Tribuna
Antigitanismo al desnudo: la silla vacía en el Parlamento Europeo

Doce millones de personas de la UE ven vulnerado el derecho fundamental más elemental en democracia: el derecho a la representación política.
Parlamento Europeo escaleras
Foto: European Union 2015 - European Parliament

El gran consenso Antigitano transversal desde la extrema derecha a la extrema izquierda. Todos los partidos de los 27 países de la UE se han puesto de acuerdo en una decisión (in)consciente: ni una sola persona gitana formará parte del Parlamento Europeo.

De los 720 asientos que representan a la ciudadanía de la Unión Europea, ni uno solo ha sido garantizado a la mayor minoría de Europa. Doce millones de ciudadanos/as de la UE ven vulnerado el derecho fundamental más elemental en democracia: el derecho a la representación política.

La ausencia de representantes gitanos en el nuevo Parlamento Europeo tras las elecciones del 9 de junio es un reflejo desgarrador de cómo las organizaciones políticas de toda la UE siguen fallando en dar voz a todas a las minorías de nuestra sociedad. Paradójicamente la Unión Europea se fundó en parte para defender los derechos de las minorías. Irónico.

Todos los ciudadanos merecen una voz que los represente en el Parlamento Europeo. Es una cuestión de justicia, de dignidad y de derechos humanos universales

Primero, hablemos claro: los partidos políticos no están haciendo lo suficiente para incluir a los gitanos en sus listas. ¿Por qué? Porque los prejuicios y la discriminación todavía pesan demasiado. Este antigitanismo latente ahora se torna más evidente que nunca a nivel político. El resultado es devastador: los gitanos no tienen la visibilidad ni las oportunidades políticas que constitucionalmente deberían estar garantizadas.

La comunidad gitana sigue luchando contra un muro de estigmatización y marginación. La rueda de la desconfianza institucional hacia los gitanos sigue actuando como una apisonadora racista. Es por ello que en una dinámica dialéctica  la comunidad gitana no confía en un sistema que históricamente la ha discriminado y lo sigue haciendo.

Además, los sistemas electorales no siempre facilitan la representación de minorías. En lugar de abrir puertas, muchas veces las cierran.

La realidad es que, sin apoyo financiero, logístico y organizativo, la ciudadanía gitana enfrenta una batalla que parece a todas luces invencible. Necesitamos más que palabras vacías; se necesitan recursos y respaldo real para tener oportunidades de representación política.

Sin la posibilidad de hacer política en las instituciones democráticas, la pretensión democrática de justicia se torna en papel mojado.

Todos los ciudadanos merecen una voz que los represente en el Parlamento Europeo. Es una cuestión de justicia, de dignidad y de derechos humanos universales.

La lucha por la igualdad y la inclusión debe ser nuestra prioridad. No podemos seguir avanzando mientras dejamos a comunidades enteras atrás.

Si sembramos el monopolio “blanco” en el campo institucional, no podemos sorprendernos de la ausencia de discursos y políticas antirracistas. Terreno listo para la normalización política de los partidarios de una Europa blanca sin diversidad.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna El día después del derrocamiento de Al Asad en Siria
El pueblo sirio ha sufrido lo indecible en los últimos años en sus aspiraciones de soberanía y de liberación. La pregunta ahora es ¿cómo se va a reconfigurar el reparto de poder en Siria y en la región?
Tribuna
Tribuna Personas solicitantes de asilo, las grandes olvidadas en la reforma del Reglamento de Extranjería
El nuevo reglamento deja un vacío en el sistema, como forma de disuadir a las personas que quieren pedir asilo en el Estado español y que reúnen las condiciones para ello.
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
isa
10/6/2024 21:07

No sé qué han hecho o dejado de hacer por el pueblo gitano esas tres personas que nombras, igual no eran las personas idóneas....lo que no debe presuponer que no haya otras personas gitanas que sí puedan hacerlo bien.
Si miramos la lista de payos políticos, mucho más amplia y que "juega en casa" por así decirlo, nos encontramos con un gran tanto por ciento de (siendo suave) inútiles, corruptos, arribistas, estafadores, amigos del alma de narcos y un largo etcétera de adjetivos peyorativos ganados a pulso.
Y a nadie se le ocurre poner en duda que el pueblo payo pueda llegar a tener una representación política decente.
En todas partes cuecen habas: el payocentrismo también se lo tiene que mirar, que pocas lecciones tiene que dar como sociedad ideal.
Me parece a mí.

1
0
Antonino
10/6/2024 21:20

No trato de dar lecciones a nadie. Como dices, la sociedad paya tiene lo suyo, como todas, claro. Por otro lado, creo que nada impide a una persona gitana válida, presentarse en política para mejorar la sociedad, la gitana y la paya. Lo que me parece una incongruencia es ser gitano o gitana y pertenecer a un partido heredero del franquismo. Un saludo.

1
0
isa
11/6/2024 8:42

Igual de incongruente que ser de clase obrera y votar a la derecha.
Saludos

1
0
Antonino
10/6/2024 16:47

Pues no sé yo qué han hecho por su pueblo Sara Giménez (ciudadanos) o Juan José Cortés (PP). Por no hablar de Carlos Cortés, el último presidente de FAGIB, detenido por narcotráfico.

0
1
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”

Últimas

Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.

Recomendadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.