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0. La pregunta crucial en esta coyuntura en la provincia España, esto es, en el Estado-miembro español de la forma Estado Unión Europea es si es factible hacer política en el campo de la izquierda (o hacer política tout court) sin innovar radicalmente en la forma organizativa y por ende en el radio de la acción política primordial de un determinado sujeto político nacional o subnacional, dada (1) la especificidad de la crisis sistémica del capitalismo histórico a la que se enfrentan los campos políticos nacionales y por ende los sistemas de partidos y sus unidades constitutivas, que pretenden diseñar y hacer inteligible social y electoralmente (la fenomenología de) esta crisis y a partir de la elaboración de este dato construir una estrategia de transformación social mediante un programa político específico; dados (2) los protocolos de acción y dominación política impuestos por las elites políticas y las clases dominantes actuales en una coyuntura histórico-estructural en la que hasta la fecha estas no encuentran otra ratio de constitución de lo político que extremar las tendencias sistémicas y las políticas de clase que precisamente producen la intratabilidad de tal crisis y desde luego su dilucidación y abordaje por medios democráticos; y dadas (3) las modalidades del poder sistémico mediante las que se gestiona la reproducción de las formaciones sociales contemporáneas, las relaciones de clase imperantes en las mismas y las tendencias de tal reproducción en el medio plazo, las cuales se despliegan en un escenario de aceleración de las formas sociales de la actual crisis sistémica y de intensificación de la violencia estructural de clase, procesos ambos sometidos a una constricción temporal catastrófica inédita en la historia plurisecular del capitalismo histórico. La toma en consideración de estos datos estructurales es la conditio sine qua para pensar la innovación organizativa en el campo político de la izquierda y su dilucidación el punto de partida para que los sujetos políticos reinventen su potencia política a partir de la producción de nuevas formas de organización, de nuevas formas partido y de nuevas formas de articulación social.
1. ¿Cuál sería en este contexto la función innovadora de los sujetos políticos adscritos nominalmente al campo político de la izquierda, que en la formación social española coinciden aproximadamente con el denominado bloque de investidura que llevó al poder a Pedro Sánchez, gracias a la habilidad estratégica de Pablo Iglesias, y que posibilitó el gobierno de coalición entre 2019 y 2023 y su normal funcionamiento durante este periodo? ¿Cómo conciben y pueden concebir su organización individual como sujetos políticos discretos los componentes del mismo y qué lógica agregativa siguen o pueden inventar individual y colectivamente para componer su acción política, dadas las constricciones impuestas, de menor a mayor intensidad estructural, (1) por el campo político de la formación social española y la presión configuradora ejercida sobre el mismo por el extremo centro y de la extrema derecha realmente existentes en el sistema político español; (2) por la forma Estado europea (predominante) y por la forma Estado española (subordinada y articulada a la primera); (3) por la crisis del ciclo sistémico de acumulación estadounidense y sus derivadas estructurales en forma de crisis económico-financiera sistémica, conflicto bélico prolongado en el tiempo, insostenibilidad macroeconómica y monetaria en cuanto a su capacidad reguladora global, y dificultades insuperables de su régimen de producción, consumo energético y acumulación de capital en la línea del tiempo ecosistémica; y (4) por la crisis sistémica del capitalismo como sistema histórico en la cual convergen la crisis ecosistémica mencionada, la crisis del ciclo sistémico de acumulación estadounidense y su configuración geopolítica, la crisis de la forma democrático-constitucional como criterio de organización y reproducción social y la crisis de la composición de los horizontes de los tiempos políticos derivadas de cada una de las crisis mencionadas para evitar escenarios catastróficos de reproducción del sistema- tierra y por ende del sistema-mundo capitalista?
2. La cuestiones estratégicas más urgentes son, pues, (1) cómo los partidos y sujetos políticos de la izquierda –y a fortiori los sujetos políticos activos en el campo político español– se han comportado durante la anterior legislatura (por escoger un marco temporal desde el que evaluar su análisis, procesamiento y diagnóstico práctico de su posición) respecto al comportamiento de las tendencias de crisis sistémica ahora mismo indicadas y a su impacto sobre la formación social española (y europea); (2) cómo han llegado desde este punto de vista organizativo y prospectivamente a las citas electorales del 28M y del 23J y que estrategias han lanzado para leer estas citas electorales a partir de la complejidad introducida por esta dinámica de la coyuntura sistémica; (3) cómo se imaginan su gestión de los datos electorales y de las múltiples correlaciones de fuerzas que los sustentan en la presente coyuntura y a fortiori qué piensan que son y qué significa para ellos el constructo «resultados electorales» para inventar y construir su posición respecto al ritmo estructural de la lucha de clases a escala macrorregional y global y, por consiguiente, local respecto a las referidas crisis sistémicas primordiales mencionadas y por ende qué significa a su juicio para «hacer política» en este sentido; (4) cómo conciben su práctica política para tener un impacto mínimo o para protagonizar una invención rigurosa de una nueva forma política y de una organización política de tipo nuevo susceptible de incidir en las relaciones de dominación y explotación sistémicas, que caracterizan la gravísima coyuntura bélica, ecosistémica, macroeconómica y productiva del presente momento histórico; y (5) cómo se imaginan, en fin, estos sujetos, que se autoadscriben sin vacilación al campo político de la izquierda, la capacidad de la política y de la práctica política de incidir mínimamente en los equilibrios y las relaciones de fuerza, que definen material y estructuralmente la reproducción de la formación social española atravesada implacablemente por el comportamiento de las crisis sistémicas mencionadas y por las estrategias de comportamiento impuestas por las clases y elites dominantes regionales y globales, comenzando por la europeas y las atlánticas.
¿Cómo leen estos partidos de la izquierda activos en la formación social española el tiempo sistémico ligado a una crisis sistémica caracterizada por su no linealidad, por su irreversibilidad y por sus dinámicas caóticas?
3. ¿Qué campo político necesita la izquierda para no presentar un estado disipativo como el actual en el que ha resultado rigurosamente imposible desde 2014, más allá de los enormes impactos locales en el sistema político español y sus diversos regímenes de dominación y legitimación, crear un proyecto político capaz de cartografiar, enunciar, socializar y desencadenar procesos políticos, sociales, intelectuales y culturales virtuosos mínimamente conmensurables con las líneas de crisis y fractura sistémicas, que presentan una gama de amenazas existenciales dotadas de una enorme gravedad, que van del uso de la guerra como expediente de regulación social, a la exacerbación por omisión de la crisis ecosistémica, y al desplazamiento a entornos autoritarios en plena expansión en la Unión Europea (y globalmente) conducentes a la destrucción del constitucionalismo democrático y del Estado del bienestar? ¿Qué dinámicas políticas, organizativas y compositivas precisan los sujetos políticos de la izquierda en un campo político nacional europeo, estructuralmente en proceso de involución respecto a su capacidad de intervención sobre las tendencias sistémicas decisivas de la reproducción social, y cómo ello se relaciona con la historia, universos y horizontes constitutivos de los propios sujetos y fuerzas políticas activas en el correspondiente campo político dicho nacional o en el campo político de la izquierda (de la formación social española en nuestro caso) para imaginar la nueva política necesaria para intervenir en las actuales condiciones de catástrofe?
4. ¿Qué relación establecen los sujetos políticos de la izquierda del campo político español activos el 28M y el 23J y protagonistas de las transformaciones microestructurales de la formación social y de su campo y sistema políticos acaecidos desde 2014 con la lógica temporal impuesta por la actual crisis sistémica y con su posición a priori privilegiada respecto al cuerpo social –y en particular respecto al entramado de las clases trabajadoras y pobres– para incidir de uno u otro modo sobre la misma en la medida en que monopolizan la construcción del campo político de la izquierda y su mera existencia condiciona absolutamente la enunciación política de la coyuntura de la formación social española contemplada desde el riguroso y sofisticado punto de vista de la dominación de clase? ¿Afecta el tiempo sistémico de la crisis sistémica a la forma política y a las estrategias de los partidos políticos de la izquierda realmente existentes, a sus estrategias de competencia o destrucción recíproca y a sus lógicas de composición, agregación o articulación agarrotadas y viejas o expansivas y exuberantes? ¿Y cómo leen estos partidos de la izquierda activos en la formación social española el tiempo sistémico ligado a una crisis sistémica caracterizada por su no linealidad, por su irreversibilidad y por sus dinámicas caóticas, que está definida, además, por una serie de proyectos de dominación, explotación y exclusión diseñados por las clases y elites dominantes realmente muy violentos en sus consecuencias acumulativas? ¿Cómo, por ejemplo, han pesado estos elementos en el modelo autodestructivo de (no)construcción de partido por parte de Podemos, en el comportamiento caótico de Sumar y sus unidades constitutivas desde marzo de 2021 o en el imaginario y el comportamiento de los denominados partidos soberanistas y su relación con la política en esta coyuntura de caos sistémico? ¿O cómo afecta este tiempo sistémico a las estrategias para formar o no un gobierno de coalición después del 23J, a sus dinámicas internas y a la posible articulación de las tareas de gobierno con la enunciación de los límites de la democracia o la severa castración de toda mínima injerencia antisistémica decretada por las clases y elites dominantes? O, expresado a un nivel mayor de generalidad, ¿cómo afectan estos factores a la dinámica política tanto de sus respectivas formas partido como a la hipótesis de creación de proyectos de envergadura antisistémica en la formación social española y por ende irremediablemente en la forma Estado Unión Europea?
5. ¿Cómo es posible que pueda concebirse el campo político del reciente bloque de investidura sin que los sujetos políticos de la izquierda implicados en el mismo y abocados a reeditar cuatro años después un artefacto aproximadamente similar, dada las relaciones de fuerza políticas en el campo político español, no hayan reconsiderado da capo su estructura organizativa, la lógica de su composición, las dimensiones espaciales y conceptuales de su universo de intervención política, el impacto de este, dadas sus respectivas características organizativas y compositivas, en las lógicas de poder sistémico y de clase activas en la formación social española, a todas las escalas de su organización político-constitucional? ¿Cómo es posible que estos sujetos del campo político de la izquierda del dicho bloque de investidura, que pretenden nominalmente afectar en este preciso momento histórico, en este preciso entramado de poder estructural activo en el seno de la forma Estado Unión Europea, dada esta precisa modalidad de funcionamiento de la condición Estado-miembro en el que ha derivado el fantasmático Estado-nación soberano europeo actual, no hayan innovado en absoluto ni en sus modelos organizativos, ni en sus lógicas compositivas, ni en sus protocolos de relación recíproca, ni la arquitectura de sus relaciones interterritoriales, por no hablar de la invención de nuevos dispositivos, flujos, artefactos y procesos de relación, interrelación y retroalimentación con las clases trabajadoras y pobres de este país y que ello haya sucedido durante los últimos cuatro años en los que, además, por primera vez los movimientos entran al gobierno de la nación desde la restauración de la democracia y en los que, simultáneamente, se ha agudizado la crisis sistémica del capitalismo como sistema histórico de un modo alarmante objetivamente hablando, al tiempo que se incrementaba de modo exponencial la presencia rampante de un autoritarismo reaccionario difuso, que en la formación social española ha conocido la emergencia de VOX y la extremaderechización del Partido Popular y que en Europa ha llevado directamente al gobierno nacional a un buen número de partidos directamente ligados al fascismo histórico, que pueden propinar un giro aun más reaccionario si cabe a la Unión Europea como forma Estado autoritaria en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024?
6. En este cuadro, la dinámica compositiva y la posición estratégica tanto de los partidos integrados en Sumar y de Podemos, en tanto que fuerza protagonista del cambio político desencadenado desde 2014 hasta el momento actual, por un lado, como de los partidos dichos soberanistas de la izquierda independentista de la forma Estado subordinada española, por otro, se han comportado durante los últimos cuatro años como la proyección átona de sus respectivos universos y modelos políticos sin procesar vector alguno del cuadro sistémico actual definido por la crisis sistémica del capitalismo histórico y la situación de caos sistémico que genera, sin tener en absoluto en cuenta el desencadenamiento de un tipo de crisis inédito en el comportamiento de las formaciones sociales contemporáneas, sin incluir en sus protocolos de funcionamiento político la especificidad del tiempo sistémico que se deriva de todo ello, que se introduce de modo irremediable en el funcionamiento del sistema político. Esto ha significado que estos sujetos políticos del campo de la izquierda han seguido y siguen operando con los mismos protocolos organizativos, las mismas lógicas de competencia recíproca, las mismas pautas de composición entre ellos y por ende las mismas (no)lógicas compositivas transversales de crecimiento e innovación y de relación con las clases trabajadoras y pobres y, por consiguiente, han seguido utilizando los mismo modos de describir y construir la realidad de las relaciones sociales y de las decisiones políticas impuestas por el gobierno de la nación y de las respectivas comunidades autónomas y obviamente por la forma Estado Unión Europea, totalmente ajenos a las nuevas variables del poder clase definidas por el cuadro de caos sistémico generador de una especificidad radicalmente nueva de reproducción de las relaciones de dominación y explotación y, por consiguiente, del comportamiento de la forma Estado española, que deja de ser nacional o lo es modo estructuralmente subordinado, y de sus protocolos de reestructuración del poder de clase y de esterilización democrática generalizada. Analícense a partir de estas variables el comportamiento de Sumar y de sus unidades constitutivas para crear su nuevo proyecto político y su relación con Podemos, o la atonía de este último partido para dotarse de una organización operativa original y expansiva, o la (re)territorialización firme de la práctica política de los partidos dichos soberanistas más allá de su trabajosa integración en el denominado bloque de investidura después del fiasco del Procés.
Opinión
Elecciones 23J Frankenstein desencadenado
7. Esta gramática política precrisis sistémica (del ciclo sistémico de acumulación de capital y del propio capitalismo como sistema histórico) de los sujetos políticos de la izquierda española actual construye una física política newtoniana, que reproduce el viejo modelo del sistema de partidos autorreferencial, constituido en un espacio político enclaustrado competitivo de acuerdo con su lógica liberal; que recrea la vieja relación de los mismos con una fantasmática forma Estado soberana, que compite en el mercado mundial, en el sistema interestatal y en el espacio político de la Unión Europea como un sujeto autónomo; que tiene un régimen, que es el alfa y el omega de las relaciones de poder realmente existentes en la formación social española y el objeto privilegiado de elaboración e intervención por los sujetos y el campo político de la izquierda; y que reproduce protocolos de relación con las clases trabajadoras y pobres, con la ciudadanía y con los electorados realmente existentes sin tomar en absoluto en consideración estas tendencias sistémicas en plena manifestación de sus efectos y sin construir una lógica constituyente no solo nacional o con pretensiones nacionalistas de estatalidad, sino primordialmente antisistémica de clase dotada de una neta dimensión transnacional y por ende transregional (comunidades autónomas) en el caso de la forma Estado española y de su fisiología política, en su modelo organizativo y en la lógica compositiva con el resto de sujetos políticos de la izquierda. Y ello porque estas tendencias sistémicas, que son por definición de clase, introducen una presión de una profundidad enorme sobre las condiciones de vida y reproducción de las ciudanías, que es inédita históricamente, que no puede resolverse por el funcionamiento de las democracias de baja intensidad en la que se insertan los sujetos políticos actuales, y que no puede siquiera comenzar a resolverse a partir de la relación que los sistemas políticos actuales y su forma democrática restringida tienen con la forma Estado Unión Europea y con las formas Estados dichas nacionales en su soberanía atenuada, debilitada y fantasmática.
Estos sujetos de la izquierda son los sujetos políticos que deberían representar, la enorme riqueza intelectual, ontológica, proyectual, técnica y política de la actual composición de clase, esto es, de las clases trabajadoras y pobres
8. Este conjunto de variables, tendencias y pautas de comportamiento coloca la práctica política de los sujetos políticos de la izquierda de la formación social española (cuadro que se reproduce a fortiori en el resto de las formaciones sociales europeas mutatis mutandis) en una lógica de subalternidad respecto a los partidos prosistémicos de la extrema derecha y del extremo centro, que precisamente construyen su proyecto político a partir de (1) la negación de toda existencia de un cuadro de crisis sistémica del capitalismo como sistema histórico y de la nula tendencialidad de crisis derivada del actual ciclo sistémico de acumulación de capital estadounidense y de su correlato geopolítico, así como a partir de (2) la segmentación diferencial de sus efectos, que a la postre son evidentemente insoslayables, en virtud de la ulterior torsión e intensificación de la estructura de poder social realmente existente, cuya reproducción golpea de modo diferencialmente más duro a las clases trabajadoras y pobres y agrava las dinámicas fragmentadoras de su estratificación interna. Estas clases y a fortiori estos electorados, golpeados de este modo y privados de un diagnóstico alternativo y de una potencia política conmensurable, que les permita comprender la situación y construir estrategias materiales ofensivas, eficaces y percibidas como la expresión –articulada por los sujetos políticos de la izquierda activos en el campo político español (y luego europeo) en nuestro caso– de una enorme potencia en su respuesta a niveles de violencia estructural cada vez intensos, aparentemente imposibles de eludir y de contrarrestar o revertir, se comportan, pues, volátil y erráticamente, como lo constata incluso la ciencia política más banalmente mainstream. Esta volatilidad es el correlato, entre otros factores complejos, de la dificultad de percibir y comprender una gramática innovadora, constituyente, ambiciosa y ofensiva en su proyectualidad propuesta no nominalmente por sujetos políticos de izquierda, sino socialmente demostrada por la materialidad de sus formas organizativas respecto a la crisis sistémica y el caos sistémico, que las clases y elites dominantes han desatado durante las últimas cuatro décadas para eludir precisamente los límites sistémicos de su poder de clase. Estos sujetos de la izquierda son los sujetos políticos que deberían representar, catalizar, generar, educar, innovar y hacer estallar la enorme riqueza intelectual, ontológica, proyectual, técnica y política de la actual composición de clase, esto es, de las clases trabajadoras y pobres presentes en una determinada formación social y en las dos docenas aproximadamente de las que histórica-geográficamente rodean a esta en su especificidad dicha nacional. Esta forma organizativa es de tipo nuevo, si logra crear un conjunto de dispositivos capaz de procesar niveles de violencia, cuyos efectos los electorados, las clases trabajadoras y pobres, perciben con toda nitidez tanto en el mundo de vida más cotidiano en forma de precariedad, racismo, destrucción del Estado del bienestar o irracionalidad absoluta (vid. el PP y Vox tirando a la papelera la Agenda 2030), como en los campos de batalla ucranianos, en las fosas cementeriales del Mediterráneo o en la predisposición hiperviolenta de Macron a negociar el salario indirecto en Francia. Si la forma organizativa del sujeto político de la izquierda es monótona, serial y repetitiva, estas clases trabajadoras y pobres manufacturadas como pueblo y electorado lo que perciben es la afasia de los sujetos políticos de la izquierda para tratar de modo políticamente integral no la existencia de esa violencia estructural, sino su génesis, su reproducción y su incapacidad para atender a la necesidad urgente de diseñar y desplegar procesos de enunciación, de lucha, de antagonismo y de construcción social, intelectual y cultural de las estrategias, relaciones y condiciones que los hacen posible y que los sujetos políticos de la izquierda simplemente no logran procesar en términos de creación de los prototipos, máquinas y formas partido capaces de producir hegemonía sobre la ignominia, la injusticia y la irracionalidad de estas estrategias destructivas de los sujetos políticos de la derecha y a fortiori de las clases y elites dominantes realmente existentes.
Los partidos políticos prosistémicos obtienen buenos réditos de eficacia política reaccionaria de este juego de negación de la crisis sistémica, de este juego de la negación de la crisis sistémica como realidad social y como objeto político, al tiempo que a partir de la misma gestionan diferencialmente en términos estrictos de clase sus efectos, que imponen al cuerpo social partir de la lógica de poder derivada de la actual estratificación social. Al igual que los obtienen de la situación de abulia liberal-nacional mostrada por los sujetos políticos de la izquierda y de su bajísima innovación de la forma política organizativa durante los últimos diez años, que a fin de cuentas la extrema derecha y el extremo centro leen con total nitidez como su incapacidad o su falta de voluntad de establecer una relación políticamente original, constituyente e inventiva con las clases trabajadoras y pobres, esto es, con la inmensa mayoría del electorado más allá de la usurada forma electoral realmente existente, lo cual les da pie para prolongar sus pretensiones de gestión prosistémica de la crisis y azuza su terquedad en extremar los efectos más inequitativos, crueles e insostenibles de la actual crisis sistémica del capitalismo histórico. En este ámbito, el debate sobre la cuestión territorial y constitucional de la provincia España ocupa un lugar supremo por su cortedad y apocamiento.
9. Los sujetos políticos de la izquierda, digamos del denominado bloque de investidura 2019-2023, operan especularmente no enunciando las condiciones de la actual crisis sistémica para modificar radicalmente sus códigos organizativos, sus lógicas compositivas y su aproximación nacionalista a la forma Estado subordinada española, lo cual lleva a imponer una lógica territorial y organizativa a sus organizaciones, que son las nuestras, fragmentada sobre el vacío de una crisis sistémica del capitalismo como sistema histórico y de su actual ciclo sistémico de acumulación no elaborada e incorporado como dato organizativo básico, porque esta crisis invisible en su mutación organizativa golpea a la población de modos que el campo de la izquierda no lee, ni cartografía ni organiza estratégicamente en clave antisistémica, porque no ha innovado ni inventado la forma organizativa que lo haría posible. Esta experimentación con la invención de forma organizativa le permitiría comenzar a trazar estrategias novedosas de defensa de la inmensa mayoría de las clases trabajadoras y pobres, porque ello supondría un esfuerzo continuado por encontrar otra lógica compositiva para efectuar tal tarea de un modo exponencialmente más ambicioso en su forma partido y por ende de modo inmediato mucho más coherente discursiva, ideológica y culturalmente en su interlocución política con estas y por ende con el electorado, así como aplicar prácticas que permitirían destruir capilar y estructuralmente la lógica diferencial segmentadora de la extrema derecha y del extremo centro, que ante este vació de los sujetos políticos de la izquierda disfruta de una ventaja, que le permite leer y gestionar autoritariamente la crisis en tanto que su política se organiza en torno al otorgamiento de recompensas diferenciales a sus constituencies elegidas, las cuales pueden ser movilizadas en los actuales sistemas políticos, que se hallan muy deteriorados en sus condiciones de funcionamiento democrático, para crear coaliciones conservadoras funcionales para acceder al poder de la forma Estado y a partir de ahí proceder a la ulterior intensificación de sus estrategias autoritarias, clasistas, racistas y patriarcales, como el 28M muestra ad nauseam y el 23J anuncia como una travesía peligrosa para estas clases trabadoras y pobres, esto es, para la inmensa mayoría de la población y sus condiciones de reproducción social y ecosistémica. Toda la problemática sobredimensionada e hipertrofiada de la plurinacionalidad como clave de bóveda de la realidad política de la formación social española, al igual que la falta de lógica compositiva, fallida, tanto de Podemos como ahora de Sumar & friends y de las demás fuerzas políticas del denominado bloque de investidura, deben leerse a partir de esta matriz teórica.
Si la crisis sistémica del ciclo sistémico de acumulación estadounidense actual y del capitalismo histórico no existen como dato político en el campo político de la izquierda, (1) es imposible crear una dinámica política por parte de sus sujetos constitutivos distinta de la que ha desembocado en los catastróficos resultados del 28M (y no hay excepción regional que valga aduciendo los resultados de EH-Bildu o el BNG, si la perspectiva analítica los contempla desde un punto de vista constituyente de clase en la actual situación de crisis sistémica y de caos sistémico) y ahora de los cosechados el 23J y su alto grado de volatilidad y subalternidad potenciales; (2) es imposible que Sumar o Podemos o el resto de sujetos del campo político de la izquierda opten por otras lógicas compositivas que las seguidas hasta la fecha, todas ellas falladoras, egocéntricas y cortoplacistas; y (3) es imposible que sus elementos constituyentes no contemplen el proceso de creación de un putativo nuevo sujeto político sino bajo la forma de la coalición, que por definición es una forma política si no regresiva al menos no constituyente, no es expansiva, no recombinante de las formas, códigos, gramáticas y lógicas de construcción de los sujetos implicados, no exponencial en su capacidad de reinventar la rearticulación de los elementos que la constituyen y, evidentemente, no propicia para inventar protocolos y pautas de comportamiento absolutamente originales capaces de entablar una relación distinta con los sujetos sociales y los electorados en general y con las clases trabajadoras y pobres, con los sujetos migrantes, excluidos y expulsados del circuito político, en particular, ni por supuesto tampoco con estas mismas constituencies situadas fuera de las oxidadas pero temibles y crueles fronteras de nuestras formas Estados subordinadas, que perdiendo su sustancia soberana respecto a la forma Estado Unión Europea conservan, eso sí, los peores elementos de la misma y la reproducen exponencialmente hacia su interior y hacia su exterior en la forma de los peores venenos, prácticas, exclusiones y brutalidades de lo que en otro tiempo se denominaba el Estado burgués.
10. Igualmente, si la crisis sistémica del ciclo sistémico de acumulación actual y del capitalismo histórico no existen como dato político, la tendencia a la fragmentación territorial del cuadro político es inevitable, lo cual opera como otro obstáculo más a la innovación política en el campo político de la izquierda en la medida que el marco político de referencia tiende a fragmentarse a voluntad del sujeto o fuerza política, que desea reproducir su ámbito de constitución competencial, histórico, regional, nacional o nacionalista, porque la reproducción monádica de una dimensión político-territorial dada es excluyente como ámbito de constitución política respecto al funcionamiento del capitalismo histórico, de sus ciclos sistémicos de acumulación, de sus tendencias a la crisis y de su impacto sobre las clases dominadas privadas como se hallan hoy de equilibrio social, de sustento ecosistémico y de dignidad constitucional. Y ello porque la fragmentación territorial elude por definición las dinámicas sistémicas del capitalismo y de sus crisis, que pueden descontarse cómodamente de la acción política y a fortiori de la acción y de la práctica política territorial de los sujetos políticos de la izquierda en la medida en que la dimensión territorial nacional o protonacional se reproduce de modo imaginario supuestamente tanto al margen de las relaciones sistémicas de dominación, explotación e integración en el mercado mundial, como al margen de las crisis y de la destrucción de las condiciones de acumulación locales, de la estabilidad política democrática nacional y del comportamiento tendencialmente catastrófico de las tendencias, que animan la crisis sistémica actual.
En este sentido, el comportamiento en esta coyuntura de la lógica compositiva de los sujetos políticos nacionalistas de la dicha izquierda soberanista, ha sido homologable mutatis mutandis a la falta de composición original y expansiva detectada en los sujetos políticos de la izquierda en general, dado que durante los últimos diez años ambos han recurrido a la misma lógica político-territorial y soberanista o partidista exclusivista que la empleada hace diez, veinte, treinta o cuarenta años, haciendo total abstracción de las constricción que la crisis del ciclo sistémico de acumulación de capital estadounidense, de la crisis sistémica de todos los parámetros de reproducción social impuesta por la crisis del capitalismo como sistema histórico y de las pautas de dominación, que las clases y elites dominantes globales han impuesto novedosamente de modo transnacional diferencial sobre todo tipo de territorio o de polity constituida, soberana o no, al hilo de un proceso de extracción de plusvalor y renta, que tan solo puede crear un entorno de democracia débil o de sustracción de todo contenido democrático y de intensificación de los todos los atributos de la dominación de clase tendencialmente prevaleciente en el sistema-mundo capitalista, declinado con las pautas habituales de su desarrollo geográfico-histórico desigual.
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Artículo de corte académico con lenguaje hiper especializado dirigido al ¿1%? de las lectoras de El Salto.
No sé si el contenido es interesante pero la forma es, para mí, indescifrable...
ESCRIBIR FÁCIL ES UNA OPCIÓN POLÍTICA
DEMOCRATICEMOS EL
CONOCIMIENTO !!
Estimada Isa, creo que se ha quedado vd corta, no creo que este texto sea legible ni para el 1% de las lectoras de El Salto, quizás sí para algunos intérpretes de la Cábala, dado su habito a medirse con textos esotéricos.
El texto no es que sea especializado, es oscuro, abstruso, reiterativo, con una sintaxis deplorable y un abuso excepcional de oraciones subordinadas. Ya el primer párrafo (340 palabras sin un punto) debiera habernos desanimado a Vd. y a mí, pero en mi caso, empujado por el atractivo del título, lo leí entero (mea culpa).
Dado que, como a Vd, me resultaba ilegible me tomé la molestia de imprimirlo (8 pgs en tipo 11) para revisarlo cálamo en mano.
La palabra sistémico/a se repite en el texto 72 veces, casi 10 por página´, lo mismo que algunos párrafos, con frases como ”el tiempo sistémico de la crisis sistémica” y “del cuadro sistémico actual definido por la crisis sistémica del capitalismo histórico y la situación de caos sistémico que genera”. (en fin…)
Hay además numerosas incorrecciones sintácticas, que no cito para no alargar este comentario. Pero supongo que para Vd. como para mi lo peor es que de esta verborrea no he logrado extraer una idea un comentario que incrementara un ápice mi conocimiento de la actual situación y desde luego no he logrado entrever ninguna sugerencia por incipiente que fuera sobre ¿Qué hacer?
Un saludo Isa
Me siento aliviada al no ser la única persona incapaz de descifrar el texto.