Opinión
El trile de los desahucios

Incluso en el caso de que el decreto de stop-desahucios salga adelante en sus mejores condiciones, esto no va a significar más que un alivio temporal de la situación, que ha provocado que en el último trimestre se hayan producido más de 7.000 órdenes judiciales de desahucio.

Parado el desalojo de un edificio en Malasaña, el antiguo Palacio de la Infanta Carlota - 5
Intento de desalojo de un edificio en Malasaña (Madrid). Álvaro Minguito
Pablo Carmona

Es miembro de la Fundación de los Comunes.

16 dic 2020 06:41

El 28 de octubre de 2020 el Ministro José Luis Ábalos firmó una de las intervenciones más bochornosas de los últimos tiempos. Según Ábalos, Ministro responsable del área de vivienda, los desahucios en España no estaban permitidos gracias a los decretos del gobierno. Estas afirmaciones se produjeron a raíz de un desahucio en el madrileño barrio de Carabanchel y en el contexto del debate sobre la aprobación de un decreto de paralización de desahucios hasta el mes de mayo, que no acaba de llegar.

Mientras el gobierno progresista se amilana ante los fondos de inversión y el poder financiero y rentista, las cifras del Consejo General del Poder Judicial siguen desacreditando al señor Ministro. Así, una vez abierta la posibilidad de desahuciar tras el parón judicial entre marzo y junio que provocó la pandemia, se ejecutaron —según los datos del tercer trimestre de 2020— más de 6.200 desahucios en España.

Con los datos en la mano, se puede asegurar que la lluvia de decretos que tanto celebró el gobierno antes del verano, no tuvieron mucho efecto. Ante esto, debemos preguntarnos ¿qué podemos esperar para los próximos meses?

De cara al futuro inmediato, el gobierno progresista se maneja en el marco de una nueva Ley por el derecho a la vivienda. Esta ley, de la que por el momento no se conocen los detalles, debería tener el objetivo de superar —como mínimo—, la nula efectividad de las medidas tomadas por el gobierno durante los primeros meses de la pandemia.

El plan para la construcción de 20.000 viviendas, encubre bajo el supuesto intento de garantizar un parque público de viviendas, un nuevo plan de rescate para el sector de la construcción e inmobiliario

Tras el fracaso del llamado escudo social, llega una nueva fase donde el gobierno ha recogido tres grandes líneas de actuación, todas ellas tomadas de las propuestas abiertas por los movimientos sociales y de vivienda. Estas medidas, englobarían los más de 2.250 millones de euros que se han asignado a la partida de vivienda en los Presupuestos generales del Estado. En segundo lugar se incluye la promesa de aprobar la regulación de los precios de alquiler tomando como referencia la ley catalana y en tercer lugar se baraja la posible prohibición de los desahucios hasta el mes de mayo. Pero, ¿realmente estas políticas producirán un cambio sustancial en el ámbito del derecho a una vivienda digna?

Un presupuesto dirigido al sector inmobiliario y las constructoras

En lo que se refiere al presupuesto en materia de vivienda, nos tememos que quienes han celebrado los titulares del gobierno no han tenido la oportunidad de leerlo en detalle. Sin duda, la cifra global impresiona, solo el Programa 260A de acceso a la vivienda y fomento de la edificación está dotado con la astronómica cifra de 1.651 millones de euros, cantidad prácticamente inexistente en el pasado.

Este dinero, que se repartirá mayoritariamente (1.580 millones) en transferencias de capital a las Comunidades Autónomas es, de llegarse a ejecutar, una buena inversión desde el punto de vista de la sostenibilidad en materia energética y de mejora del parque de vivienda. No en vano, se incluye en el denominado Renovation wave que la Comisión europea impone al modelo inversor de esta crisis, donde se dice que el sector constructor es uno de los que más energía consume y donde se señala que la rehabilitación de edificios es una línea prioritaria de inversión para el European Green New Deal.

Sin embargo, con las políticas de rehabilitación se debe ser muy cuidadoso. Es cierto que producen un alto impacto en materia de sostenibilidad en lo que se refiere a la eficiencia energética, también mejoras sociales para quienes disfrutan de esas viviendas en materia de accesibilidad y ahorro. Pero socialmente, el modelo de rehabilitación subvencionado, sin contrapartidas sociales puede tener sus trampas. Cuando se producen revalorizaciones del patrimonio inmobiliario con dinero público, se debería obligar a que esas viviendas —en caso de ser alquiladas—, tuviesen un estricto control y tasación de sus precios de alquiler o —también en el caso de las viviendas vacías—, que la rehabilitación conllevase la cesión de la vivienda tempralmente para el parque público de viviendas. De lo contrario, la revalorización que produce la inversión pública podría alimentar la especulación urbana y una suerte de subvención verde a las economías rentistas, especialmente de los grandes tenedores.

Junto a esta astronómica partida de rehabilitación, que ocupa la práctica totalidad del presupuesto de vivienda y que anuncia la creación de 370.000 puestos de trabajo y la rehabilitación de más de 120.000 viviendas al año, nos encontramos la segunda gran línea estratégica del presupuestos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), el conocido como Plan 20.000.

El presupuesto público no pondrá solo el suelo y avalará la financiación de toda la operación sino que asume los gastos del suelo y su urbanización

Este programa, que se basa en la construcción de 20.000 viviendas, encubre bajo el supuesto intento de garantizar un parque público de viviendas, un nuevo plan de rescate para el sector de la construcción e inmobiliario. El mecanismo es sencillo, el Estado pondrá suelo público gratuito, facilitará y avalará la financiación para construcción de esas 20.000 viviendas y a cambio, las promotoras se encargarán de construir viviendas en alquiler a precios reducidos y gestionarán los beneficios de esos alquileres durante 75 años. Todavía nadie ha dado datos de cual es la referencia a partir de la cual se consideran alquileres asequibles, pero sí sabemos que los pliegos de contratación de este plan los redactará un gabinete de abogados vinculado al sector inmobiliario, como es el caso de Gómez-Acebo y Pombo.

También sabemos que en el presupuesto de 2021 aparecen los primeros 140 millones de euros para la sociedad pública de suelo (SEPES) y para diversos ayuntamientos, como los 11,7 millones del Ayuntamiento de Barcelona, que se destinarán a sufragar el “coste del suelo, la urbanización y la posible colaboración público-privada mediante la constitución de derechos de superficie”. De esta manera, el presupuesto público no pondrá solo el suelo y avalará la financiación de toda la operación sino que asume los gastos del suelo y su urbanización, un negocio redondo para quienes participen de este plan.

Además, en los Presupuestos generales del Estado se anuncia que estas viviendas van a construirse en las zonas de mayor tensión: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Islas Canarias e Islas Baleares. Efectivamente, espacios que a su vez coinciden con la apuesta por reflotar un nuevo ciclo inmobiliario basado en grandes desarrollos urbanos y que tendrán en esta colaboración público-privada su mejor detonante. 

Opinión
Una democracia de propietarios

La democracia de propietarios tiene su base social y electoral entre las clases propietarias. La nueva economía-política del ladrillo no se podrá medir únicamente por el nivel de precios o el coste rebajado de las nuevas viviendas, sino en base a los nuevos modelos de formación del beneficio inmobiliario.

Una realidad explosiva

Mientras tanto, han pasado 10 meses desde que el inicio de la pandemia aceleró la crisis del modelo capitalista español (y global). Una vez fracasada la lluvia de decretos del escudo social, entramos en una nueva fase donde se anuncian políticas públicas de mayor calado. En concreto, las medidas de regulación de alquileres y el decreto de paralización de desahucios hasta mayo de 2021. De estos dos temas, aún no sabemos el desenlace, pero el problema es que —incluso en el caso de salir adelante en sus mejores condiciones—, podemos anticipar que no van a significar más que un alivio temporal de la situación.

Lo cierto es que la realidad social y sus necesidades más básicas a medio plazo caminan muy lejos de estas propuestas. Unas medidas que tendrán un alcance muy limitado si no entran en el fondo del problema. En consecuencia, la necesidad de bajar por ley los precios de los alquileres, especialmente en aquellas viviendas que están siendo financiadas o rehabilitadas con dinero público, debe acompañarse de medidas para frenar los desahucios mientras no existan alternativas de vivienda suficientes.

No se puede negar, que si finalmente el gobierno no cede a las presiones del sector financiero-inmobiliario y aprueba estas medidas, contaremos con nuevas herramientas para ralentizar los desahucios y controlar las subidas de precios. Pero lo cierto es que los datos de los que empezamos a disponer nos anuncian que la sangría de desahucios y expulsiones de viviendas por la imposibilidad de pagar las rentas de alquiler, van a continuar con fuerza ahora y en el futuro.

Si atendemos a los datos del Consejo General del Poder Judicial, lo podremos ver con claridad. A día de hoy nos encontramos que entre junio y septiembre se han presentado más de 31.000 nuevos juicios verbales por arrendamiento, cifra que se añade a los más de 43.119 casos arrendaticios pendientes de finalizar. Este dato, sumado a los 7.096 nuevos lanzamientos que se han recibido en los juzgados de primera instancia en el tercer trimestre de 2020, nos indican que el problema sigue creciendo. Así, tras el parón judicial de la pandemia, en el tercer trimestre de 2020 se han ingresado un 30,5% más de procedimientos de alquiler que el tercer trimestre de 2019.

A la espera de los datos del último trimestre, todo indica que el nivel de deterioro social camina a una velocidad infinitamente mayor que la batería de políticas públicas que se están barajando desde el gobierno. La gran contradicción es que mientras se proponen medidas de protección tibias, el gobierno y el sector inmobiliario-financiero ya han apostado fuerte por un nuevo ciclo especulativo bajo el mantra de la cooperación público-privada y el capitalismo verde.

No cabe duda de que la presión institucional debe seguir con fuerza, pero una vez más hay que tomarse muy en serio que las alternativas reales van a pasar más por la generación de instituciones autónomas y propias que garanticen los derechos más básicos, que por las medidas públicas que se puedan tomar. Los grandes retos del futuro pasan por estabilizar centros sociales, escuelas populares y despensas solidarias. Pero también pasan por reforzar los mecanismos de organización y desobediencia, tanto para escalar conflictos que permitan sacarles a los grandes propietarios alquileres sociales, como para ocupar viviendas de esos mismos grandes propietarios que sirvan para afrontar y denunciar desde posiciones de mayor fuerza la falta de alternativas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Genocidio
Opinión No lo soportamos más: un alarido por Gaza
Mientras la complicidad con Israel es abierta, obscena y militante, levantarse contra el genocidio es un gesto que a tantas les está costando el futuro y la libertad en cada vez más sitios. Ya no sabemos ni qué escribir al respecto.
Kabilas de mesa camilla
Kábilas de mesa camilla Delivery identitario, etiquetas take away
Porque el capitalismo sabe que el consumo identitario (yo, mi colectivo, mi comunidad, mi tribu urbana) fagotiza la resistencia ante el orden establecido de parir con dolor y trabajar con placer
Bilbao
Educación pública Crónica del abandono institucional de la escuela pública de Atxuri
VV.AA.
El edificio de la escuela se cae a cachos y su comunidad lleva años sufriendo un maltrato estructural, mientras lucha por unas condiciones dignas para el desarrollo de la función educativa.
#77376
17/12/2020 12:41

la solución es que los liberalistos dejen de robar y especular con la vivienda, así como que sus apoderados políticos dejen de regalar las vivendas públicas a sus coleguitas

0
0
#77329
17/12/2020 8:06

La solución pasa porque los comunistas pongan todo su dinero para construir pisos que luego cedan gratuitamente a los más necesitados.

2
4
#77319
17/12/2020 1:09

Ustedes siempre piensan que el propietario es el malo. Algunos tenemos una vivienda con esfuerzo, años de estudios y trabajo, para no ser gravoso a nadie, y se mete un inquilino que no se quiere ir. Aunque el contrato haya acabado hace tiempo, aunque se le haya explicado que se necesita la vivienda, no se va. Debe el propietario soportar en sus hombros sus propios problemas y los de otros, quedarse sin el fruto de su esfuerzo. Piensan en gente que es propietario por arte de magia, pero son los menos.

3
6
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas e intercambio de misiles entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones pueden violentar a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.

Últimas

Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Más noticias
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.

Recomendadas

Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.