Teatro
‘Vulva’, la obra que afronta el acoso a una mujer a la que han violado su intimidad

‘Vulva’, la propuesta escénica comandada por Irene Herrero Miguel, se basa en el caso de Verónica, la trabajadora de Iveco que se terminó suicidando después de que se viralizara un vídeo íntimo entre sus compañeros de trabajo.
La obra de teatro ‘Vulva’
Un momento de la obra ‘Vulva’. Foto: Carlos Mira Manzano.
@Guille8Martinez
28 ene 2022 06:00

No pretende juzgar, ni ser moralista, tampoco culpabilizar a nadie. Sí quiere enseñar una realidad demasiado escondida, plantear preguntas comunes al común, recrear el eterno debate entre la culpa y la responsabilidad, inmiscuirse en el miedo del tabú al sexo, a la masturbación femenina, a lo que muchas veces hasta su pronunciación está vedada: “vulva”. Así se titula la creación teatral con la que Irene Herrero Miguel se estrena como directora y dramaturga y en la que, desde una única protagonista acompañada por cinco personajes más, consigue hablar de todo un proceso de acoso que desemboca en el peor de los finales, como si este tipo de situaciones fueran un círculo infinito del que es imposible escapar, que se repite una y otra vez. ¿Hasta cuándo?

En mayo de 2019, un vídeo íntimo filmado por una trabajadora de la planta de Iveco en San Fernando de Henares se hizo viral. El primer envío procedió de uno de sus propios compañeros de fábrica. Esa experiencia es el espejo de Vulva, donde una profesora en un colegio se ve envuelta en un acoso que nadie puede llegar a controlar. Todos y todas, porque nadie está educado para hacer frente a una situación así, dan su pequeño empujoncito a la protagonista, que acaba igual que empieza: inmóvil en el suelo.

“A medida que se sucede la obra, esas sonrisas se congelan porque desde fuera todo el mundo tiene muy claro qué es ir demasiado lejos”, dice la dramaturga Irene Herrero Miguel

“Cuando vi lo sucedido en Iveco me removió mucho el caso. Cómo la culpa se puede llegar a apoderar de un momento de placer y diversión, y marcharse y ensuciarse hasta volverse en tu contra de esa manera”, reflexiona la dramaturga. Ella, consciente del teatro como una herramienta para compartir preguntas más que de buscar las respuestas, ha logrado que la escenografía planteada llegue a ser un acto colectivo. Amigos y amigas, el jefe sin recursos, la hermana feminista, el marido, los policías, el antiguo ligue. Todos cumplen su misión dentro de Vulva, como si el corolario de voces consiguiera acercar al espectador a su propia imagen: “Tiene hasta cierto humor porque la gente se siente identificada con algunas frases de los personajes, como si las pudieran haber dicho ellos en un momento así. A medida que se sucede la obra, esas sonrisas se congelan porque desde fuera todo el mundo tiene muy claro qué es ir demasiado lejos”, se explaya la dramaturga cuya obra se puede ver actualmente en el Teatro del Barrio, en Madrid.

Responsabilidad culpable

Así pues, Herrero logra acercar una historia personal, política, construida a través del entorno, en base a las propias contradicciones que a ella le asaltaron al ver lo ocurrido en Iveco. Al fin y al cabo, es un guion perfectamente compuesto de brocha fina y gorda que crea el personaje, a su vez configurado mediante la psicología de los demás intérpretes. El resultado: una obra infinita en la que todos tenemos algo que decir. En ella, uno de los principales binomios que la vertebran corresponde con el de la responsabilidad y la culpa. Según Herrero, “desde la dirección ha sido el principal reto, así como para el elenco, el trabajar los personajes sin juzgarlos ni culparlos. El reto era decir que esta gente tenía su parte de responsabilidad en el fatal desenlace pero no es que fueran esencialmente malos, es que quizá todos somos un poco así y no nos damos cuenta”.

“Se dan muchos casos de suicidios como consecuencia de esta vulneración de la intimidad en la mujer y no estamos sabiendo resolverlos”, explica la directora

Y es que la representación explora las vías para escapar de una situación de acoso provocada a raíz de vulnerar la intimidad de una mujer que lo único que hace es mostrar cómo se masturba, goza, disfruta de su cuerpo, y lo comparte. “Desde fuera puedes decir que sí, que hay recursos, instituciones y entidades, pero tenemos que ir más allá porque se dan muchos casos de suicidios como consecuencia de esta vulneración de la intimidad en la mujer y no estamos sabiendo resolverlos”, explica la directora. Porque el problema es social, porque todo se reduce a cómo el hecho de que una mujer que disfruta de su vida sexual de forma libre y activa se puede llegar a convertir en arma arrojadiza, algo criticable cuando forma parte de la propia naturaleza humana y que todas las personas, en mayor o menor grado, lo hacen en su vida privada.

El nombre elegido, Vulva, marca la puerta de entrada al mundo de la curiosidad, el morbo y el rechazo. Todo lo que produce esa palabra simbólica y que, al mismo tiempo, es lo que denota el sexo y placer femenino: “Es esencial saber nombrarnos, verbalizar las partes de nuestro cuerpo. Es fundamental para ir al médico, hablar con una pareja o denunciar una agresión, porque poner nombre a nuestro cuerpo genera realidades que si no, no existirían”, expresa Herrero. Pero el rechazo sigue ahí, incluso por algunas salas que se han negado a programar la representación, dice la directora de la misma: “Hemos puesto un título que nos abre y cierra puertas”.

Cada uno crea su relato

Abrir aún más y empezar a entornar las puertas cerradas es lo que consigue la propuesta escénica, guionizada en algunas ocasiones por fragmentos de texto sacados de noticias de prensa y declaraciones de famosos sobre lo sucedido en Iveco. “No es lo mismo el relato del marido que se convence de que ha sido una infidelidad y justifica su drama personal sin escuchar realmente a la víctima del acoso, o el relato de sus amistades, o el del director del colegio. Ni siquiera como espectadores vemos el relato completo porque quedan algunas lagunas buscadas para que cada uno se configure el suyo propio”, describe Herrero.

Ella misma se vale de la parte más onírica para mostrar el miedo a denunciar. Unos policías cabareteros empujan, como todos los demás, a la protagonista: “Yo no pretendo explicar ni justificar los motivos que llevan una persona al suicidio, pero estos momentos de ensoñación permiten llegar a la psicología del personaje de una forma mucho más emocional”, arguye. Y su crítica no se queda ahí, sino que transita hasta el feminismo en el que ella se ubica: “Añadí, posteriormente, el personaje que encarna el feminismo porque sentía la necesidad de la autocrítica, de que ni siquiera en el feminismo muchas veces tenemos las herramientas para resolver casos así de forma adecuada”.

La escena, asimismo, se erige como campo de baile. La danza se comporta como otra herramienta más a través de la coreografía bajo la dirección de Mercè Grané. En este sentido, Herrero sabe la importancia del cuerpo en una historia así. “La representación pivota sobre el espacio que le damos al cuerpo en la sociedad, así que tenía que estar presente”, agrega. Todo ello forma parte de un conjunto que, pincelada a pincelada, convoca los elementos correctos en su justa medida. Ni son moralistas, ni quieren dar lecciones, ni hacer culpable a nadie. Ya lo saben: tan solo plantear preguntas, compartir las dudas.

A eso es a lo que se quieren dedicar por un tiempo a partir de ahora. “Trabajamos con la distribuidora porque nos gustaría salir de Madrid. Lo mejor de esta obra es que después todo el mundo se queda a debatir y hablar sobre el tema. Nos encantaría moverlo por España y poder hacer encuentros con el público”, añade Herrero. También aspira a moverse por institutos, donde las generaciones jóvenes están mucho más acostumbradas a las redes y compartir contenido personal. La realidad es innegable: las redes cada vez se usan más, por lo que será esencial enseñar y aprender a manejarlas. “Cuando ha venido gente joven al espectáculo lo han visto todo como algo muy natural y algunas personas del público sabían de otras compañeras que se habían visto en un lío por haber mandado una foto”, ilustra la directora. La realidad, aunque innegable, ya está empezando a cambiar.

Archivado en: Teatro
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Teatro
Teatro Social Quiero colapsar a tu lado
Entrevistamos a Laura Presa y Sandra Arpa, actrices, que componen, junto con Fernando Gallego, la compañía La Rueda, una de las pioneras y más estables agrupaciones de teatro social.
Artes escénicas
Artes Escénicas ‘iSlave’: tecnología, esclavos y consumo
En ‘iSlave’, el compositor Alberto Bernal propone, junto a Mar Gómez y Pablo Ramos, reflexionar en el escenario sobre la esclavitud que la tecnología provoca en este sistema a un lado y otro de la pantalla.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Una investigación independiente confirma que Israel acusó a la UNRWA sin pruebas
Un comité de Naciones Unidas apoyado por tres ONG nórdicas de derechos humanos desestima las acusaciones vertidas por Tel Aviv contra la agencia de refugiados en Palestina.
Melilla
Fronteras Denuncian expulsiones sin respaldo legal en el CETI de Melilla
La organización Solidary Wheels cuestiona las expulsiones recurrentes de solicitantes de asilo del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes en la ciudad autónoma.
Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Muere un hombre tras esperar 20 minutos a la ambulancia en un municipio de Madrid sin urgencias medicalizadas
La familia del fallecido habría contactado con el 112 después de que manifestara un dolor en el pecho y la ambulancia tardó 20 minutos en acudir. En este municipio llevan cuatro años sin urgencias medicalizadas.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Opinión
Opinión ¿Sirve de algo la condena internacional del genocidio?
Somos nosotros, países testigos de cuanto ocurre, los que somos juzgados con cada vida humana a la que negamos la justicia.
Más noticias
PNV
Apuestas Una alto cargo del Gobierno Vasco acumula 140.000 euros en acciones de la promotora de apuestas Kirolbet
La Inspección General de Justicia de Argentina recabó que la Directora de Euskera en la Consejería de Cultura y Política Lingüística, Estíbaliz Alkorta, tiene participaciones en Tele Apostuak.
Gasto militar
Gasto militar El gasto militar mundial batió un nuevo récord en 2023 al aumentar un 6,8%
Crece en todas las regiones y alcanza la cifra de 2,44 billones, según el último informe del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI).
Elecciones
Análisis 21A País Vasco, donde gobiernan los hombres de la derecha vasca desde el nacionalismo español
El soberanismo es mayoría absoluta, también lo son los votos de izquierdas. La política vasca sigue anclada a viejos acuerdos de gobernabilidad, y alejada de unas calles feministas.
Elecciones
Elecciones Euskadi Sumar araña un escaño, pero la izquierda confederal se hunde en Euskadi
Elkarrekin Podemos desaparece del Parlamento Vasco tras perder seis escaños y casi 50.000 votos que Sumar no recoge al completo, pero que le permiten acceder a un acta de diputado por Araba.

Recomendadas

Pensamiento
Kristen Ghodsee “Necesitamos soluciones que podamos llevar a cabo sin la ayuda del Estado”
Esta escritora y etnógrafa estadounidense explora experiencias utópicas del pasado y del presente en su último libro ‘Utopías cotidianas’ (Capitán Swing, 2024).
Catalunya
Antirracismo Las muchas voces de Catalunya: identidades diversas, segregación y más de 300 idiomas
En las últimas décadas la sociedad catalana se ha transformado con la llegada de personas migrantes, que ya suponen un 21% de la población. Aunque la exclusión y el racismo siguen ahí, en el día a día lenguas, experiencias e identidades se mezclan.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Acusan a una agencia pública catalana de complicidad con el apartheid y el genocidio en Palestina
Un reciente informe denuncia a ACCIÓ, la agencia gubernamental para la competitividad de las empresas catalanas, por impulsar relaciones económicas con Israel a pesar del “riesgo plausible de complicidad con genocidio y crímenes contra la humanidad”.