Literatura
El Oráculo de Gaia e Iv
El Oráculo de Gaia e Iv son dos novelas imprescindibles para quienes aprecien la ciencia-ficción de calidad, esa que, además de entretener, sugiere, prevee y enseña.
@luisglezreyes.bsky.social
@luisglezreyes@mastodon.social
Un imaginario muy extendido es que, detrás del colapso de la civilización industrial, habrá un mundo de miseria y lucha constante entre las personas. Una especie de apocalipsis zombi. Es un imaginario que no solo proyectan los centros de poder para su propio beneficio, sino que también impregna gran parte de las visiones de los movimientos con vocación emancipadora. Si no conseguimos contrarrestar este imaginario, las probabilidades de que se convierta en una profecía autocumplida serán altas, por lo que este es uno de los espacios centrales de trabajo. La construcción de los imaginarios se conforma en múltiples campos, pero probablemente uno de los más destacado es de las artes en sus múltiples expresiones.
Retazos de la red,de Juan Ibarrondo, ya había hecho una incursión notable en la construcción de visiones liberadoras de los escenarios poscolapso, pero El Oráculo de Gaia e Iv de Érawan Aerlín (alterego literario femenino de Carlos de Castro) contienen una sutileza y complejidad bastante más refinadas.
Suponen dos aportaciones de primerísimo nivel en esta construcción de imaginarios emancipadores. Las dos novelas muestran un futuro complejo en el que la situación está lejos de ser una la maniquea y muy masculina visión de personas peleando constantemente entre sí. Digo "maniquea" porque no se sostiene por ningún sitio una sociedad articulada solo alrededor de una lucha sin fin. Es una visión que obvia que los seres humanos tenemos una tendencia innata a la sociabilidad y que necesitamos de toda una serie de cuidados imposibles de recibir si estuviésemos buscando siempre la forma de matarnos. Los textos son mucho más ricos que esa simplificación grotesca de la naturaleza humana que es Mad Max. Hay enfrentamientos y luchas, pero también hay amor, mucho amor, y cuidados. Es más, estos últimos rasgos aparecen como un elemento fundante del conjunto de la biosfera, de Gaia.
Pero los dos libros tienen lecturas más allá de escudriñar en la naturaleza humana y de la vida dando esperanzas de escenarios poscolapso transformadores y con capacidad de trascendencia. También toman perspectiva, mucha perspectiva, tanto temporal como de escala. Las historias que nos plantean no hablan de décadas, sino de milenios. Los plazos no son humanos, sino gaianos y eso nos sitúa en lógicas totalmente distintas. Pero no solo los tiempos son largos, sino que las escalas son amplias. Los libros, aunque se estructuran alrededor de lo que hacen algunas personas y sociedades, en realidad están escritos desde una mirada biosférica, gaiana. Eso sitúa las reflexiones que evocan las tramas en otro marco mucho más rico que el de mirarnos nuestro ombligo.
Además, ambas novelas, pero sobre todo Iv, permiten una lectura entrelíneas de algunas de las conclusiones más destacadas del trabajo científico llevado a cabo por el autor en su Teoría de Gaia Orgánica. Un trabajo con fuertes implicaciones políticas, económicas y filosóficas.
Quien después de haber leído esto piense que El Oráculo de Gaia e Iv son dos tratados disfrazados de novela se equivocaría. Otra de las virtudes de los libros es que permiten, al menos, dos lecturas. Una profunda y otra, no incompatible, más superficial. Es en esta segunda en la que se disfruta de una trama que engancha de principio a fin y que está lejos de ser lineal y predecible.
En resumen, si ahora mismo me preguntasen a bocajarro por una novela que recomendaría de todas las que me he leído, El Oráculo de Gaia e Iv tendrían bastante probabilidad de salir por mi boca.
Relacionadas
Asturias
Las Seis de la Suiza consiguen el tercer grado penitenciario a la espera del indulto prometido por el Gobierno
Laboral
Legislación laboral en condiciones de calor extremo: existe pero ¿se aplica?
Portugal
La derecha y la extrema derecha portuguesas acuerdan una ley antimigrantes sin precedentes
El Salto n.79
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Opinión
Nunca es tarde: sobre justicia transicional y régimen colonial español en el Franquismo
Euskal Herria
La transferencia a Euskadi de los subsidios de desempleo se atasca
Incendios
El vecindario de la Cañada responsabiliza del incendio a Ayuso y denuncia la actuación de Emergencias
Grecia
Grecia muestra su peor cara ante el aumento de llegadas de personas migrantes a Creta
Torrejón de Ardoz
Torrejón clama justicia por Abderrahim un mes después de que muriera asfixiado por un policía de Madrid
Palestina
El ataque de Israel a una iglesia indigna al Gobierno francés, que sigue sin hacer nada contra el genocidio
Últimas
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Cómic
Simon Hanselmann y el arte de lo obsceno
Región de Murcia
Más de mil organizaciones piden que se castiguen los discursos de odio que incentivan las agresiones racistas
El Salto Radio
Yupanqui, la música en colectivo
Región de Murcia
Bulos y algaradas: la estrategia internacional para promocionar el supremacismo
Estados Unidos
No es una guerra de Trump contra el fentanilo, es una guerra contra los pobres
Justicia
Organizaciones civiles y de derechos humanos piden protección para el hijo menor de Juana Rivas
Francia
Francia se ensaña con los más desfavorecidos con su nueva batería de recortes
Recomendadas
Pensamiento
Nuria Romo
“Los procesos de medicalización no son neutros, se hacen sobre todo hacia las mujeres”
Comunismo
Jodi Dean
“Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
Arte contemporáneo
Palabras contra el poder: la vigencia radical de Barbara Kruger
Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!