus hijos. Lo hizo en su programa favorito, según su hija Raquel, que veían juntas en casa cada tarde. Quiso que fuera allí, ese plató de la televisión andaluza, el lugar donde contar su historia al mundo. Un relato que resonó con una fuerza increíble en muchos hogares y que a su vez, con más o menos intensidad, representaba la voz de muchas otras mujeres que desde sus casas sufrían la violencia machista en silencio. Esas palabras lo precipitaron todo y se convirtieron en su sentencia de muerte. Su maltratador le atacó 13 días después, el 17 de diciembre, por la espalda y por sorpresa, rociándole de gasolina al volver de la compra para terminar de una vez por todas con ella, quemándola viva.
El sistema contra Ana Orantes y las mujeres que querían separarse
Raquel Orantes, su hija, aquella que le acompañó en su paso por el plató, nos cuenta que en 1984, “harta de palizas y maltrato físico y psicológico, Ana decide que nos vamos”, ella tenía entonces 10 años. Su padre, el demonio, como le llamaba su hijo Rafa, lo quemó todo: sus fotos, la ropa, los documentos, “su afán era borrar todo rastro de lo que tenía alrededor y sobre todo lo que le recordara a mi madre”. El maltratador la buscó para llorarle y Ana volvió, “por pena y porque en esa época cuando dejabas tu casa se consideraba abandono de hogar y perdías todos los derechos, le aconsejaron seguir los cauces legales”.
Dos años después, consiguió un abogado con el que cumplimentar la tramitación del divorcio y cuando estaba todo listo a espera de la firma, según Raquel, el maltratador volvió a llorar, esta vez al Juez, que determinó que no podía ver llorar a un hombre por una mujer y dictaminó que ella volviera al hogar, que él no les podía separar. Ni divorciada encontró Ana Orantes un espacio propio, en 1996, consiguió el divorcio pero tuvo que compartir casa con su asesino. Para Raquel, “Todas las veces que mi madre ha intentado salir de la violencia, que ha intentado tener una vida distinta, ésta le ha sido negada; era el sistema contra Ana Orantes y contra aquellas mujeres que querían separarse; entonces se daban esas circunstancias, que las mujeres denunciaban por maltrato y la justicia les encerraba en sus casas con el maltratador”.
Dos homenajes: lo que no se cuenta, se olvida
Este sábado 17 de diciembre se ha homenajeado a Ana Orantes con dos actos en Granada . El primero, presentado por la actriz Farah Hamed y la periodista Ana de Gracia, ha incluido poesía, un vídeo homenaje, performances, música de Juan Trova y una entrevista a Raquel Orantes. Organizado por el Movimiento Feminista Granaíno: Plataforma 8M/25N, Asamblea Feminista Unitaria de Granada, Red de hombres por la Igualdad de Maracena y de Granada; y otras organizaciones como CCOO, Granada Abierta, AHIGE Andalucía, Red de Hombres por la Igualdad de Sevilla y la Fundación Iniciativa Sevilla, ha querido homenajear a Ana Orantes como “un ejemplo paradigmático de valentía y de coraje” en un momento donde la sociedad era tolerante y permisiva con la violencia contra las mujeres, donde la violencia machista estaba totalmente normalizada.
Las organizaciones ciudadanas han recordado las declaraciones del entonces vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, que señaló como “caso aislado obra de un excéntrico” el asesinato de Ana Orantes, entonces llamados “crímenes pasionales”. Los colectivos reclaman que el asesinato de Ana Orantes puso al movimiento feminista y a la sociedad en pie de guerra para denunciar la desprotección de las mujeres víctimas y generó un importante cambio social que se tradujo en materia legislativa con una reforma del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que incluyeron mecanismos de protección de víctimas de violencia de género; también le atribuyen su granito de arena en la promulgación de la primera Ley Integral Contra La Violencia de Género en el año 2004. El acto feminista ha homenajeado y recordado a las 1.175 mujeres asesinadas desde 2003, 41 en lo que va de año, en nuestro país.
El evento de la noche, celebrado en el Palacio de Congresos de Granada y presentado por la periodista Delia Molina, ha sido organizado por los ayuntamientos de Granada y Cúllar Vega, municipio donde residía y fue asesinada Ana Orantes. La concejala de igualdad en el ayuntamiento de la capital, Ana Muñoz, ha mostrado su voluntad de “seguir trabajando en la mejora de los mecanismos de prevención y protección de las víctimas” a la vez que ha mostrado preocupación ante los datos recientes que alertan de que un 20 por ciento de los jóvenes entre 15 y 29 años niegan la existencia de la violencia de género, “una cifra que se ha duplicado entre 2017 y 2021”.
La cantante Rozalén ha sido invitada a actuar en el homenaje de Granada a petición de Raquel Orantes, que quiso regalar a su madre lo que más le gustaba, la música, con una voz que ella adivina “haber hecho las delicias de Ana Orantes”.
Rozalén cantó acompañada de su inseparable Beatriz Romero, intérprete de signos, tocando su guitarra, “hacía tiempo que no actuaba a pelo, me siento un poco desnuda pero al final es mejor”. Dijo cantar “desde la alegría, porque Ana Orantes a pesar de todo era una mujer muy alegre”, temas populares: “Girasoles”, “La Puerta Violeta”, clásicos como “Las hadas existen” y despertó una emoción especial en el auditorio con “Anda Jaleo”, el poema de Federico García Lorca.
La intérprete aseguró que había sentido una emoción especial al conocer a la hija de Ana Orantes y que Raquel “ya siempre la tendría a su lado”. Señaló Granada como una ciudad referente en feminismo y a Ana Orantes como “una mujer que salvó muchas vidas con la suya”.
Avances y retrocesos en violencia de género para las Orantes
Para Raquel Orantes, “todos los días son buenos para homenajear a mi madre pero el 17 es su día. Cuando él quería silenciarla y apagarla, el recuerdo de Ana Orantes sigue más vivo que nunca; su voz no morirá nunca, va a ser eterna, de eso se van a encargar sus hijos y las personas que la recuerdan”. Orantes denuncia que España ha sufrido un retroceso en materia de violencia de género con la aparición del partido de la ultraderecha que la niega, y advierte que necesitamos superar el cuestionamiento a las mujeres por el motivo y otros detalles de sus denuncias, “se pone el foco en la mujer y los hijos, y se deja aparte al maltratador y al asesino”.
Ariadna, de 19 años, nieta de Ana Orantes, se siente orgullosa de estos homenajes pero comparte con El Salto Diario su percepción que los jóvenes están normalizando de nuevo situaciones que hace años atrás habían empezado a cambiar. Firme defensora del papel de la educación en igualdad desde la niñez y la juventud, “ninguna nos merecemos ninguna cicatriz física ni psicológica, y mucho menos que nos lleven rosas al cementerio”. Ariadna agradece “a la familia que tengo, que me han enseñado desde pequeña unos valores que jamás se me olvidaron y jamás lo harán. En casa, sabemos lo que es sí y lo que es no; sabemos cuándo y cómo, porque no tenemos miedo. Le debo mucho a ella, a Ana Orantes, porque con ella he aprendido lo valiosa que es la vida, esa que ella nunca pudo disfrutar pero que nos sirvió a todos de lección”.
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Me acuerdo de Ana a menudo. Está dentro de mi corazón y allí seguirá.
Prometo educar a mi hijo en la senda del feminismo, ya lo estoy haciendo aunque solo tiene cuatro años. Él será un aliado, un compañero en nuestra lucha.
Fuerza a todas las Anas que aún se esconden en este país podrido.