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Okupación
La instrucción contra la okupación: un lavado de cara en medio de la tormenta mediática
Los medios de comunicación han conseguido crear alarma social en torno a la okupación hasta el punto de que la Fiscalía General del Estado ha emitido una instrucción sobre este tema a todos los fiscales. Eso sí, esta no aporta novedades prácticamente respecto a lo que ya se hace.
Este verano hemos asistido a una incesante campaña contra la okupación orquestada desde los medios de comunicación, empresas de seguridad y algunos partidos de derechas. No es la primera vez que sucede —recordemos que en febrero de 2019 el PP lanzó la campaña #StopOkupas, como explicó en su momento el medio Todo por Hacer—, pero creo que nunca antes habíamos asistido a una embestida de esta magnitud.
La acometida mediática contra la okupación la ilustra perfectamente Dani Dominguez en su artículo “Ración diaria de okupas en televisión: cómo convertir un problema en el problema” (La Marea) de la siguiente manera: “‘Prácticamente cada día les contamos historias de propietarios que tienen sus viviendas okupadas’. Así reconocía Matías Prats el sábado 15 de agosto a mediodía la apuesta informativa de Antena 3 por los casos de okupaciones. También lo hacía Lorena García en Espejo Público el jueves 13: ‘Hablamos ahora de okupación, un problema que nos preocupa, prácticamente a diario en este programa’. Y así fue durante esa semana: en Espejo Público se habló de estos casos de lunes a viernes; en los informativos, tanto al mediodía como por la noche, aunque descansaron el domingo”.
Y parece que la estrategia ha surtido efecto en lo que a su finalidad de crear miedo y despertar el repentino interés de la población en la okupación se refiere. Prueba de ello, tal y como explica Martín Cúneo en su artículo “El fantasma de la okupación, agítese antes de usar” (El Salto), es que las búsquedas del término “okupas” en Google se han multiplicado por cuatro en los últimos meses con respecto a los 16 años anteriores.
Las cifras de la okupación: un “problema” que no afecta a la mayoría social
Sin embargo, las cifras no parecen respaldar la tesis de que se trate de un problema socialmente grave —ni en términos brutos, ni en relativos—, ni mucho menos que afecte a los pequeños propietarios. De esta esclarecedora manera lo explica Emmanuel Rodríguez en su artículo “¿Qué hay detrás de la campaña contra la okupación?” (CTXT): “En 2019, el Ministerio del Interior había registrado 14.621 denuncias por usurpación de viviendas (la denuncia es un trámite casi obligatorio para requerir el desalojo). En los primeros seis meses de 2020, el incremento no había sido especialmente significativo, aun cuando desde 2016 existe un crecimiento moderado de las denuncias, tras el descenso que siguió a la fase más aguda de la crisis de 2008-2013. De acuerdo con otra fuente, el Institut Cerdá, en 2017 había en España 87.000 familias viviendo en viviendas ocupadas ilegalmente. Y según Policía Nacional y Guardia Civil, a finales del año pasado en la Comunidad de Madrid estaban okupadas 4.717 viviendas.
Comparemos estas cifras con el número de viviendas existentes, con el conjunto del parque inmobiliario. El resultado es asombroso: de las más de 25 millones de viviendas que existen en España según el censo de 2011, en 2019 fueron denunciadas por usurpación una de cada 3.571 viviendas y, según las cifras del Institut Cerdá, estaban ocupadas ilegalmente una de cada 300. No parece gran cosa. Considérese, además, que de esos 25 millones de viviendas, 3,5 millones están vacías, no tienen ningún uso, ni como segunda residencia, ni en alquiler temporal, ni de ningún otro tipo (para seguir con las cifras véase este artículo de Jaime Rubio Hancock).
No obstante, 85.000, o incluso 7.000, viviendas okupadas, siguen siendo muchas, sobre todo si es tu casa la que es okupada. Otra pregunta pertinente: ¿a quiénes afecta principalmente la okupación de viviendas? Y otra sorpresa. Según Policía Nacional y Guardia Civil, esta vez con datos de finales de 2017, sobre las casi 4.000 viviendas okupadas que detectaban en la Comunidad de Madrid solo algo más de 600 eran de particulares. Es decir, solo una de cada 5.000 viviendas en manos de pequeños propietarios de la región estaba okupada. El resto eran propiedad de bancos y sociedades públicas principalmente”.
El delito de usurpación vs el allanamiento de morada
Pese a ello, la campaña mediática antiokupación ha sido muy exitosa a la hora de propagar el miedo a que te entren en tu casa y se la queden si te vas 15 días de vacaciones. Y ello pese a que este temor no debería interiorizarse por la mayoría social, pues realmente son muy pocas las personas que se pueden permitir el lujo de contar con una vivienda vacía. La generación de este miedo se debe al hecho de que la campaña contra la okupación ha confundido deliberadamente a quien okupa un inmueble en desuso —es decir, quien comete un delito de usurpación— con quien entra en una casa habitada y comete, por tanto, un allanamiento de morada.
Tal y como explican Pastora Filigrana en “Cuando okupar es un derecho” (CTXT) y Elena Herrera en “La falsa alarma de las okupaciones: la ley ya garantiza el desalojo exprés de los allanamientos de la residencia habitual y la segunda residencia” (eldiario.es), los delitos de allanamiento y de usurpación son tipos penales distintos entre sí y su comisión no depende de si alguien se encuentra unas horas, unos días o una semana fuera de casa cuando una tercera persona accede a su vivienda, sino de la naturaleza del inmueble en el que se ha entrado: si se trata de tu morada, de tu lugar de residencia, o incluso de tu segunda residencia, estamos ante un allanamiento. No es una okupación. En cambio, si estamos ante un inmueble en desuso, apoderarse del mismo sí se trata de una usurpación (okupación).
Tal ha sido el grado de manipulación sobre este tema que varios jueces tuiteros, de todos los colores políticos, se han visto forzados a realizar hilos explicando la diferencia entre el allanamiento de morada y el delito de usurpación. “El tema de la okupación es un ejemplo de alarma social creada artificialmente (alentadísima por la prensa). Me gustaría saber por quién y por qué. Me recuerda a la época en la que todo eran mordeduras de perro a niños en las noticias”, tuiteó la jueza Natalia Velilla.
Pero da igual que hasta la judicatura muestre indignación con el tratamiento mediático que se está haciendo del fenómeno. La derecha está encantada explotando la situación y sacando rédito político de la misma. Así lo hizo, por ejemplo, la diputada de Vox Rocío de Meer, quien aseguró que cuando gobierne la ultraderecha los okupas serán desalojados a patadas (lo cual provocó que una jueza se lo reprochara en redes sociales).
Por su parte, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, publicó un tuit reclamando “acabar con la ocupación ilegal y proteger la propiedad privada y la seguridad de los españoles. Mientras Sánchez no hace nada y sus socios alientan la impunidad, reiteramos la propuesta de recuperar las penas de prisión por usurpación de vivienda y los desalojos en 48h”.
El señor Casado parece ignorar que el delito de usurpación nunca ha tenido aparejadas penas de prisión (siempre han sido de multa, desde su creación en 1995). Asimismo, ha olvidado interesadamente que fue su partido el que en 2015 rebajó el delito de usurpación de delito “normal” (lo que en el Código Penal se conoce por “delito menos grave”) a delito leve (lo que antiguamente se llamaba “una falta”), con su reforma del Código Penal. Es decir, si alguien hizo algo por “suavizar” las penas de la usurpación fue el PP, si bien cabe señalar que no lo hizo a posta, sino como una consecuencia imprevista de su chapucera técnica legislativa.
La respuesta de la Fiscalía y de Interior
Es en este contexto de virulencia mediática contra quienes se ven obligados a delinquir para acceder a una vivienda en el que la Fiscalía General del Estado ha publicado su Instrucción 1/2020, de 15 de septiembre, sobre criterios de actuación para la solicitud de medidas cautelares en los delitos de allanamiento de morada y usurpación de bienes inmuebles.
Por un lado, la instrucción viene a dar respuesta a los sectores que piden la aprobación de una Ley Antiokupación, demostrando que con la legislación vigente existen suficientes herramientas para hacer frente a estos delitos. No es necesario reformar nuestras leyes, pues éstas ya castigan con dureza suficiente la usurpación de viviendas vacías y el allanamiento de moradas.
Pero, por otro lado, al unificar criterios y ordenar a sus subalternos que deben agilizar los desalojos, la fiscal general parece haber cedido ante la presión mediática y política, y haber reconocido la existencia de un “problema” que, en realidad, se encuentra desproporcionalmente inflado. “La ocupación de bienes inmuebles constituye un fenómeno que, desde su misma aparición, ha generado preocupación social y una innegable sensación de inseguridad en la ciudadanía”, explica la Fiscalía en una nota de prensa.
Con la difusión de esta instrucción, pese a que no se trata de la reforma deseada por la derecha, ésta se sigue apuntando un tanto, pues una vez más consigue poner su agenda en el centro del debate político.
La Instrucción no aporta ninguna novedad jurídica, sino que se limita a unificar criterios interpretativos. La principal innovación que introduce la 1/2020 —que ya anunció la fiscal general hace un par de semanas en la sesión de apertura del año judicial— es que, cuando se denuncie una okupación (o un allanamiento), la Fiscalía automáticamente solicitará como medida cautelar el desalojo siempre que el inmueble goce de “uso o de una expectativa de uso”. Es decir, no esperará a que se señale un juicio oral en las próximas semanas o meses, sino que solicitará el lanzamiento inmediato —sin perjuicio de que más adelante se pueda celebrar un juicio para dirimir responsabilidades penales— en una comparecencia que, incluso, se podrá celebrar “inaudita parte” (es decir, sin la presencia de quienes habiten la vivienda, si no comparecieran cuando fueran citados).
Sobre esta posibilidad de solicitar desalojos cautelares en base a la “expectativa de uso” (como lo es, por ejemplo, una potencial futura venta) se ha mostrado muy crítica la compañera Alejandra Jacinto en su artículo “Matar moscas a cañonazos (el culebrón en torno a la okupación)” (20 Minutos): “¿Qué creen ustedes que van a alegar las entidades financieras o los fondos buitre? Parece evidente, pues precisamente su actividad principal consiste en comercializar viviendas, en muchos casos manteniéndolas cerradas o vacías durante años, esperando el momento idóneo para vender. Vaya, lo que se conoce como especulación”.
Por otro lado, la instrucción añade que “cuando se observe una situación de especial vulnerabilidad en las personas que ocupan el inmueble (situaciones de claro desamparo, menores, personas con discapacidad, etc), de forma simultánea a solicitar el desalojo ante el juez se pondrá en conocimiento de la situación a Servicios Sociales”. Sin embargo, esto servirá de poco con unos servicios sociales colapsados que no gozan de un parque de vivienda pública para acoger a las miles de familias que son desalojadas cada año.
Más allá del establecimiento de estos criterios para solicitar el desalojo con anterioridad a la celebración del juicio —que se deberá reiterar en este acto en caso de que se deniegue como medida cautelar— la instrucción de la Fiscalía no aporta más novedades, pese a que ocupa 26 páginas. Esto evidencia que había poco margen para endurecer la respuesta penal a las usurpaciones y allanamientos más allá de lo que se venía haciendo y que la supuesta reacción de la Fiscalía ante la “oleada” de okupaciones que supuestamente asola el país no es más que un lavado de cara en medio de una tormenta mediática.
El Ministro del Interior, por su parte, se ha sumado a la estrategia de la Fiscalía y ha anunciado que emitirá próximamente una instrucción para la “mejora sustancial de los protocolos de actuación policial dirigidas a facilitar los desalojos inmediatos”, como por ejemplo que “todos atestados policiales recojan los elementos que conforman estos delitos desde el punto de vista penal con el fin de acelerar su tramitación judicial, al tiempo que se formará a los agentes específicamente para hacer frente a este fenómeno”. De momento esto se antoja a palabras vacías carentes de mucho significado, pero veremos en los próximos días en qué se traducen.
Instrucción 1-2020 sobre okupación y allanamiento de la Fiscalía General. by El Salto periódico on Scribd
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Los datos y las cifras hablan por sí solos. Los medios de comunicación crean noticias donde no hay noticias. La estrategia fascista es crear miedo entre la gente; es antológico el dicho fascista de que “los comunistas os quitarán las casas”.
Además de propagar el miedo, la estrategia cubre otras finalidades: salvar el culo a los fondos buitre y bancos, ambos grandes tenedores de viviendas, porque no es lo mismo ocupar una vivienda habitada de un particular (% ínfimo) que una vivienda propiedad de un banco o fondo buitre que, quizá, sean los que antes te han desahuciado.
Muy de acuerdo con el contenido del artículo. Pero con lo que más de acuerdo estoy es con que las Administraciones tienen que dotarse de un gran parque público de viviendas, como lo tienen en otros países de nuestro entorno. Este parque público beneficiaría a muchos jóvenes, a personas desahuciadas, a trabajadores pobres o en riesgo de exclusión, a familias monomarentales con niñxs... Solucionar el derecho a la vivienda debe ser una prioridad para la sociedad civil, los partidos políticos y las Administraciones.
Quizá el porcentaje de ocupación de viviendas habitadas sea muy bajo pero el problema es que se concentra casi íntegramente en los barrios trabajadores. Si vives en un barrio rico tienes muy pocas posibilidades de que te ocupen el piso pero si vives en uno humilde no te vas de vacaciones tranquilo. Es un problema que afecta, sobretodo, a la clase trabajadora que tiene que sostener ella sola todo el sistema y encima tiene que ver como desde la izquierda, que es la opción política que se supone que tiene que velar con sus intereses, se minimiza sus problemas.
Traíganme datos, porcentajes, estudios sociológicos y todo lo que les de la gana pero yo les ánimo a que paseen por caño roto, entrevías, lucero o villaverde y miren ustedes mismos si la ocupación existe o no.
Obviamente hay que tratar de evitar que se den las situaciones que empujan a la gente a meterse en una vivienda que no es suya pero no se puede abandonar a las personas que, después de trabajar doce o catorce horas todos los días para ganar un miseria, encima no pueden irse a su pueblo tranquilamente porque lo mismo a la vuelta se les han metido dentro.
Si el piso es de un fondo buitre por mi como si le prenden fuego, pero si es de un particular no conviene olvidar que lo mas probable es que sea de una persona trabajadora a la que el estado, de inmediato, debe devolverle su casa impoluta y, una vez devuelta, ya veremos que solución habitacional le buscamos al ocupa.
en los barrios obreros lo más probable es que los fondos buitre y caseros ricos sin escrúpulos metan a vendedores de droga para bajar los precios de las viviendas de vecinos que quieren comprar y encima montar lío e el barrio... vamos que los del barrio salamanca son los que ocupan pisos de bloques completos echando a sus legítimos propietarios
Creo que estamos mezclando temas. Sobre lo que habla este artículo es sobre la ocupación. Y no sobre los centros sociales ocupados si no sobre la ocupación de viviendas particulares por parte de personas que por diversos motivos (a veces entendibles y a veces no) se meten en la vivienda de otra persona que no es un fondo buitre ni un banco. De lo que tú hablas es de el acaparamiento del parque inmobiliario por parte de empresas que son expertas en extorsionar y chantajear a los vecinos de los barrios para que abandonen su casa y su barrio de toda la vida. Una cosa no justifica la otra, ni la otra la una. Nadie está defendiendo a los fondos buitre ni la carestía del acceso a la vivienda. En que la gestión de las viviendas es nefasta estamos todos de acuerdo pero eso no es óbice para que si tú te vas de vacaciones a tu pueblo y a la vuelta te encuentras a alguien metido en tu casa lo más lógico es que a ti se te devuelva tú vivienda de inmediato. A mi me parece de sentido común vamos.
Yo no sé tú pee
Yo no sé tú (me quedó incompleto) pero a mí sí me ocupan mi piso me dejan en la calle. Si es poco probable me parece bien pero con que le pase a uno solo ya es malo. Además, como decía antes, según donde viva uno la probabilidad va aumentando.
No será “el problema” para la sociedad en general, pero si es “el problema” para el propietario y para los vecinos que tienen que lidiar con esto. El derecho a la propiedad hay que respetarlo sea de una entidad privada o de una persona individual y cualquier medida que legislativa que se tome para garantizarlo me parece bien.
Este tipo de absurdos progres es lo que más alas da a la extrema derecha, y no saquéis lo de las familias vulnerables porque los casos que se denuncian no son estos, sino de mafias y vagos dados de activistas progresistas.
Por cierto, antes del 8m muchas negabais también la pandemia y que era una exageración de los medios, Echenique y Fernando Simon incluidos...actualmente la derecha mas rancia es la que coincide con esas tesis ¿que ironia,no? Ver todo desde fuera es mas divertido que cualquier comedia seguir por favor
Que problema tenéis de que la ley este al lado de los legítimos propietarios? El problema existe y no es un tema de izquierda o derecha. No seáis tan ingenuos, los ocupas van donde ven oportunidad de entrar y una vez dentro algunos tienen la indecencia de pedir dinero por irse. Conozco un caso de ocupación de un piso donde una señora viuda mientras estuvo hospitalizada le ocuparon la vivienda y hace mas de dos meses, de verdad no se que problema hay, soy de izquierdas y veo que la ocupación es un problema.
Basta con leer el artículo, si lo que comentas es cierto sería un ALLANAMIENTO que conlleva un desalojo inmediato de LA QUE SEA VIVIENDA HABITUAL. No hay más que revisar el interés de las empresas de comunicación en mezclar esos conceptos, con algunos programas como el de Cardenas en la tve 1 y una entrevista a una persona que denunciaba la ocupación de "su" vivienda, un chalet en Mallorca (creo recordar). Salud
la realidad es que cada vez hay menos propietarios porque los fondos buitres y los bancos se lo quedan todo, que no te enteras
Los ocupas son los buitres y si te ocurre algún día cambiaras de opinión y pedirás protección al gobierno de turno, saludos!
Si pierdes el curro y te echan de casa ya verás como tú si que cambias de opinión. Que te ocupen la casa estando dentro tiene la mismas probabilidades de que te toque el gordo de navidad. Eso sí, problemas con el curro ni dios, eh?
Es que si te ocupan la casa también te están echando de tu casa. Que clase de ley de la selva es esa? Osea si yo no tengo donde vivir me meto en casa de alguien y le traslado el problema a el. Así pretendes arreglar algo? Que fácil es enfrentar al sistema atacando al débil.