Ahora, el homo sapiens, al finalizar el primer cuarto del siglo XXI, se encuentra en una crisis de supervivencia del hábitat que dispone para vivir como especie. Muchos, para superarla, somos conscientes de que tenemos que cambiar hábitos, formas de vida; que debemos actuar con mucho respeto con el resto de habitantes al compartir el espacio del planeta y los recursos naturales del mismo; así mismo, en territorios concretos cohabitamos con personas con diferentes referentes morales, éticas, culturales. …
La evidente pluralidad social, de costumbres… que conviven históricamente en la sociedad occidental ha generado desde hace siglos conflictos de coexistencia, pero en las últimas décadas los desplazamientos migratorios, voluntarios a consecuencia de mala gestión humana de conflictos actuales o heredados del colonialismo, se han multiplicado. Mientras, Occidente políticamente, se encuentra en la búsqueda de un modelo de sistema de vida o el concepto de Estado liberal social que intenta evolucionar hacia la verdad, lo justo, la igualdad de derechos a toda la ciudadanía, para intentar esto último ha hecho evolucionar la herramienta utilizada durante siglos para ajustar pluralismo desde el poder: la tolerancia, pero esta, a pesar del cambio como valor social, ha bailado y baila al son de las referencias históricas e ideológicas de quien ostenta el poder.
En contra posición a sus críticos de la izquierda existencialista y marxista, que la tildan de represiva y de ignorar la desigualdad profunda, no sin razón; nos guste o no, como vivimos en teoría en una “democracia liberal-social”, la necesidad de transformar y convivir ha ayudado a que la idea de tolerancia esté evolucionando del soportar al entender hacia el aceptar; para hacer este camino se le tiene que dotar de una perspectiva moral que reconozca éticamente la diversidad humana.
Al principio la tolerancia, etimológicamente viene de tolerare que significabaser paciente, soportar, consentir el mal o tener condescendencia o transigencia. Se aplicaba de forma paternalista o autoritaria por parte del poder hacia la ciudadanía, otorgando un permiso siempre en condicional.
El significado moderno de la tolerancia camina actualmente del entender al aceptar, un periodo frágil, ya que entender puede ser una condición temporal encorchetada por los valores epistemológicos o ideológicos de un poder variable, que la puede modificar, perjudicando el pensamiento íntimo individual o las acciones colectivas de una comunidad o grupo.
La tolerancia no debería tener contrapartidas, tiene que defender a las minorías, debe ser abierta para la comprensión de propuestas no incluidas en el seno de otro modelo o doctrina o pensamiento.
Por ello, estas democracias liberales-sociales, en que creemos vivir, deben estar, en cuanto a la tolerancia, mas cerca de la aplicación de derechos de la libertad para… y alejarse de la libertad de… en el ámbito de que cada uno pueda elegir en conciencia, mientras no incumpla los derechos humanos, hacer lo que quiera sin restricciones por tener una cultura, ideología, creencias… concretas.
La tolerancia debe contener una moral sólida que debe ser externa a cualquier otra perteneciente a un orden moral invariable y tiene que ser flexible, pero no puede perderse en el relativismo, por el peligro de acabar tolerando situaciones como insolidaridad, xenofobia, terrorismo, racismo, apología a la violencia… La primera debilidad de la tolerancia empieza cuando se tolera lo intolerable. La sociedad debe enfrentarse a lo intolerable, para proteger los principios morales que ha decidido aceptar.
No todas las posiciones políticas e ideológicas consideran la aceptación como elemento indispensable, el concepto de igualdad en según qué ámbitos puede ser modificado cuando el poder caen manos de grupos políticos o sectores religiosos o económicos con doctrinas intransigentes o con intereses supeditados a ciertas intolerancias o conveniencias económicas.
A partir de la aceptación se puede construir una sociedad capacitada de una pluralidad de verdades, con una visión mas amplia y polifacética de la humanidad.
La tolerancia es también parte del motor de una sociedad que desea progresar hacia un modelo mas justo, igualitario e inclusivo. El futuro de la especie pasa por actuar colectivamente. Para coexistir en este propósito es necesaria la aceptación de que no existe una verdad que existen muchas y que todas pueden añadir en su ideario aspectos de otras.
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