Política
Yolanda Díaz: “Quiero ser la primera presidenta del país”

Tras concluir la “fase de escucha”, en la que Yolanda Díaz ha presentado 25 actos en casi todas las provincias del Estado, la vicepresidenta de España, ministra de Trabajo y nombrada por Pablo Iglesias hace casi dos años sucesora de su espacio político anunciará hoy en el polideportivo Antonio Magariños de Madrid, ubicado en uno de los barrios con la renta más alta de España y cerca del ministerio que la ha visto crecer, su candidatura a presidenta o coordinadora de Sumar, la “iniciativa” que impulsó hace casi un año y con la que ha vertebrado un diálogo político con formaciones de izquierdas.
12:25
Carla Antonelli acompaña a Yolanda Díaz
Ante una maraña de medios de comunicación y gritos del público de “¡presidenta, presidenta!”, Yolanda Díaz aparece y, como novedad, está acompañada de Carla Antonelli, quien el 18 de octubre de 2022 abandonó el PSOE por la postura de los socialistas con la Ley Trans.
12:28
Jen Herranz recuerda que mil personas han elaborado el programa político
Lo quiera o no, el municipalismo parece condenado a toparse una y otra vez con el problema de la organización. Como si del freudiano "retorno de lo reprimido" se tratase, esta cuestión suele emerger en momentos de crisis, cuando aparecen límites u obstáculos en el campo político que bloquean la acción desde un punto de vista transformador. Entonces, tras la sacudida y el conflicto, los agentes que ocupan este espacio —cargos institucionales, militantes de candidaturas municipalistas y movimientos sociales— experimentan momentáneamente una súbita interrupción de las inercias cotidianas, una oportunidad para reflexionar en clave colectiva. Sin embargo, estos instantes suelen ser engullidos por un presente aplastante que siempre reclama atención —también, conviene no engañarse, por la falta de costumbre a la hora de debatir en términos estratégicos—. Y es que ya se trate del fracaso de un proceso de remunicipalización o de la desconexión de un ayuntamiento frente a las demandas de los movimientos, las tensiones y ajustes entre las partes no suelen resolverse —o cuanto menos, abordarse— a través de una discusión honesta y real. Eludir la confrontación a través de simulacros y medias verdades —además de generar confusión— cortocircuita el diálogo y las construcción de posibles alianzas, fragmentando un espacio político ya de por sí atomizado por las condiciones del "asalto institucional".
Lo quiera o no, el municipalismo parece condenado a toparse una y otra vez con el problema de la organización
Por retomar brevemente la metáfora psicoanalítica: aquello que es expulsado del plano de la consciencia, en este caso del ámbito de la discusión política, no por enterrado dejará de retornar insistentemente y con vehemencia, especialmente en coyunturas que revelan de golpe la fragilidad y falta de cohesión del ecosistema municipalista. Eso es precisamente lo que sucede con la cuestión organizativa. Si recorremos rápidamente el acelerado ciclo de campañas, configuración de primarias y construcción de confluencias que desembocó en las elecciones municipales de 2015, veremos como tras toda una serie de discusiones en torno al plano electoral y comunicativo, las dimensiones orgánicas del proyecto municipalista quedaron eclipsadas. Sólo parecía importar la pugna por adquirir peso institucional. El problema es que quedaron en el tintero preguntas tan clásicas como centrales: tras la llegada de un buen número de activistas a los ayuntamientos ¿Qué hacer? ¿Cómo trabajar políticamente? ¿Cómo mantener los vínculos con la sociedad movilizada? ¿Qué tipo de organización es necesaria para materializar formas de autogobierno real desde una perspectiva política y económica? Salvando algunas excepciones, el hecho de no haber dotado a esta discusión de la relevancia colectiva que merecía, terminó por derivar en cierta ceguera tacticista, una falta de visión que rápidamente fue suplida por el common sense institucional. Y es que si hubiese que responder a la pregunta de quién asalto a quién, habría que decir —casi con toda seguridad— que ha sido el Estado el que ha asaltado al municipalismo.
Lo cierto es que el análisis estratégico y la apuesta organizativa son siempre correlativos: no dejan de ser las dos caras de una misma moneda. Sin una elaboración concertada de los mismos, lo más sencillo es que los agentes que participan en el horizonte municipalista se disgreguen: algunos autonomizándose de sus antiguas asambleas y asumiendo, a veces con todos los honores, los rituales de la institución, otros profesionalizando su militancia en la gestión y olvidándose del afuera. También los movimientos, incapaces de encontrar una contraparte en los ayuntamientos, acaban por dar vueltas en círculos alrededor de un muro que, en principio, debiera ser un apoyo y una herramienta para sus demandas. Probablemente en el tema organizativo encontremos un verdadero escollo, pero no tanto en relación con el municipalismo como respecto del propio ciclo político abierto por el 15M. Salvo la PAH y algunas apuestas singulares y más territorializadas (Centros Sociales, ciertas inovaciones en el plano del sindicalismo social), el haz de movimientos quincemayista no fue capaz de impulsar formas de organización estables o duraderas, esto es, entornos organizados capaces de compartir prácticas y articular proyectos más allá de los formatos "campaña" o "movilización".
Si hubiese que responder a la pregunta de quién asalto a quién, habría que decir —casi con toda seguridad— que ha sido el Estado el que ha asaltado al municipalismo
Bien es cierto que sin las novedosas dinámicas de "enjambre" desplegadas en el 15M, sobre las que se asentaron las virtuosas campañas de Podemos y el municipalismo, hubiese sido imposible romper el "candado" electoral de las instituciones. Sin embargo, toda la nueva política ha llevado consigo el mismo lastre: una ausencia casi total de debates colegiados sobre sus líneas de acción, incapacidad de estructuración orgánica y una clara infravaloración de lo que significaba mantener una posición institucional en un entorno que, inicialmente, se pretendía movimentista.
El estado de las cosas
Pese a lo que en principio pudiera parecer, no se trata de realizar aquí una suerte de genealogía de los errores o contradicciones de este ciclo, algo siempre fácil desde una mirada retrospectiva, sino más bien de abordar un estado de cosas harto complejo. Actualmente el municipalismo —como fenómeno amplio que abarca realidades institucionales y de movimiento— se encuentra en una posición bastante precaria en términos políticos. De hecho, la palabra a subrayar es la precariedad: desde 2007 a 2016 los salarios más bajos cayeron un 28 %, mientras que los de las clases medias lo hicieron en un 8 %, pero desde hace algo más de un año la melodía machacona de la recuperación económica no deja de sonar, insistiendo en el relanzamiento de los sectores productivos que llevaron la economía española al desastre. Si bien se busca resucitar el modelo financiero-inmobiliario español por otras vías, revitalizando a su vez el imaginario de "ladrillo y turismo igual a empleo" —"el paro ha disminuido por debajo del 20%, estamos en la senda de la recuperación"— la verdad es que el paisaje social es desolador: en 2015 el decil más rico acumulaba ya casi una cuarta parte de la renta nacional (24,8 %), prácticamente lo mismo que el 50 % más pobre (26,3 %). Por supuesto, todo el empleo generado en esta nueva ola de pseudo-crecimiento va adjetivado con la palabra "de moda": trabajo precario.
Se trata de ser capaces de desplegar conflictos que escalen, agreguen y permitan agitar las viejas maquinarias institucionales para obligarlas a caminar en otra dirección
Por otra parte, las tasas de riesgo de pobreza y exclusión se encuentran en un 27'9%, y desde 2008 hay 1.242.000 personas más en riesgo de pobreza. La cifra global es simplemente brutal: la pobreza afecta a casi diez millones y medio de personas (22'3% de toda la población). Estos datos deberían hacernos pensar en lo que está sucediendo por debajo de nuestras ciudades y sus escaparates comerciales: una brecha social real, un paisaje urbano dividido y fragmentado. Más allá de la engañosa música de los brotes verdes y la mejora de algunas políticas sociales por parte del "municipalismo del cambio", estamos hablando de una tendencia de carácter estructural cuya espiral de desigualdad señala una nueva y silenciosa crisis social —la económica tampoco tardará demasiado en llegar si el BCE pone fin a sus políticas de expansión cuantitativa—. A la luz de todos estos fenómenos, la cuestión de la organización cobra un nuevo carácter, como también lo hacen las apuestas de sindicalismo social y todo aquello que habitualmente incluimos bajo el rótulo de las periferias. No sólo existe la urgencia de construir un nuevo horizonte que aúne diferentes empresas políticas con espíritu de movimiento, sino que éste debe sortear los muros que han encerrado este ciclo político en el estrecho cerco de las clases medias y la tecnocracia gestionaria. También será necesario salir de la comodidad de un gobernismo "progre" que al enunciar el término ciudadanía —noción vaga donde las haya— no designa más que un universal chato y abstracto donde al final sólo puede reconocerse una mesocracia en trance de extinción.
En cualquier caso, si una nueva crisis económica sacude la provincia española, las posiciones institucionales del municipalismo, tal y como han sido construidas, difícilmente resistirán el golpe. No sólo por ser la escala de gobierno más débil dentro del Estado, sino por su endeblez orgánica y falta de capacidad para interactuar con su propio ecosistema político. Pero cambiar el rumbo y volver a trabar vínculos con los movimientos —hoy en horas bajas y desafectos— pasa por abandonar esa política de cubrir los propios errores o déficits con participacionismo light y coloridos presupuestos de dudosa ejecución. Al contrario: se trata de visibilizar los límites de la acción institucional y ensanchar —con otros y otras— el campo de lo posible; de ser capaces de desplegar conflictos que escalen, agreguen y permitan agitar las viejas maquinarias institucionales para obligarlas a caminar en otra dirección.
¿El partido del municipalismo?
El problema de la organización se desliza, podríamos decir que por su propia naturaleza, hacia una tema más clásico y conocido: el problema del partido. Pero en un ámbito como el municipalista, que no se deja capturar bajo ninguna figura unitaria ni homogénea, dicha figura política debe salir necesariamente transformada, sobre todo porque debe responder a necesidades y agentes que no se encuadran en ninguna lógica partidaria clásica. Por ello convendría descartar, ya desde el principio, el experimento de una estructura como la de Podemos, un partido-movimiento fallido, a veces más izquierdista, otras más "transversal" y progre, que no ha podido cuajar ni orgánica ni territorialmente. En gran medida porque sigue obedeciendo a una lógica excesivamente electoralista: una serie de rostros comercializables acompañado de un staff especializado en esas lides. Regresando al ámbito municipal, difícilmente podrá el polo institucional o la plataforma electoral "liderar" a los movimientos y al tejido organizado del territorio, haciéndoles funcionar a un compás que les resulta necesariamente ajeno. Se trata, más bien, de lo contrario: de convertirse en una función institucional y electoral de los movimientos, del ecosistema que constituye el polo innovador, conflictivo y democratizador del horizonte municipalista. Sin esa vinculación conjugada de manera virtuosa, las inercias del ámbito institucional frenarán —tal y como ha sucedido hasta ahora— cualquier proceso transformador de cierto calado.
Mantener la tensión entre las instituciones y la dimensión de movimiento requiere una apuesta orgánica que sea capaz de dar cabida a agentes sociales muy diferentes dentro del territorio, generando espacios de encuentro que permitan dialogar y concertar estrategias colectivas. ¿Pero dónde encontrarse? Se trataría de construir enclaves en el territorio que favorezcan dichas discusiones, tales como ateneos, casas del pueblo o Centros Sociales autónomos —si nos remontamos históricamente existen un buen número de ejemplos—. Sin dispositivos locales abiertos que permitan centralizar encuentros, conversaciones y articulación popular —y cuyo modelo puede ser bien diferente según los casos— resultará casi imposible plantear desafíos políticos sostenidos en el tiempo más allá de eventos episódicos. Por otro lado, y como comentábamos hace un momento, el polo institucional y electoral debe obedecer al movimiento, intentando redistribuir el poder hacia fuera a sabiendas de que se está en un espacio que opera de forma inversa: las instituciones liberales concentran el poder y premian la autonomización de los electos —el carrerismo—. Como decía Max Weber, la representación libre hace del electo una suerte de "señor" de sus votantes, pues no tiene por qué tener en cuenta las opiniones de quienes delegan en él, sino que es amo de su propia conducta; sin embargo, aquí se trata de construir formas de representación vinculada, plegadas a un movimiento hacia el cual los electos deben comportarse como "funcionarios" del mismo. Mandar obedeciendo.
Más allá de lo local, la cuestión de la organización plantea un reto más amplio: el de la federación a nivel autonómico y estatal del movimiento. Si bien ya existen pasos en esa dirección —encuentros actuales como los MAC apuntan a ello— dicha federación debe concretarse de manera orgánica y evitar una dinámica espasmódica. En este sentido, habría que volcar parte de los esfuerzos en la creación de enlaces municipalistas que permitan ampliar la escala de acción del movimiento. Para concluir, quizá valga la pena recordar la vieja "paradoja" de la democracia que Cornelius Castoriadis supo expresar tan bien: construir instituciones que favorezcan la autonomía de la sociedad requiere siempre de un contrapoder, un contrapeso crítico y reflexivo que no puede ser sino creativo y plural. Un movimiento que oscila entre la participación y la subversión. Es el único modo de radicalizar la democracia y de evitar que las instituciones se conviertan en zombies políticos dedicados a enajenar la riqueza colectiva. Eso lo que hace el neoliberalismo a través de la arquitectura institucional de la democracia liberal. Si tenemos en cuenta la crisis actual y su posible desarrollo a futuro, la tarea más urgente del municipalismo está en su organización y articulación como contrapoder desde abajo. Frente a la crisis y sin un frente colectivo sólido —híbrido y capaz de ensanchar su base social— la apuesta municipalista puede terminar en un callejón sin salida: integrada como un partido político más o directamente rota por su debilidad orgánica. En cualquier caso, sigue existiendo un espacio político y social por disputar.
12:36
Helio Roque defiende a la juventud y a Extremadura
Si aceptamos que son las sensibilidades de ciertos autores las que funcionan como instrumentos de medición de lo exigido y de lo prohibido en una época –como lo expresaba Adorno, en referencia a Proust, en La posición del narrador en la novela contemporánea–, en el caso de Ingeborg Bachmann (1926-1973) su exigencia es la de no ocultar ni borrar el dolor sino devolverlo de nuevo a la realidad para que podamos ver; de otro modo, abrirnos los ojos ante la violencia y el crimen que están en el centro mismo de la sociedad.
Esta exigencia se ve especialmente en el ciclo de novelas inacabado que, según había proyectado Ingeborg Bachmann, llevaría el título Modos de muerte, del cual forman parte Malina, la novela inacabada El caso Franza y el apenas borrador Réquiem por Fanny Goldman. El estudio sobre los distintos tipos de muerte pretendía resumir la imagen de los años de posguerra de Viena y Austria.
Malina, publicada en 1971, fue la primera novela de Ingeborg Bachmann. A pesar del éxito comercial (Malina llegó a la tercera edición y consiguió vender más de diez mil ejemplares) el reconocimiento que, hasta entonces, había conseguido como poeta, no se extendió con la misma unanimidad a su narrativa, donde encontró críticas severas.
Malina está ambientada en un único espacio, Viena, y tiempo, hoy, unidad de tiempo y espacio solo aparentemente interrumpida por los sueños que atraviesan la narración, instalados también en el mismo hoy, siendo así, esta noche. La protagonista, un yo-narrador femenino del cual no llegamos a conocer el nombre, vive con Malina, presentado como un funcionario público y, en realidad, doble y contrapartida masculina de ese yo-narrador, la parte objetiva en un enfrentamiento entre la razón y el sentimiento. El amante del yo-narrador es Iván, estereotipo de la normalidad, de una visión simple del mundo donde no hay espacio para el entusiasmo. El amor que siente el yo-narrador es un amor fuera del cual no existe nada, un amor tan intenso y vivido con exclusividad que no podrá ser correspondido con la misma intensidad por Iván. En este controvertido juego de espejos Malina acaba sobreviviendo al yo-narrador femenino. Sin embargo, no es Malina quien asesina al yo-narrador sino quien le hace darse cuenta de algo que ya ha sucedido hace tiempo: ya ha sido asesinada y solo debe dar un paso más para desaparecer por completo. Pero, ¿quién la ha asesinado?
El asesino que todos tenemos cerca
“Aquí una no muere, sino es asesinada. (…) Siempre hay guerra. Aquí siempre hay violencia. Aquí siempre hay lucha. Es la guerra eterna.”1, leemos en Malina.
Para Bachmann es un error creer que somos únicamente asesinados en situación de guerra, también somos asesinados en situación de paz. Se trata del asesinato del yo-narrador en Malina, destino compartido por Franza y Fanny en las otras dos novelas de la trilogía inconclusa Modos de muerte. Se trata de tres mujeres que no simplemente mueren, sino que son asesinadas y sus tres historias están atravesadas por una relación con la escritura.
¿Escritura autobiográfica tal vez? En más de una ocasión la propia autora aclaró que su escritura no era autobiográfica en el sentido usual de la palabra. En una entrevista de 1971, refiriéndose a Malina, afirma que se trata de una “autobiografía espiritual, imaginaria. Esa existencia monológica o nocturna no tiene nada que ver con la habitual autobiografía en la que se narra una vida y las historias de alguna persona.”2 En otra entrevista del mismo año precisa esta dimensión monológica de su narración: “La acción está trasladada al interior. Pienso que la acción es interna, pero no es íntima en absoluto. Las grandes inquietudes del yo no se originan nunca en acciones externas sino en los conflictos consigo misma.”3
En el prólogo a El caso Franza, presentado como un libro sobre un crimen, Bachmann nos recuerda que, aun pasados veinte años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los crímenes no han terminado; lo que ha sucedido es que se han renovado sus formas –los crímenes (de guerra) han dejado de exigirse y condecorarse–; han tomado una apariencia más sutil pero igualmente mortal.
El fascismo, según Bachmann, no empieza con las bombas sino con la relación entre los seres humanos y, especialmente, en la relación entre un hombre y una mujer. En este marco puede entenderse la historia de Franza, que huye de Viena y de su marido psiquiatra, para iniciar una travesía por el desierto que es, a un tiempo, un recorrido por su propia enfermedad. De un modo semejante es dibujada la relación destructiva entre Fanny Goldmann y un escritor primerizo e inestable.
Lo que hay que decir
La escritura de Bachmann, que estudió Filosofía y se doctoró en Viena, está atravesada por la afinidad confesa con la filosofía de Wittgenstein, a quien dedicó varios ensayos filosóficos y de quien admiraba haber reducido el problema de la filosofía al problema del lenguaje. Para Bachmann lo único importante es lo que hay que decir. La función del escritor en la sociedad se construye en su relación con el lenguaje, que podría resumirse en la preocupación por la exactitud del pensamiento y la claridad en la expresión.
El pesimismo del juicio que manifiesta la escritora austríaca sobre el devenir del mundo a través de sus novelas es, sin embargo, contrarrestado con la creencia en lo que ella llama "Llegará un día", esto es, la posibilidad de un mundo transformado, que queda dibujado en las siguientes palabras de Malina:
Llegará un día en que los hombres tendrán ojos de color negro dorado, y entonces verán la belleza, quedarán libres de toda inmundicia y todo lastre, se elevarán por los aires, avanzarán bajo las aguas y olvidarán sus callosidades y miserias. Llegará un día en que serán libres, todos los hombres se habrán liberado hasta de la libertad con que soñaban. Será una libertad mayor, superior a toda ponderación, una libertad para toda la vida...4
Pues sin la creencia en que este mundo puede ser transformado Ingeborg Bachmann confesaba que no podría seguir escribiendo. El dolor no se obvia ni disimula en su obra porque es el que nos hace sensibles a la experiencia y a la verdad. Únicamente en su reconocimiento está la posibilidad de su transformación.
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1. Ingeborg Bachmann: Malina, Akal, Madrid, Trad. de Juan J. del Solar Bardelli, p. 238
2. Ingeborg Bachmann: Debemos encontrar frases verdaderas. Conversaciones y entrevistas, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, Trad. de Ana María Cartolano, 2000, p. 85
3. Ibíd, p. 123
4. Malina, p. 119, fragmento referido en la respuesta de la autora a la pregunta de Ekkehart Rudolph ¿Cuál es su ilusión? en una entrevista que tuvo lugar del 23 de marzo de 1971
12:43
Una cesta básica con productos frescos y precios congelados
Maite Navarro, la dueña de una tienda de ultramarinos del barrio de Benimaclet de València, se emociona al haber sido nombrada por Yolanda Díaz como ejemplo al seguir su propuesta de cesta básica de productos frescos y necesarios con precios congelados. En su comercio ofrece una cesta de arroz, pasta, verdura, fruta y aceite con el precio cerrado y asegura que acuden a comprarla familias del barrio y de pueblos cercanos.
12:50
Teresa Fuentes, sindicalista de CC OO, defiende las reformas de Díaz
“Pudimos mirar el cuerpo y lo que reconocimos fueron los tatuajes de Santiago. Así que estamos convencidos de que es Santiago”, confirmó Sergio Maldonado, hermano del joven desaparecido, a la salida de la Morgue Judicial, donde se realizó autopsia al cuerpo encontrado el pasado martes en aguas del río Chubut, en la Patagonia argentina.
Sergio Maldonado reiteró el pedido de “respeto” por su familia. "Gracias por la expectativa de estar, por ahí no es lo habitual, pero se merecen una respuesta, por eso estamos acá", añadió a media tarde de ayer, hora local, sin olvidar que esto no cambiaba la búsqueda de Justicia y de los responsables de su muerte.
La esperada autopsia que terminó anoche a las 22:20hs hora local, se realizó, con la participación de más de cuarenta peritos de todas las partes. Una medida que intentó evitar cualquier tipo de sospechas sobre el procedimiento, especialmente en un caso donde las falsas versiones, los encubrimientos y, sobre todo, la desconfianza generalizada en las instituciones, están a la orden del día.
Según trascendió, pese a al tiempo transcurrido el cadáver estaba completo y en buen estado, lo que podría se consecuencia de estar bajo aguas a muy baja temperatura. Tampoco se encontraron signos de golpes, de heridas de bala, ni de agresiones que fueran visuales.
“Se pudo determinar que no hubo lesiones en el cuerpo, por lo menos que fueran determinadas por los peritos” señaló el juez que entiende en la causa, Gustavo Lleral, quien indicó que aún falta “averiguar la causa de la muerte”. Se estima que los resultados finales de los peritajes realizados estarán recién en dos semanas.
Encontrar a los responsables
La familia, por su parte, emitió un comunicado de prensa en el que expresó la necesidad de “avanzar con firmeza en la investigación” y dejar trabajar “sin presiones” al Juez. “Necesitamos saber qué le sucedió a Santiago y quiénes son los responsables de su muerte. Todos. No sólo quienes le quitaron la vida sino los que, por acción u omisión, colaboraron en el encubrimiento y perjudicaron el proceso de búsqueda”.La noticia se produjo apenas 40 horas antes de unas elecciones legislativas con un final de campaña atípico: los partidos habían suspendido los actos y cualquier presentación pública multitudinaria, esperando, precisamente, esta confirmación.
La abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia, fue contundente: “el lugar del hallazgo es totalmente ilógico, absurdo y ridículo”

La situación no ha evitado la polémica. Ya que Sergio Maldonado salió a cuestionar con dureza que el presidente de Argentina, Mauricio Macri, hubiera llamado ayer a su mamá, cuando no lo había hecho nunca desde la desaparición de Santiago, el pasado 1 de agosto.
"Mauricio Macri me parece un hipócrita. Muy bajo de su parte agarrar y llamar a mi vieja el día de hoy desde un número privado diciendo que se solidariza y agarrándola en un estado en que por ahí, mi vieja no está emocionalmente para atender un llamado. Entonces me parece que son muy perversos, muy bajos”, sentenció, y agregó que “hay un límite para todo, yo tendría que estar llorando a mi hermano en este momento y tengo que estar tranquilo y tengo que estar pendiente de las cosas porque no paran de tirar basura. Lo hicieron político desde el primer momento y ensuciándonos todo el tiempo”, concluyó enojado.
Las molestias de la familia se suman a las ya ocasionadas por una encuesta telefónica realizada en los últimos días en la Capital Federal y la ciudad de Buenos Aires, encargada por el gobierno nacional para medir el impacto electoral del caso Santiago Maldonado.
"Hablando del caso Maldonado, a partir de lo sucedido ¿Le dan más ganas de votar a los candidatos del gobierno?", pregunta el audio que corrió por las redes rápidamente, con las siguientes opciones de respuesta: "más ganas de votar a Cambiemos (el partido del gobierno de Mauricio Macri) , menos ganas de votar a Cambiemos o si le da igual”.
También preguntan a los posibles votantes si creen que "el Gobierno tiene responsabilidad en el caso Maldonado", o le piden que considere "quién está haciendo más por esclarecer el caso”.
La desaparición forzada de Maldonado
El cuerpo de Santiago Maldonado fue encontrado el pasado martes sumergido en aguas del Río Chubut, a escasos 300 metros río arriba del lugar donde había desaparecido el joven artesano cuando participaba de una protesta del pueblo Mapuche que fue reprimida por la Gendarmería Argentina. El hallazgo se produjo en medio de un operativo dispuesto por el magistrado que entiende en la causa por “Desaparición Forzada”, el juez federal de Rawson, Gustavo Lleral.
Si bien desde el principio eran muchos los indicios que ahora se confirman sobre la identidad del cuerpo, la familia prefirió esperar a pruebas más contundentes que recién hoy pudieron obtener, como la identificación de los tatuajes. Una cazadora color azul celeste como la que Santiago llevaba el 1 de agosto pasado, al momento de desaparecer; el DNI en un bolsillo, o el pelo con rastas, hacían prever este desenlace.
Ahora, los diferentes peritajes que se realizarán con las muestras obtenidas, tratarán de dilucidar las causas de la muerte y si, como sospecha la familia, el cadáver fue “plantado”, jerga que se utiliza para indicar que el cuerpo podría haber sido dejado en ese lugar en forma intencionada hace apenas unos días atrás.
“Yo no puedo asegurarlo, pero yo creo que sí, intuitivamente yo creo que sí fue plantado”, dijo Sergio Maldonado apenas encontrado el cuerpo, el pasado martes 17 de octubre, centrando sus sospechas en que en tres rastrillajes anteriores, el cadáver no estaba allí. Al respecto la abogada de la familia, Verónica Heredia, también había sido contundente: “el lugar del hallazgo es totalmente ilógico, absurdo y ridículo”.
Entre los peritos que trabajaron en la autopsia, se encuentran miembros del prestigioso equipo argentino de Antropología Forense, entidad referente a nivel internacional que ha intervenido en la identificación de cuerpos desaparecidos en la dictadura argentina, también en España y que actualmente se ocupa de la identificación de cuerpos de soldados argentinos enterrados en el cementerio Darwin de las Islas Malvinas, tras la guerra de 1982 entre Argentina y Gran Bretaña.
13:06
Gioconda Belli insta a Yolanda Díaz a “feminizar” la política
38 años después de la firma del primer Estatuto de Catalunya del periodo democrático iniciado en 1975, el Gobierno español ha iniciado los trámites para que la segunda comunidad autónoma más poblada del Estado español sea intervenida por primera vez. Pese a la batería de medidas anunciadas, que suponen la destitución de Puigdemont, Rajoy ha negado que se esté suspendiendo la autonomía de Catalunya.
Las medidas, concretadas por el Gobierno, piden el cese de Puigdemont, del vicepresidente Junqueras y de todos los consejeros. Los ministerios, según Rajoy, serán los que asuman sus responsabilidades. El Gobierno se reserva la opción de "crear" organismos para ejercer esas funciones.
La decisión tomada hoy en Consejo de Ministros prevé la intervención del Estado central de la Hacienda, las políticas de Interior, la administración digital y los medios de comunicación de Catalunya: es decir, la televisión pública TV3.
El president, según la batería de medidas tomadas hoy, no podrá proponer a la autoridad que lo sustituya ni el Parlament debatirá sobre esas nuevas figuras que dirigirán las políticas de Catalunya.
Aplicación del 155
Es la primera vez que se emplea un artículo constitucional, el 155, previsto para la intervención mediante "las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones [constitucionales y legislativas] o para la protección del mencionado interés general".
"No era ni nuestro deseo ni nuestra intención" aplicar el 155, ha explicado Rajoy, que ha explicado que los objetivos de la decisión son "volver a la legalidad, recuperar la normalidad y la convivencia, continuar con la recuperación económica" y, por último, "celebrar elecciones en condiciones de normalidad".
Las elecciones, según Rajoy, llegarán en un plazo máximo de seis meses. El presidente ha abundado en las consecuencias económicas que, según el Gobierno, tendría una futura declaración de independencia de Catalunya.
El senado, a jugar
El actual presidente del Govern catalán, Carles Puigdemont, y todos los consejeros de la Generalitat quedan apartados de sus responsabilidades y se pone fin al autogobierno iniciado en 1977 en el periodo de "preautonomía" y consolidado por el Estatut de 1979, que fue modificado en 2006. Está previsto que el plan del Gobierno central, expuesto por Mariano Rajoy en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, desemboque en unas elecciones autonómicas en el primer trimestre de 2018.
El Senado ha dado comienzo a la sesión en la que recibirá la petición del Gobierno de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya. La Cámara Alta abrirá una comisión para el debate de las medidas propuestas por el Gobierno en la que la suma de PP y PSOE copará 21 de las 27 plazas.
El Senado tiene que dar formato legislativo, en una sesión plenaria que se realizará el próximo viernes 27, a una decisión tomada oficialmente esta semana, tras el intercambio de cartas entre Rajoy y Puigdemont sobre la declaración de independencia insinuada pero no hecha el pasado día 10 de octubre.
No obstante, el Gobierno de Rajoy rechaza que se haya "suspendido la autonomía o el autogobierno" y habla de una intervención para recuperarla. El presidente ha justificado la medida coercitiva aprobada hoy por la aprobación de la Ley de Referéndum y Ley de Transitoriedad en las sesiones del Parlament del 6 y 7 de septiembre.
Independencia y elecciones
Los representantes del Govern, formado por PdeCat y ERC, han anunciado que la suspensión de la autonomía conllevará la declaración de independencia y, posiblemente, la convocatoria de unas elecciones constituyentes.
Este sector ha avanzado, asimismo, la posible creación de un "gobierno de concentración nacional" en la república independiente declarada tras la aplicación del artículo 155. Incluso la CUP ha reclamado a través de Twitter que el Govern valore "si hace falta" instalarse en Perpiñán (Francia).
Los plazos pueden, sin embargo, jugar a favor del Govern si su intención es convocar elecciones, ya que Puigdemont podrá hacerlo en el periodo abierto entre la decisión del Consejo de Ministros de hoy y la ratificación por parte del Senado de la intervención de Catalunya.
La maquinaria del Estado no se ciñe a la intervención de la autonomía. Radio Nacional de España anunciaba esta mañana que la Fiscalía tiene preparada la denuncia por delito de rebelión contra Carles Puigdemont, en caso de que haga efectiva la declaración de independencia. Puigdemont, según el Ministerio Fiscal, afrontaría años de cárcel si se produce esa denuncia.
En Catalunya, el movimiento del Gobierno para la suspensión de la autonomía ha causado rechazo por parte de los independentistas y del bloque de la tercera vía agrupado en Catalunya en Comú y Podem Catalunya.
Esta tarde, la Taula per la Democràcia ha convocado una manifestación, que será masiva, para la libertad de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, representantes de Òmnium y la Assemblea Nacional de Catalunya. El Govern de Puigdemont ha confirmado que asistirá a la manifestación.
13:10
Carla Antonelli: “¡Ya toca una mujer presidenta en este país!, que llevamos 45 años de democracia y vas a ser tú”
Usando la retranca riojana de decir lo contrario de lo que quieres expresar y aprovechando parte del título del gran Jesús Vicente Aguirre, el historiador riojano que ha estudiado meticulosamente la represión franquista en La Rioja, referencia principal del presente artículo, ya sea por sus libros o por los datos por él referidos en una entrevista, me meto por fin en tierras riojanas. Un blog escrito desde tierras con sabor a vino, que había relatado nombres y hechos de muchas de las otras tierras que jalonan esta piel de toro, y que no había mencionado ni palabra sobre la región desde la que se hace. Bueno, pues con varios años de retraso Ni cautivos ni desarmados llega a La Rioja.
Mi entrada en el tema fue una primera ojeada en el libro de Pons Prades “Guerrillas españolas 1936-1960” y allí, en un mapa general del estado español, estaba la Sierra de la Demanda como territorio guerrillero. Mi alegría se tornó decepción cuando acabé el libro y sobre la antigua provincia de Logroño no había referencias. La siguiente fue en el libro del general de la guardia civil Francisco Aguado “El maquis en España”, en un cuadro sobre los guerrilleros heridos, muertos o detenidos en las diversas provincias de la geografía hispana, en La Rioja solo constaban 4 detenciones a mediados de los años 40, con toda seguridad, un grupo que estaba de paso.
13:26
Yolanda Díaz coge la palabra y defiende que el “futuro es Sumar”
A las 13.27h, finalmente Yolanda Díaz coge la palabra. Es la única que interviene desde el atril, con dos micrófonos y el logo de Sumar. Ha sido precedida únicamente por mujeres, pero en el primer plano para la señal de TV está rodeada de más hombres que mujeres. Afirma que “no nos van a robar nuestros sueños” y que “el futuro está aquí y se llama Sumar”. Da las gracias a las 35 personas coordinadoras de los grupos de trabajo y anuncia que en pocos días lo harán público y destaca que César Rendueles ha afirmado que sus integrantes no solo se escuchaban y dialogaban, sino que se han puesto de acuerdo.
13:32
Agradece la presencia de las diversas formaciones política
Es viernes por la mañana. Falta un día para que el Gobierno de España haga lo que anunció: ejecutar el artículo 155 y suspender la autonomía de Catalunya. En el despacho de Irene Montero (Madrid, 1988) destaca un pequeño póster. Lo pintó Joan Miró hace ahora 80 años: "Aidez l'Espagne" (Ayudar a España). El póster no desentona con un momento político que Montero afronta sin pesimismo pero consciente de que deja a su partido en una posición intermedia que no casa con los tiempos de polarización en los que vivimos.
La pregunta que se hace todo el mundo, la que nos hacen a los periodistas. ¿Qué va a pasar?
No es tan cierto que por estar aquí tengamos necesariamente más certezas de lo que va a ocurrir. Estamos en un momento de mucha incertidumbre que se está caracterizando porque los actores políticos no tienen un plan detallado. A veces, cuando ya han sucedido las cosas y miras hacia atrás, dices 'esto parece que está completamente predefinido', y quizá algunos objetivos lleven mucho tiempo en la mente de los diferentes actores políticos, pero no creo que sea cierto que hay un plan completo y predeterminado en sus detalles. Eso está provocando de hecho que haya algunas veces que los actores políticos tienen actitudes erráticas o ambiguas o tácticas para intentar pasar el día de hoy, pasar el titular de hoy y "ya veremos qué decimos mañana".
No obstante, creo que si se aplica el 155, aunque es cierto que todavía se puede parar la maquinaria, vamos a un escenario en parte impredecible aunque de continuación de la confrontación y de agudización del conflicto.
¿Cómo creo yo que se puede solucionar esto? Con referéndum pactado. Lo hemos defendido desde el principio porque entendíamos que era la propuesta más democrática. El argumento central para defender un referéndum pactado es democrático. Es decir, la gente tiene que poder decidir su futuro y tiene que poder decidir sobre todas las cosas pero especialmente las más importantes que afectan a su vida. Y el encaje territorial de Catalunya en España es suficientemente importante como para que lo decida la gente. Ahora también, cada vez más, es una propuesta de solución que más gente asume no solo por un argumento democrático sino también por un argumento pragmático.
El 155 no es una solución, porque puede satisfacer a una parte muy radical y, en mi opinión, minoritaria, que quiere humillar al de enfrente y pide mano dura
La gente dice "nadie está proponiendo soluciones". El 155 no es una solución, porque puede satisfacer a una parte muy muy muy radical y, en mi opinión, minoritaria que quiere humillar al de enfrente y pide mano dura. Eso es muy minoritario en España, casi inexistente en Catalunya. Cada vez hay más gente que dice, si el 155 no es la solución y no queremos que Catalunya se vaya de España ni tampoco nos parece que haya legitimidad democrática para declarar la independencia –porque lo que ocurrió el 1 de octubre no fue un referéndum con garantías de que todos los ciudadanos pudieran votar–, entonces el referéndum pactado se convierte en la solución.
Hablas de minorías, pero estamos ante un rearme del bipartidismo. Es un polo que no contempla el referéndum y se basa en la unidad de España porque eso da muchísimos votos. ¿Cómo oponerse a un bloque que suma más de 200 diputados?
Hay una parte del régimen, de los poderes fácticos, que está intentando utilizar esta crisis para hacer un cierre de régimen, para rearmar de argumentos y de poder, de capacidad de decisión, a los actores que quieren cerrar la crisis de régimen en la que vivimos y que no se ha abierto solo por la crisis territorial, sino también por una ruptura de todos los consensos sociales, de regeneración y corrupción, algo que tiene su máxima expresión en el 15M.
Hay un intento de reagrupación de las fuerzas del régimen y el discurso del jefe del Estado fue determinante en esto. Fue una llamada al orden de alguna manera a todas las fuerzas que quieran sostener el orden anterior de cosas, o que quieran recuperar o reorganizar las cosas en un sentido de regresión democrática. Nos encontramos en un escenario en el que hay un bloque monárquico que acude al llamamiento del jefe del Estado. El PP está liderando ese bloque, con una clara complicidad y un posicionamiento claro del PSOE y Ciudadanos. Frente a eso hay una España democrática.
Creo que el distanciamiento de la sociedad catalana no va tan asociada al proyecto político de la independencia como a la reivindicación de decir 'no, yo tengo que poder hablar y mi opinión tiene que ser escuchada'
No creo que toda la gente que ha votado a los partidos que están en el bloque monárquico quieran mano dura, creo que hay mucha gente en España que fundamentalmente tiene una sensación de hastío. También quizá de incomprensión, porque la cuestión territorial en España no se ha trabajado desde las instituciones para hacerlas comprender y para que la ciudadanía conozca los diferentes planteamientos y las motivaciones de los catalanes y catalanas. En los últimos años hay una notable carencia de comprensión de nuestra historia reciente.
Entiendo las intenciones del bloque monárquico pero no sé, no creo que esté tan claro que toda la gente que ha votado a los partidos que ahora se integran ahí quieran que sean ellos los que dirijan la rearticulación de la convivencia. Más bien al contrario, creo que vamos a seguir viendo un juego en el que aunque algunas expresiones puedan resultar contradictorias, como cuando después del 15M el PP ganó por mayoría absoluta. La España democrática va a tener cada vez más argumentos para decir que la rearticulación de la convivencia la decidimos los ciudadanos.
Sin embargo, socialmente sí hay una confrontación entre una parte muy significativa de la sociedad catalana que ve una oportunidad histórica en este proceso y una parte de la sociedad española que ha decidido usar la bandera como arma arrojadiza. En el caso de esa tercera vía, ¿crees que ha conseguido enganchar lo suficiente o es un movimiento débil?
No tengo una visión pesimista. Creo que hay una actitud muy irresponsable por parte fundamentalmente del bloque monárquico en utilizar las instituciones para defender una posición partidista, que no recoge el sentir de otros muchos millones de españoles y de españolas, también de catalanes y catalanas, que están pidiendo diálogo desde hace mucho tiempo y que también han salido a la calle. Quizá no han tenido la misma visibilidad pero han salido y salen a pedir soluciones.
Cuando la forma en la que los actores políticos afrontan y explican el conflicto es de polarización, como está ocurriendo ahora, de manera a mi juicio irresponsable por parte del gobierno y también por parte de sus aliados, diciendo 'esto es irreversible', hay personas que leen la realidad en los términos en los que los actores políticos lo proponen. Puede que haya personas que en un contexto de polarización decidan tomar partido por uno de los aparentes polos del conflicto, pero en el momento en que se ponga una solución encima de la mesa mucha de esa gente, sobre todo cuando vea que el enfrentamiento y la polarización no funcionan para resolver la situación, puede cambiar de opinión.
Hay una cosa muy curiosa. Mucha gente dice "cómo van a decidir los catalanes y las catalanas solos esta cuestión, lo deberían decidir el conjunto de los españoles y las españolas"; bueno, es que en 2006, el Estatut de Catalunya lo votaron los catalanes y las catalanas, el 'demos' soberano era el pueblo de Catalunya. Lo refrendaron el Parlament de Catalunya y el Parlamento español, y en ese momento no supuso un problema. Solo lo supuso para el PP, que fue el que dinamitó ese consenso llevándolo al Tribunal Constitucional. En ese momento no había ninguna duda.
Creo que parte de los objetivos del bloque monárquico no tienen que ver solo con un cierre de involución democrática y de humillación a los catalanes, tiene que ver con una operación a nivel estatal para arrinconar el proyecto de cambio
El Estatuto de Autonomía de Andalucía, que es también una reivindicación de reconocimiento de Andalucía como como nación en el proyecto común, no lo votaron todos los españoles, lo votaron los andaluces y las andaluzas, y eso no supuso un problema en los años 70 ni lo supuso en los 80. Y no lo supuso para el PSOE, para la derecha sí. El PSC hasta hace nada ha defendido el referéndum como solución y ha defendido la identidad de Catalunya como una nación, y defender Catalunya como una nación –que también defendía Pedro Sánchez en su campaña de primarias– no es una cuestión de reconocimiento folclórico o cultural.
Reconocer que un pueblo, un conjunto de ciudadanos y ciudadanas son una nación implica reconocerles una gestión compartida de las soberanías, que es uno de los elementos fundantes del pacto del 78.
Con esto quiero decir que aunque ahora parezca que la polarización es irreversible, tengo la sensación de que –aunque en los momentos de agudización es difícil ver la salida– si aguantamos con firmeza la única propuesta política y democrática, que es el reférendum pactado, más temprano que tarde se va a ver que no hay otra solución.
Ese referéndum se enmarca dentro del concepto de 'seducción' que ya habéis utilizado previamente para hablar de la relación con Catalunya, pero se produce en un momento en el que ya se está hablando de la desconexión emocional de muchas personas de Catalunya con el Estado. Una gran parte de la ciudadanía catalana quiere ya la independencia, ya no quiere fechas a futuro, ¿cómo volver a un punto que parece superado por los acontecimientos?
Primero, creo que es cierto que existe una parte de la sociedad catalana que ha hecho esa desconexión, y tienen representantes políticos en el Parlament que representan esta opción. Creo que no es la mayoritaria aunque en estos momentos pueda parecer que está creciendo irremediablemente.
Creo que eso que has llamado desconexión emocional o distanciamiento o ruptura no tiene tanto que ver con un proyecto político de independencia como a la sensación de que los poderes españoles, o quien ocupa ahora mismo –matizo– la posición de poder en España está queriendo humillar, está queriendo que esto se resuelva con un vencedor y un vencido, un vencido que no solo acaba vencido, acaba humillado, derrotado...
En prisión...
Sí, es una realidad que no solo criticamos Unidos Podemos, es que Amnistía Internacional ha hecho un comunicado durísimo diciendo que esto es una barbaridad en un país democrático. Entonces, creo que ese distanciamiento no va tan asociado al proyecto político de la independencia como a la reivindicación democrática y de dignidad de decir 'no, yo tengo que poder hablar y mi opinión tiene que ser escuchada'.
Por eso creo que, si en España, en lugar de mandar un PP que está utilizando las instituciones comunes para imponer su propio proyecto, con la complicidad de PSOE y Ciudadanos, gobernase o hubiese un proyecto mayoritario que reconozca en lugar de humillar a los catalanes, y reconozca que son una nación y por tanto abordando el debate del autogobierno es posible reconstruir los lazos emocionales.
La resolución y los procesos de reconstrucción de los consensos sociales cuando hay una crisis de esta magnitud van más allá de la aritmética parlamentaria
No es solo una cuestión de Catalunya, sino del modelo territorial de todo el Estado. Hablar de autogobierno significa hablar también de municipalismo, de cómo hay un gobierno del PP que no solo quiere humillar a los catalanes, sino que está dinamitando otro de los pactos sociales que era que los municipios es una institución cercana a la ciudadanía y, por tanto, deben tener capacidad de acción, y ahora mismo con la Ley Montoro los municipios están ahogados.
Hablar de autogobierno no solamente quiere decir hablar del reconocimiento de las nacionalidades, quiere decir hablar de cómo los ciudadanos podemos utilizar la administración pública y territorial no solo para que se reconozcan nuestras identidades, sino para poder satisfacer las necesidades y los derechos que se han ido conquistando a lo largo de los siglos.
Cuando durante el 15M había una actitud por parte del Govern de la Generalitat y también por parte del Gobierno de España –y en ese momento gobernaban Convergència y el PSOE, no nos olvidemos– quien estaba diciendo 'fraternidad' eran las plazas de Madrid y Barcelona porque se estaban viendo enfrentadas a una situación de represión muy dura contra una movilización social que decía 'lo llaman democracia y no lo es' y 'no somos mercancía en manos de políticos y banqueros'. Eso se ha visto también ahora. La alcaldesa de Barcelona y la de Madrid están construyendo un proyecto de fraternidad y afirmando que es posible no solo entenderse sino tener desde el reconocimiento al otro, o a la otra en este caso, quizá el feminismo tiene algo que ver en esto, un proyecto compartido. Creo que así es posible reconstruir esos lazos emocionales y reforzarlos.
Entiendo que esa propuesta va más allá de los partidos, que se produce en una sociedad que está –salvo en Catalunya– en una dinámica larga de desmovilización. Habéis hablado con PNV, con los sindicatos, pero este movimiento del bloque "constitucionalista" os deja fuera de juego.
Te doy la razón. Creo que parte de los objetivos del bloque monárquico no tienen que ver solo con un cierre de involución democrática y de humillación a los catalanes y las catalanas, tiene que ver con una operación a nivel estatal de tratar de arrinconar el proyecto de cambio.
El conflicto catalán es uno de los ejes vertebrales de la crisis de régimen y en tanto que uno de los ejes no se puede pensar en su resolución solamente en términos de la aritmética parlamentaria coyuntural en un momento dado.
Si tuviésemos que pensar en cómo resolver este eje de la crisis de forma aislada al eje social o al eje de regeneración democrática, y también en resolverlo solo con la aritmética parlamentaria actual, probablemente la respuesta sea muy pesimista por no decir imposible. Porque es evidente que en la aritmética parlamentaria el bloque monárquico cuenta con una gran mayoría.
Pero ocurre parecido a lo que veíamos después del 15M. Fue una gran movilización social que no tenía precedentes y que gente de mi generación no habíamos vivido y unos pocos meses después el Partido Popular gana las elecciones por mayoría absoluta. Si solo nos hubiésemos quedado con ese dato, cualquiera podría pensar que ahí se había resuelto de una forma prorrégimen esa crisis, y resulta que no, que la resolución y los procesos de reconstrucción de los consensos sociales cuando hay una crisis de esta magnitud van más allá de la aritmética parlamentaria.
Si solo miramos en la composición concreta del Parlamento hay motivos para ser pesimista pero creo que frente a esa recomposición del bloque que se quiere llamar constitucional pero que yo llamaría anticonstitucional –porque es el que defiende la ruptura del pacto territorial del 78 y son el eje de los recortes, de la corrupción, del daño a los servicios públicos y de la Ley Montoro– hay una España democrática que tiene fuerza. Y que no solo se ve en los millones de votos de las fuerzas parlamentarias que ahora podemos representar en el parlamento ese proyecto político.
Las diferentes expresiones que va tomando la crisis ayudan a que haya cuestionamientos y que, al final, el ciudadano o ciudadana se pregunte 'entonces, si estamos en democracia, ¿qué puedo decidir yo?'
Hay muchísimos millones de personas que creen realmente que es necesario reconstruir los consensos sociales , y eso no pasa por Catalunya solo sino por repensar qué es España como país, lo que incluye hablar de puertas giratorias, de recortes o de garantía de derechos humanos, de fronteras y del derecho de asilo y de refugio.
No solo creo que no es despreciable sino que creo que va siendo cada vez más mayoritario. Cuando ves las encuestas, generacionalmente es muy evidente.
Independientemente de la opción partidista que tome, la gente más joven tiene claras soluciones democráticas que las personas más mayores toman de forma distinta. Esa España democrática va cogiendo impulso incluso aunque eso no tenga una traslación inmediata a la aritmética parlamentaria .
¿Y es suficiente ese proyecto en el nivel en el que estamos?, ¿no hay que replantear también esa relación con Europa y con el proyecto económico que impone a los Estados miembro?
Xavi Doménech lo explica bien. Él lo plantea como una crisis de soberanías. La crisis que vivimos, que es una crisis de régimen es en el fondo una crisis de soberanías: de quién decide qué cosas. eso no solo tiene que ver con que nos han robado, o con la corrupción o con los recortes. Tiene que ver con quién toma las decisiones, en qué ámbito se toman las decisiones que termina afectando a tu propia vida.
No solo es la UE, muchas de cuyas instituciones o ámbitos de decisión no son democráticamente elegidos por la ciudadanía europea, sino con otros ámbitos supranacionales que son totalmente opacos, donde se mezclan hasta casi difuminarse los poderes financieros y los poderes políticos y se mantiene una visión tecnocrática en la que parece que al final deciden sabios y expertos. Es una perversión completa de lo que significa democracia.
Vivimos un periodo de transformación, de crisis de régimen y por tanto de posibilidad de salida democrática y de consecución de derechos. Dentro de ese proceso hay momentos de mayor aceleración y momentos de pausa
Creo que es una crisis de soberanía y por eso creo que hay replantear el proyecto europeo. No en un sentido de renuncia al proyecto europeo, al menos no sería mi opción, sí en el sentido de construir un proyecto europeo completamente diferente y fundamentalmente democrático. Donde las instancias de decisión las elija la gente y donde realmente haya una garantía de derechos y no una vulneración sistemática como vemos ahora con la crisis de refugiados.
En ese sentido, el movimiento independentista, dentro de su diversidad, sí ha entendido que si no se lleva a ese nivel europeo es muy difícil que se produzca el cambio. ¿Va el independentismo por delante en esa problematización del tema de las soberanías?
Con independencia de si hay una parte del espacio independentista que cree que la estrategia pasa por internacionalizar y otra que no lo cree tanto o si hay una parte que cree que pasa por el cuestionamiento de las instancias europeas y otra que cree que no, que hay que legitimarlas para esperar que reconozcan la internacionalización del conflicto, con independencia de la estrategia de cada actor, creo que la crisis catalana pone de manifiesto que hay una crisis de soberanía, claro que sí.
También lo pone de manifiesto la crisis social abierta. Cómo puede ser que haya un 30% de españoles y españolas viviendo bajo el umbral de la pobreza, en riesgo de pobreza y exclusión social, y que eso no tenga una repercusión inmediata en las instituciones que se supone que están para garantizar derechos. Lo que pasa es que es verdad que se pone de manera más evidente con la crisis catalana.
Pero en todo caso me reafirmo, la crisis de soberanías se ve bien con la crisis de Catalunya, se ve bien también con otros ejes de la crisis de régimen, el de la corrupción es evidente: ¿nos puede gobernar quien nos está robando?
Poco a poco las diferentes expresiones que va tomando la crisis ayudan a que haya cuestionamientos y a que el ciudadano o ciudadana se pregunten: "Entonces, si estamos en democracia, ¿qué puedo decidir yo?, ¿hasta qué punto puedo influir en que las cosas cambien?". No soy pesimista, creo que aunque sea difícil se puede conseguir.
Has hablado de un bloque monárquico, pero un bloque democrático no se puede construir solo a la contra, no se puede construir desde un partido, no se puede construir siquiera con un apoyo que se resisten a dar los grandes sindicatos, y tampoco se dará si la movilización ciudadana es débil como está siendo. Parece, también, que hace tiempo se ha alcanzado un límite en cuanto al daño que le hace al PP la denuncia de la corrupción, ¿desde dónde entonces se trabaja ese bloque?
Paulo Freire, que es un pedagogo de la liberación excepcional, planteaba que el primer paso para poder transformar la realidad es tomar conciencia. Entonces, los procesos sociales y políticos mediante los cuales una cosa que parece que no se puede decir se dice, o una cosa que no se está nombrando se nombra, son importantes, porque aunque a la gente más concienciada le parezca reiterativo o le parezca insuficiente hay mucha gente que a lo mejor lo necesita.
Los procesos sociales son mucho más lentos de lo que a la gente más concienciada de la necesidad de cambio le gustaría. Esto lo explica bien Álvaro García Linera cuando escribe de los procesos de transformación social: no son procesos de todo o nada, ni son lineales y unívocos. Él dice siempre hay muchas revoluciones dentro de una revolución y hay momentos en los que todo se acelera y momentos en los que va más lento.
Desde 2011 estamos viviendo un proceso en el que pasan muchas cosas en muy poco tiempo comparado con otros periodos de nuestra historia. Vivimos un periodo de transformación, de crisis de régimen y por tanto de posibilidad de salida democrática y de consecución de derechos. En ese proceso hay momentos de mayor aceleración y momentos de pausa.
Dentro de lo que llamaba España democrática, igual que dentro del bloque monárquico, no hay un solo posicionamiento. Hay diferentes niveles de implicación, diferentes formas de entender qué es lo que hay que hacer para ayudar y para empujar la transformación. Comparto la opinión de que para la gente más concienciada con la necesidad de transformación y la gente que ve con más claridad el proyecto de país las cosas van más lentas de lo que podrían ir, pero eso no quiere decir que no vayan a pasar, y no quiere decir que no estén pasando muchas cosas. Entonces, ¿tardará más o menos? Bueno, vamos a trabajar.
Tampoco quiero dar una sensación de inevitabilidad, el adversario juega sus cartas y puede que cierre, puede que consiga imponer su proyecto, pero por eso hay que empujar.
El CIS muestra que las preocupaciones que denotan que una parte de la sociedad está aumentando su nivel de racismo. En toda Europa, los movimientos de reacción que piden mayor soberanía tienen un fuerte componente xenófobo. Estamos también ante ese escenario ¿no crees que hay una posibilidad muy cierta de cierre autoritario?
Por eso hay que empujar. Hace tiempo que los proyectos de transformación abandonaron la idea de que la transformación era inevitable y de que el capitalismo por sí mismo y por sus propias contradicciones en algún momento terminaría hundiéndose y entonces emergería la superación del capitalismo en forma de socialismo. Eso se abandonó hace mucho tiempo. Las cosas no son inevitables aunque haya tendencias que son tan fuertes que casi lo parecen. Por eso tiene sentido defender un proceso de transformación. Si no conseguimos que sea mayoritario, el adversario juega sus cartas. Lo estamos viendo en países como Francia, y lo vemos en el conjunto de Europa. Donde las posiciones la ultraderecha, las posiciones de un fascismo evidente, que no se esconde, están teniendo respaldos electorales muy relevantes. Claro que es preocupante.
Es un análisis posible y realista ser pesimista respecto a las posibilidades de cambio, es decir, pensar que son demasiado poderosos los adversarios a los que nos enfrentamos
Urge conseguir avanzar posiciones de los proyectos de transformación y avanzar posiciones deriva en la idea de cómo conseguir ganar espacios de poder real, de capacidad de toma de decisiones o de decidir quién toma esas decisiones, si las toma la gente o las toma una entidad financiera. No solo porque esos proyectos puedan avanzar posiciones y nadie quiere volver a vivir el fascismo, sino porque otros proyectos sin ser eso, con sus decisiones alimentan una forma de entender la sociedad que puede llevar a eso.
Cuando Europa toma la decisión de que, en lugar de garantizar el derecho de asilo y refugio, lo que va a hacer es reforzar sus fronteras, cerrarlas y no hacer vías legales y de entrada a millones de personas que se están muriendo literalmente en el Mediterráneo o en los países de tránsito, estamos lanzando un mensaje de qué modelo de sociedad construimos. ¿Construimos una sociedad que por encima de todo garantiza los derechos humanos y busca las vías para conseguirlo o tenemos una sociedad que mira para otro lado cuando hay una crisis humanitaria de dimensiones colosales en la que la UE tiene capacidad de influir? Mandas un mensaje que plantea una forma de comprender la sociedad, que hace más fácil o no que luego aparezcan proyectos que llevan esas ideas al extremo.
Creo que eso da sentido a la necesidad de dar la batalla incluso en los momentos en los que alguien podría decir 'tiramos la toalla'. No desesperemos. La gente que lea esto llevará muchos años currándose las calles, los movimientos... Es un análisis posible y realista ser pesimista respecto a las posibilidades de cambio, es decir, pensar que son demasiado poderosos los adversarios a los que nos enfrentamos, ser pesimista en cuanto a los límites de cambio, de la UE, globales, de un capital tan salvaje, pero eso no quiere decir que no tengamos que intentarlo. Se puede. Otra cosa es cuánto tardemos, cómo se haga y en definitiva cuáles son las contradicciones que enfrentaremos.
13:44
Sumar y la política por encima de los votantes
En su discurso, Díaz ha dicho: “Sumar quiere hacer política de la grande y tiene un reto más: mis padres y muchos padres de vosotros y vosotras, lucharon por la democracia. Hoy está en riesgo la democracia por el partido del odio [por Vox], por lo que uno de los grandes retos de Sumar es cuidar y ensanchar la democracia.
No se trata de ganar las elecciones, claro que queremos ganarlas, se trata de ganar el país: queremos transformarlo. La reforma laboral no mira a quién vota, a quién ha votado el que ahora es trabajador indefinido. Las leyes no son para los votantes, son para el país. Queremos decirle a la gente que tiene derecho a ser feliz. Creo que estamos ante un movimiento ciudadano y me siento muy orgullosa. Y desde el Gobierno de España, desde el minuto uno, no hemos hecho otra cosa que recuperar derechos. Por ello me siento muy orgullosa de haber hecho la única reforma laboral que ha recuperado derechos”.
13:54
Yolanda Díaz: “El neoliberalismo ha fracasado intelectualmente, pero es muy fuerte”
El dilluns 23 d’octubre començaran les Jornades feministes del País Valencià, que són autogestionades i vénen carregades d’activitats per celebrar el 40 aniversari del moviment feminista en este territori. Esta setmana va tindre lloc la roda de premsa de presentació en el centre cultural Octubre de València, de la mà dels múltiples col·lectius que han portat a terme l’organització de les jornades.
En l’any 1977, en un context previ a la Constitució, un grup de dones feministes va considerar que era necessari reunir-se en unes jornades per a reflexionar sobre els problemes que els afectaven, i per buscar una certa organització com a activistes afins dins el País Valencià. Quatre dècades més tard, el moviment feminista continua viu i ha recuperat eixa reunió de col·lectius per debatre i posar en comú les problemàtiques actuals. Ho fan amb una programació molt completa que convida a totes les interessades, també a títol personal.
Dins el programa es pot trobar des de xerrades de distintes problemàtiques al camp del feminisme (precarietat, grossor, polítiques públiques, ecologisme, economia, comunicació, veganisme, acció feminista, etc.), fins a performances, tallers o cine. Una setmana sencera, des del dilluns 23 fins al diumenge 29, amb moltes i molt diverses activitats. Potser per això s’estan esgotant les places. Les inscripcions han tingut molt bona acollida per part del públic, no tant per part dels mitjans de comunicació que, exceptuant El Salto País Valencià, no van acudir a la roda de premsa.
Les organitzadores asseguren que “la nostra societat ha canviat, i amb ella també s’han modificat els reptes”. És per això que volen celebrar els avanços al 40 aniversari del moviment feminista del País Valencià, però també analitzar conjuntament els problemes als que s’enfronten ara en la societat heteropatriarcal.
Un d’eixos reptes és l’aliança del patriarcat amb el capitalisme. Per combatre-la s’ha decidit que les jornades feministes siguen autogestionades, així ho afirmava Àfrica, l’encarregada de premsa. I afegia que “ha eixit perfectament així, amb la col·laboració de molta gent treballant desinteressadament, perquè la causa pagava la pena”.
El moviment feminista valencià s’ha retrobat en la preparació d’aquest acte, si bé encara falten molts col·lectius d’arreu del país que no han participat. S’han sumat alguns de Castelló, no obstant, la majoria són de València. El territori va molt més enllà de la capital, i les jornades no han pogut abarcar-lo tot. Les organitzadores desitgen que “vaja creixent i es celebre tots els anys”.
Una de les fites aconseguides ha sigut reunir diverses generacions de dones. Les joves i les majors han pogut participar per enriquir-se mútuament. Conten que “ací hi ha un grup de gent jove movent-se, col·lectius independents que no tenen res a vore amb partits polítics, i que tenen molt que oferir” i, d’altra banda “hi ha determinats hàbits que es queden encallats”.
Per a l’avanç del feminisme, ha estat molt important incorporar les visions renovadores a la saviesa dels col·lectius amb experiència. A més, també han pogut confluir diferents perspectives feministes. La diversitat d’edats i d’opinions ha sigut, segons les feministes valencianes, “molt enriquidora”. I gràcies a aquestes jornades han donat “un primer pas”, i han de continuar formant “eixa unió de totes”.
No s’han salvat dels conflictes, però els veuen com una cosa positiva si s’enfronten correctament. Quan n’han tingut, els han plantat cara “amb molta sororitat, escolta i empatia”, perquè entenen que si volen tindre cabuda totes han de “afluixar un poc”. Confessen que en alguns temes conflictius han arribat a estar hores i hores discutint en una reunió, per tal que “ningú es sentira fora de lloc o pensara que la seua opinió no es valorava”.
S’han organitzat en comissions per realitzar el 40 Aniversari de les Jornades Feministes del País Valencià, entre les que hi havia, per exemple, la comissió de disseny, la de comunicació, i la de cures. Aquesta última la consideren “vital” i els ha ajudat a solventar els casos més conflictius, basant-se en l’autocura i la cura a la resta de companyes.
13:58
Mensaje: “Estamos cansadas de ser tuteladas”
Las Marchas de la Dignidad han convocado concentraciones para hoy, 22 de octubre, a las 19h, en varias ciudades del Estado, en solidaridad con el pueblo de Cataluña y para exigir la puesta en libertad de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, líderes de la Asamblea Nacional de Catalunya y de Omnium Cultural.
"Las más de 800 personas heridas, las detenciones de miembros del gobierno catalán y de organizaciones sociales, el inaceptable discurso del rey, la actuación de jueces y fiscales al servicio de la represión, dirigidos por el gobierno del PP y secundados por el PSOE y Ciudadanos, han mostrado ante los ojos del mundo y ante quienes han querido ver en el Estado español hasta qué punto el Régimen del 78 es heredero directo del Franquismo", explica la plataforma en un comunicado de prensa.
Hasta el momento, las Marchas de la Dignidad han convocado concentraciones a las 19h en Madrid (Puerta del Sol), Málaga (Plaza de la Constitución), Jaén (Subdelegación de Gobierno), Granada (Subdelegación de Gobierno), Cádiz (San Juan de Dios), Almería (Puerta de Purchena). También ha habido concentraciones, a als 12h, en Murcia y Alicante.
La pasada jornada, el Gobierno de Mariano Rajoy anunció la aplicación del artículo 155 de la Constitución, por el que asume los poderes sobre la comunidad autónoma. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, explicó que entre las medidas que se tomarán en el marco de este artículo está el cese de todos los consellers y del presidente del Govern catalán, Carles Puigdemont, pasando sus funcioens a ser ejercidas por los órganos que cree para ello el Gobierno central. También se limitará las funciones del Palament, que no podrá tomar decisiones como elegir un nuevo presidente.
Entre las medidas también está poder hacer nombramientos o cesar de forma temporal al personal de la Administración catalana y de sus entidades dependientes, como TV3 o los Mossos d'Esquadra.
14:05
Sanidad: colocar en el centro a la atención primaria
O pasado 13 de xullo a conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, e o presidente da Federación Galega de Caza, Javier Nogueira Diz, asinaron un convenio para a difusión “dos valores medioambientais asociados á actividade cinexética”, que incluía unha xornada de divulgación da caza “como un deporte saudable e sustentable” dirixida a menores de 30. Non é a primeira vez que Xunta e Federación asinan este tipo de convenios, mais si é certo que cada ano estas actuacións promocionais se dirixen máis directamente á mocidade, buscando unha remuda xeracional da que ata agora carece esta actividade. Das ao redor de 46 mil licenzas de caza existentes en Galicia (un 10% que hai sete anos) apenas 98 corresponden a mozos de entre 16 e 18 anos.
“Este tipo de convenios contribúen a banalizar a violencia e a considerar o medio ambiente como algo que é simplemente extractivo. A través destas actuacións os cazadores tentan conseguir unha remuda xeracional que ata agora non teñen”, opina Rubén Pérez, da organización animalista Libera. Pérez reclama neste senso que o Parlamento galego debata a presenza de menores nas batidas de caza.
A idade mínima para participar nunha batida con armas de fogo é de 16 anos e grupos como Libera, e forzas políticas como AGE, En Marea e BNG, reclamaron nos últimos anos que se elevase ata os 18 anos, mentres que a Federación Galega de Caza pugnou para reducila ata os 14. Finalmente, o límite ficou neses 16 anos, de xeito que un adolescente de 16 ou 17 anos que non pode conducir un coche ou votar, si pode participar nunha batida de caza con munición real, aínda que non pode manexar as armas.
Caza e medio ambiente
Os cazadores defenden a importancia social da súa actividade e tamén o seu carácter respectuoso co medio ambiente, asumido tamén pola Xunta a través deste tipo de convenios. “Os cazadores somos os primeiros interesados na protección, conservación e recuperación do medio natural. É raro que un cazador non sexa un amante da natureza. O cazador leva unido a el esa idea de xestión e aproveitamento racional do medio, aínda que só sexa por egoísmo”, afirma Javier Nogueira, presidente da Federación. “A caza é un vehículo para incrementar a relación co medio ambiente” -engade- “non se cuestiona dende o medio rural e si dende o medio urbano, porque se ve dende moita distancia”.
“A función social que a caza puido ter hoxe xa non se cumpre, é unha simple actividade deportiva ou de ocio”, opina Rubén Pérez. “A caza acaba convertida sobre todo nun negocio: vendas de armas, munición, equipamento, seguros, licenzas de radio... Convértese case nunha batalla por unha cota de mercado entre a propia federación e outras asociacións”, afirma.
“Connivencia” coa Xunta e batidas
Rubén Pérez critica tamén a “connivencia” entre o Goberno galego e os “lobbies cazadores”, unha relación na que en moitas ocasións xoga un papel destacado un cálculo electoral, dada a grande importancia relativa destes grupos nalgunhas localidades. “Nos concellos rurais o número relativo de cazadores é altísimo. Se ti anoxas esa poboación, non te votan. E este grupo é clave para gañar alcaldías, alcaldías que se necesitan para dominar deputacións”, di Vázquez Pumariño.“Durante as negociacións da Lei de Caza e da Lei de Benestar Animal este lobby dedicouse a axitar o medo dos agricultores e dos gandeiros, porque saben que por si mesmos teñen cada vez menos poder. PP, PSOE e outros partidos caen habitualmente nos argumentos despregados por este lobby, por mor de certos cálculos electorais”, critica Pérez.
Nos últimos anos os cazadores atoparon nas críticas pola presenza de xabaríns ou lobos un excelente argumento para demandar o incremento de batidas e para xustificar a súa “función social”. “A caza é un elemento imprescindible para o manexo do ecosistema. Imaxina como sería a convivencia en Galicia sen a extracción de xabaríns que se fai cada ano. Sería imposible convivir na maior parte da zona rural”, destaca Javier Nogueira. A Federación de Caza alerta das “grandes transformacións producidas na poboación, co abandono do campo e a marcha ás cidades”, que levou aparellado “un profundo cambio nos ecosistemas que “non é inocuo dende o punto de vista medioambiental”. “Ante isto, os cazadores e outros colectivos vencellados coa natureza deberemos facer unha profunda reflexión para buscar un novo equilibrio entre desenvolvemento e conservación”, conclúe.
Vázquez Pumariño explica que estas batidas, centradas na caza dos exemplares máis grandes, estarían mesmo incrementando o número de xabaríns: “Os xabaríns son densodependentes. Iso significa que en función da cantidade de alimento o seu número varía. Se ti matas os adultos, hai máis comida para repartir, polo que o número de xabaríns aumenta; xabaríns pequenos, ademais, que non teñen capacidade de defender o seu territorio de alimentación, polo que tenden a baixar ás casas”. Salienta, ademais, que “o único depredador natural que teñen en Galicia son os lobos. Se ti te dedicas a cazar lobos, o que consegues é que aumenten os xabaríns”.
Perigos
A última década deixou 14 mortes relacionadas coa caza en Galicia, a maior parte por disparos errados ou rebotados durante batidas no monte ou por accidentes durante a manipulación de armas. En 2007 (Vilalba), 2008 (Bóveda), 2009 (Lugo e Cabana de Bergantiños), 2010 (Muíños e Ordes), 2011 (Ortigueira e Cervantes), 2012 (Vila de Cruces e Vilalba), 2013 (Rubiá e Ribas de Miño), 2015 (Laza) e 2016 (Melide).Javier Nogueira defende a existencia de “moitas medidas de seguridade” e que dende a Federación “preocupámonos moito pola formación” para reducir o número de accidentes. “O ratio, en realidade, non
é moi alto, pero buscamos o sinistro cero”, di. Nogueira destaca que en relación co número de licenzas federativas “hai moitos máis accidentes noutro tipo de deportes, por exemplo no montañismo” aínda que recoñece que “seguramente os accidentes na caza xeran máis alarma social, polo uso de armas de fogo”. E conclúe: “Moitas actividades que realizan os adolescentes son moito máis perigosas que a caza. Na caza, supervisada por adultos, non ten por que haber accidentes”.
O falecemento no outono de 2013 dun rapaz de 17 anos en Ribas de Miño puxo de manifesto a perigosidade desta actividade para os menores de idade. E, de igual xeito, a morte en 2010 en Ordes dun home de 84 anos que paseaba polo monte revelou o risco ao que está exposta calquera persoa que se atope próxima aos lugares nos que se practica a caza, mesmo sen ser cazador.
Hai dous invernos, a Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) reclamáballe á Xunta a correcta sinalización das batidas para reducir o risco de que calquera persoa que utilice o monte sexa vítima dunha bala perdida. A SGHN esixía que "con cando menos 15 días de antelación anuncie cada batida que se autorice, indicando a delimitación exacta da superficie para a que se concede o permiso". Ademais, pedía "establecer a obrigatoriedade de sinalizar a realización de batidas en todos os camiños de acceso á zona onde se está levando a cabo". E, finalmente, suxería que "non autorice a realización de batidas os días de maior afluencia de cidadáns aos montes: festivos e fins de semana".
O convenio asinado por Xunta e Federación buscaba que a mocidade “coñeza a importancia de preservar a fauna cinexética, así como promover o seu aproveitamento sustentable e o coidado e o respecto pola natureza”. No fondo do debate está a cuestión do papel que a caza ocupa na sociedade actual e a súa convivencia con outras actividades de aproveitamento do medio. E a demanda de que todos e todas poidan gozar do monte sen riscos e en igualdade.
14:08
Jornada laboral: “Llevamos más de un siglo con la misma jornada laboral”
155
Tras agotarlo en la lotería de Navidad. Versión numérica, algo menos cafre, pero igualmente castiza, del ¡A por ellos!
Tiene que dar suerte, se debían decir. Y ahí lo tenemos
El viernes nos darán la extremaunción.
Por fin sabemos para qué servía el Senado. Para alargar esta agonía.
Ese senado que algunos propusieron que se trasladara a Barcelona. Ya hubiera sido el súmum.
Y en Madrid la Brunete aplaude. Y en Barcelona la calle se indigna. E incluso llora. A pocas horas del anuncio de Rajoy, otra marcha masiva por el centro de Barcelona.
Bueno, ese súmum lo tendrá que ejecutar José Montilla, quien en siete años pasará de ser President de la Generalitat a tener que votar en el senado su intervención. Todo, mientras su partido pasa de ser el más votado y gobernar Catalunya a estar, tras ese lustro y medio, luchando por no ser el farolillo rojo del Parlament. Ese debía ser el cepillo del que hablaba Guerra cuando el Estatut.
Y en Madrid la Brunete aplaude. Y en Barcelona la calle se indigna. E incluso llora.
A pocas horas del anuncio de Rajoy, otra marcha masiva por el centro de Barcelona. Ya hemos perdido la cuenta. Quizás llevamos 155 marchas así y ni nos hemos enterado. Nuevas mareas de gente. De hecho no estaba convocada por el dichoso articulo, era por las detenciones de Jordi Cuixart y Jordi Sanchez, pero tal y como está la cosa, ya uno no salta de un motivo que ya le llega el siguiente.
“Quiero llegar a casa para que me digan cuántos hemos sido” oigo que dice una señora cuando ni siquiera ha llegado al lugar de la mani. Qué manía con contarnos, digo yo, si aquí llega el 155 y nos hace los números en un santiamén.
Colapso de gente. Decenas de autocares, estos venidos de un sinfín de pueblecillos de Catalunya, saturan Pau Claris, Aragó y Roger de Llúria. Vidreres, Calders, Moià, Palafolls... De tanta gente, algunos se quedan en la puerta del vehículo para escuchar los parlamentos con la radio del conductor. Ni que jugara el Barça la final de la Champions y se hubieran quedado sin entrada, tú. Otros prefieren tomarse una cerveza o un bocadillo en un bar. Bajar a una mani para acabar de poteo.
Gritos de Llibertat por los detenidos. Manos en alto. “Lo que no saben es que en Catalunya los Jordis acaban con los dragones” reza un cartel. “El pueblo manda, el gobierno obedece” reza otro presionando por la DUI. Cada vez más banderas republicanas. Aunque domina el independentismo, la represión cohesiona y facilita el desborde. Pero parece claro que eso importa poco en los pasillos de Moncloa.
El ambiente es muy distinto al de la Diada, no hace ni un mes y una semana en casi las mismas calles. Entonces todo tenía un colorido más sincronizado, había más bandera. Más organización también. Más entusiasmo y menos rabia. Entonces se aplaudían los helicópteros que tomaban fotos; hoy se les insulta y se les hace peinetas. Ahora son Policía Nacional, a quienes no se les perdona la intervención del día 1. Muchos piden a gritos su expulsión como “forces d'ocupació”.
Voy mirando sus redes sociales. A ver si cuelgan las imágenes desde el aire, como hicieron con la manifestación unionista del día 8. Pero, no sé por qué, no aparecen. Tampoco sus mensajes del 'somos uno', 'gracias', etc. ¿Por qué será...?
Una tarima concentra los actos institucionales. Discursos. Cartas de los presos. Canciones emotivas. A más de uno se le escapa la lágrima, como el nada sospechoso de independentista Xavier Domènech. Se lee un poema de Benedetti. “Señor ministro, de qué se ríe” Estoy por proponer otro, pero me cayo y me recito para mis adentros:
“De vez en cuando hay que hacer
una pausa
(…)
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades”
Y en la cabecera, el Govern Puigdemont. Bueno, quizás deberíamos empezar a plantearnos decir lo de interino. Al completo. Como en una última foto de grupo, ahí con los colegas de fondo.
Con el 155, como por arte de magia, la práctica mitad de la población que hoy pide la independencia, pasaran de ir a manis de la ANC a pedir el retorno de los toros en Catalunya
Horas después, enésimo mensaje institucional para decir que, frente al 155, convoca al Parlament. Se nos avecina otra semana movida.
Rajoy dice que no quería.
Que ya ves qué me has obligado a hacerte
Esto me duele más a mi que a ti
Que él puso todo su empeño en evitarlo
Todo
Los catalanes hacen cosas y tal.
De hecho, en un último arrebato, han mandado a Álvaro de Marichalar, a quien no aguantaron ni en el Sálvame (que ya es decir) a manifestarse frente a la Generalitat al grito de Os Amo. Bandera europea y rojigualda en mano. Pero, no entendemos todavía cómo, la cosa falló, y entonces van y activan el plan 155 para parar la aberración satánica del independentismo.
Y tras agotarlo en las administraciones de lotería, ahora quieren hacerlo triunfar también en Catalunya.
155. Que encima rima con ese sonsonete castizo que no pienso reproducir.
Pues nada, para salvar la democracia en España llega la constitución del ruido de sables. Y para salvar la ley, una decisión de gobierno que no ha sido, ni falta que hace, avalada por ningún tribunal. Y a gobernar por decreto Cataluña un partido marginal que no suma en esa tierra ni el 8,5% de los votos. Un 4,6% de la población. Porqué eso es el PP en Catalunya. Así que, para salvar las minorías en Catalunya, aplastemos las mayorías. Con un mazo. O un hachazo, como dice el Periódico. Con la oposición frontal de no menos del 62% de los diputados. Y a saber de la opinión pública.
Curiosa manera de gobernar para todos los catalanes, como dicen.
Ni entre los que quedan en el PSC se sienten cómodos. Parlón se ha dado de baja de la ejecutiva estatal, su nombre está entre los cuatro destacados alcaldes socialistas que ya han pedido que su partido no apoye la medida, el exministro Joan Majó ya dijo que se daba de baja y Alicia Romero, la portavoz de los socialistas en el Parlament, ya avisó que su grupo se oponía y no darían cheque en blanco al 155. El PSC e Iceta se enfrentan al papelón de su vida. PP y C's se frotan las manos. Dos en uno, piensan.
Y además, seguimos en ese concurso de gallegadas. Rajoy dice que no es lo que parece. Uno suspende la declaración de independencia sin declararla y ahora el otro suspende la autonomía diciendo que no la suspende suelta Javier Pérez Andújar en twitter. Pero a algunos se les ha subido el champán (o ya cava, que ahora Codorníu es de la Rioja) y van gritando su 155 a la carta.
Escuelas? Intervéngase! Teletrés? Intervéngase! Policía autonómica? Intervéngase! Pa amb Tomàquet? Intervéngase!
En nombre del gobierno de los colegios del Opus, de los aplastantes informes contra RTVE y la policía del A por ellos. En tal borrachera se encuentran algunos que hasta el delegado del gobierno en Castilla-la Mancha amenazó con sacar el 155 contra el gobierno de PSOE-Podemos en la región para que el Estado “corrija” la marcha del gobierno autonómico.
Y en seis meses, dicen, elecciones. Supongo que nos reformatearán los cerebros para que volvamos a ser de serie, muy españoles y mucho españoles, y nos llamarán a las urnas. Otra vez. Porque parece que con el 155, como por arte de magia, la práctica mitad de la población que hoy pide la independencia, pasaran de ir a manis de la ANC a salir a la calle a pedir el retorno de los toros en Catalunya. Y las esteladas se convertirán en rojigualdas a las puertas del Mundial. Y se agotaran los cassettes de Manolo Escobar en todas las gasolineras. E iremos cantando la lista de los reyes Godos por las calles.
Y así, de golpe, el problema se irá.
Porque, claro, aquí estamos hechizados.
14:14
Anuncia su candidatura: “Quiero ser la primera presidenta del país”
Yolanda Díaz: “En casa me enseñaron que no había que elegir entre la igualdad y la libertad. He dicho que me iba a tomar un tiempo, que lo importante era levantar un proyecto de país, que iba a recorrer toda España y lo hemos conseguido. He conocido todo tipo de experiencias. Os sentí y sentí la ilusión y la esperanza. Gente que cree en la cosa pública. Me tomé mi tiempo, sé que a veces no me comprendíais, soy una mujer que duda mucho, pero creo que dudar es importante para tomar decisiones importantes. Reivindico la duda. Y hoy, humildemente, voy a dar un paso adelante y decir que quiero ser la primera presidenta del país, de España, porque es el tiempo para las mujeres porque la España de las mujeres es imparable, no hay marcha atrás, el futuro es hoy y se llama Sumar. ¡Adelante y a sumar!”
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