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Música
Maka: “Pensaba que vivía en una película del Torete y en la cárcel aprendí que no”
De niño cantaba a escondidas frente al espejo y hoy se siente en la “gloria bendita” por cumplir el sueño de poder vivir de la música. El granadino Maka no imagina qué habría sido de él si no escribiera canciones. “Me hubiera muerto de hambre”, pronostica. Y no son palabras huecas: de escasez y pasarlo mal sabe un rato.
Puede que lo cuantitativo no sea el mejor criterio para valorar nada relacionado con la música, pero sí es un indicador importante de por dónde van las cosas. Así pues, pongamos cifras sobre la mesa: en un año, el vídeo de la canción “El arte de vivir” roza los 44 millones de reproducciones en YouTube. En dos semanas, “Vida”, el tema más reciente del mismo autor, Maka, ya ha superado el millón. Son números rotundos para un músico que no cuenta con el combustible promocional que aporta una gran discográfica. Por añadir otro dato que permita aterrizar esos resultados: el vídeo de “Nadie podría hacerlo”, la nueva canción de Amaia —ganadora de OT en 2017 y representante de España en Eurovisión en 2018—, se lanzó un día antes que el de “Vida” pero suma un tercio menos de visionados que este.
Más allá de las frías cantidades, a Maka se le ve contento. Y tiene motivos. Lo suyo es un triunfo sin operación detrás. Sus canciones conectan con un público cada vez más amplio que escucha atentamente la mezcla de estilos que propone, esa actualización del sonido Caño Roto, y se reconoce en unas letras que festejan haber pasado página y agradecen la nueva oportunidad concedida. No hay en lo que canta bravuconadas ni idealización de una pobreza de la que huir en cuanto se pueda; tampoco presume de lo que no es ni participa en una competición para saber quién la tiene más larga. En sus rimas, por el contrario, hay alegría de vivir y una celebración de aquello por lo que merece la pena amanecer cada mañana. Una suerte de canto de redención por parte de un superviviente que no olvida de dónde viene.
Las primeras escuelas del barrio de Almanjáyar, en el norte de Granada, se empezaron a construir en 1989, más de veinte años después de que unas 3.000 familias se asentaran allí tras unas fuertes inundaciones que obligaron a desalojar las cuevas del Sacromonte. Con altos índices de analfabetismo y desempleo, y un 46% de la población en situación de pobreza, Almanjáyar es calificado por la Junta de Andalucía como una zona con necesidad de transformación social (ZNTS), una categoría que engloba a barrios en condiciones de exclusión, pobreza estructural y marginación. Una acumulación de circunstancias que, junto al olvido institucional, propicia el estigma sobre quienes viven allí. En el verano de 2018, el Ayuntamiento de Granada anunció que iba a estudiar una posible denuncia a Wikipedia por la entrada en la que describía a Almanjáyar como el barrio más peligroso de España.
Allí, en las calles de Almanjáyar, creció Francisco Javier Rodríguez Morales, de nombre artístico Maka.
¿Quién es Maka?
Maka es un chaval muy normal de un barrio humilde, un barrio muy humilde y luchador, que ha pasado por muchas penurias y que, a pesar de todo lo malo que ha vivido, hoy en día puede decir que ha conseguido algo muy grande, que es ser la persona que quiero ser y conseguir todo esto que estoy consiguiendo en la música, que no es poco, después de pasar por muchas penurias, ya te digo.
¿Se puede conocer a Maka escuchando las canciones?
Sí, todos los temas son muy autobiográficos, hablan sobre mí. No suelo buscar una historia sino que escribo sobre mi vida, lo que veo, lo que he sentido. Son muy personales y que mucha gente los coja como suyos es una alegría.
¿Eso pasa?
Muchísima gente me lo dice, que le he servido como ayuda porque han pasado por lo mismo o porque se sienten muy identificados. Es un placer que mi música sirva a modo terapéutico o como psicólogo. Creo que eso también me ayuda a mí.
¿Y para ti?
Para mí, de siempre la música ha sido como un escudo protector. He estado rodeado de mucha maldad diariamente y muchos problemas, y la música me ha hecho evadirme, quitarme muchos miedos, incluso combatirlos. Ha sido mi gran ayuda. Estuve una larga temporada en prisión, cinco años me tiré en prisión, y la música fue mi libertad. Una vez fuera, hasta me alimento de ella. Ha sido todo positivo. Muchas veces le digo a mi gente qué hubiera sido de mí sin escribir canciones o cantar, me hubiera muerto de hambre, no sé hacer otra cosa.
¿Piensas en eso?
Sí, muchas veces. La vida o dios, no sé quién, me ha dado ese don para la supervivencia.
¿Y cómo te ves sin la música?
Es que no me veo sin música.
Raimundo Amador dijo una vez en la tele que sin la música hubiera sido un hijoputa.
Claro [risas]. Yo un hijoputa no, pero un desgraciado sí, es verdad.
¿Alguna vez soñaste con vivir de la música?
Sí, de pequeño lo soñaba, incluso despierto. Lo he pensado mil y una vez. De niño cantaba a escondidas frente al espejo. Luego de siempre la gente me ha conocido como el loco de la música, siempre he estado ligado a la música desde niño. Sí, lo soñé muchas veces. Y a la hora de cumplirlo ha sido incluso más bonito y mejor de lo que soñaba. Al no tener ataduras con multinacionales ni nada de eso, te sientes muy libre. Escucho a amigos que han firmado con discográficas y ese sueño se les ha jodido un poco. Yo no he tenido ese problema, voy a mi rollo, subo mis temas a internet, la gente los acepta, cada vez somos más y no hemos necesitado nada de eso.
En “El arte de vivir” cantas que “después de pasar muchas fatigas, ahora estoy en la gloria bendita”. ¿Cómo es esa gloria bendita?
Es un mantón de manila, alegría pura, estar en el momento que quieres, en el sitio que siempre has querido, con la gente de verdad y sentirte muy querido no solo por mi familia sino por mucha gente que se hace familia. Estoy muy contento, es una bendición. Nunca me pensaba que iba a estar así. Después de mucho tiempo sufriendo la mala vida, imagínate llegar y encontrarte con la vida de esta manera…
En las canciones hablas mucho de vida.
Sí, por eso. Tengo cerca de 33 años y me siento hasta viejo porque desde niño he vivido todo, ha sido una montaña rusa enorme, altibajos, altibajos... Ahora quiero decirle a la gente que si la vida a mí me ha cambiado después de tantas fatigas, por qué no te va a pasar a ti. Quiero recalcarlo siempre. Por eso siempre hay tanta vida en mis temas últimamente, antes no hablaba tanto de eso.
¿Qué es lo mejor de hacer música?
Conectar con tanta gente, ver que les gusta lo que haces, que les puedes ayudar, que una frase mía se la tatúan… Es muy jebi. Siempre me ha gustado mucho escribir y poder transmitir con la música lo que he escrito es muy bonito. Sentirme valorado en mi trabajo, que sirve para algo, que no se queda en el intento.
¿Y lo peor?
Cierto tipo de gente que no respeta la intimidad de uno. Que estás dando de comer a tu hija en un bar y vienen a molestarte. Y que no te lo dicen en el momento sino que te faltan y te ponen verde en internet. Hay gente que no respeta esas cosas. Incluso hay gente que se hace fotos en la fachada de mi casa y van cada dos por tres, ya no puedo ni sacar a mi perro. Como somos de una ciudad pequeña, la gente es más campechana y tirá para adelante, somos sinvergüenzas… Es un precio que hay que pagar, aunque tampoco es muy caro. Al contrario, hay que estar agradecido.
Tus canciones me recuerdan un poco a Kiko Veneno y también a las bandas sonoras del cine quinqui, con Los Chichos o Los Chunguitos.
Es una actualización de ese tipo de música, también de Estopa, yo lo veo así. Antes se fusionaba con el rock, el pop, y ahora se mezcla con el trap, el reguetón, los sonidos actuales. Sale natural.
¿De qué música te sientes más cerca?
De toda la música que sea callejera porque siempre hemos vivido mucho en la calle. El flamenco, el hip hop, el reguetón, eso es lo que me representa. También me gusta muchísimo la fusión con el rock. Triana lo he escuchado desde pequeño, me he nutrido mucho de eso. O Enrique Morente, que era un monstruo de la fusión. Donde me siento más cómodo y me identifico es con la fusión, porque es de donde vengo, ya puede ser Ketama o La Barbería del Sur. Luego, al conocer el reguetón, el trap y todo lo actual, sale una mezcla que se lleva muy bien.
¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con la música?
La primera vez que canté delante de gente. Había terminado de grabar una pequeña maqueta en el barrio, mi primera maqueta más profesional, grabada con un productor muy conocido allí en el barrio, y una noche a las cuatro o cinco de la mañana me empiezan a llamar a voces para que bajara. Me levanté sudando porque era verano, y asustado. Bajé, tras discutir con mi novia porque estábamos durmiendo, y estaban allí de fiesta, con las copas. Me llevaron a una zona del Almanjáyar que se llama El Poblado y allí había un escenario montado para un bautizo o una boda de un primo del productor. Tenían una fiesta enorme. Y me dice que subiera a cantar el tema que acabábamos de sacar. Me da un puto whisky y me dice “venga, bébetelo rápido y sube”. Y lo hice, pero fatal, desafiné, muy nervioso. Hubo como un silencio, la gente allí mirando. Tenía unos 17 años. Fue la primera vez que canté delante de tanta gente y lo hice fatal.
¿Cómo era el Almanjáyar cuando eras pequeño?
Es un barrio que ha sufrido mucho por el caballo en sus tiempos, cuando yo era pequeño. Fue una época en la que moría mucha gente y se suicidaba mucha gente. Más de una vez vi gente muerta en las escaleras cuando iba al colegio. Pero no éramos muy conscientes de muchas cosas y nuestra infancia fue preciosa. Estábamos todos a una, montaban una piscina e íbamos todo el bloque a bañarnos, era todo muy familiar, todo el mundo se apoyaba. Yo no veía nada malo. Todo el día en la calle, jugando hasta las tantas. Imagínate toda esa libertad para un niño. Pero cuando vas creciendo y te vas metiendo en líos y vas viendo las cosas, te das cuenta de mucho malo de allí. Pero en verdad es un barrio muy luchador y yo me quedo con lo mejor: hemos sido gente muy castigada y dentro de lo malo hemos sido muy felices. Te haces a eso y vives tu realidad.
¿Ha cambiado?
Sigue siendo lo que era, pero yo he cambiado. Ahora me he mudado a un pueblo cercano, he cambiado de vida y estoy en casa con mi hija y ya está, no hay más. Pero guardo muy buenos recuerdos y estoy muy orgulloso de ser de donde soy.
¿Hasta qué punto tiene que ver con tu música?
Es todo, es mi ADN. Es donde me crié, donde fui muy feliz. Hemos tenido siempre un ambiente muy flamenco, de música, de fiesta. Siempre hemos celebrado todo y cuando ha habido que llorar juntos, hemos llorado juntos. Por un amigo que ha tenido que entrar preso, por otro que por mala suerte se lo ha llevado dios. Le debo mucho a mi barrio porque todo eso me ha hecho ser lo que soy.
En la redacción nos gusta mucho la canción “Pasa página” de Dellafuente. ¿Qué supuso para ti trabajar con él?
Supuso descubrir a alguien que es un genio. Cada vez que lo veía sabía algo más y te mostraba algo más que te dejaba pensando cómo ha podido hacerlo. Una persona que no sabe cantar te demuestra que tiene talento para transmitir como si supiera. Eso es muy difícil. Mucha gente dice que es por el autotune, pero eso hay que saber controlarlo y tienes que tener algo para transmitir a la gente. Es de mirar, y por eso tiene ese éxito. Y luego todo lo que lo envuelve: sabe llevar la marca, el personaje. Es muy especial, también ha mezclado muy bien el tema de Granada. Creo que él bebió de mí y yo he bebido de él, he aprendido muchísimo. En los dos años que estuvimos de gira llenamos salas y actuamos en grandes festivales, fueron dos años muy importantes para los dos. Fue cuando vi que esto iba en serio. Cuando nos separamos tenía ese miedo porque tenía que hacer algo más propio, diferente.
En cuanto a pasar página, ¿lo has hecho con tu estancia en la cárcel?
Sí, claro. Yo tenía 21 o 22 años, era muy joven e inconsciente de muchas cosas. Allí maduré muchísimo, me hice persona allí dentro. Si no, qué futuro me iba a esperar a mí: acabar lo mismo o muerto.
¿Qué aprendiste?
Lo más importante fue que aprendí a comportarme como una persona normal porque entonces yo no lo era ni pensaba algo coherente. Me pensaba que vivía en una película del Torete y en la cárcel aprendí que no. Sentía que era dios y que a mí nunca nada me iba a pasar, hasta que pasó. Lo que más me valió de la prisión fue encontrarme a mí mismo, tío. Allí dije “esto es lo que quiero ser y adonde quiero ir”. Y es donde más difícil se te puede hacer, porque mayormente la gente allí se apaga demasiado. Y allí, gracias a educadores como don Goyo y don Víctor que apostaron por mí, pude hacer actuaciones de teatro, que nos ayudó mucho. También empecé a leer. Todo eso me hizo mucho bien. También hice música, grabé un disco, A la sombra de la realidad, que era más de rap, y otro con versos de poetas. Allí nos juntamos el hambre con las ganas de comer porque había presos que eran artistazos y que por distintas razones habían acabado allí.
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eres un makina cada vez me gusta mas tu musica en mi casa a mis niñas le encanta tu música no pude verte cuando estuvistes en almeria el año pasado pk estaba embarazada y me ingresaron pk estaba con contraciones yore mas😢 bueno k me alegra mucho saber k estas bien y feliz sigue asin k eres el mejor 👍😍besitos cuidate
Eres el mejor y te lo mereces todo lo bueno k la vida te esta dando. Sigue asi...😘
Ole tu por darte cuenta q la vida es bonita un abraso sige siendo tu mismo no canbies
Me encanta tu música. Te escucho desde el primer día que te descubrí. El secreto creo que está en hablar en primera persona, quiero decir de hablar de tu vida, de lo aprendido...de emociones, de evolucionar.Te felicito y te animo a que sigas regalándonos temazos, eres un crack de los de verdad.🤝👏👏👏👏👏👌
Me emociona sólo leer tu entrevista, eres un artistazo y te felicito sinceramente. Te escucho desde que te escuché por primera vez. Me encanta tú música 👌🤝👏👏👏👏
Eres el mejor te lo mereces en mi casa siempre estás cantando y a mi mujer e hijas les encantas sigue así makinon
Eres único cmo tu ninguno a mi pequeña le encantas ya te la viste en Gerona
Desde que te e descubierto no paro de escucharte me encantas un saludo de una paisana
Eres de lo mas grande ermano si selor ole tu y yus huevos yo pase cosas mui parecidas y aike ser duro para salir adelante ermano y tener atu hija tambien te ace cambiar cmo ami me izo si señor eres grande ermano y en la musica de lo mejor no te desvies del tipo flamenco y perfecto ermano a kuidarse no pares
Para mí eres una persona espectacular! No todo el mundo se abre como tú lo haces! As luchado por lo que as querido y as tenido tu recompensa, salud pa criar a esa nena que tienes y sigue así!! Qué en mi casa estamos animando te siempre!! Olé tú!! Me encantas!! ♥️
Olé el maka me gusta tu música sigue así con tus canciones como ka vida misma mala forever