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Maternidad
Los permisos para maternar que llevan congelados desde 1989
Sacarse la leche en el único baño de la oficina ante la mirada curiosa de tu jefa mientras te cuenta que ella en su época dejó la lactancia cuando se incorporó al trabajo. Cargar con una mini nevera, hielo y los tarritos de la leche sacada de transporte público en transporte público. Ocupar la sala de juntas para accionar el sacaleches mientras compañeros y compañeras esperan para tener una reunión. Estas son algunas de las escenas que viven las madres cuando se reincorporan al trabajo y quieren continuar con la lactancia materna. Según la OMS, esta fase de alimentación debe prolongarse durante los seis primeros meses de vida del bebé en exclusividad y a partir de ahí de manera complementaria hasta los dos años. Pero las mujeres en España solo cuentan con 16 semanas de permiso de maternidad —apenas cuatro meses— y un permiso para la lactancia de una hora al día por cada día trabajado hasta que el menor cumpla 9 meses que también puede dividir en dos fracciones.
Este permiso podía acumularse en jornadas completas siempre y cuando así se reflejara en el convenio laboral o se negociara con la empresa. Hasta ahora. Gracias a la aprobación del Real Decreto 2/2024, de 21 de mayo, la famosa norma que ha estado paralizada por un desencuentro entre los grupos parlamentarios en torno a un recorte en las cotizaciones en los subsidios para mayores de 52 años, la acumulación de la jornada de lactancia ya no depende del convenio ni de la empresa pero, eso sí, solo aplica para las mujeres con trabajos por cuenta ajena ya que lo paga la empresa.
Expertas consultadas por El Salto valoran esta medida como positiva pero, al mismo tiempo, insuficiente. Insuficiente, principalmente, porque los permisos para maternar de las mujeres llevan suspendidos en duración desde 1989, y aunque puedan alargarse unas semanas con la acumulación de las horas de lactancia, las mujeres siguen lejos de tener seis meses libres para maternar sin tener que hacer malabares para que la lactancia no se interrumpa.
Lo que dicta Europa
Desde PETRA Maternidades Feministas avisan: el Gobierno tiene que cumplir el mandato de la UE en torno a permisos y ha utilizado esta técnica para “trampear”. Pero el “permiso de lactancia” no ha aumentado ni se ha cambiado su cálculo.
La nueva medida tiene trampas: “No es para todas las mujeres, si eres autónoma no tienes permiso de lactancia y no es un permiso como el de maternidad porque este lo paga el Estado. No tiene nada que ver”
Los permisos de cuidados se regulan en dos directivas europeas: la 92/85 que fija los permisos de maternidad que han de ser como mínimo de 14 semanas y la 2019/1158 que introduce un nuevo permiso: el permiso parental, que establece que los países miembro deben de implantar permisos durante cuatro meses hasta que el menor cumpla ocho años, dos de ellos retribuidos. En España se conoce como el permiso de las 8 semanas, que quedó aprobado en la pasada legislatura pero sin remuneración.
Desde el Ministerio de Trabajo explican a El País que han utilizado una “cláusula pasarela” que esta incluida en esta última directiva comunitaria y que “permite acumular y contar todos los permisos ya vigentes en esta materia a efectos de cumplimiento”. Según fuentes de Trabajo, “el permiso de lactancia que ya recoge nuestro ordenamiento, por tanto, cuenta para cumplir esta norma europea”.
En una mujer que se incorpora al trabajo tras los cuatro meses de baja y trabaja 8 horas al día el permiso supone acumular 120 horas en cinco meses (los que restan hasta los nueve meses del bebé) que se transforman en 15 días más de baja. Tal y como explica Julia Cañero, copresidenta de PETRA, no supone un aumento acorde con lo propuesto en la directiva e, insiste, tiene trampas: “No es para todas las mujeres, si eres autónoma no tienes permiso de lactancia, depende de la circunstancia de tu trabajo y no es un permiso como el de maternidad porque este lo paga el Estado. No tiene nada que ver”, expresa.
“Para cumplir con las directivas europeas en total las madres deberían tener 22 semanas remuneradas de permiso y los padres diez. Los hombres sobrepasan esto pero las mujeres no llegan”
Cañero compara la evolución que han tenido los permisos de paternidad frente a los permisos de maternidad. Mientras los primeros han evolucionado desde las dos semanas previstas en 2007 hasta las 16 semanas gracias al Real Decreto 6/2019 —que también incluye permisos de lactancia en los mismos términos que las madres— los permisos de las mujeres permanecen inalterables desde 1989, cuando pasaron de 14 semanas a 16. “Para cumplir con las directivas europeas en total las madres deberían tener 22 semanas remuneradas de permiso y los padres diez. Los hombres sobrepasan esto pero las mujeres no llegan”, expresa.
Igualar lo que no es igualable
“El permiso de paternidad se ha ido aumentando pero el de maternidad no. Las madres han demandado esta ampliación, han peleado por ello incluso entregando una ILP, es una demanda histórica pero no se ha escuchado”, describe la integrante de PETRA. “La mujer necesita más tiempo para recuperarse tras el parto y conectar con esa criatura. Si decidimos dar el pecho nuestra circunstancia no es la misma que la del padre. Tenemos otras necesidades. Las madres no fraccionan los permisos y los padres si suelen fraccionarlos más porque no tienen esa necesidad tan grande de estar al principio. Se están intentando igualar cosas que no son iguales y las necesidades y demandas de las madres no se están teniendo en cuenta”, concluye.
La igualdad en los permisos tras el nacimiento de hijos e hijas no ha ido aparejada a una igualdad en los cuidados. En 2023 el 84% de las excedencias por cuidado de menores fueron solicitadas por mujeres
La igualdad en los permisos tras el nacimiento de hijos e hijas no ha ido aparejada a una igualdad en los cuidados. Y así lo demuestran las cifras con las que acabó 2023: el 84% de las excedencias por cuidado de menores fueron solicitadas por mujeres.
Más datos: Según el INE, en el caso de las mujeres, a medida que se incrementa el número de hijos menores de 12 años, disminuye la tasa de empleo. Para las mujeres de 25 a 49 años sin hijos de esa edad la tasa en 2022 fue de 76,9% y de 70,4% en el caso de tener hijos menores de 12 años.
Maternar como un problema
“Para las mujeres maternar es algo que las perjudica, a sus ingresos y a su futuro laboral. He hablado con muchas madres y el hecho de ser madres las denigra a puestos inferiores, de menos responsabilidad, sufren mobbing laboral… pero te animan a ser madre porque si no nos quedamos sin bebés”, expresa Alba Padró, cofundadora de LactApp, consultora internacional de lactancia.
Para Padró la universalización en la acumulación de horas de lactancia es “un cambio mínimo“. ”Está bien pero seguimos sin llegar. Hay una falta de concienciación a nivel empresarial y político de las necesidades de las madres y los bebés”, expresa.
Así es como en un contexto laboral estamos a “años luz“ de países como Suecia, Noruega o Finlandia, donde cuentan con permisos mucho más holgados. ”En estos sitios el hecho de criar un hijo es visto como un ahorro económico a largo a plazo. Facilitan que las mujeres tengan permisos y una vuelta asegurada. Aquí supone un problema, las empresas lo ven como un problema”, añade.
Más ambición
Para Elisenda Rotger, secretaria de mujer de CGT, el cambio en el permiso de lactancia podría haber sido “más ambicioso”. Esta sindicalista valora como positivo que la posibilidad de acumular horas quede por escritoen el estatuto de los trabajadores y que no se tenga que negociar con cada empresa. Pero “es una lástima que no lo hayan alargado más, hasta los 12 meses retribuido y hasta los 15 sin retribuir”, ejemplifica, además de haber avanzado más en otros temas de conciliación.
Este es el caso de las familias monomarentales, donde la criatura tiene derecho solo a la mitad del permiso. “Ahora empiezan a salir sentencias del Supremo que garantizan el doble de tiempo en los permisos de las familias monomarentales. Pero si lo hubieran incluido en esta normativa, hubiéramos avanzado un paso”, expresa Rotger.
“Muchas compañeras tienen que ocupar el baño del trabajo para sacarse leche. La obligación de mantener un espacio adecuado se tiene que seguir manteniendo y exigiendo”
Y manda un recado para las empresas: La ley misma aclara que el compactar la lactancia es por decisión de la trabajadora. "Esperemos que esta ley no sirva para que las empresas no adapten lugares de trabajo y la trabajadora no pueda ejercer este derecho en la empresa. Hay muchos centros de trabajo que no tienen espacios habilitados. Muchas compañeras tienen que ocupar el baño del trabajo para sacarse leche. La obligación de mantener un espacio adecuado se tiene que seguir manteniendo y exigiendo", añade.
El baño del trabajo, la sala de juntas, viajar en transporte público con la recolección de leche materna a cuestas. Todo eso seguirá siendo una realidad hasta que no se consigan permisos para maternar que sean realmente compatibles con la lactancia. Permisos para las mujeres que, como es habitual, tardan más en descongelarse. O no lo hacen nunca.