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Rumanía
La ultraderechista Alianza para la Unión de los Rumanos de George Simion se destaca para la segunda vuelta

Fundada en 2019, la Alianza para la Unión de los Rumanos se impuso en la primera vuelta de las elecciones presidenciales con 3,8 millones de votos —el 40,9% del total— en la primera vuelta de las elecciones celebrada el domingo 4 de mayo. La segunda vuelta tendrá lugar dentro de dos semanas, el 18 de mayo, y enfrentará al partido ultraderechista de George Simion con el centrista alcalde de Bucarest, Nicușor Dan, que se presentaba ayer como independiente.
Las elecciones del 18 de mayo estarán marcadas, eso sí, por los repartos de votos de otros dos núcleos de votantes fundamentales. Los que conforman Crin Antonescu, centrista y liberal, fundador de la alianza Rumania Adelante, que en la noche del 4 de mayo protagonizó la gran sorpresa al perder en la recta final contra Dan. Antonescu, viejo rockero del centrismo, expresidente del Gobierno y del Senado, obtuvo ayer 80.000 votos menos que el alcalde de la capital. Sus 1,8 millones de votos serán claves si se produce una llamada al voto contra Simion, candidato de la extrema derecha y el antiestablishment.
Hay diferencias en las políticas reales entre Georgescu y Simion. Este último ha sido mucho más comedido a la hora de analizar el papel de Rumanía con respecto a la UE y la OTAN
Igualmente necesarios para esa conjura contra Simion serán los 1,2 millones de votos que obtuvo Victor Ponta, exprimer ministro de Rumanía y antiguo representante de la socialdemocracia. Juntos, Dan, Antonescu y Porta superaron ayer el 54% de los votos, pero esas sumas raras veces se trasladan automáticamente en la segunda vuelta. Antonescu no apoyó, en la noche electoral, a ninguno de los candidatos para el 18 de mayo. El caso de Ponta es aún más improbable, ya que este político ha tomado una derivada trumpista en la carrera electoral recientemente terminada para él.
La pregunta de las elecciones, no obstante, ya está marcada. Nicușor Dan encarna la pulsión prooccidental de gran parte de la población rumana, mientras que Simion cabalga la ola del trumpismo y se ha destacado hasta el punto de ser el líder más votado en una campaña contra el envío de ayuda militar a Ucrania. Eso le ha convertido en un individuo non grato para Kiev, que le ha prohibido la entrada al país.
El auge de la extrema derecha
Simion sigue el libreto de la extrema derecha global. Es nacionalista —de hecho, aboga por la unificación con Moldavia, lo que también ha creado un conflicto político con el país vecino— y su partido ganó cuota de pantalla y seguidores agitando las teorías de conspiración sobre el covid-19. Es además, el candidato más claramente antiLGTBQ. Sus opciones electorales en primera vuelta aumentaron después de que el Tribunal Constitucional del país suspendiese el reconocimiento de las elecciones del 24 de noviembre de 2024 por la injerencia rusa.
El candidato ganador en aquella ocasión, Călin Georgescu, perdió en marzo de este año su apelación y el Tribunal Constitucional le impidió presentarse a las elecciones de este año, en un caso que ha sido denunciado como lawfare por observadores internacionales. Simion ha declarado que recuperará a Georgescu para un puesto de responsabilidad si llega a la presidencia.
Unión Europea
Elecciones Cuando el sionismo sedujo a la extrema derecha europea
La alianza entre la extrema derecha se produce en un país propicio para estas ideas. Georgescu salió prácticamente de la nada unos meses antes de las elecciones de otoño de 2024. En el pasado había formado parte de la Alianza para la Unión de los Rumanos, pero fue expulsado por su reivindicación de dos integrantes de la Garda de Fier (Guardia de Hierro) o Legión rumana, acusados de crímenes contra la humanidad y genocidio.
No obstante, hay diferencias en las políticas reales entre Georgescu y Simion. Este último ha sido mucho más comedido a la hora de analizar el papel de Rumanía en el mundo y en la UE. Aboga por la permanencia en la Unión Europea y muestra su admiración hacia Giorgia Meloni, representante de la extrema derecha atlantista, que aboga por el sostenimiento de la OTAN o, en su versión descarnada, bajo la férula de Estados Unidos. No es un mero adorno retórico, dado que en estos momentos, la Alianza Atlántica está construyendo su mayor base militar en Europa en la localidad rumana de Mihai Kogalniceanu.
El crecimiento de la AUR ha sido vertiginoso. En las elecciones fallidas de noviembre, Simion obtuvo solo el 13% de los votos. Fue superado por Georgescu, por los ultraliberales de la Unión Salvar Rumanía y por el partido socialdemócrata. En las elecciones legislativas de 2020, en su primera aparición en el panorama electoral, el partido de Simion obtuvo solo el 9% de los votos.
Dentro de dos semanas, Simion tiene la oportunidad de sumarse a la ola global de la extrema derecha y sustituir al actual presidente interino, Ilie Bolojan, que relevó a su vez al ganador hace seis años, Klaus Iohannis, representante del liberalismo y, también de la Rumanía post Ceaușescu, ya que ha sido el individuo que más tiempo ha permanecido en el cargo.