Salud mental
La Confederación Asperger España exige a El Economista rectificación por un artículo sobre Greta Thunberg
El pasado 22 de octubre, el diario de la prensa salmón ElEconomista.es publicaba una columna de opinión bajo el título Greta, déjalo ya, firmado por el expresidente de la Comunidad de Madrid por el PSOE Joaquín Leguina. En el texto, ilustrado con una foto de la activista sueca Greta Thunberg, Leguina suelta una serie de ataques contra la activista llegando a nombrar el síndrome Asperger, que la activista ha confesado padecer desde niña, como “graves problemas cerebrales”. Leguina continúa señalando a Thunberg y a su hermana Beata, que también sufre TDAH con rasgos de Asperger y “trastorno de oposición desafiante”, como “un catálogo de trastornos”.
Leguina remata comentando cuál podría haber sido, en su opinión, la solución: “Ya lo decía mi abuela: un azote a tiempo enseña más a los niños que una enciclopedia”
El expresidente de la CAM afirma que la activista es, además, una mentirosa y cita una columna de Maite Rico en El Mundo en el que tachan a Greta de “una adulta con sombrerito que difunde mentiras y odio con la misma soltura con la que antes luchaba contra la contaminación“. El columnista sigue señalando que “la responsabilidad es de los padres”, apuntando a que no por el hecho de que “sus hijas sean un catálogo de trastornos”, sino porque “decidieron seguir la corriente a las niñas”. Por si no fuera suficiente, Leguina remata comentando cuál podría haber sido, en su opinión, la solución: “Ya lo decía mi abuela: un azote a tiempo enseña más a los niños que una enciclopedia”.
El artículo ha tenido respuesta por parte de la Confederación Asperger España, organización que aglutina a 26 asociaciones y federaciones sin ánimo de lucro de todo el Estado que, entre sus objetivos se encuentra “la participación social efectiva de las personas con Asperger y otros TEA respetando su neurodiversidad”. Este miércoles, la Confederación ha enviado una carta a la atención de la dirección de El Economista manifestando su “profunda preocupación y malestar” por el artículo de Joaquín Leguina.
La Confederación Asperger España señala que el texto “hace referencia al síndrome de Asperger/TEA1 y a otras etiologías de discapacidad psicosocial en términos que resultan estigmatizantes y despectivos"
En la carta, a la que ha tenido acceso El Salto, la Confederación señala que el texto “hace referencia al síndrome de Asperger/TEA1 y a otras etiologías de discapacidad psicosocial en términos que resultan estigmatizantes, despectivos y contrarios a la dignidad de las personas que conviven con estas condiciones neurológicas”. Desde la organización señalan las frases extraídas del artículo con las que Leguina se refería a las hermanas Thunberg: “No solo carecen de rigor, sino que contribuyen a reforzar prejuicios y a perpetuar la discriminación hacia un colectivo que ya enfrenta importantes barreras sociales, educativas y laborales”. “El trastorno del espectro autista en su nivel 1 (más y mejor conocido como síndrome de Asperger) no implica ‘graves problemas cerebrales’, sino una forma distinta de procesar la información y relacionarse con el entorno”, apunta la asociación en su carta enviada al periódico económico.
Desde la Confederación dicen que entienden y defienden la libertad de expresión y de opinión, pero consideran “que los medios de comunicación tienen también una responsabilidad ética y social: evitar la difusión de mensajes que puedan fomentar el estigma o el desprecio hacia colectivos vulnerables”. Es por ello que desde la organización le solicitan a la dirección de El Economista que “valore la publicación de una rectificación o nota aclaratoria que reconozca el carácter inapropiado de esas expresiones”. A su vez, también piden que “se promueva en su redacción una mayor sensibilidad y formación en el tratamiento de la discapacidad y la salud mental” y, finalmente, “que se dé voz en futuras publicaciones a las personas Asperger y sus familias, para contribuir a una visión más justa, realista y respetuosa”.
El barquito, la religión verde y las verduleras
La columna de Joaquín Leguina no termina en las desafortunadas frases sobre la salud mental de Greta y su hermana. De hecho, arranca señalando que “la última aventura de esta ha consistido en subirse a un barquito”, en referencia a la Flotilla que navegó rumbo a Gaza con la intención de romper el bloqueo y llevar alimento a la población palestina asediada por el ejército israelí con la intención de usar la hambruna como herramienta en el genocicio. El expresidente de la CAM apuntaba a Thunberg como una mentirosa al relatar su experiencia tras los cinco días que estuvo bajo el secuestro de las fuerzas de Israel e ironizaba diciendo que “ha vuelto a casa convertida en superviviente de Auschwitz”.
Leguina continúa diciendo que debemos aguantar “no sólo a muchachas como Greta sino, en el caso español, a la ex ministra Teresa Ribera, empeñada en cerrar las centrales nucleares”
Pero el exmandatario del PSOE tenía un último tirabuzón preparado para el último párrafo del artículo que le permitía atizar a su anterior partido, del cual fue expulsado en diciembre de 2022. Tras clasificar al ecologismo de “nuevas religiones verdes” y las declaraciones de Greta Thunberg como “sermones amenazantes, exagerados y, en el fondo, insoportables”, Leguina dice que “el caso de esta mujer destaca entre todas las verdulerías que hemos de soportar sin abrir el pico”, y continúa diciendo que debemos aguantar “no sólo a muchachas como Greta sino, en el caso español, a la exministra Teresa Ribera, empeñada en cerrar las centrales nucleares”. Leguina acaba la columna de El Economista retorciendo el argumento inicial hasta el punto de finalizar con una pregunta: “¿Cómo es posible que esta verdulería se haya apoderado del Gobierno de Sánchez?”.
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