Nicolás Osuna, el hombre que nunca estuvo allí

Terrateniente, promotor y hotelero. Como tantos constructores, Nicolás Osuna fue presentado en sociedad como discreto y hecho a sí mismo. Los bancos le prestaron todo para engordar la burbuja, pero nadie puede echarle el guante. Ni Villarejo ni Hacienda.

Inmobiliaria Osuna
Felicia Barrio Domicilio social de varias empresas de Nicolás Osuna, el hombre más rico de Andalucía.
22 dic 2020 06:00

¿Puede ser el nº 177 el edificio más feo de todo el Paseo de la Castellana? Y mira que hay competencia. En frente, sin ir más lejos, está Castellana 200, un icono acristalado del auge y caída del ladrillo, y pasto de los especuladores. Será cuestión de gustos, aunque en el mío puede que haya influido mi tortuoso viaje río arriba por este gran canal madrileño de los negocios, entre camiones, grúas, baches y vallas de obra a mi paso por el Bernabéu.

Venía yo buscando el domicilio social de Agrícolas del Genil SL, de Agrícolas Noga SL y de decenas de sociedades del constructor granadino Nicolás Osuna, de quien se escribe sin mucho pudor que es el hombre más rico de Andalucía. Quería dar respuesta física a una pregunta muy sencilla, ¿por qué la sede de sus empresas relacionadas con lo rústico, lo forestal, lo agrícola y lo cinegético están instaladas en el corazón financiero de Madrid?

La duda persiste, porque al llegar me encuentro una oficina que parece una agencia inmobiliaria pero que dedica la mitad de su escaparate a una cadena de hoteles urbanos (Hoteles Center, de su propiedad). Como buen constructor, Nicolás Osuna ha tejido uno de los entramados societarios más extraños del tapiz empresarial. Alguien debería estudiar algún día el baile de NIF de sus empresas. El de su principal sociedad, Inmobiliaria Osuna SL, por ejemplo. En 2014, Inmobiliaria Osuna SLU (NIF B28201598), creada en 1962, era la empresa que aglutinaba su patrimonio. Tenía su sede en la Carretera de la Acera del Casino, 9, Granada; cifraba sus activos en 1.026 millones de euros y cerró el año con unas pérdidas de 83,8 millones. Aquella empresa se liquidó en 2015.

Hoy, otra con el mismo logotipo y el mismo nombre, pero con otro NIF —Inmobiliaria Osuna SL (B28241495)—, creada en 1970, orquesta sus suelos, sus promociones en la Costa del Sol, en Granada, en Almería, Badajoz… Su sede no está en Granada, sino aquí delante. Me pregunto, por poner un ejemplo, a cuál de los dos NIF se refiere la memoria anual de la Sareb correspondiente al ejercicio 2016, el año que ejecutó la dación en pago de varios suelos y viviendas terminadas valoradas en 27,07 millones de la Inmobiliaria Osuna. A Nicolás Osuna le bailan los NIF de las inmobiliarias, de los hoteles y de las agropecuarias sin llamar la atención. Apenas hay fotos suyas, apenas se escribe nada de él.

A su caché como “el hombre más rico de Andalucía” siempre le acompañaron los manidos apellidos de enigmático, discreto, sigiloso… Como tantos constructores. Enigmas hay, desde luego. Aún hoy está por desentrañar cómo pudo salvar los muebles tras la burbuja inmobiliaria sin desaparecer, sin quebrar, sin ir a la cárcel, sin morir...

En 2006, Osuna estaba considerado uno de los grandes terratenientes de Andalucía, tenía y sigue teniendo miles de hectáreas de fincas de caza y de producción de aceite de oliva. Como tantos constructores aquellos días, venía de una familia humilde y había erigido su fortuna de la nada. Pero, sobre todo, era el promotor y dueño de suelos más activos de Granada y sus alrededores, una ciudad que aumentó sin fin su mancha urbana durante la burbuja.

Como tantos constructores, lo tenía todo para dar el salto a Madrid. Se lo jugó todo en la Bolsa y en 2007 le llovió el dinero para propiciar su asalto al Banco Popular, donde fue consejero y dueño del 3,7%. A Iberdrola, que también le acomodó en su mesa de control, tras declarar un 1,2% de la eléctrica. Al BBVA, donde llegó a tener un 3,9%, según publicó El Confidencial mucho después. Y al Sovereign Bank, filial del Santander en EE UU, de la que compró el 2% en 2008. Siempre de prestado, como tantos constructores. En 2019 se supo que el BBVA había contratado al excomisario Villarejo en 2014 para saber si podría recuperar alguno de los 600 millones que el banco vasco y el Santander le habían dejado para acometer todas sus aventuras. Obviamente no recuperaron nada.

Osuna conserva su inmobiliaria y sus fincas en Iznalloz y en Andújar, cuyo coto de 3.933 hectáreas llega hasta la puerta de la ermita de la patrona de los cazadores. También retiene, victorioso, su lujosa cadena, los Hoteles Center (nueve hoteles de lujo), dueña de la Casa Fuster de Barcelona, un edificio modernista construido en 1910 por el arquitecto Lluís Domènech. El hotel se convirtió en el símbolo de su pomposa ostentación y en la dedicatoria que brindó a sus enrabietados prestamistas. Le odiaron.

cómo llegar
 ▶ Paseo de la Castellana 177, bajo, Madrid. 8,1 km desde la Plaza Luca de Tena, nº 13, sede de la redacción de El Salto

 


Cargando valoraciones...
Ver comentarios 13
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Cargando portadilla...
Comentarios 13

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...