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En 2007, el entonces alcalde de la localidad vizcaína de Getxo, Iñaki Zarraoa (PNV), anunció a bombo y platillo un plan para construir alrededor de 8.000 viviendas en 250 hectáreas que constituyen la mayor zona verde y rural del municipio, el barrio de Andra Mari. La oposición popular, que se movilizó rápidamente en manifestaciones que llegaron a contar con más de 3.000 personas, obligó a paralizar este plan, aunque por el momento sigue en pie. El Plan General de Ordenación Urbana aprobado en 2001 contempla todo este terreno como urbanizable.
Poco después del anuncio de este proyecto de urbanización masiva comenzaban las obras de la estación de Metro Bilbao de Ibarbengoa-Getxo en el mismo barrio, adjudicadas a una de las empresas de Jabyer Fernández, actualmente encarcelado por corrupción. La estación, finalizada en 2011, nunca se abrió al público. El Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) no tiene previsto hacerlo hasta que se construya un párking disuasorio de 300 plazas contiguo a la estación. Una infraestructura prevista para una zona lo suficientemente poblada pero que se pretende hacer en mitad de un área rural. Por esta razón los vecinos temen que el párking sea la punta de lanza para comenzar a urbanizar masivamente.
Contra la construcción del párking en la campa de Tosu, adjudicada a empresas del grupo ACS —propiedad de Florentino Pérez—, nació en 2014 la asociación Tosu Betirako, para defender los intereses de los actuales vecinos de Andra Mari. Desde ese año llevaron a cabo una resistencia pacífica con una acampada en el terreno de obra, adjudicado a Euskal Trenbide Sarea (ETS) tras las correspondientes expropiaciones. El colectivo consiguió movilizar a parte del pueblo mediante jornadas, charlas y demás actos reivindicativos.
Pero el 17 de octubre de este mismo año la Ertzaintza desalojó el campamento de resistencia para dar comienzo a las obras del párking. Y fue con la ley de su lado, ya que desde mediados de septiembre se hizo efectiva la orden judicial de desalojo de la última persona que quedaba empadronada en el territorio. Ese mismo sábado, Tosu Betirako convocó una manifestación que reunió alrededor de mil personas. La movilización terminó con varios cientos retomando la campa, donde construyeron un nuevo campamento y huertas que habían quedado destrozadas tras el desalojo, esta vez fuera de los límites de la zona de obra.
Tras unos días de incertidumbre, el jueves 26 de octubre se retiraron los materiales y maquinaria para la construcción. El jefe de obra comunicó a miembros de Tosu Betirako que la paralización venía “de arriba”, y barajan la posibilidad de que el Gobierno vasco quiera ampliar el terreno de obra a toda la campa para poder desalojarles legalmente. Aunque es imposible tener certeza de esto, ya que tanto el Ayuntamiento de Getxo como ETS se niegan a dar información sobre el estado de las obras.
Urbanización masiva sin apoyo
Llama la atención que este plan urbanístico se pretenda llevar a cabo sin mayoría en el Pleno, tan sólo con la iniciativa del PNV y el apoyo tácito del PSE-EE, con quienes los jeltzales forman gobierno municipal. Ambos grupos suman once concejales, cuando la mayoría absoluta requiere 13 apoyos. La concejala de GUK —grupo municipal de Podemos, Ezker Anitza, Equo e independientes en Getxo— Paula Amieva asegura que los 14 concejales de la oposición están en contra de este plan, que el PNV legitima diciendo que formaba parte de su programa en las elecciones municipales de 2015.
El equipo de Gobierno no solo ha hecho caso omiso a la numerosas manifestaciones en contra del proyecto, sino que ha inutilizado el proyecto de participación ciudadana en el PGOU. En 2013 el Área de Urbanismo del Consistorio invitó a asociaciones y ciudadanos a formar parte de un grupo de trabajo para la redacción y modificación del PGOU en base a sus propuestas. 21 personas de las 40 que componían el grupo de trabajo original propusieron en las diversas reuniones que no se edificara absolutamente nada en Andra Mari. Sin embargo, esta propuesta fue directamente eliminada por el equipo redactor y esas 21 personas se vieron obligadas a abandonar la iniciativa vista su inutilidad. La Asociación de Vecinos de Andra Mari fue una de las asociaciones que abandonaron “para no ser partícipes de un proceso con marcadas deficiencias y con unos resultados en los que no vemos reflejados la idea que tenemos de Getxo futuro”, en sus propias palabras.
Los planes para la urbanización de este barrio, que parecen estar guardados en una caja fuerte, son inciertos. “En teoría, podrían construir las 8.000 viviendas que anunciaron en 2007, porque el PGOU de 2001 lo permite”, asegura Nerea Guijarrubia, portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento. “La cuestión no es construir, es tener un plan integral que responda a las necesidades de vivienda”, añade. Tanto desde su formación como en GUK trabajan por ofrecer alternativas sostenibles que puedan satisfacer la actual demanda de 3.000 viviendas protegidas de alquiler, según el Observatorio Vasco de la Vivienda.
Recientemente se han construido 500 pisos en el barrio de Iturribarri, conocido como el distrito de la humedad
Proyectos antiecológicos. Llenar de hormigón 250 hectáreas verdes no es el único problema medioambiental que plantea este plan urbanístico. La construcción de la estación de Ibarbengoa, que se llevó a cabo sin una evaluación de impacto ambiental, dañó en profundidad el acuífero que se encuentra bajo la misma, uno de los más importantes de Bizkaia, que constituye el afluente principal del río Gobela.
Amieva explica que la obra del párking supondría un impacto mayor que el de la estación y que URA (Agencia Vasca del Agua) sigue siendo responsable de realizar un informe medioambiental que no ha hecho. El Ayuntamiento defiende que, al entrar dentro de estructura ferroviaria, se tiene en cuenta el informe que realizó CTB para la construcción del Metro de Bilbao en su día, obviando las numerosas inundaciones que tuvieron lugar tras la construcción de la estación. El eurodiputado de Podemos Xabier Benito ha llevado este tema al Parlamento Europeo, ya que la obra podría entrar en conflicto con la Directiva Marco de Aguas de la UE.
Este modus operandi no es único en el desarrollo urbanístico de Getxo. Recientemente se han construido 500 pisos (de los que solo un máximo de 223 podrían destinarse a protección oficial) en el barrio de Iturribarri, conocido como el distrito de la humedad. El equipo del Ayuntamiento, encabezado por Joseba Arregi, quien lleva 16 años en el cargo de concejal de Urbanismo, tampoco realizó un estudio de impacto medioambiental en una de las cuencas de drenaje del río Gobela. GUK denunció ante la fiscalía del medio ambiente estas irregularidades.
Continuar con la resistencia
Actualmente todas las asociaciones y vecinos afines a la causa apuestan firmemente por la resistencia pacífica y el llamamiento a la movilización popular para conseguir detener este proyecto que califican de faraónico, antiecológico e ilegal. No es fácil, ya que tras la demolición del anterior campamento y todas las huertas, las condiciones en las que resisten son precarias.
Pero no están solos, gran parte del Pleno municipal también está movilizado. GUK y EH Bildu presentaron una moción conjunta en la que pedían al Ayuntamiento la paralización de las obras hasta que se celebre un referéndum vinculante sobre la construcción del párking. Además, los concejales de ambas formaciones políticas forman parte de estos movimientos sociales. Guijarrubia explica que, a nivel administrativo, no pueden hacer mucho y que lo que hay que conseguir es reivindicar la revisión del PGOU de 2001.
“El día a día es difícil, sobre todo en invierno. El frío es horrible y con el viento es peor”, reconoce Hodei, uno de los miembros de Tosu Betirako. “Al final a las asambleas venimos unas diez personas, pero contamos con el apoyo de todos los vecinos de la zona”, asegura. Viendo la acogida que están recibiendo desde el desalojo, se muestra optimista y cree firmemente que están más cerca de conseguir su objetivo que nunca.
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