Racismo
El reemplazo ya está aquí, hagan sitio

Un par de reflexiones caprichosas sobre eso de aliarse para disputar su lugar a quienes quieren ganar siempre.
Colegio de primaria en Madrid 4
Colegio de primaria en Madrid Álvaro Minguito
Sarah Babiker
19 jul 2022 06:00

Era todavía junio, el año escolar estaba por concluir, las niñas llevaban un par de semanas dando la tabarra con el vestuario del acto de final de curso. Y ahí estaban todas las clases, desde los de tres años a sexto de primaria, desplegando coreografías desparejas en un patio de colegio público con potencial para la insolación al nivel de la futura Puerta del Sol. Madres y padres le habían robado un rato a la jornada laboral para poder ver y grabar a sus retoños bailando músicas latinoamericanas o bandas sonoras de las pelis de Disney de última hornada (algunas eran ambas cosas). Un par de chavales de 11 o 12 años, preadolescentes racializados con acento de Usera, ejercían de presentadores, en ese cole donde todas las profes son blancas, mientras las alumnas y los alumnos son de casi todas partes, reflejo de un barrio mutado, un vecindario planetario.

La directora dijo algo sobre los niños que bailaban ese día, y sobre los alumnos que se irían al año siguiente, y los que vuelven cada tanto, ya mayores, a saludar a sus maestras. Algo de cariño y de familia, del orgullo que se le agitaba dentro, tras tantos años viéndolos crecer, devenir. Son nuestros niños dijo, mientras madres y padres y algunos abuelos rodeaban el espectáculo. De curso en curso, post-bebés y preadolescentes comenzaron a bailar en ese patio de colegio periférico, donde nadie es exótico y todos son distintos; y es que cualquiera que se pare a ver a niños intentando bailar una coreografía, atentos a las instrucciones de sus profes de música, podrá apreciar qué única es cada personilla, cómo la unicidad de cada cual se expresa en el baile. Puede parecer cursi y manido, pero en realidad es prometedor y salvaje, detenerse una a una, uno a uno, admirar cada una de esas subjetividades danzantes.

Imaginé batallas comunes y alianzas para preservar el futuro de las hijas y los hijos de todos, una batalla transversal e imprescindible para pujar por el reemplazo necesario, el de las viejas élites que racanean lo de todos, que esperan cosechar del miedo que siembran

Sonaba distorsionada la banda sonora de encanto, y un niño de cuatro años se despistaba y erraba todos los pasos, poco después, una chiquita on fire bailaba a toda velocidad, un ritmo más bien calmo, y yo pensaba, ganas de amargarse la mañana, en los alarmistas del gran reemplazo. Esos que expanden el miedo hacia que las cosas cambien, que las poblaciones se mezclen, que los mapas se actualicen. Pensaba en lo útil que es esa homogeneidad imaginaria a la que apelan para atizar miedos y denegar la vida que avanza y se transforma. Y allá, viendo sucederse los pasos de baile, los saltos y los tropiezos, pensaba en lo lejos que hay que estar de todo, lo lejos que hay que querer preservarse de todo, para concebir a los niños que bailan en el patio del colegio y sus madres que le roban unas horas al trabajo, y sus padres que aplauden bajo el sol, como una amenaza.

Mientras los de sexto, algunos muy altos y otros chiquititos se entregaban al último baile de primaria, me agitaba pensar que les tocaría enfrentarse de una forma menos cariñosa, más impregnada de los humores reaccionarios y la politización miedosa de afuera, a la educación secundaria, en el ecosistema escolar de Madrid, maquinaria segregadora donde las haya. Que la diversidad tan celebrada en el cole de primaria era solo un espejismo previo a la estratificación social y económica que el modelo neoliberal que Ayuso apuntala, entre chascarrillos y chorradas, entre desfinanciación de la escuela pública y dopaje financiero en forma de becas para quienes ya tienen acceso a coles privados y entornos elitistas.

Miré a los demás padres y madres del centro, a los autóctonos de clase media, progresistas la gran mayoría, pues en Madrid hay que ser progresista para ser una familia blanca de clase media y llevar a tus hijos a un cole público de Usera. También a las familias blancas de la Usera obrera, a las y los migrantes de clase media y a aquellos más precarizados. E imaginé batallas comunes y alianzas para preservar el futuro de las hijas y los hijos de todos, una batalla transversal e imprescindible para pujar por el reemplazo necesario, el de las viejas élites que racanean lo de todos, que esperan cosechar del miedo que siembran, que de un lado se chupan privilegios y del otro niegan derechos.

Miré a los niños y las niñas que bailaban en anárquica armonía y quise que no se dejasen homogeneizar ni domar, pues el poder nos quiere iguales en nuestros deseos y nuestros miedos, alejados, pensando que el futuro se obtiene sacrificando a otros, que la solidaridad o la cooperación son cosas de peligrosos comunistas o comeflores ilusos. 

En estos tiempos irrespirables, creo que es necesario ser un poco iluso, y un poco loca, pero sobre todo, identificar los mecanismos con los que el poder busca perpetuarse, en la educación, en el parlamento o en los medios

Han pasado semanas de aquel baile infantil, ha arreciado el verano. Durante la ola de calor nos ha dado un ataque de bochorno escuchando a los hombres de siempre, con sus trajes de siempre, y sus chascarrillos de siempre confabular para evitar otro reemplazo, otra disputa al menos por hacerse un lugar: la de aquellas y aquellos que se comprometieron una vez a acabar con el régimen del 78, que creyeron que podrían hacerse un sitio en las instituciones y empezar a transformarlas desde ahí, y por ello consiguieron el apoyo de mucha gente.

Quizás no tenga nada que ver, quizás sea el efecto del calor en estas neuronas sin aire acondicionado que las mime, pero mientras debatíamos en El Salto sobre cómo reaccionar a esos audios que mostraban las malas artes del poder para no ceder ni una pizca de terreno, mientras leía los comentarios de apoyo —provenientes de tantas voces dispersas, de tantas compañeras de camino conocidas o anónimas, colectivos y personas plurales, heterogéneas—, después de que se anunciara la decisión de no mezclarse ni un poco con todo eso, no pude evitar pensar en las niñas y los niños del colegio y sentir fe por lo que cambia y gritar para dentro: pues sí, señores, que empiece ya el baile, habéis estado demasiado cómodos. Hemos venido a reemplazarlo todo.

Hace calor, soy ilusa, relaciono cosas a lo loco, pues sí. Pero también, en estos tiempos irrespirables, creo que es necesario ser un poco iluso, y un poco loca, pero sobre todo, identificar los mecanismos con los que el poder busca perpetuarse, en la educación, en el parlamento o en los medios. Y buscar alianzas que los impugnen hasta debajo de las piedras.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Fútbol
Fútbol Dónde juegan quienes juegan
De mi infancia, casi recuerdo pasar más tiempo en las pistas de “futbito” del barrio que en el salón de mi casa.
Urbanismo
Urbanismo Los PAU de Madrid y otra lectura de clase sobre el deseo de mejorar socialmente
Sus habitantes se han vuelto una caricatura: aparecen como víctimas del consumismo y de un estilo de vida individualista. Pero, ¿cómo experimentan el espacio, la clase y la cotidianeidad más allá del estereotipo?
Violencia policial
Sin policía Crear y fortalecer tejidos comunitarios en los barrios o cómo resolver nuestros problemas sin policía
El colectivo Sin Poli organizó un encuentro para poner en común formas alternativas de resolución de conflictos sin mediación policial. Se compartieron experiencias en torno a los barrios, la juventud, la violencia machista y violencia psiquiátrica.
Educación pública
Iglesia Semana Santa: negocios, procesiones en colegio, inmatriculaciones y fervor
Más allá de la expresión cultural, la Semana Santa tiene una esfera económica que genera millones de euros y otra social que le sirve a la Iglesia Católica para legitimar sus privilegios dentro del Estado español.
Industria
Transición industrial Mecaner, un cierre injusto o cuatro alternativas con mirada ecosocial para mantener la fábrica de Urduliz
ESK y LAB han presentado el ‘Plan de Transición Ecosocial’ que ha elaborado la cooperativa Garúa como una herramienta para la búsqueda de soluciones al ERE propuesto por la multinacional Stellantis.
Ríos
Radiografía fluvial de España La tierra que no amaba sus ríos
Los ríos ibéricos agonizan. Casi la mitad de las masas de agua está en mal estado. Presas, sobreexplotación, contaminación y crisis climática son sus principales amenazas, con la agroindustria como mayor agresora.
Palestina
Palestina Viaje al fondo del horror
El fotoperiodista Javier Bauluz cubrió la primera Intifada, la primera gran rebelión del pueblo palestino desde la creación del estado israelí.
Accidentes laborales
Accidentes laborales Detenidos tres empresarios en Galicia tras la muerte de un migrante que trabajaba sin equipo de protección
El joven de 28 años, que estaba empleado con un contrato irregular, falleció el 26 de febrero tras precipitarse desde una carretilla elevadora sin la protección necesaria para esa labor.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La PAH València clama por el derecho a una vivienda digna: “¿Duermen tranquilos?”
Centenares de personas protestan frente al palacio de la Generalitat para exigir que se haga efectivo el derecho a la vivienda ante la insoportable alza de los precios.
Maternidad
Maternidades Reaprender la espera
El tiempo de gestación es largo y va a un ritmo distinto al que acostumbras: el ritmo natural al que desarrolla una playa, un monte, un océano. Y no estamos ya habituados a darle la mano a la pausa.
Momus Operandi
Momus operandi Todo es una narración
Nos dicen que las mentiras son la única realidad. Que aprendamos a mentirnos, que nos engañemos, que no nos importa la salud, ni los derechos laborales, ni las violencias estructurales.

Últimas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Más noticias
Deportes
Rugby femenino +35 Las Milnoh Granada, un club de rugby femenino +35 creado y gestionado por mujeres
32 mujeres nacidas en mil novecientos y pico, federadas en un equipo que les ha dado un espacio propio, sentido de pertenencia, una tribu donde “yo soy porque somos”
América Latina
Caribe Haití: el fracaso neocolonial y el “eterno castigo de su dignidad”
La crisis de gobernabilidad que vive Haití después del alzamiento paramilitar que liberó a más de 3.600 presos y expulsó al primer ministro es un capítulo más de una historia colonialismo y dependencia.
Trabajo sexual
Estudio sobre trabajo sexual De la Policía, los dueños de locales y los clientes: así es la violencia que sufren las trabajadoras sexuales
Las trabajadoras sexuales sufren múltiples violencias y un estudio las recoge en sus propios términos. Las violencias más frecuentes por parte de los clientes consisten en la retirada del condón sin consentimiento o malos tratos verbales.
Urbanismo
Urbanismo La nueva Ley del Suelo va al Congreso bajo la acusación de fomentar pelotazos urbanísticos
Sumar y Podemos no garantizan el apoyo a la ley, que limita las posibilidades de declarar nulos los planes urbanísticos, así como la acción ciudadana contra las irregularidades urbanísticas.
Artes escénicas
Artes escénicas ‘La caída’, una performance de Laura Corcuera para “caer juntas” sin fracasar
En su nuevo trabajo escénico, la artista y periodista Laura Corcuera desvincula la idea de caer de la de fracasar, conceptos muy unidos en el imaginario capitalista.

Recomendadas

Argentina
Argentina Myriam Bregman: “El de Milei es un típico gobierno neoliberal con recetas ortodoxas clásicas”
Quien fuera candidata de la izquierda a la presidencia en las elecciones en las que Milei salió victorioso, evalúa las consecuencias del gobierno de La Libertad Avanza y las respuestas que están dando los distintos actores políticos.
Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la historia de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.
Euskal Herria
Korrika Correr a favor del euskera cruzando fronteras
La Korrika es el mayor evento de Euskal Herria. En la última edición de esta carrera de más de 2.500 kilómetros ha participado un tercio de la población vasca.
Cine
María Alché y Benjamín Naishtat “El cine puede proponer imágenes y reflexionar, y por eso Milei necesita destruirlo”
María Alché y Benjamín Naishtat dirigen ‘Puan’, una película optimista y amarga, entre la comedia y el cine social, que ofrece nuevas lecturas tras los primeros cien días de gobierno de Milei en Argentina.