Mercadocracia: gobierno de los mercados y sus mercaderes

Las fugas cotidianas del capital, de las empresas, por lo general grandes corporaciones, a otros territorios… son las deslocalizaciones “legales” y con garantía jurídica de la U€, que dejan las economías de las personas en los territorios de donde “huyen”, cual yermo donde nada se puede cultivar y el paisaje humano se empobrece y se embrutece.

Globalización
Gabinete de Estudios Confederal de la CGT
29 oct 2017 15:46

La cuestión que debiera estar en el debate de la gente, de las personas, sean de clases asalariadas y/o clases medias, no es un “trapo o bandera”, por más que este pueda tener la capacidad hipnótica de creer en “paraísos”, sino que sucede con su “capacidad” de decidir acerca de los asuntos cotidianos: empleos, rentas, salud, educación, cultura, cuidados, pensiones, hábitat, comida, medioambiente, libertad…

Debate ausente, más allá del “falso debate” (por más que le den la impronta sagrada de legalidad constitucional) de “quién debe decidir acerca de los límites políticos y jurídicos de los territorios”, si todo el Estado o solo los del territorio, y a esto le llaman “democracia”.

Las personas, la gente, o cuestionamos la palabra “democracia”, cuando esta no significa nada más que aquello que da “seguridad al capital y al mercado”, y por extensión a sus representantes políticos, es decir los partidos, o estaremos en caída libre (como así sucede) hacia el abismo o la barbarie.

El capitalismo neoliberal, y sus oligarquías políticas, resolvió el binomio “democracia-mercado” allá por los 70 del siglo pasado. La ficción (funcional para la tasa de ganancia) del “pacto social no escrito con las clases asalariadas”, se finiquitó y el mercado y sus mercaderes deslocalizaron sus capitales, es decir sus empresas, para llevárselas a los nuevos nichos de mercado que brindaba la “globalización” (Asia, Europa del Este, etc.) y las leyes nacionales y las directivas europeas, fueron adaptadas a las nuevas reglas de juego.

¿Quién votó dichas leyes que amparaban la seguridad jurídica del capital y convertían las ciudades y territorios en auténticos eriales? Desde el lado formal, los legislativos y gobiernos salidos de las urnas y desde el lado “real” los capitales -que no se presentan a las elecciones-fueron los que crearon esa arquitectura jurídica de la impunidad, que se llevó por delante sectores industriales de las ciudades y territorios “ricos”, causando la desolación y el empobrecimiento de sus poblaciones (1).

Las “democracias de mercado” se muestran impotentes para parar el tsunami del capitalismo neoliberal depredador y desposeedor, reinterpretando el término “democracia” desde la gestión única del capital y su libertad absoluta de movimiento sin nada ni nadie -es decir, legislaciones, regulaciones, etc.- que impida su expansión.

Los estados, los gobiernos nacionales, entregan al mercado y a sus dueños las grandes corporaciones, los últimos restos de “soberanía”: los Servicios Públicos fundamentales de toda la ciudadanía, especialmente sanidad, educación, pensiones…, para lo cual vuelven a cambiar las reglas de juego, es decir, modifican constituciones y legalidad, en tiempos récords y sin previa consulta (referéndums) con las personas.

Las reglas de juego (constituciones, legalidad) cambian en función del aseguramiento de la tasa de ganancia del capital, aún a riesgo de empobrecer, precarizar y destruir cualquier base de justicia social, para más de dos tercios de la población española.

El artículo 135 de la CE, con sus leyes de desarrollo: Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, Ley del Régimen Local, Ley Mordaza, Reforma Laboral, Reforma de Pensiones y reales decretos de desmantelamiento de los servicios esenciales (sanidad, educación, cuidados-dependencia, cultura, investigación…) es la nueva forma de “democracia”, es decir de mercadocracia.

En clave política la explicación de “la que está cayendo”: quienes detentan el poder del dinero, el cual por cierto no tiene patria y sí domicilios sociales y fiscales de conveniencia (2), y operan con un sistema fiscal que les exime de contribuir en la medida de sus ganancias a la Caja Común, tienen, además, todas las medidas coercitivas y fuerzas de represión en su nómina, y venden el relato de lo que es “bueno y malo para todos y todas” o en la acepción “moderna de la mercadocracia”, lo que es bueno “para la patria, la economía o Europa…”

Claro, resulta que la gente sufrimos una “esquizofrenia” ante este relato, pues la realidad del empleo, del desempleo, de la desigualdad, del empobrecimiento material y la precarización integral de nuestras vidas, del ver cómo se destruyen las bases solidarias y comunes de la realidad cotidiana… nos niega esa realidad de “recuperación y de la arcadia feliz” a la vez que nos empuja a desear creer aún en la “utopía del estado de bienestar”, y, a veces o casi siempre, nos empuja a envolvernos en los “mismos trapos” que nuestros amos.

(1) Alguna explicación sobre el Brexit y la llegada de Trump al poder tiene que ver con las consecuencias de la economía globalizada.
(2) Todas las Empresas del Ibex 35 operan en paraísos fiscales, en mercados offshore y los grandes ricos “patrios” tienen sus patrimonios en SICAV.

Sobre este blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
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