Sidecar
La batalla maldita para occidente

Se cumplen 70 años de la batalla de Dien Bien Phu, la última batalla de la guerra de Indochina, que marcó un antes y un después para la presencia colonial en Asia.
Dien Bien Phu batalla victoria
Imagen de las tropas del Viet Minh plantando su bandera sobre el cuartel general francés capturado en Dien Bien Phu, el 7 de mayo de 1954. Fotografía tomada por Triệu Đại. (CC0 )
5 jun 2024 10:00

Si la batalla de Điện Biên Phủ –el Stalingrado de la descolonización– necesitara un símbolo, no habría otro peor que una bicicleta. Una bicicleta ensillada con piezas de artillería de cohetes Katyusha en ruta para ser ensambladas de nuevo en la cornisa de las montañas, que dominaban el valle donde las divisiones del ejército de Võ Nguyên Giáp aplastaron a las fuerzas imperiales francesas hace ahora setenta años. Para conmemorar su victoria, el Estado vietnamita ha organizado una recreación a gran escala de los hechos en la que miles de personas asumieron los papeles de porteadores campesinos y de efectivos regulares del ejército que ganó la Primera Guerra de Indochina. Todo estaba listo excepto los actores que interpretarían a los franceses, aunque si la invitación se hubiera hecho a los veteranos de la nouvelle vague francesa, es difícil que hubieran rechazado la llamada. ¡Jean-Pierre Léaud en el papel de Henri Navarre!

Uno de los dramas cruciales de Dien Biên Phủ es que ambos bandos querían el enfrentamiento. El comandante de los franceses, Navarre, confiaba en poder encauzar al ejército vietnamita como las tropas francesas habían hecho dos años antes en Nà Sản. Quería cerrar el paso a cualquier incursión vietnamita en Laos por el norte, convirtiendo Điện Biên Phủ en un «campamento atrincherado» poblado por 12.000 soldados franceses, al tiempo que enviaba cincuenta y tres batallones para acabar con las fuerzas vietnamitas en el delta meridional del río. Su segundo al mando, René Cogny, quería enfrentarse a los soldados de Giáp en campo abierto al estilo de las batallas del siglo anterior: «Quiero un enfrentamiento en Điện Biên Phủ. Haré todo lo posible para que coma tierra y se olvide de querer probar suerte en la gran estrategia». Giáp recogió encantado el guante, diciendo a sus planificadores que «Điện Biên Phủ podría ser la batalla».

Los políticos franceses intentaron avivar la fiebre de guerra, sugiriendo que las fuerzas de Ho eran nada menos que nazis

La propia batalla tuvo características que parecían mirar más al pasado que al futuro: un enfrentamiento en el que ambos bandos sabían dónde se iban a enfrentar y podían escoger cómo hacerlo, que se libraría en un terreno abierto salpicado de trincheras, que por mor de los monzones tropicales debían de haber rivalizado con las de la batalla de Verdún (algunos de cuyos veteranos luchaban en el bando francés) de la Primera Guerra Mundial. Hubo llamamientos a pasar por encima; hubo intentos de hacer un túnel bajo el enemigo; hubo incluso poetas implicados en ambos bandos. Los políticos franceses intentaron avivar la fiebre de guerra, sugiriendo que las fuerzas de Ho eran nada menos que nazis. «Yo digo que cualquier política actual de capitulación en Indochina sería como la de Vichy», dijo el gaullista Edmond Michelet a los diputados franceses en París. (El llamamiento fue desoído por los estibadores de Marsella, que se negaron a descargar los ataúdes que regresaban de Điện Biên Phủ).

La idea de bombardear con armas nucleares un Estado comunista en proceso de formación no era ni mucho menos una fantasía para Washington o la CIA

Pero para Ho la batalla era aún más existencial: sería el golpe maestro que pondría a Hanoi en una posición fuerte en las negociaciones de posguerra que debían celebrarse en Ginebra. En el mes previo al choque, los chinos suministraron a las tropas vietnamitas una gran cantidad de artillería y munición. Los cañones de Giáp destruyeron la pista de aterrizaje francesa en los primeros días de bombardeo. Decenas de miles de vietnamitas, en su mayoría mujeres, fueron reclutadas como porteadores, suministrando alimentos y armas. Los franceses se centraron en romper el acceso de las tropas vietnamitas al arroz. «Matar de hambre al adversario», era la orden de Raoul Salan. La solidez de las cadenas de suministro de alimentos era primordial para una batalla tan prolongada y los vietnamitas del norte recordaban muy bien la hambruna provocada por el bloqueo aéreo estadounidense en 1944-1945 en la que murió al menos un millón de personas y que merece un lugar más destacado en los anales de la infamia liberal-capitalista.

La Primera Guerra de Indochina fue en muchos sentidos la continuación de la confrontación entre Estados Unidos y China en Corea, llevada a cabo en un nuevo terreno y en cuyo despliegue la potencia estadounidense se ocupaba del suministro de las tropas franceses. En la década de 1950 las armas nucleares seguían siendo un regalo del cielo para los militares occidentales y su uso no estaba de forma alguna absolutamente excluido. MacArthur había sopesado su despliegue en Corea; Eisenhower amenazaría a China con ellas en la crisis del Estrecho de Taiwán. Independientemente de que el secretario de Estado John Dulles se ofreciera o no a suministrar armas atómicas a las fuerzas francesas, como Georges Bidault dijo que había hecho, la idea de bombardear con armas nucleares un Estado comunista en proceso de formación no era ni mucho menos una fantasía para Washington o la CIA.

«¿Qué debemos hacer para realizar un Điện Biên Phủ? ¿Cómo hacerlo?», se preguntaba Fanon en Les damnés de la Terre. Es una pregunta que el historiador Christopher Goscha responde con aplomo en su reciente historia de la batalla, The Road to Dien Bien Phu (2022). Su respuesta es que la revolución vietnamita de las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial fue más allá que la llevada a cabo en cualquier otro Estado en proceso de descolonización. Tal vez Ho hablara recurriendo a parábolas cuando afirmaba que Vietnam era el tigre guerrillero capaz de enfrentarse al elefante imperial, pero en 1954, como muestra Goscha, Ho ya tenía su propio elefante. Además de introducir el servicio militar obligatorio, el Estado comunista vietnamita aplicó con audacia y brillantez la reforma agraria en pleno conflicto con los franceses para construir el tipo de comunismo de guerra, que podía movilizar plenamente a la clase campesina y convertir a las minorías en vietnamitas. Para Ho la guerra tenía dos frentes: contra los franceses y contra los terratenientes vietnamitas más «patriotas». Los campesinos resultaron ser el factor decisivo en la victoria de Giáp, lo cual contrasta netamente con las fuerzas de corte más guerrillero de Indonesia y de Argelia, que no tenían Estados comunistas que las guiaran.

El legado de Điện Biên Phủ tenía una utilidad limitada ya en la época de Fanon. No había ninguna fuerza convencional en Oriente Próximo, ni en África, ni en el resto del sudeste asiático capaz de enfrentarse a las potencias occidentales en terreno abierto. La adquisición de armas nucleares por parte de algunos Estados del Sur global en todo caso obviaba la necesidad de fuerzas convencionales que aspirasen a ese nivel de fuerza. Los argelinos, por su parte, demostraron que las victorias políticas podían ser tan eficaces como las del campo de batalla. Pero la capacidad de los Estados asiáticos para librar guerras máximas con gran tolerancia a las bajas y pasar a una economía de guerra en un abrir y cerrar de ojos nunca llegó a ser del todo ociosa. Aunque la batalla no fue más que el prólogo de la década de bombardeos aéreos y de guerra química, que Estados Unidos estaba a punto de desencadenar contra el pueblo vietnamita, ninguna potencia occidental volvió a ganar otra gran guerra terrestre en Asia. A los líderes occidentales les atormentaba el recuerdo de 1954. Como dijo Lyndon B. Johnson: «No quiero ninguna otra maldita Điện Biên Phủ».

Sidecar
Artículo original: The winning side publicado por Sidecar, blog de la New Left Review y traducido con permiso expreso por El Salto. Véase Che Guevara, «Vietnam Must Not Stand Alone», NLR I/43.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sidecar
Sidecar El mismo filo de la navaja: Starmer contra la izquierda
Desde el principio de su liderazgo, Starmer y su equipo decidieron confundir el apoyo acrítico a Israel con una postura ecuánime contra el antisemitismo para poder utilizar esta confusión como un arma con la que matar a la izquierda.
Sidecar
Sidecar Control de daños en la República Islámica de Irán
El Estado iraní se enfrenta a una plétora de contradicciones estructurales. La elección de Masoud Pezeshkian, un reformista, representa el modo elegido para intentar superar esta crisis múltiple.
Sidecar
Sidecar Victoria aplazada de la izquierda francesa
Al disolver la Asamblea Nacional, Macron, el 'enfant roi' del Elíseo ha roto sus juguetes y ha pedido a otros que los arreglen.
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas e intercambio de misiles entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones pueden violentar a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.

Últimas

Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Más noticias
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.

Recomendadas

Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.