Manuel Pérez Padilla
30 oct 2025 10:35

Países que se consideran referentes serios. Hombres en su mayoría, porque el poder es patriarcal, que se arrogan la dignidad ínclita del orgullo dándose golpes en el pecho, rompen su espalda en genuflexión y alargan su lengua como una jirafa de cuello corto ante el amo y señor, payaso y mercachifle, rey autoproclamado del orbe. Me horroriza el espectáculo del besamanos en Egipto riéndole la gracia a quien no tiene gracia, comprándole una tregua que tod@s sabemos que es mentira, una paz que es para reírse de la palabra paz, un cambio para no cambiar. El pueblo palestino desde noviembre de 1947, que comenzó la Nakba (catástrofe palestina), está siendo acorralado oficialmente. En junio de 1967 después de la guerra de los seis días, se intensificó la ocupación de Gaza, Cisjordania, y Jerusalén oriental, con la confiscación de tierras, asentamientos ilegales, discriminación institucionalizada, despojando a la población palestina de sus derechos más fundamentales. En estos últimos años se está perpetrando un genocidio en toda regla. No es fruto de un día ni de un ataque ignominioso de Hamás, que son como ellos, los asesinos se retroalimentan. Es un camino bien pensado, los parones como esta paz insultante son para suavizar la opinión publica externa  porque el tiempo siempre juega de su parte ayudado con planes de propaganda que incluyen pagar a políticos de los distintos países y estar en competiciones deportivas en un continente al que no pertenecen. En España todos sabemos quien está subvencionada por el estado Israelí. 

El mundo occidental salvo excepciones y tampoco demasiado contundentes ha  dejando su dignidad fuera en un acto nauseabundo que produce arcadas a quienes exigen los derechos humanos para tod@s, y la misma vara de medir. Lo sabemos, y lo saben los que han ido a dorar la píldora al dueño del mundo y a su asesino preferido, Netanyahu. Tod@s sabemos perfectamente que  l@s palestin@s seguirán siendo asesinados, ninguneados, empujados poco a poco a una tierra más pequeña por un país creado desde el principio con ese propósito, quedarse por la fuerza con un territorio. Israel representa lo peor del ser humano, concentrado como en una pastilla de caldo. Todos sabemos lo que ocurrirá en el futuro, hasta los que se hicieron la fotografía más indigna al lado de un genocida y su amigo el matón y facilitador de sus proyectos de exterminio.

El tratado de paz no ha tenido presente a la gente que habita esa tierra, no se ha contemplado a los dos estados, o un estado en el que tod@s sus ciudadan@s tengan los mismos derechos. El tratado, como he dicho antes, es un parón para que se calmen los ánimos y las protestas internacionales. Ya han avanzado otro paso, ahora seguirán con sus pasitos de ocupaciones, de asesinatos de unos cuantas personas de vez en cuando. Cuando la coyuntura les sea propicia darán otros más grandes, no lo dudemos. Y todos estaremos en el mismo lugar, unos protestando, los señores de la guerra enriqueciéndose como siempre, y la mayoría de la población no haciendo nada . Tod@s sabemos lo que va a pasar. 

Un día no quedará palestina, no quedaran personas que la reclamen,  y tod@s seremos peores si cabe, y el mundo un lugar más horrendo. Y no se van a quedar ahí, la maldad se difunde, se está poniendo de moda como el pelo brócoli, creemos que en nuestros países la maldad  se encuentra domesticada, que no es tan destructiva, nos equivocamos, se está envalentonando, los abáscales sacan pecho tordo, y los jovenes machos compran sus discursos como borregos creyendo que en un mundo de privilegios y autoritarismo ellos estarían en la cúspide. Esto, juntándolo con que la empresas de armas  se frotan las manos ante la fiebre por el rearme nos lleva a que la espada de Damocles esté sobre nuestras cabezas una vez más y con muchas posibilidades que en una crisis u otro momento de bajón nos los topemos gobernando y destruyendo nuestras vidas.

Lo urgente siempre arrolla a lo importante. Desgraciadamente, no hay que ser pitonis@ para augurarlo, en unos días no estaremos hablando de este genocidio, quedará atrás porque las tropelías se diversifican para conseguir la desorientación de quien mira crítico el mundo. Los que han quedado vivos en un paisaje de desolación y supervivencia están allí, con las heridas en el cuerpo, los pensamientos, y en las emociones, necesitan nuestra ayuda, necesitan una lucha decidida, un posicionamiento político de la población a favor de la bondad, en contra de los militares, de las armas, que son los que producen los mayores problemas del mundo, particularmente en contra de los Estados Unidos de América, no hay que olvidar que Trump no es el único presidente de ese país que ha apoyado a Estados asesinos, y también contra su sucursal de exterminio comandada por Netanyahu. Los gobiernos que hicieron algo deben ahondar en su respuesta, aunque ya parecen que se están olvidando. 

No se puede olvidar tan rápido. Palestina es un lugar devastado donde personas como nosotros están sufriendo las veinticuatro horas del día, como en muchos lugares del mundo, a consecuencia de actos premeditados y potestativos. Este sistema de bloques en el que nunca falta dinero para armas y tiempo para comprarlas, y en el que es necesario tener un enemigo es lo peor que pudimos inventar. Mientras, la mayoría duerme en su mundo de consumo, circo, y supervivencia emocional.

Tod@s sabemos que el cuidado es el arma de las sociedades decentes para garantizar la vida y su calidad, con ella la cooperación de los no iguales en conseguir mundos justos, la empatía, la escucha, la comunicación efectiva y esto se consigue con la igualdad pacifista y efectiva.

¿Y si tod@s lo sabemos por qué parece que nadie lo sabe?

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